DETENERSE… A SENTIR

Por fin para un poco la lluvia (que igual me encanta) acá en el sur de Chile, hay viento, sol y nubes que le dan otros colores a los últimos días del invierno, aunque el agua está lejos de terminar por acá.

¡Ay, qué cansancio! Muchos suspiramos esto, a mí ni siquiera me da pa’ quejarme, es simplemente una expresión, es un sentir ante la velocidad e intensidad de este año, donde pasan montón de cosas y el tiempo parece un ventarrón frente a nosotros, despeinándonos y muchos sin poder organizarnos del todo ante su velocidad.

Después de la Charla en Curicó donde compartimos con mucha conexión sobre renacer desde nuestro poder y no desde lo que el sistema quiere, que es básicamente que entremos en miedo (con todos sus derivados) y obediencia ante los cambios que se asoman, siento mucha necesidad de escucharme más, de detenerme a contemplar este momento, de sentir en qué estoy y hacia dónde quiero ir.

Quienes estamos en roles de contención de los demás, como terapeutas de todos los colores y formaciones, como astróloga en mi caso, solemos tener cantidad de respuestas y soluciones para nuestros consultantes y para nuestro círculo afectivo. Pero muchas veces olvidamos pedir ayuda para nosotros y tendemos a sobrepasarnos.

Entonces, después de haber pasado algunas pruebas (incluida una aguda disfonía), decido decirle al lado oscuro –que está pataleando mucho en estos años para que no hagamos nuestros caminos del alma y nos quedemos bien anclados en lo antiguo– que se deje de joder (hay que ser directo con éste), y también hacerle espacio al cansancio, a mi cuerpo y a mi energía que, como la de tantos, está exhausta. Por eso, me detengo unos días. Necesito mirar con más calma.

¿Para qué detenernos? Para descansar de nosotros mismos, de nuestro ‘personaje’ y hablar con él (con nuestros roles, en especial esos que son repetitivos). Para salir de lo automático. Para sentir. Sentir es uno de nuestros poderes. No es drama. Es conexión. Es dejar que el corazón pulse y hable. Es percibir desde el alma. Es dejar que la Vida se exprese ante nosotros. Es entrar nuestras verdades. Es escucharnos. Es conectar con la energía presente en todo. Sí, ahora es buen momento para detenernos a Sentir.
En mi caso, me detengo también para crear. Pronto abriremos de nuevo el taller para trascender la Luna astrológica –que es de lo que más nos infantiliza y opaca si no la conocemos– y otro para integrar la energía del Ascendente Astrológico. A veces nos pasa que en las mismas rutinas y ritmos la creatividad no viene, así que también hago un alto para abrir lo creativo y conectar más profundamente con lo que queremos entregar en estas clases donde tocamos el alma para soltar un poco a nuestro querido ego.

En esta mitad de septiembre, donde el 2023 parece una montaña rusa, respiro para sentir y apreciar. Respiro también para agradecer. Para valorar lo que muchos nos entregan y enseñan, incluso sin saberlo. Aprovecho los días feriados por el cumpleaños de Chile y descanso de la agenda laboral. También nos encontramos a celebraciones divertidas y paseos por la naturaleza de este sur que me permiten sentir más de este presente burbujeante que, intuyo, pronto puede terminar de hervir. Y cuando eso pase, claro que será valioso detenerse antes de creerse todo como una sola realidad.

Abrazos con detención y alegría, porque estos tiempos electrizantes nos recuerdan que somos poderosos y muchos estamos soltando antiguos trajes. Nos acompañamos. ❤

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