Se hace camino al andar… con el alma

Me despierto con el ruido de la ventana que se golpea con el viento, el cielo está revuelto pero no hace frío. Es muy temprano así que vuelvo a la cama. Al rato me levanto y me quedo mirando las nubes entre los cerros y la luz del sol que se ven desde el pasillo del hostal. Cuando bajo al desayuno, Fernando, el dueño, me comenta que es el «Puelche», viento tibio que viene del este, de Argentina, que la tradición dice que si es sólo un día, en dos días más llueve bastante, pero que si dura tres, significan dos semanas de buen tiempo… ¡Qué incógnita! Tendremos que esperar a mañana -le digo. Y qué bonito -agrego; porque adoro el conocimiento de la tierra que sabe desde la experiencia…

lago Villarrica PuconEs mi penúltimo día de viaje, así que quiero aprovecharlo bien. Me voy a caminar por la playa respirando mucho el aire y el cielo amplio, tocando el agua fría, contemplándola. Luego me instalo a un segundo desayuno en un café de cocina argentina cerca de la plaza central de Pucón, que es muy bella, con árboles grandes, rosas, pasto y senderos de tierra. Avanzo bastante en la escritura y voy a dejar el compu al hostal porque quiero ir de nuevo al Caburgua pero por otra entrada a los ojos, siento que tengo algo pendiente después de mi chapoteo. Antes de ir paso por un mercado de vegetales y compro ensalada de apio y un par de mandarinas para comer allá.

En el bus de ida me río bastante porque una familia compuesta por el abuelo, la hija y el nieto le hacen bromas al chófer, un hombre de mediana edad y de bonachona energía, que lleva poco tiempo en este oficio, entonces no conoce todas las paradas y ellos con la típica picardía chilena-sureña se ríen y comentan cada cosa que le toca hacer, como ayudarle a una señora a bajar con su hijo pequeño y varios bolsos de mercadería: ¡Aquí afirmamos la guagua (bebé), hombre! -varios nos reímos y una pareja de suizos también aunque no entienden bien cada broma.

«Acá, señorita, El Cristo» -me dice al poco rato el novato chófer. Entonces le pago el pasaje y me despido de mis compañeros de viaje. Vaya nombre de la parada y entrada al lugar. «Gracias» -digo, mientras cruzo la ruta para entrar. Al poco andar dice: «A 2000 metros, los ojos del Caburgua». «Mmm, ¿no será mucho? Y, como 20 cuadras; igual no está tan caluroso porque el suelo aún está húmedo después de la lluvia del sábado. Ok, aquí vamos» -pienso mientras avanzo por un camino que parece no prometer mucho. En eso inicio la primera curva y todo DSCN5679 2cambia porque me siento encantada con el verde y el aroma de la tierra y algunas plantas muy aromáticas. Pero aparece otro cartel que dice: «A 1800 metros, cascadas, ojos del Caburgua»… -No le creo mucho a esos letreros, demás que es más la distancia pero ponen eso pa’ dar ánimo -piensa mi mente suspicaz. En eso pasa una camioneta y mientras camino por un claro de sol pienso: mejor hago dedo (auto-stop) pa’ que me lleven, demás que alguien me para… Pero yo misma me pillo y me digo: Mmm, otra vez tu ego apurado, ¿verdad? Nop, esta vez haremos el camino largo, disfrutándolo todo, si igual esto es mucho mejor que mirarlo por la ventana.-

Y claro que sí. Entonces, aunque cada cierto rato pasan autos, me dedico a caminar observándolo todo, haciéndome presente en cada detalle, sonido, colores, aromas, texturas… El camino es de una belleza que emociona y al mismo tiempo es tremenda meditación. Estoy extasiada y apenas siento el calor porque voy lento agarrando las sombras y deteniéndome a mirarlo todo, sin prisa… -Y tú, bien lesa, queriendo ir en auto; la perla -me digo y me río entre el verde intenso-. Es que esos tironeos del ego y el alma son tan constantes, pero esta vez mi alma logró callar a su amigo neurótico y lo premió con mucho placer por una ruta que termina siendo muy mágica y sanadora. Entre otras cosas, por eso tenía que volver al Caburgua, porque en parte el chapoteo anterior fue por apurarme… Y ahora no. Cuando le doy pleno espacio al Ser, como decíamos en la nota de No hacer, que publicara hace unas semanas, surge una plenitud tan profunda, simple y sutil, que se puede palpar la belleza de la Vida en cada circunstancia…

Y cuando ya me sentía más que bendecida por estar en medio de tanta fuerza de la naturaleza y permitirme disfrutarla, doy con estas cinco escenas en mi camino-caminado, que me dan aún más felicidad del alma:

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DSCN5703 2… No puedo más con el encuentro de esta mamá que comienza a salirse del riachuelo al lado del camino donde se bañaba con sus hijitos, cuando me siente cerca con la cámara. Le digo que me perdone, que ya me voy, y la sigo con la vista y el corazón enternecido mientras se interna entre los arbustos con su dulce prole…

terraza ojos caburguaLuego de un rato llego a mi destino de cascadas. Hay poca gente; el sonido del agua es intenso y de mucha sanación, me pone feliz; recuerdo lo que dicen algunos mayas: cuando estamos tristes o enfermos buscamos el sonido de agua para ponernos mejor… Me muevo un poco por los senderos y al final me instalo en la terraza de madera (en esta foto) desde donde se aprecia todo muy cerca porque está más baja, al nivel del agua. Hay sol. Me siento y medito un rato con mucho placer y una energía envolvente. Termino y me quedo mirando y sintiendo todo por varios minutos, sin necesidad de nada. Poco después saco mi bolsa con apio y como unos cuantos bastones con tranquilidad, mientras no paro de agradecer y apreciar todo… Y en eso en que estoy mirando el agua verde turquesa y ya siento que es tiempo de irme, voy a moverme cuando recibo otro sincrónico regalo de este año, de este viaje y de este día: descubro otra imagen-compañía conmovedora que -muchos que leen este blog lo entenderán y quienes estuvieron en el ritual de primavera 2013 también-, al igual que la familia emplumada de arriba, me remueve el corazón. Es esta chica:

futura mariposa

Guauuu. Una futura mariposa. Y una oruga despidiéndose de sí misma para entrar en su crisis metamorfósica que la llevará a conformar su espacio sagrado de crisálida, donde generará mágicas alas que la transformarán en un ser aún más bello; que será más sutil y liviano, capaz de levantarse de la tierra y conectarse con lo alto con gracia y liviandad… Me quedo prendada mirándola con el sonido del agua de fondo. Cuánta sabiduría y belleza en ese gesto de quedarse quieta para comenzar su gran cambio. Ella lo sabe: no hay que hacer, sólo entrar en la calma y en la entrega total para que se produzca el salto cuántico, la transformación pura y poderosa en nuestras vidas que marca un antes y un después en el camino.

Gracias, le digo varias veces a ella, a mi alma, a la Divinidad que nos une y guía, al Todo. Sí, guiada por la certeza y la intuición, tenía que volver, tanto aquí como a mí misma… Respiro. Ahora sí puedo recoger mis cosas y comenzar el regreso… Sin prisa, con presencia y en una plenitud que pulsa impregnándolo todo. Gracias. Vamos.

19 comentarios en “Se hace camino al andar… con el alma

  1. Qué bello viaje! La sincronía con la oruga es genial…me alegro mucho que hayas disfrutado de los paisajes del sur.
    Y seguimos en el SER…
    Un abrazo Ji, buen regreso!!! 🙂

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  2. ¡Qué bonito! Mmmm! Me dejé llevar por tu relato. ¡Qué bueno! ¡Que gozada!
    Uau! Precioso!!! Cada vez que llueva me acordaré de lo que has contado de los mayas. 🙂
    ¡Me alegro que lo hayas disfrutado!
    ¡Un abrazo enorme!
    😀
    Maider

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  3. Gracias Ji por este gran relato de tu sanador paseo,tienes el don de transmitir tus vivencias y emociones y quienes te leemos las sentimos ,goce de esa caminata como si te hubiera acompañado.
    Felicitaciones por esas bellas fotos, recordé momentos felices vividos en la zona,gracias.
    Buen regreso y no pares de escribir.
    Un abrazo energético.
    Marta Emilia.

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    • Gracias, Marta Emilia… Qué honor ser acompañada por tantos seres (en distintas dimensiones) y poder compartir detalles que nos sanan a todos… Siempre supe (desde pequeña) que quería escribir, pero nunca imaginé tener una misión-aventura-placer así como se ha ido dando en este camino que todos venimos a hacer poco a poco…. Gracias! ya regresé y te escribo desde la terraza de un café, refugiada del calor 😉

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  4. Mi sensacion de estar a tu lado disfrutando cada detalle de este viaje…mmmm…..se me erizo la piel!!!…amo la naturaleza la disfruto y añoro cada momento..
    gracias!!

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  5. Miles de gracias por apreciar tanta belleza en un acto tan pequeño, he sentido cada palabra y el momento culmine de su trayecto por estos lugares tan hermosos, la conexión que he sentido fue inexplicable…fue mas que decir… Guauuuu … casi llore, me he estremecido… Una carga de energía para valorar, apreciar y pensar (con tan pequeñas cosas se puede volver en si,.. cuando uno anda perdido en el espacio).

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  6. Hola Jime
    Casi llore al leerte, me gusto mucho. Sin palabras! Disfruta tu viaje . Que tengas un buen regreso.
    Volví a revivir con tu relato cuando también viaje para allá con mi familia. Muy lindo.
    Saludos y gracias por compartir con nosotros

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  7. Jime, qué ganas de haberte acompañado ese día, pero quizás cuando vuelvas a estos parajes maravillosos. Valió la pena esta visita. Un abrazo y regresa pronto !!!!!!

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