Luna transformadora en julio 2015

(Atención, Curicó, que allá celebraremos el 3 de julio. Al final la info)

Luna llena del mes de junio, desde San Pedro de Atacama. Chile.

Luna llena del pasado mes de junio, desde San Pedro de Atacama. Chile.

Lo asumo. La Luna no me encanta. A ratos me cae bien. A ratos la miro con suspicacia. A ratos ni le hago caso y en otros la veo y la siento sobre mi cabeza… Por otro lado, encuentro de obviedad ‘obviosa’ que nunca EE.UU. llegó hasta ella. Que fue puro show rancio de guerra fría, concepto que de sólo nombrarlo me saca un bostezo. Pero que el símbolo de «conquistarla» quedó, correspondía, y hasta hoy permanece… Y ahí está, con su protagonismo, su magia, su resplandor, su misterio, sus ciclos… A veces la siento muy guardiana, otras bien curiosa, media copuchenta-chistosa, también generosa y temperamental. La recuerdo tan presente en muchos momentos y en especial en el terremoto acá en Chile en el verano 2010.

Y ahora, en este julio que abrimos, ella se instala llena en Capricornio. Nada nuevo, podríamos decir, puesto que pasa por cada signo en un año y todos los julios se llena en esta constelación. Pero esta vez tras la cortina, en un paisaje montañoso, algo húmedo y con niebla, Plutón levanta una ceja y se ríe con sarcasmo una sola vez. Él está esperándola para este plenilunio, lo cual trae cierta novedad y profundidad para este mes.

circulo-mujeres-hombresSe dice que las lunas llenas son momento para celebrar. Demás. Basta sólo imaginar un poco a nuestros ancestros, nuestras tribus de origen en todo el planeta admirando su luminosidad y tamaño en torno a los ciclos de la naturaleza que, en este caso, tienen todo que ver con cierres, frutos, recolección, culminación de un proceso que arroja resultados, cosecha. Por tanto, junto con festejar también son un momento de reflexión en que podemos revisar el mes anterior, en este caso el inquietante junio que de la mano de Marte agitó nuestros días, los proyectos y también la energía física-mental de cada uno…

Las lunas llenas siempre traen intensidad. De hecho los grupos se ponen más inquietos, en especial los niños; también los públicos. Se altera un tanto la mente colectiva y en estos días suele haber más accidentes y delitos o hechos violentos. Por algo ancestralmente a la Luna se la asocia con la locura… Pero también esta chica acumula ciertos prejuicios porque ella rige gran parte de lo femenino y materno, los humores, los líquidos del cuerpo, las mareas… Y en estas noches de inicios de julio 2015 la Luna en vez de aprestarse para una cena con calor de hogar frente a la constelación de Cáncer , en tierras capricornianas, ella buscará un vestido largo de color negro, unos rubíes que prenderse en el cuello  y un perfume envolvente para sentarse a una enigmática cena con Plutón donde conversarán sobre el primer semestre 2015. En la mesa habrá velas y platillos refinados pero austeros (la producción capricorniana no gusta de la opulencia y no se saldrá del presupuesto). Ella -la Luna- no se dejará intimidar por el poderío y manipulaciones de Plutón, después de todo es la protagonista. El encuentro con él es cosa del destino ineludible y de las oportunidades de cambio que ambos conocen tan bien.

La noche del 1 de julio será larga, con una copa de espumante brut en sus manos, conversarán sobre los distintos avances que hemos tenido, la cantidad de temas pendientes que dan vueltas, en especial de aquellos que evadimos en estos meses. Plutón soltará algunos secretos sobre volcanes, movimientos de tierra y asuntos con el petróleo que están por venir, mientras ella le anunciará el liderazgo de algunos artistas y científicos que pronto harán noticia. Reirán a carcajadas con los temas de la banca y los gobiernos; nada que hacer, sólo observar con empatía cómo se manifiesta la resistencia a crecer -tantas veces hemos estado ahí, ¿no?

Bien avanzada la madrugada del 2 de julio, Plutón sacará un juego de la verdad junto a unos vasos de licor y aunque no logrará sacarle a la Luna información sobre las mujeres gobernantes del planeta y su futuro, sí hablarán de las fuerzas que nos concederán en este segundo semestre para transformar aquello que esté estancado, opaco o triste, porque esta Luna llena marca un punto de inflexión en este potente 2015. Claro, si es que queremos mover nuestros temas, porque a Plutón no le interesa rogarnos ni hacernos el trabajo. Ambos coincidirán en que la vocación de todos será un gran asunto.  Es que la casa de Capricornio rige las metas y la carrera, los caminos que podemos trazar. También se vincula con nuestro mejor amigo ego, el qué dirán, cómo queremos que nos vean y cuán coherente es nuestro interior con la vida pública que tenemos, por tanto serán tópicos prioritarios, y la Luna dejará en claro que al hogar interior -el ‘Yo Soy’ quieto y certero- hay que darle espacio antes de pensar sólo en triunfar. Plutón hablará de la ambición y aunque no llegarán a un acuerdo dejarán en claro que desde 2008 y con fuerza hasta 2017 estamos en plena depuración de ésta.

jupitervenus2Y como este encuentro es importante, la Luna querrá compartir con los demás colegas del cielo y le propondrá a su anfitrión una cena con el resto de los planetas, asteroides y estrellas. Después de guardar silencio unos segundos, Plutón dirá que prefiere una reunión. La Luna negociará una fiesta y se impondrá con cierto entusiasmo plutoniano; después de todo está bastante harto de perder protagonismo frente al alocado Urano, quien ahora anda de fiesta propia con la sociable Venus y el entusiasta Júpiter, y juntos este mes nos proponen activar nuestros talentos, originalidad y apertura, atrevernos a innovar y brillar desde lo que somos y con pasión. La fiesta incluirá hasta al anciano Saturno, quien llegará con su bastón algo desgastado luego de haber regresado a las aguas escorpionas hace poco y quien dejará en claro durante la fiesta que tenemos que revisar también temas pendientes de 2014, que los asuntos no son sólo de este año. Y aunque Neptuno no hará esfuerzos por enterarse mientras pone la música y busca más vino, Mercurio dejará la pista de baile y estará de acuerdo en anotar -rápido- lo pendiente y aquello que necesitamos transformar porque ahora es el momento!…

Butterfly_moonTodas estas oportunidades nos da la Luna llena de julio: sentarnos a ver dónde y cómo estamos, celebrar los avances y tomar decisiones sobre nuestro presente para transformar el futuro. También es un gran momento para activar el dinero de forma más concreta y productiva, revisar la historia de nuestros ancestros hombres, ver qué tomamos de ellos y qué cosas no necesitamos imitar sin consciencia…

Y yo me río con ganas y agradecimiento porque estaré este miércoles 1 de julio en radio Cooperativa conversando sobre las oportunidades que nos da este invierno, y al día siguiente, sincrónicamente y sin planearlo sino que llevada por las señales y el flujo vital, lejos del fútbol y del aire contaminado que provocamos en Santiago, estaré en Curicó  dando precisamente primero una charla de orientación vocacional en el colegio Orchard College, un encuentro tanto testimonial con mi propio camino desde el periodismo a la astrología pasando -entre otras cosas- por este blog, como también sobre la experiencia en mi rol de astróloga con este tema -el camino de Vida- por el cual muchos consultan, eso será el jueves por la mañana. Y luego el viernes a las 19:30 hrs., celebraremos el Ritual de Luna llena en el Centro Médico Vichuquén… Sé que honraremos lo vivido en este primer semestre y que esta vez abriremos los dones de nuestro corazón-diamante, ese que sabe todo dentro nuestro, que contiene al Universo entero y que ahora -en esta era- nos corresponde activar para movernos día a día y este mes de la mano de ciertos planetas y de la Luna llena que protagonizan esta fiesta en el cielo. Todos los datos del encuentro se pueden pedir en el correo: saludconalma@cmvichuquen.cl  y al final más coordenadas… ¡Feliz Luna llena de transformación y renacimiento! ¡A celebrar, concluir y abrir el corazón a lo nuevo!

Ritual de Luna Llena en Curicó:
DÓNDE: Centro Médico Vichuquén, Calle YUNGAY # 34, CURICÓ
CUÁNDO: Viernes 3 de julio 19:30 a 22:00 hrs.
CUÁNTO: $ 7 mil + frutos secos para compartir
CÓMO: Consultas e inscripciones en el 8 299 59 62 /  (75) 2 31 9739  y en saludconalma@cmvichuquen.cl Y si se decide a última hora, llegue no más. Si puede traiga su cojín y manta para estar abrigado. ¡Los esperamos!

En excelentísima compañía

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Sendero al mirador Bandurrias, San Martín de Los Andes

Por fin me quedo conmigo. Respiro profundo con mucho placer en medio del bosque, de vuelta del mirador Bandurrias, en San Martín. Subimos con mis compañeras de cuarto, Nadia y Nati, dos argentinas que tomaron sus vacaciones por el sur y que están algo cansadas de recorrer porque han hecho muchas cosas en poco tiempo; en su último día de viaje deciden hacer algo más tranqui y vamos lento por el empinado sendero que está en medio de tierras mapuches, que toma unos 45 minutos cruzar… Un lugareño de unos 70 y varios, con ojos profundos y cabello cano, nos indica por dónde ir y nos dice que acostumbra hacer este camino –lo admiramos y envidiamos, obvio-, aunque “está pesada la calor hoy día”, así que se sienta un rato bajo una sombra… Al llegar arriba hay viento y la vista es amplia e imponente, muy bella, se siente la fuerza de esta zona de lagos y montañas y todo es azules y verdes poderosos… Agradezco y disfruto. Nos sentamos cada una en silencio sobre las rocas a mirar la panorámica, sentir el momento y tomar fotos. Al rato nos despedimos, las chicas siguen a La Islita, a unos 30 minutos caminando más abajo, donde pasarán la tarde; yo vuelvo al pueblo, necesito mucho estar conmigo y en cuanto entro al bosque siento ese regreso con regocijo… Qué bien se siente acompañarse.

Desde el mirador Bandurrias, San Martín de Los Andes

Desde el mirador Bandurrias, San Martín de Los Andes

Adoro compartir con distinta gente, e igualmente muchas veces necesito ese contacto interior que es único, silencioso y tan enriquecedor como el estar con otros. Necesito también salir de la rutina y en ocasiones esa pausa para mí tiene que ser conmigo, necesito darme el gusto de acompañarme; más de una vez he rechazado invitaciones muy atractivas porque toda mi energía y las señales me dicen que ese fin de semana o ese espacio de pausa es en una vibración más quieta y no hacia fuera, como suele gustarle a una parte de mi ego. A él a veces le cuesta entenderlo, pero una vez que comenzamos el viaje se pone feliz y me acompaña con su mejor sonrisa. A ratos también me jode, me hace trampas, me pone distractores y obstáculos -como a todos, ¿no?- pero se aquieta mucho al respirar y reconocer que estamos en otro espacio disfrutando. Al ego hay que educarlo y avisarle cuando vas a hacer cambios o comenzar algo, si no, se resiste y comienza a dramatizar como tanto le gusta. Por eso me da risa la pregunta de Inés ese mismo día por la tarde; me escribe por unos talleres que ella organiza y le digo que estoy en el sur hace unos días; me pregunta que con quién viajo. Conmigo –le respondo. –Ah, te pregunto por curiosidad porque yo nunca he viajado sola, creo que me daría miedo o pena –agrega. Me sonrío y le digo por mensaje: Nooo, es bacanooo, mira mi blog, ahí están las aventuras. Creo que te gustaría –le digo y recuerdo muchas lecturas de cartas astrales donde esto, aprender a estar con nosotros mismos y darse espacios de retiro es prácticamente un mandato de nuestro mapa astral; y muchas personas no lo descubren ni lo aceptan fácilmente, mientras que otras me cuentan que lo saben y que se dan esos espacios porque si no colapsan… Y hay algo más: nunca estamos solos, siempre estamos con nuestro corazón diamante que todo lo sabe y lo contiene, junto a la presencia incondicional de nuestros guías y maestros que más de una carcajada sueltan con nuestras andanzas…

… Al mediodía, en este regreso ‘intro’ por el bosque siento mucho más los aromas y aprecio otros detalles que antes pasé por alto porque íbamos entretenidas en conversar y reírnos, en este caso de nuestro mal estado físico que sufre con las subidas, risas que también fueron un agrado…

De vuelta el sendero se torna más mágico y puedo contactar más con mi presente, con mi corazón, con los guías, con los elementales del lugar y con un par de pequeños pajaritos que me acompañan por un rato sin salir volando ante mis pasos… Me detengo en una parte sólo a respirar, aquietarme, sentir y agradecer, mis oídos parecen agudizar su poder y percibo cada sonido del bosque, en medio de esto el crujir de las ramas de añosos árboles me hace reír porque parecieran saludar y suenan como antiguas puertas de madera… El aire está húmedo y la temperatura agradable, me viene emoción con lagrimita casi por todo lo vivido, parece poco y es demasiado al mismo tiempo…

DSCN9994Por la tarde sigue el paseo y el trabajo por un par de cafés del pueblo y finalmente decido ir al día siguiente a un lugar que apareció como señal dos veces en el mismo día aunque no era mi prioridad: Villa Traful, un pequeño poblado en medio de un bosque que rodea un gran lago de aguas más turquesas y un entorno más puro, sin pavimento y apenas un par de lugares donde comer. La excursión va por camino de ripio por el paso Córdoba, con la típica vegetación patagónica pero más rojiza, distinta a lo que se ve por estos lados, muy bella, y nos detenemos en distintos lagos, ríos y miradores donde la energía es muy abierta y magnética al mismo tiempo.

Una vez en la Villa, hay mucho verde y un poco de viento, se siente aún más la conexión con la naturaleza y la lejanía de la ciudad. Almuerzo algo rápido en una terraza sobre el pasto, no quiero encerrarme en un restaurant, entonces conversamos un poco con Rubén, que oficia de chocolatero, heladero, mozo y cajero. Me pregunta que de dónde soy y surge el tema del volcán. Le cuento que tengo que cruzar pronto y que espero que el paso esté abierto porque parece que esa mañana de la erupción lo habían cerrado.

Lago Traful

Lago Traful

Luego parto al lago y antes paseo un poco entre los árboles. Me encuentro con un matrimonio mapuche que toma mate en un mirador. Él también me pregunta de dónde soy y me dice que “es muy buena la gente de Chile”, que conoce Valdivia, que estuvo hace unos años, que todo muy lindo, que no le gustó tanto el pescado, lo encontró muy salado porque es de mar, pero que sí le encantaron los mariscos y se trajo una caja de almejas y machas para la familia. Me dedico a escucharlo y sentirlo y a mirar los ojos de su esposa que apenas conserva sus dientes delanteros y tiene una mirada muy chispeante. Él es muy sociable y me cuenta varias cosas y me dice que “estamos acostumbrados a los lagos; yo hace como diez año que no me meto acá, imagínese; es que como lo vemos todos los días”, y nos da risa porque mientras yo me maravillo para ellos es lo más normal… Así somos, es como los chilenos con la cordillera, que damos por hecho que la montaña está ahí y ni la disfrutamos, mientras que cualquier extranjero no hace más que admirarla… En eso me despido y les digo que voy al lago. -Sí, vaya, ¡vaya a mojarse las patas! –me dice con un ademán tocando su sombrero; yo lanzo una carcajada y le respondo: bueno, como tú digas, me iré a mojar las patas, te haré caso! –y su esposa se ríe moviendo la cabeza. Una vez en el lago los diviso de lejos, los saludo y seguimos sonriendo… Me siento con los pies en el agua –como ordenó mi amigo- sintiendo toda la vibración pura de ese lugar y al agua a temperatura precisa. Cuando me doy vuelta veo que atrás mío hay unas cuantas bandurrias quietas que se camuflan un poco entre las piedras, las saludo y un par me mira, el resto sigue inmóvil. La vista, el sol y el agua son una delicia. Cierro los ojos un rato y reconecto con el octavo centro, el corazón verdadero; siento gran plenitud, siento calma, alegría, amor, apertura, confianza… Puedo palpar esa perfección de la vida que muchas veces creemos que tiene luces de colores o es espectacular, pero que suele ser simple, quieta, sin afán ninguno. Sólo estar presente disfrutándolo todo, sin presiones ni pretensiones. El sonido del agua en las piedras me atrapa y me quedo mirando todo. Al rato una chica gordita de rulos rojos se acerca con su tablet a fotografiar a las bandurrias, más allá figuran su madre y su abuela, son calcadas y nos saludamos riéndonos un poco de la elegancia de estas aves que parecen vigilar la escena y no inmutarse.

DSCN0104Al salir del lago me entretengo mirando a dos perros, un golden retriver y un mestizo que corren una y otra vez. El primero agarra una piedra del agua en el hocico y corre hasta los pastos (unas dos cuadras más allá) a dejarlos, mientras el otro lo sigue cual escolta. Hacen eso una y otra vez y me río con su juego que parece tan absurdo pero debe ser el mejor pasatiempo de la tarde. Con una señora también nos divertimos viendo el juego perruno que tiene para rato. –Qué aparatos estos dos, mirá cómo corren –me dice sentada a mi lado en una banca.

Me quedaría horas –o días- aquí, pero en un rato tendremos que regresar con la combi que nos pasea por acá. Ya lo dijo Charly, el chofer, de quien soy su copilota, quien en el viaje nos conversa con el típico tono sureño algo más arrastrado sobre política, medioambiente e influencias varias de la Argentina, además de contarnos más cosas de esta zona. Una vez en camino y cuando ya tengo ganas de siesta, nos detenemos en lago Falkner, con el mejor panorama para una tarde de paseo: sentarnos en la orilla a tomar mate con facturas sintiendo el sol en la espalda. Estoy extasiada y a diferencia de una argentina divertidísima que está cerca de mí y que habla fuerte, no me molestan ni las abejas ni las avispas que dan vuelta cada tanto. Estamos sólo la inmensidad del lago, las montañas, la arena tibia, el sabor del mate, las facturas con membrillo, el cielo azul, las mariposas, las abejas, la gente alrededor y yo.

De vuelta en el pueblo, en San Martín, nos despedimos entre los viajeros, Charly me dice que me quede tranquila, que ya el volcán está quieto. Paso al terminal de buses a ver cómo van los viajes a Chile y José, el encargado, que a esta altura ya me conoce y nos saludamos con agrado, me dice que está todo normal, que por la mañana detuvieron a los primeros buses pero que para el día en que me voy seguro estará abierto. Me muestra en Internet las noticias del día y me dice que tiene sobrinos en Pucón que lo llamaron y le contaron que “el espectáculo fue hermoso, tío”. Entonces me voy al lago Lácar, a unos metros, a sentir el atardecer, agradecer y seguir este día con tantos y conmigo. Un verdadero placer.

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