¡Paren el 2023! Que me quiero bajar (un rato)

Voy con Nancy, la modista que me recomendó una amiga, y mientras me pruebo lo que quiero arreglar, conversamos del cansancio y de que todo está pasando muy rápido. Ella tiene puesta la tele, pero mientras conversamos la apaga. Desde su pequeño taller se ve el volcán Calbuco y feliz me quedaría ahí para tomar café y arreglar el mundo, podría recibir a los clientes, le pasaría los alfileres; ponerlos no, porque seguro me pongo a conversar y pincho a más de alguien. Pero las dos estamos atareadas y sentimos que no nos alcanza el tiempo, o que pasa muy rápido o que nos robaron unas horas, ¿sí o no?Comentamos, además de hablar de telas y moda.

¡Paren el 2023, que me quiero bajar! Siento que pestañeamos en marzo y de repente ya es agosto, mi energía anda recién en junio y mi cabeza no entiende mucho pero, al menos, mi alma sí. En medio, al igual que muchos, he tenido varios regalos, bastante trabajo, lindas visitas, mini viajes, liberaciones y no pocas preguntas sobre cómo seguir…

Claro, estamos en gran aceleración y en tantas revelaciones personales como en otras poderosas que son colectivas (el que tenga ojos para ver…) que siento que nuestros cuerpos apenas alcanzan a procesar algo cuando viene otra sacudida, verdad, hallazgo, caída de ficha, oportunidad, tema que resolver, encuentros, cierre, paso nuevo y más…

Pero también este tiempo verdadero nos pone rápidamente en nuestro lugar, nos hace girar para mirar a donde sí tenemos que hacerlo, se confabula casi instantáneamente con el alma para que dejemos lugares, ambientes, personas, trabajos, dinámicas, vocaciones, creencias, actitudes que ya no, no nos corresponden ni practicar ni aceptar.

Y sincrónicamente varios consultantes de carta astral me cuentan con emoción que han cambiado y cómo ciertas situaciones que antes aguantaban ya no son parte de sus dinámicas, cómo han podido hacer cambios en hábitos autodestructivos, cómo se han dado cuenta de dinámicas personales que provocaban determinados abusos, injusticias, situaciones dañinas, etc… Cómo sienten que van pudiendo salir de la víctima, de la pasividad o cómo se alejaron de ambientes densos…

Mientras, yo escucho, siento y me conmuevo. Cuán bellos y poderosos somos. Cuánta energía renovadora y creadora hay en estos tiempos inciertos e intensos. Cuánta conexión disponible para escucharnos más y hacernos caso.

Y si bien intuyo que en cualquier momento todo se puede caer o, por lo bajo, sacudirse a nivel planetario, ya sea desde lo geográfico, alimentario, económico, distintas redes, el montaje de lo extraterrestre o quizá qué más invente el poder (lo político y lo religioso ya está en la decadencia misma, así que si vuelven caer es solo reconfirmar y para que muchos se atrevan por fin a discernir), lo cual será un desafiante regalo pues provocaría aún más limpieza de la que ya estamos atravesando, en medio de esta vorágine, el aire se siente nuevo. Los colores también. Poco a poco se deja ver nueva luz, otra tonalidad. Ya nada es como antes. Pero lo nuevo recién se asoma. Aún no tiene forma, pero sí tiene mucho poder.

Y de las cosas que más comenzarán una renovación será nuestra mente, nuestros mecanismos y creencias. Así que en el inicio de este nuevo tiempo es clave observar cómo pensamos, en qué, con qué intensidad y cómo lo plasmamos en nuestros vínculos.

Porque tal como me dice Nancy: “la gente anda muy acelerada, muy irritable, muy impaciente”. Ante lo cual yo afirmo y le digo: ¿Me vas a tener el arreglo hoy, verdad? Y ella abre los ojos algo asustada, pero luego se da cuenta que es una broma y ambas reímos mientras se le pasa el susto. -Nunca tan santiaguina, poh -agrego y después comentamos sobre mis colegas de la capital versus la gente del sur o esos que llevan décadas por acá, en tierras verdes, de mucha lluvia y energía más pausada.

Salgo de su taller muy contenta pese al frío y la niebla que caen a las seis de la tarde, voy a casa a tomar sopa, a coordinar detalles de una charla que será a inicios de septiembre en Curicó, en el centro sur de Chile (pronto más detalles), a preparar cierto material de talleres y a seguir sintiendo tanto la rapidez como la frescura de este tiempo nuevo del cual, aunque muy cansada, estoy tremendamente agradecida y orgullosa de los cambios que tantos desde nuestras pequeñas y valiosas Vidas estamos haciendo. Gracias. Nos acompañamos.

2 comentarios en “¡Paren el 2023! Que me quiero bajar (un rato)

  1. Ji hola… Escribiste por muchas y quizas muchos tambien, si.. es un tiempo rapido, de muchos cambios sin embargo veo que nosotros estamos evolucionando, mirandonos hacia adentro y sintiendo que esto no lo hare mas, me preocupare por mi, valorare a los cercanos, como tu, tu modista, o una querida amiga, amigo, o la persona que con una sonrisa te entrega el pancito caliente para el desayuno, o el que te sonrie, o el abrazo de un hijo, la sonrisa de un niño, en fin tantas situaciones por agradecer, la lluvia, llegar a tu casa y que te abrigue, todo es energia, o mi gato que esta a mi lado y me ronronea…. Ha sido para todos… creo un año con prisa y de muchos aprendizajes… Sigamos el viaje espero.. que para cada uno lleguemos a buen final, cariños Ji y gracias.

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