Antes del equinoccio primaveral

… Hay días en que digo: ya no más, llévenme, no quiero seguir, me cansé, devuelvan la plata!… Boto mi lagrimita y luego digo: bueno ya, aquí estoy, sigamos, si ya sé que está todo bien aunque a ratos la confianza y la buena onda se me van al subsuelo con tanta limpieza y «enjuagues» de este sanador invierno… Las terapias me ayudan, mi trabajo interno y respirar también, igual que a ti, ¿no?… Siento que estoy llegando al final de algo, que han sido muchos duelos (incluido el de mí misma, el de mis expectativas sobre mí, suena auto-referente pero es así) y a ratos no veo ni media luz en el camino -le digo a mi querido Fer, a quien desde Escocia se le ocurrió irse sin escalas a Uruguay y no sabemos si volverá a Chile… Está igual de movido que tantos, bienvenido al club.

Y en medio igual aparecen los regalos, las sanaciones, los abrazos, las sincronías, los mails, las conversaciones, el trabajo astrológico reconfortante y lleno de sentido, las celebraciones, los preparativos del ritual de Primavera, las risas y obvio que me río de mi ego todo el rato… Es él quien no da más y se quiere devolver-ir. Mi alma, mi esencia -la de todos- está intacta, sabia y visionaria; pero igual podría decirle a una -con peras y manzanas- «mira, que tú tienes que vivir esta pena/rabia/decepción/desolación/herida/desconcierto/desafìo/freno pa’ que puedas experimentar esto otro, porque así vendrá esta otra vivencia que te llevará a tal estado»… Pero el alma no habla así. Ella a  veces es entera silenciosa o disimulada, aunque otras es tan evidente; no se sabe con ella, depende de cuán conectados estemos… Como cuando justo alguien me busca con mucha urgencia en mi consulta y nos cruzamos en la calle sin vernos, y encima no casualmente salgo sin el celular y nos desencontramos y se enoja porque ya no tendremos tiempo: Está claro, no teníamos que vernos, te das cuenta, verdad? -le digo, aunque no lo entiende del todo, pero termina aceptándolo… Como en una lectura de carta astral al atardecer en que dejo un poco abierta la ventana y cuando estamos hablando con la consultante sobre su fuerte ciclo de cambios que incluye una depre(sión), aparece volando lo que creemos es un mosquito, pero termina siendo una mini mariposa y me pongo feliz y le digo: viste como te estás muriendo internamente para renacer, las mariposas representan eso: renacimiento, la metamorfosis, qué bello, verdad? -Ah, qué bonito – me dice con más esperanza, en su acento algo extranjero… Como el primer lunes de septiembre, en que después de comenzar por la mañana hablando en radio Cooperativa de las heridas de Chile y que, dados los tránsitos astrológicos, no me extrañaría que se supieran más detalles de las torturas y sus responsables (cosa que sucede los días posteriores, lo cual  es un gran signo de estos tiempos de verdades ineludibles, donde Plutón en Capricornio y Saturno en Escorpión obligan) asisto más tarde a un foro de los 40 años del golpe militar en Chile desde el registro histórico y las representaciones de la memoria, donde expone una fiel lectora de este blog que me invitó, cuya ponencia habla -con profundidad y delicadeza- de la fotografía como «presencia de una arcoirissantiagoseptausencia» y su poderoso significado en la búsqueda de los detenidos desaparecidos; y al atardecer tengo una dolorosa pero sanadora-liberadora conversación que me deja entre aliviada-dolida; pero al llegar a casa, tengo un mail de la misma lectora me dice que salga a mirar un gran arcoiris que cruza Santiago y le digo: aahhh! no lo ví, estaba sanando cosas en una conversación… Pero no sabes la alegría (y sincronía) que me traes al saberlo. Lo googlié y lo viii -y agradezco esa luz mágica en Santiago y en mi conversación…

Los días siguen intensos y tan bellos en estas últimas semanas del invierno 2013, que siento que el Equinoccio de Primavera será un portal donde tenemos que realmente comprometernos a una vida nueva, donde estamos invitados a expresar todos nuestros colores como las fragantes flores que alegran las calles de la ciudad especialmente al anochecer, donde tendremos que renovarnos con alegría como el viento fresco que despeina…

Y cuando escribo esta nota y respondo correos de gente que viene al Ritual de Primavera, que será el sábado 28 de septiembre (vea los detalles acá y venga con confianza), pasa Daniel (lector-consultante-amigo-vecino) por fuera del café en el que estoy y se acerca a saludarme, me cuenta un poco de sus cambios y me pregunta que cómo estoy, no sé qué decirle, por mi mente pasa: bien-mal-feliz-dolorida-cansada-confiada-frágil-cerrando-iniciando-qué bueno verte, jaja…. Al final le digo: aquí y llevo mi mano al pecho y agrego: aquí, de todo, no? sobreviviendo! -y nos reímos. Me pregunta si saldré por los feriados (en Chile hay como cinco días por las fiestas patrias)… Le digo: pensaba quedarme acá, quería quedarme realmente, pero parece que iré a Buenos Aires unos pocos días… Ya veremos.

Luego, en la mesa del lado unos chicos hablan de los cambios y que están «chatos» (hartos), sigo riéndome… Me tinca (me parece) que los días previos al Equinoccio son una buena revoltura antes que todo se ajuste y equilibre con la entrada del Sol a Libra y la llegada oficial de la bella Primavera, que eleva el corazón y despeja las nubes para ver con más claridad y asumir otras tareas… Me pasó el año pasado, esa vivencia/sensación de fragilidad y despedidas… Revoltura que pese a marear y doler, agradezco profundamente, aunque no sepa bien hacia dónde nos lleva ni cómo, pero en la cual confío, pues me refugio con fe en el sentido constante de crecer, sanar y amar. Amar nuestra historia, amar nuestros pasos, errores, dolores, alegrías, triunfos, aprendizajes… Amar la vida que sigue pese a todo…

Nuevamente la palabra que más me sale es Gracias. Gracias …Y están todos invitados a cerrar el invierno con amor y a recibir la Primavera el sábado 28 con alegría y consciencia! Por mientras y especialmente a los lectores de otras ciudades que no podrán venir pero estarán con su energía, les dejo esta. Y seguimos! 😉

17 comentarios en “Antes del equinoccio primaveral

  1. Jija…
    Dejarte una abrazo largo, apretado, sentido, calentito y serpentino para enfrentar estos días; unas sonrisas, cosquillas y risas para aguantar de mejor manera los cambios; algunas lágrimas , suspiros y brindis para recomponerse después del esfuerzo; y confianza a destajo para terminar la labor, y finalmente el toque mágico…agradecer/te por el cambio de piel
    Abrazo, Poli

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  2. hola jime.
    Gracias …, como siempre traduces lo que siento…..entre otras cosas no veo la luz al final del camino y como buena Capricornio me desespero ,me tomo la cabeza a dos manos ,se me aprieta el corazón salen las lagrimas ,respiro y respiro, respiro y suelto, suelto y confío……me conecto con mi interior y ahí vamos de nuevo…….
    Por supuesto que nos vemos en el ritual !!!!!
    Un abrazo !!!

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