Amo a Chile. Amo a Sudamérica. Amo a nuestra América completa. (También amo a Turquía, pero esa es otra historia de muchas vidas).
Estoy muy sensible estos días. Estamos, parece. No de tristeza. De sensibilidad no más. Muchos cercanos hemos revivido heridas y, al tiempo que las vimos y las sentimos calar hondo, pudimos actuar distinto y comenzar otra fase de sanación. Qué bello es crecer y comenzar a usar nuestro poder en vez de quedarnos en la víctima, que es tan tentadora, por lo demás.
Hay heridas de rechazo, de abandono, de no ser vistos, de burla o violencia, de traición, de humillación. De abuso… Esto de venir a planeta Tierra (como digo en el libro Mensajes del alma) es una aventura de tanta valentía y riqueza, que debiéramos honrarnos cada día por estar aquí y ahora. ¡Qué aguante el nuestro!
Y a unos pocos millones se nos ocurrió encarnar o vivir en Chile. Je. En esta tierra profunda, tímida, miedosa, creativa, pensativa, desconfiada, cariñosa, fría, ingeniosa, ordenada, sobria, curiosa, exagerada, ideologizada, exigente, indirecta, secretamente cálida, con baja autoestima (snif), sanadora, ¡sumisa!, chispeante, mágica, noble, precaria, tenaz…
A mí no me gustan las banderas, ninguna. No les creo. No le creo a casi nada del sistema (menos a que existan las izquierdas y las derechas, jajaja; vaya manipulación del poder para dividirnos y mantener cautiva parte de lo más preciado en nosotros: nuestra energía mental y emocional, de la cual se surte, el sistema, digo).
Pero más allá de esto (que es mi mirada, por tanto da lo mismo, lo importante es aquello con lo que cada uno sintoniza, no el resto) es lindo celebrar un nuevo ciclo.
Y al hacerlo podemos detenernos a honrar. A agradecer. A valorar lo andado. A sentir cómo estamos en todos los sentidos. Y en qué estamos.
Este rincón de Sudamérica, nuestra tierra llamada Chile cumple un nuevo año el 18 de septiembre. Y nosotros con ella.
Por eso la saludo. La abrazo. Le agradezco tanto, en especial, su bondad, las sonrisas, la naturaleza y la vibración a ratos tan pura.
¿Qué más le digo a esta bella tierra chilena? Que la quiero profundamente. Que me río con ella. Que el poder de sus bosques, montañas, volcanes, lagos, atardeceres y océano profundo me inspira y nos acompaña a tantos. Que me gustaría que tuviera trenes para viajar con más disfrute por sus rincones. Que respeto su precariedad, su fortaleza e inestabilidad; todo junto. Que me encantaría que fuese menos sumisa (cómo no mirar con angustia a ratos las dinámicas colectivas y personales del último par de años) y me gustaría saber en qué minuto se le ocurrió ofrecerse de “laboratorio” de varios poderosos externos e internos sin chistar. Pero, bueno, no hay casualidades.
Le digo Gracias por hacer fértiles los caminos de millones de seres que aquí construyen sus preciadas vidas por más difícil que se haga a ratos (porque tú, Chile, tampoco eres muy fácil, ¿eh? Y a veces te pones muy quisquilloso y te encanta la norma y de repente eres muy parco, aunque después igual muchos logramos sacarte abrazos después de un freno inicial. Pero, bueno, es parte de tu sello y lo acepto). Por más que el propio sistema –vía sus distintos tentáculos– manipule para crear caos, inseguridad, división… miedo.
Millones seguimos conectados a ti, tierra del sur del mundo, para crear sus propios sueños.
Gracias, Chile. ❤ Es mucha tu belleza. Es grande tu nobleza. Es conmovedor tu poder de sanación. Es emocionante ver tu crecimiento interno de la última década. Porque es interno, no tiene nada que ver con carreteras, tecnología o cifras; menos con política (eso es tan antiguo en esta nueva era; repito: es mi mirada).
Y aunque una de nuestras emociones chilenas base, el miedo, a cada rato intenta ser el protagonista y vaya que varios poderosos lo utilizan para controlar y usufructuar, es tu corazón profundo el que se hace un espacio, logra pulsar fuerte y le dice sí a la Vida misma, con todo lo que trae.
¡Felicidades, querido Chile! Que este nuevo año nos sigas animando a sonreír, a crear, a gozar las experiencias, a hacer nuestros propios caminos más allá de la agitación mundial y local. Gracias por tu energía. Gracias por tus azules intensos, verdes, ocres, blancos, rosas, rojos, naranjos, turquesas. Seguiremos honrándote y recibiendo tus generosos frutos. Gracias. Y que tu gran poder interno se irradie en todas las direcciones. ❤
Puro Chile es tu cielo azulado, Jime, he mirado tantos cielos, gracias por ello, y quiero afirmar que el nuestro es el el mas hermoso, puro…el celeste mas intenso, los amaneceres y sus colores, las noches con esas, estrellas majestuosas moviendose y deslumbranso y si, comparto nuestro Pais es Magico, y su gente, todos tenemos algo bueno que ofrecer!!! Asi que Feliz Cumpleaños Patria querida!!!
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Linda Jimena como haces poesía con las maravillas de nuestro país, disfruto tus palabras que siempre recibo con alegría, tu mirada armonizadora la hago mía!!! Gracias por eso y por ser tan bella compañera de viaje, abrazos para ti y a gozar esta celebración.
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