Un domingo en Mercedes

DSCN4089Cada vez que salgo de casa y en especial por la mañana, lo primero que miro es el cielo y me maravillo con su inmensidad, los colores, la energía, las nubes, el Sol; todo. Y cuando salgo lejos de mi territorio habitual (Providencia y Ñuñoa, en Santiago) lo miro con más curiosidad y detenimiento aún. Ahora, en Mercedes, lo disfruto mucho: la amplitud, las nubes, la luminosidad después de una noche de tormenta o las nubes previas a ésta… La mañana del domingo está diáfana y casi encandila; la noche anterior llovió y amanece con viento y algo de nubes dibujadas… Me quedo mirando un rato por la ventana con agrado, respiro… A veces -lo he dicho en este blog, actualmente protegido nada menos que por Lupita (si quiere verla mire al costado derecho un poco más abajo)- me vienen como «ataques» de felicidad y/o agradecimiento y esta mañana de domingo me viene eso, una sensación de plenitud que no está ligada a algo en particular o a algo muy reciente, ni a la obtención de alguna cosa-situación (de hecho podría llenar este blog con todo lo que, a ojos del sistema, me falta), sino que viene del corazón-panza y es como una sonrisa en el pecho que no es eufórica, es tranquilamente feliz… y digo: Gracias…

De hecho, la noche del sábado no salimos, todo se dio para quedarnos en casa: Su estaba muy cansada, no quedamos en nada en especial con nadie, Mabel no sabía si podía salir con nosotras; yo era materia dispuesta, pero no muero por salir un sábado y menos si estoy en otro lugar, simplemente tomo lo que el viaje quiera darme y si es quedarnos en casa lo disfruto. Encima, ya habíamos almorzado y merendado en buena compañía, con ravioles, caminata, helado y mate incluidos… Cuando estábamos pensando en salir o no en la noche, cae sin previo aviso una lluvia fuerte y ya está: no hay que salir. Pedimos unas empanadas y cerveza, nos quedamos conversando con Fran, Betty y Su, y luego a dormir… «Nada» especial, pero mucho a la vez…

Entonces, a raíz de «nada» me brota el Gracias a la mañana siguiente… Después escribo algunas cosas, conversamos un poco de Argentina, España y Chile, con un amigo de Su que anda de paso por su nostálgica tierra natal y que vivió un año en Santiago; inventamos un almuerzo con los restos -sabrosos- de días previos y se asoma la tarde en que ya Mabel me anunció que iremos a una pulpería: dícese de tienda antigua, donde además de mercadería se sirve comida y bebida a los concurrentes. Viene a ser un almacén con barra y mesas. Está en las afueras de la ciudad y es un clásico que figura en guías de turismo, es la Pulpería de Cacho Di Catarina. Todo un espectáculo congelado en el tiempo; reflejo de otras épocas, de tradición, floklore, amistad, cofradía y embriaguez.

Pulpería de Cacho Di Catarina

Pulpería de Cacho Di Catarina

Yo, como últimamente no tengo mayor expectativa de nada (lo cual no es fácil de explicar ni de entender para muchos), simplemente voy (me dejo llevar, esta vez por Mabel y Tito, junto a Su). Para mí todo es nuevo y sólo pienso en compartir una tarde de domingo con gente de lindo corazón y humor contagioso. De la pulpería no esperaba nada, o esperaba menos. Pensé: será un negocio antiguo pintoresco. Pero al llegar, además de recordar la onda de La piojera de Santiago, me sorprende más que el lugar, que está intacto (con telarañas incluidas en las botellas de las repisas altas) y casi en el campo, la gente. Es domingo de tarde, casi las 5, creo, y hay unas seis mesas con gente. Algunos son  parroquianos clásicos, otros turistas como yo y otros conocidos como Tito, que llega saludando y por rebote nos toca saludo con beso a nosotras del percusionista que toca el bombo con pasión. Sí, porque en medio hay un grupo de experimentados cantantes que improvisan con payas y otros ritmos tradicionales argentinos bastante sentidos, a ratos.

Ahora, el lugar no es luminoso. Después lo comentamos con Su. De hecho el arcángel Miguel con su protección pasó por mi mente a los minutos de entrar. No es luminoso como cualquier espacio antiguo o nuevo ligado a alcohol, la melancolía, o el esfuerzo. Pero tiene poderosa identidad y un aire de campo cálido que cobija al forastero. En la pulpería somos todos iguales: hay viejos, niños, jóvenes, familias, gente de toda la vida, turistas como yo, los dueños, los garzones. Al llegar salen las bromas en seguida porque acá hace rato está de moda el Fernet (licor amargo de hierbas) con Coca-Cola, y yo esta última no la tomo hace años ni tampoco ninguna gaseosa. Entonces, pido fernet solo, que para mí es un bajativo. Y salen las miradas sorprendidas en la mesa y del garzón, las risas y bromas, porque es como pedir pisco solo con hielo en Chile, y se creen que soy ruda, cuando en realidad no quiero la gaseosa (para mí es más tóxica que el alcohol) y prefiero el bajativo como tal. En fin. El tema es que entre canto y canto, además de que Tito ya es un artista reconocido acá, es músico folklorista, Tito Sanguinetti, nos sale…. baile! Y qué me dicen a mí, que me encanta bailar y a veces da lo mismo el ritmo, lo importante es moverse y pasarlo bien… Ah, y mover la cadera, obvio, porque sin cadera no tiene mucha gracia, quizá por eso el tango nunca me convenció tanto y sólo tomé algunas clases hace unos años… Así que, sin proponérmelo ni imaginarlo, termino bailando chacarera, zamba y hasta una cueca lenta que no recuerdo cómo se llama… Lo mismo Mabel, quien con gracia le da estilo a la chacarera y ahí aprendo más cómo se baila…

DSCN4026Un borracho -pero digno- de caricatura: mayor, panzón, canoso medio pelado, mejillas rojas y con cara de chiste, le hace bromas a Tito conmigo y ella, mientras que los músicos hasta me dedican un par de canciones, entre ellas «Si vas para Chile», ¿qué tal? … Al rato, cuando los músicos DSCN4056terminan se acercan a la mesa y le piden a Tito que cante una y viene el amigo del bombo a entonar una chacarera más que termina en aplausos… El domingo pasa a ser una noche de sábado (la vida es perfecta todo el rato, recuérdelo, querido lector) con baile, picada, fernet, amistad y un lugar que te transporta en el tiempo… Nos tomamos fotos, saludamos a los dueños y al salir de nuevo me encanto con el cielo amplio y algo nuboso… De ahí partimos a un café nuevo, nos sentamos en la calle y siguen las carcajadas, les digo: me siento con Roberto Carlos-. Mercedes es pueblo chico y desde que subimos al auto y más en la terraza del café, Mabel no para de saludar o más de alguien va y la saluda, lo mismo sucede con Tito… Entre ambos deben andar por el medio millón de amigos…

La tarde de domingo termina plena, con la Luna casi llena asomándose y un buen tiramisú que hace rato buscaba; también con risas,  amistad,  generosidad y sorpresas de una ciudad que aún conserva sabor y tradiciones propias, gracias a gente muy especial. Salud y Gracias!

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14 comentarios en “Un domingo en Mercedes

  1. Ay ji..gracias por contarnos esas sencillas y trascendentes experiencias de tu dia a dia…todo eso que has escrito es una maravillosa sintesis de la VIDA con mayusculas…agradecer…amigos…bailar…ver…reir…que mas hace falta…?..un abrazo de agradecimiento..Pau

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  2. Que entretenido relato Jime….. Ah!!! Casi se me olvida que tambien caí con lo de tu «emprendimiento», no te voy a enviar un tiron de orejas por la broma, sino una carcajada porque sí me hiciste reir con tu «confesión-culposa», jajaja. Pero, eso de que al leerte se contagiaba felicidad, es cierto.

    Volviendo a lo de tu domingo en Mercedes, te cuento que me siento muy identificada con esos «ataques espontáneos de alegría»… y me da risa cuando me preguntan si es por algo especial… y no entienden cuando digo que no, jajaja. Resulta que desde hace un par de meses y más últimamente, me siento con más conciencia de ciertas cosas, siento que disfruto más dejándome sorprender por las cosas simples en vez de tratar de controlar todo… incluso (y esto no sé cómo expresarlo de otra manera) siento que hay algo de magia en muchas cosas, como que todo fluye y yo me dejo llevar porque asi como creo que las cosas llegan cuando tienen que llegar… siento que sin controlar, algunas ya están llegando.
    En fin, me alegro de leerte feliz durante tu estadía en Mercedes.
    Un abrazo grande, buenas vibras y sonrisas por monton…
    Cuaya.

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  3. …con eso de las telarañas recuerdo el JCruz de Valpo y la entrada del Bar de Rene jajjaja xP

    Sabes el lunes + – 06.40 de la mañana, nos acompaño una preciosa luna cálida de color sol «bajando» de mirada hacia desde la costa, y hoy una potente luna de luz blanca que destacaba su luz en el cielo. Bellas fotos Ji las nubes como para alcanzarlas con las manos!

    : D

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    • Tito! este blog está alojado en mi corazón, en mi creatividad, en mi experiencia, en mis paseos, en mi mirada, en mi alma… También en la energía de los fieles lectores.
      Y en lo técnico, es de WordPress.com 😉 Abrazo y cuando tenga espacio subo más fotos de nuestro notable domingo! 🙂

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