Mis mejores Frases 2010

«Cuando chocan como dos piedras grandes con la Tierra y ella se quiere mover… porque tiene calor o le pica algo», niña chilena de cinco años explicando cómo se producen los terremotos. Verano, en el sur de Chile.

«Pa’ que aprendamos a no ser codiciosos, pa’ que seamos personas humildes no más», Francisco, chico de 13 años, frente a la pregunta, ¿Por qué suceden los terremotos? Sur de Chile, Verano.

«Me reuní con el Dalai Lama hoy en Los Angeles. Le ofrecí usar Twitter. Se rió», Evan Williams uno de los creadores de Twitter. (Al día siguiente, sin embargo, el líder espiritual tibetano tenía una cuenta en el sitio con 55 mil seguidores). Washington, invierno.

«Say no to racism», (Dile no al racismo). Lienzo en las canchas del Mundial de Fútbol. Invierno en Sudáfrica.

«¡Porque estos muchachos no sólo son guapos, además son valientes!”, Presidente «Pepe» Mujica, antes los triunfos de la selección uruguaya en el Mundial de Fútbol de Sudáfrica. Invierno en Montevideo.

«A mí también me gusta leer», conserje de mi edificio cuando se entera que le presté un libro a su colega de la mañana. Invierno en Santiago.

«El Presidente Piraña…», el poderoso inconsciente de la periodista  Soledad Onetto para referirse al Presidente Piñera, al presentar el noticiero central de Canal 13. Primavera en Santiago de Chile.

«El ser humano es conciencia. ¡Conciencia, conciencia, conciencia!», la Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú, Primavera en Santiago.

«Tesoro, tú lo que tendrías que hacer es ir al oculista», Delfina Guzmán, actriz chilena de más de 70 y tantos en respuesta a las lisonjas de un periodista que le pregunta cómo lo hace para estar cada vez más regia y juvenil. Primavera en Santiago.

«A si yo para la ortografia soy malo pero despues de todo no es nesesaria para vivir», Mauricio, uruguayo chateando, desde Colonia Valdense en Verano.

«Ya están bien los 33. Y los del 8.8 siguen esperando», graffiti en Constitución, donde miles de víctimas del terremoto y tsunami siguen viviendo sin baño, sin agua potable, en medio del barro y de la indiferencia de muchos. Verano, Sur de Chile.

«Ojalá el 2011 sea más simpático que el 2010 y menos calamitoso y bochornoso… sobre todo gracias a uno que nos ha cubrido de vergüenza ajena, jajaja», mi hermana en un mail de despedida del año. Verano en Santiago.

…. Estas son las mías por ahora, si usted quiere, agregue las suyas! Y que cerremos el 2010 con alegría!

EL VERDADERO MILAGRO DE LOS MINEROS CHILENOS

Ya todos sabemos lo sucedido desde el principio y el épico rescate que da un primer gran final feliz a esta impresionante historia.

Muchos no alcanzamos ni a vislumbrar lo que viene ahora, se habla de invitaciones a diferentes países, eventos varios y decenas de programas de televisión peléandose a este grupo de 33 sobrevivientes.

Pero, a mi juicio, aquí hay otro milagro -y en realidad varios más- tan simbólico como la potente vida de los mineros que triunfa en medio de la desolación y a cientos de metros bajo tierra, tierra que es fuente de vida al mismo tiempo.

Para mí el verdadero milagro es la fragilización del poder, encarnado en el Presidente Piñera…. Hace rato que Chile -y con ello se contagia a Sudamérica y la humanidad, en gran medida- está sanando sus arquetipos. Recién le tocó el turno a la mujer y a la madre que

Michelle Bachelet, en un gesto muy simbólico cuando asume el 2006 (Fuente: jornada.unam.mx)

encarnó Michelle Bachelet, quien tomó al país en sus brazos y tocó el alma a sus habitantes y al continente, más allá de si eran sus partidarios o no. Aclaro, no estoy hablando de política, sino de símbolos. Lo femenino se hizo presente con dignidad, e inéditamente se instaló en el poder, cambiando viejos paradigmas, evidenciando el enorme poderío privado de la mujer chilena -el poderoso matriarcado familiar-, y equilibrando las polaridades masculino/femenino, emocionándonos el día en que asume y -de nuevo- simbólicamente saluda con ambas manos en el corazón en gesto de agradecimiento. Ella -más allá del desarrollo de su gobierno- abrió el corazón del país y se fue entre lágrimas por el dolor del terremoto… con un corazón nacional mucho más blando que el que la recibió…

Y Piñera, qué arquetipo representa? Entre otros, para mí, el tío rico. Sí, como el del Pato Donald. Piñera no tiene energía de padre,  sino una jerarquía menor, como la de un pariente. En muchas familias hay un tío cercano o lejano con más plata que el resto y que despierta sospechas, envidias, fascinación, extrañeza. Bueno, este ser, Sebastián Piñera, enfocado a lo largo de toda su vida en el éxito, la riqueza voraz, la rapidez, el logro, el demostrar, el poder, la mente, el hacer o actuar compulsivamente… en fin, el ego; ese político que no se conmovió ni con el secuestro de su propio hijo en los años ’90, que en cuanto asume la presidencia -después de estar por décadas buscándola ansiosamente- en medio de un doloroso terremoto se pone a correr cual superhéroe, en vez de reflexionar, empatizar, sentir…. Ese mismo ser que despierta tanto rechazo incluso entre sus partidarios, este 13 de octubre de 2010 cambió.

 

El primer minero rescatado abraza a Piñera. (Foto Emol.com)

 

Puede que el cambio sea muy sutil, pero no por ello menos profundo y significativo. Por primera vez Piñera se permitió hablar menos (y ese ya es el tremendo milagro, hay que decirlo!), dejar que sus ojos se humedecieran, conmoverse, fragilizarse, hu-ma-ni-zar-se, al recibir a casi todos los mineros con un abrazo muy genuino. Especialmente el segundo minero y el último abrieron su corazón, mientras él se mostraba espontáneamente paralizado, casi incómodo, inadecuado.

Por unos minutos no hubo frases hechas ni la calculadora sacando cuentas de qué me sirve y qué no, qué me conviene y qué no hacer porque «puede dañar la imagen del gobierno»…

Y yo frente a la pantalla celebro con mucha alegría! Al fin el alma emerge y brilla, mientras el ego se disuelve por unos instantes!!!  Este es uno de los mejores milagros de un hecho que ya es milagroso!

Guau! Qué privilegio del destino ser protagonistas, observadores y receptores de tanta sanación. Porque lo de Piñera no es para él como individuo solamente. No, es para TODOS los que asistimos a este hecho de alcance mundial… Todos -nos guste o no- tenemos un Sebastián Piñera dentro, cada vez que corremos en el día a día sin respetar nuestro cuerpo, cada vez que caemos en impaciencia desmedida, obsesión o control ídem; cuando vemos sólo nuestra conveniencia o queremos demostrar que somos mejores que el resto, cada vez que pasamos a llevar a alguien, hablamos demasiado o no somos capaces de detenernos a ver y sentir qué le pasa al otro, y obvio que cada vez que la ambición o el consumismo nos ganan somos él…

Toda esta energía fría y neurótica que llevamos dentro, que muchas veces nos domina y que encarna tan bien este Presidente y varios otros por el mundo, se disolvió por valiosos minutos, se dulcificó y se transformó…

Todo lo sucedido hasta ahora con los mineros, incluido el corazón conmovido y sin maquillaje de Piñera, es un gran despertar emocional, espiritual y de conciencia para la humanidad. Miles de millones de personas de distintas culturas han asistido no al rescate de los mineros online, sino a su propia sanación, a emocionarse y dejar caer lágrimas, a valorar otras cosas, a redescubrir la fuerza del alma y la generosidad de la Tierra, a mirar de otra forma el poder humano -que igual es divino- capaz de provocar milagros, cambios y ayuda… Por minutos y horas, el mundo sintonizó con el amor y la nobleza humana y eso sí es realmente milagroso!

Así, con todo esto, como lo compuso una genia de la humanidad, hoy todos podemos decir: Gracias a la vida, que me ha dado tanto! ♪


Cómo sobrevivir al reality show del rescate de los mineros en Chile

Una cosa es el milagro después y en medio de la tragedia. Ese regalo de la vida y de la Tierra. La luz en la oscuridad.

Pero otra cosa es el aprovechamiento político, mediático, económico y más que ya podemos ver y que quizá aún no logramos imaginar desde el minuto en que el primero de los 33 salga a la superficie.

Entonces, luego de apagar la TV con fastidio en reiteradas oportunidades al ver la agotadora cadena nacional del tema con decenas de bochornosas notas periodísticas; después de estar a punto de contratar TV cable para no mirar programas locales durante las próximas dos semanas; después de reírnos pensando en qué marca de bloqueador solar será la auspiciadora oficial del rescate; después de decidir consumir la menor información del tema para no contaminar algo que en el fondo es muy mágico… Propongo 5 pasos para sobrevivir a la oleada mediática sobre el rescate de los 33 mineros chilenos:

1. Aceptemos nuestra dualidad, la polaridad humana. Los grandes hechos sacan lo mejor y lo peor de lo nuestro. Como el terremoto: hay héroes y vándalos conviviendo en torno al dolor. Ahora, hay familias sufriendo, mineros atrapados, gente anónima y reconocida ayudando, trabajando y profesionales informando… versus, familiares en quinto grado robando cámara, personajes tratando de figurar, autoridades posando y midiendo en cuánto los beneficiará esto en las encuestas o elecciones, periodistas haciendo preguntas absurdas y editores de medios midiendo cada punto de rating que los haga vencer a la competencia… Así somos, tenemos ángeles y demonios dentro y ellos salen a pasear con alevosía en los momentos extremos. Por lo tanto, podemos observar esta realidad tan nuestra, antes de seguir criticando.

2. Si -como yo- usted es un consumidor habitual de información periodística, haga «dieta de medios» este tiempo. Será inevitable leer, ver o escuchar del tema. Y si le resulta irritante, entonces es mejor dosificarlo. Así nos evitamos una gran fuente de rabia, crítica, vergüenza, etc., que siempre se traduce en energía negativa que impregna su ambiente y su vida y que, ojo, se multiplica y se devuelve. En cambio, use este tiempo libre para cosas que tenga pendientes, como leer u ordenar.

3. Si tiene conexión con esta práctica, puede sentarse a meditar y a enviar, desde donde esté, paz, sabiduría, bienestar, armonía y conciencia, a todos los seres que están involucrados en este hecho y a todos los que en este momento -en cualquier rincón del planeta- están afrontando dolor, desafíos u opresión. En silencio, mande desde su corazón esta energía. Si meditar no es lo suyo, puede rezar, si esto último tampoco es para usted, cuando se acuerde del tema, piense en algo positivo.

4. Al igual que los mineros, saque a la luz algún talento que usted tenga oculto, o un bello sentir no expresado, o un gusto que quiera darse estos días y dedíquelo a todos los que no pueden hacerlo. Imagínese si usted hubiese estado ahí, cuál habría sido su aporte al grupo, qué habría sentido física y emocionalmente y cómo lo habría expresado.

5. Agradezcamos! Al menos podemos elegir qué ver, con qué quedarnos de todo esto, qué aprender. No somos los protagonistas, la gran mayoría no hemos vivido directamente este dolor, no estamos estresados trabajando en esto que dará para largo… Podemos agradecer el regalo del fondo de la Madre Tierra, las lecciones, el recordatorio metafórico de lo bueno que es ir a nuestro interior, de lo sanador que es no temerle a nuestras oscuridades y de confiar en las bondades que ese hilo invisible llamado destino a veces nos regala.

A ver cómo nos va en esta aventura.

Agradecida.cl

…Y en medio de toda la vorágine de este 2010, me enfermé. Nos enfermamos. Varios por aquí lo estuvieron junto conmigo.

Ahí quedé: stop, dijo la vida. Y entonces me quedo en cama esperando que pase el virus o lo que sea que vino a recordarme que correr no sirve de nada y que somos frágiles; que algo no estoy escuchando, pues el oído derecho hizo su propia catarsis y al lindo se le ocurrió ver qué tal me iba al perder el equilibrio….

Enseguida, además de cariñosos cuidados de bellos seres alrededor, de llamadas y correos de Uruguay y otros lares, recibía reiki a distancia de las mágicas manos de Su y también el regalo de María Dolores, quien casi sin conocerme en seguida se ofreció a venir a casa a entregarme la sanación espiritual y física que ella practica… Guau! qué cantidad de regalos y qué bella es el alma humana!

Y, como siempre, la crisis trajo su regalo: quedé casi en off. La mente más tranquila, la energía leeenta y más liviana, me agotaba -más que otras veces- escuchar las quejas de alrededor, no podía ver mucha tele ni oír demasiadas noticias de radio… Y obvio que ni el teclado ni la pantalla eran amigables. No resistía estar «conectada», online. No podía mirar mucho rato el compu; el cuello, la cabeza, los ojos, los brazos, decían No.

Qué fuerte!, pensé. Pero dije: tendré que hacer caso no másp.

Y así, al darme vuelta y darle click al botón «apagar», me senté al sol a mirar la llegada de la primavera, retomé más de un libro sentada en medio del verde; escuché la grabación de mi última visita a la canalización de la bella Ágata Bertolino, fuimos al cerro a meditar con Su para agradecerle a la naturaleza toda su generosidad y otro día caminamos mirando la primavera en Santiago entre risas e historias. También vino el alegre Fer a tomar té -la próxima será un mate- en el soleado balcón de casa y conversamos de la vida, al despedirse me dice con dulzura y en tono uruguayo: «vecina, si precisás algo me llamás, yo puedo traerte algo del super»…

 

Las flores y atrás el kumquat disfrutan del sol

 

Me corté el cabello para cambiar la energía; sólo tomé consomé (caldo de res) en la terraza del clásico Lomits, mientras mi amiga Caro saboreaba su apetitoso churrasco italiano y yo no sentía ni pizca de hambre ni envidia (enhorabuena!) pues mi estómago no quería nada… Tuve tiempo de hacer limpieza en el cuerpo, la mente y…en el escritorio! -entre otras áreas de la vida-, de botar cosas; retomé algunos apuntes de cursos y pensamientos… Aparecieron las flores con su mágico aroma al atardecer, el verde se hizo más intenso; en el balcón brotan las hojas nuevas del laurel, también unas flores que no conozco y el kumquat reluce con sus frutos; hicimos un ritual de equinoccio de primavera a la luz de la luna, me reencontré con la divertida y sabia Silvia Selowsky, quien está a punto de dar a luz su segundo libro; sigo aprendiendo sobre el despertar de la conciencia -ahora en sus charlas, en vivo y en directo- con la gran Patricia May; después de muchas sincronías fui a explorar el revolucionario H’ooponopono….

Y así una serie de regalos de la vida… Todo por parar, por entender, por bajar el ritmo… Todo por cambiar… de foco, de intensidad, de mirada, de prioridades… GRACIAS!

Y aquí vamos con la frescura de la Primavera en el sur otra vez. Bueno, unos amigos en Europa me dicen: Otoño!… A ver qué nos deparan las estaciones nuevas. GRACIAS!

Botiquín de emergencia para tiempos difíciles (2010–2012)

Además, podemos entretenernos armando este especial botiquín

¿Sabía que estamos en tiempos delicados donde los imprevistos están a la orden del día?, ¿sabía que estos meses son nuestra última oportunidad para cambiar por dentro y despertar a una nueva conciencia?, ¿sabía que en cualquier momento el mundo, lo que conocemos como tal, puede esfumarse y cambiar drásticamente?, ¿sabía que es fundamental que todos practiquemos más armonía y menos agresividad?, ¿sabía que ya no podemos dejar así como así que nuestro ego (la mente) nos domine?

Ojalá que ya lo sepa. Pero más allá de saberlo y de estar haciendo cambios en lo cotidiano, también es necesario estar preparados para tiempos desafiantes.

Por eso, sin paranoia, sino con una cuota de realismo, este blog propone un especial botiquín de emergencia, pues muchas cosas pueden pasar en estos tiempos.

Este botiquín, que puede ponerse en una caja mediana, o en una valija, que luego se deje en un lugar de fácil acceso, se compone de lo siguiente:

Agua. Como suele decir la prensa, “el vital elemento” puede escasear. En botella o bidón, aparte agua y cada cierto tiempo úsela y la repone nuevamente.

Infusiones. En hojas o envasadas. Ponga melisa, manzanilla, menta, matico. La naturaleza es poderosa, sanadora y estabilizadora.

Frutos secos y dátiles. La comida también podría disminuir. Es bueno tener a mano alimentos que no necesiten preparación y que sean nutritivos.

-Aromaterapia: Por ejemplo, Lavanda para elevar el ánimo. Limón para purificar. Mandarina para la alegría.

Medicamentos para el dolor de cabeza y anti-inflamatorios.

Velas.

Encendedor y/o fósforos.

Números de teléfono de seres queridos o gente cercana, incluidos los vecinos.

Una bufanda, un pañuelo, o una manta. Alguna prenda que le dé abrigo.

Una imagen sagrada. ¿En qué cree usted? ¿Jesús, Buda, Dios, la Virgen, Kuan-Yin, Tara, Krishna, Saint Germain, Lao-Tse; los arcángeles Miguel, Gabriel, Rafael, Uriel; Mahoma, el ángel de la guarda, el Espíritu Santo, la Naturaleza, el Universo, la energía…?… Cualquier figura que para usted represente una conexión espiritual es y será de valiosísima ayuda en tiempos difíciles. No es religión, es espiritualidad, es conciencia. Es entender, asumir y confiar en que hay luminosos seres que nos acompañan y ayudan, cuya esencia está dentro de nosotros. ¿No cree en nada?  No importa. Escriba la palabra LUZ en un papel blanco.

Una libreta y un lápiz.

Algo de dinero en efectivo. No ose depender sólo de una tarjeta plástica para manejar su dinero en estos tiempos.

Un papel de algún tono azulado con las palabras: ARMONÍA Y CONFIANZA.

Eso por ahora. …. ¿Se le ocurre algo más? Puede dejar su aporte en los comentarios. Se agradecen!

MILAGROS DEL FÚTBOL (Los cuartos serán los primeros!)

Martes 13 de julio de 2010, desde un rincón del Sur del Mundo llamado Uruguay…

Caravana celeste por la rambla, Pocitos, Montevideo (Foto El País)

En Solymar, poblado-balneario hoy casi capitalino,  una señora que bordea los 70 y que suele ser pesimista y algo (divertidamente) gruñona, escribe por Facebook lo feliz que está de los triunfos que acumula  su selección celeste en lo que iba del Mundial 2010, y dice: “que tengo una alegría enorme por mis jugadores y que siempre vamos a recordar esta dicha, seremos campeones, arriba Uruguay!”

…Un chico de Colonia, que no sale nunca de casa y que siente que su vida es re tranquila y más bien aburrida, decide ir hasta Montevideo –la ciudad que rechaza y critica- a recibir a la selección y participa en los festejos que paralizaron al país (tanto como los partidos del Mundial) en pro de los homenajes y celebraciones….

…Una chica de Malvín, Montevideo, que no entiende nada de fútbol y que lo ha pasado muy mal este 2010 entre la falta de trabajo y varios duelos, sale a la calle con sus pequeñas hijas y celebra con cantos y gritos el paso del bus de la selección por la rambla de su barrio; se entusiasma y siente que es un respiro a las tristezas que le ha traído este año…

… Un chico de Pocitos, Montevideo, que suele mirar todo desde el peor escenario, sintiendo que nada va a cambiar y que nada va a resultar,  por primera vez siente orgullo de su país y experimenta la euforia colectiva que lo llena de colores y alegría…

…Una pequeña de 7 años que no suele ir al centro de Montevideo y cuya familia pasa por una delicada situación económica, me cuenta por e-mail: “miré en la Plaza Independencia en una pantalla gigante el partido de Uruguay,  nos pintamos la cara, nos pusimos la remera de Uruguay y llevamos banderas, gritamos los goles y nos divertimos mucho”…

…Una talentosa periodista del clásico barrio candombero Sur de Montevideo escribe en su –recomendable- blog: “aquello ya era una fiesta. Entonces salimos a la calle y un frío estelar nos apretó las manos. Petardos, cañitas voladoras y banderas frisadas por el viento. Niños exonerados de las escuelas, obreros, muchachos, mujeres en bata, y ese popurrí propio de los desbordes cuando sale a la calle. Entonces pasaron enfrente a mis narices, y como viendo sin ver, nos saludaron desde la ventana. Ahí, a unos centímetros de mi cuerpo, pasaron los atletas”

(Foto El País)

Y el bus de la selección pasa con su bullante estela celeste por todos los barrios montevideanos que une la rambla, incluso algunos jugadores se suben al techo y saludan desde ahí…

Así llega hasta el imponente Palacio Legislativo, donde las escaleras forman un vivo escenario que transforma la llegada de los futbolistas y su gran ‘Maestro’ Tabárez en una fiesta nacional muy especial y sin mucho protocolo, a la uruguaya. Los jugadores hablan con sus compatriotas desde ahí, hacen bromas y disfrutan del cariño entrañable de su pueblo…

Hay orgullo, esperanza, felicidad, expansión, complicidad y calor en medio de un país ventoso y hasta hace poco con el temple más bien gris y pesimista…

Y el Presidente de la República Oriental del Uruguay, “Pepe” Mujica, con su habitual pachorra los presenta desde ahí con emoción; afirma que «nunca hemos estado tan unidos» y que han sido capaces de borrar las diferencias de clase, las políticas -y tantas otras propias de América Latina-, y remata: “¡Porque estos muchachos no sólo son guapos, además son valientes!”, mientras el público celeste aplaude emocionado, con el corazón mucho más abierto y tibio que hasta hace unos meses…

Un Mundial que despierta conciencias

El gran Mandela y la anhelada copa de la FIFA

La actualidad es un reflejo de la conciencia colectiva. Y  lo que está sucediendo con este Mundial de Fútbol 2010 me da esperanza y es un espejo de los cambios que estamos viviendo como humanidad.

Partiendo por la sede, Sudáfrica: ícono de la miseria humana que todos llevamos dentro cuando abusamos de nuestro poder, cuando discriminamos, cuando nos burlamos de algo físico del otro, cuando desconfiamos de alguien por su apariencia, cuando hacemos como si no pasara nada y al lado nuestro hay dolor e injusticias… En un continente que algún profe de astrología me dijo hace años «representa el karma de la humanidad»; una tierra que se muere de hambre, sida, epidemias y desolación, mientras en otros nos morimos de obesidad y exceso de comodidades neuróticas, entre otras cosas; un lugar valioso que se pierde en el olvido, pues son los últimos en desarrollo y en la agenda mundial… Recuerdo a una periodista sarcástica que cuando alguien se quejaba mucho le decía: «¡Y agradece que no naciste en África!», y todos soltábamos carcajadas en la redacción del diario…

Quizá por eso en este Mundial varios poderosos se han ido rápidamente o antes de lo previsto y en medio de peleas o vergüenzas, otros han pecado de soberbios y han visto peligrar su cupo frente a selcciones «tercermundistas», dos no pudieron con su ego y cayeron fuertemente cuando no lo esperaban, mientras que el pequeño Uruguay -más allá de mi favoritismo incondicional por él, lo asumo- se posiciona con dignidad entre los grandes y ese ya es un enorme triunfo…

Cristiano Ronaldo y Mandela (El Mercurio)

En medio de todo, el admirable y sublime Nelson Mandela abre éste, el mayor evento de su sufrido pueblo, con un sentido duelo por su bisnieta fallecida en un accidente de auto al regreso del concierto inaugural del Mundial. Entonces, vuelve a conmovernos, a conectarnos con el dolor, pues no asiste a la gran apertura de esto que él logró y luego llora en el funeral de la pequeña. Días después futbolistas famosos quieren fotografiarse con este Nobel de la Paz, él acepta sonriente y declara con fuerza que el deporte ha logrado derribar las barreras de la desigualdad que los gobiernos no han podido botar y que «el Mundial ha renovado el espíritu de unidad en Sudáfrica y en el mundo». Y sí, Sudáfrica y su continente están de fiesta. Varios países hemos tenido la nuestra a raíz del fútbol. Y muchos hemos vibrado al ver la alegría cándida del país anfitrión.

Por eso no todo ha sido caras pintadas y las famosas vuvuzelas… Como vemos, también hay contenido. Ahora las selecciones antes de los partidos leen declaraciones a favor de la tolerancia y en contra del racismo, al tiempo que sacan

Dile NO al racismo

un lienzo que dice «Say no to racism». ¡Guau! Me emociona. ¡Qué bello, qué potente! Y encima en esa tierra con tanta sangre derramada ancestralmente y hasta hoy por ese gesto violento y estrecho tan bestial y tan humano. Entonces recuerdo que América también tiene lo suyo en esta triste materia. Era que no. Y qué decir de países como Chile -y tantos otros-, que no se asume como mestizo y trata de aspirar a «blanco», sin entender que nuestra belleza y ventaja está precisamente en lo particular de nuestra mezcla color canela. Pero esto último da como para un blog entero.

El tema ahora es observar las señales del cambio de conciencia de todos nosotros y de la humanidad completa más allá de nuestras diferencias, junto con asumir que esta transformación comienza por nosotros mismos en nuestros actos cotidianos. Muchas cosas están pasando este 2010. El cielo está revuelto y, por tanto, las energías también. Hay que permanecer centrados, alertas y agradecidos de lo que tenemos y de poder protagonizar avances muy relevantes en el inconsciente colectivo y que se dan incluso en un aparentemente irrelevante Mundial de fútbol.

TERREMOTO EN CHILE: GRACIAS POR EL DOLOR (2da Parte)

Este relato es –entre otras cosas- para honrar a las víctimas más afectadas, para que no olvidemos su dolor y para que recordemos ayudar con acciones y en lo cotidiano, incluso con nuestro CAMBIO de actitud, donde sea que estemos…

Esa noche, sola en el 5° piso, me desperté pasadas las 3.30 de la madrugada con lo que parecía un temblor más en Chile. Ese movimiento que da un poco de susto, pero que está en el ADN e inconsciente colectivo chileno.

Cuando dejó de ser un simple movimiento, me levanté agachada y me afirmé como pude de un mueble, mientras todo el edificio se agitaba, el ruido causaba horror y, al mismo tiempo, yo rezaba a todas las figuras sagradas que recordé y pedía que terminara, recuerdo haber repetido en voz alta: “Por favor, Dios, que termine”… Pasados más de dos minutos la Tierra cesó de rugir.

…No entré en pánico, sí en mucho miedo, angustia y también estremecimiento por lo que podría haberle pasado a otros. Yo estaba bien. Tenía un nudo en el estómago que me duraría horas y mi cuerpo tiritaba entero con una sensación de fragilidad y de rozar la muerte que no olvidaré.

Enseguida recibí la llamada de mi hermana que estaba en el sur de Chile. Luego mis padres y nos comunicamos con algunas amigas, una de ellas había caminado unas 12 cuadras a oscuras por Santiago hasta la casa de su abuela que, como ella, vive sola. Llamé a mi tía anciana que también vive sola y camina poco. Estaba asustada como todos, pero bien y a oscuras, pues no podía moverse para buscar una vela.

Luna llena desde Santiago, el 27 de febrero a las 4.23 am

Abrí la puerta. Se escuchaba el ruido de vecinos bajando por las escalas, dejé abierto, quizá para que supieran que había alguien ahí. Luego abrí las cortinas: el cielo verde muy oscuro, la luna llena pero no radiante y una capa de polvo que se levantó sobre edificios y el cerro San Cristóbal. Santiago completamente a oscuras, con gritos, llantos, sirenas de distintos vehículos de emergencia, gente caminando con desesperación, autos que apenas circulaban …Se me cayeron las lágrimas… Comencé a pedir, a pedir por todos los seres que podrían estar sufriendo, a pedir que el daño se detuviera, que todos los seres pudieran estar protegidos. Que el miedo se aplacara; comencé a mandar amor desde mi balcón…

Sé que en medio de todo me vestí, junté agua, desenchufé todos los aparatos y reparé en que increíblemente nada se había caído ni quebrado. Mis padres volvieron a llamar pues escuchaban la radio del auto y se confirmaba: Terremoto en Chile, grado 8,3 en Santiago.

Encendí un par de velas, una en mi altar en la sala, y frente a figuras sagradas de oriente y occidente comencé a mandar amor, paz, protección, calma para todos los seres. También agradecí. Venían réplicas del terremoto, pero sabía que serían más suaves, ya no me levantaba. Después de casi dos horas del terremoto bajé al primer piso. Ahí había luz de generadores de emergencia y decenas de vecinos en pijama asustados intentando llamar por celulares, una familia entera en silencio y cabizbajos, algunos perros con sus amos, gente que venía a buscar a otros. El edificio comenzaba a vaciarse, mientras el conserje corría a resolver cada detalle, una señora ofrecía pan a los que quisieran, una chica pegaba un letrero para encontrar a su gato enfermo que había desaparecido y un abuelo recolectaba a sus nietos mientras cargaba a una bella bebé en brazos. Fue bueno bajar, sentí eso que a veces olvidamos: somos todos iguales, nuestro corazón y sus latidos son los mismos. Conversé un poco y subí, a seguir meditando-rezando para esto que estábamos viviendo.

El mar arrasó con Pelluhue, localidad cercana al epicentro del terremoto. (foto Emol, AP)

Cerca de las 7 de la mañana volví a la cama y me desperté por otra llamada familiar. Había vuelto la electricidad y encendí la TV. Ver imágenes y noticieros en plena madrugada de sábado fue la certeza: Terremoto en Chile grado 8.8 en las ciudades del Sur. Con la cabeza aturdida, el cuerpo apretado, el corazón roto y los ojos vidriosos miraba las imágenes: Qué dolor. Y todavía no vería todo. Aún no llegaban imágenes del tsunami en las costas, eso sería aún más estremecedor.

Pasadas las 10 de la mañana, por fin conseguí comunicarme con una amiga española que vive en Santiago en un piso 9 y que me tenía preocupada. Ella estaba en shock, se había paralizado frente a este movimiento telúrico completamente desconocido por ella y al lograr comunicarse por primera vez con alguien rompió a llorar a borbotones por el teléfono, mientras yo emocionada trataba de contenerla. Cuando colgamos envié un mail a su familia y amigas que estaban expectantes pues ya se sabía la noticia en Europa pero no tenían comunicación.

Volví a llamar a mi tía. Contestó un vecino y me dijo: “la señora Carmen está bien, la llevamos a otro departamento porque le estamos ordenando todo lo que se cayó; no se preocupe”, le agradecí y se me volvieron a humedecer los ojos, esta vez por la belleza del alma humana.

Zona central de Chile (Emol.com)

El día continuaría en casa de mis padres, lento, silencioso, aturdido, acompañado, sin apetito, con llamadas de amigos y familia, bellos mensajes de Uruguay, España, Argentina, Brasil, Alemania, México, Colombia, Inglaterra, Francia; y seguirían horas dolorosas, conmovedoras, preocupantes, compasivas. Pero curiosamente me sentía muy viva, no de vitalidad, sino por dentro, conectada, consciente, presente.

En la tarde, por primera vez reparé en que mi madre también tenía un altar en su cuarto, el de ella es católico: algunas Vírgenes, una imagen de Jesús, la Biblia, una vela, unos santos y una foto de mi abuela a la que no conocí. Tomé la Biblia y pedí un mensaje para entender este momento de Chile y la humanidad; cerré los ojos y abrí una página con la mano izquierda, mi dedo índice se posó en el capítulo 4 del Libro de Las Lamentaciones. El profético mensaje era nada menos que un poema de dolor por la destrucción de Jerusalén (Sion) a.c. (la explicación está aquí y pueden leer el texto bíblico acá) y me confirmó parte del sentido que veo y palpo de este desastre.

La estrella de Chile

Sí, nosotros, el país modelo de Sudamérica, ese al que todos elogian, ese que no vive la crisis internacional porque su manejo macroeconómico es inteligente y precavido, ese del cual muchos extranjeros me dijeron últimamente “Santiago parece primer mundo”; ese que tenía como agotadora, fantasiosa y cruel meta social el éxito y la estabilidad; ese que se había vuelto tan frívolo e insustancial sobre todo a nivel mediático; ese país con ciudades más bien plásticas que buscan parecerse a Miami en vez de rescatar nuestra

La caída de una autopista en Santiago (Foto Emol.com)

identidad mestiza; ese país con ciudades segmentadas donde nos clasificamos y desconfiamos según el sector donde vivimos y cómo nos vestimos o hablamos; ese para el cual el nuevo Presidente prometía majaderamente hacerlo crecer al 6 % y “terminar con la delincuencia”, como si fuesen los únicos temas relevantes para una nación y su gente; ese que comenzaba a celebrar su Bicentenario y lo abría con un Festival Internacional de Viña del Mar que no casualmente culminaba justo el 27 de febrero –que, por lo tanto, quedó trunco- y que como nunca en los últimos años se evaluaba francamente aburrido y mediocre, pues era un hecho que no había figuras actuales ni relevantes. Ese país limpio y ordenado, lleno de camionetas 4×4 y autos último modelo; con habitantes colmados de tecnología y cuyo ícono del avance social era el televisor plasma, la BlackBerry o el departamento propio encumbrado en edificios modernos; ese en el cual yo apenas ubicaba de vista a un par de vecinos de mi piso… Ese país envidiado, admirado e imitado…

Sí, este país, Chile, también es FRÁGIL, también puede sufrir y mucho. No somos intocables. Los desastres no sólo afectan a países pobres u orientales. No, este país estrella –como cualquier otro que descansa en su aparente actual buena fortuna- también puede ser quebrantado por el dolor y de forma aleccionadora.

Y –por supuesto que con todo mi respeto y honor a la víctimas más afectadas- enhorabuena.

Siento que somos afortunados de ser elegidos por la naturaleza, por el Universo y su energía sagrada.

Tenemos la enorme oportunidad DE NO SER LOS MISMOS después de este terremoto. Qué bien. Nuestro pecho se estremeció y puede estar trizado aún, pero también se ABRIÓ.

Nuestra CONCIENCIA se sacudió. Nuestra humildad brilló, puede seguir haciéndolo y nos insta a recordar y aceptar que no manejamos el destino a voluntad y que la ansiada estabilidad no existe. Nuestros MIEDOS afloraron y nuestro agradecimiento se asoma con fuerza.

Qué alegría, podemos ser más sensibles, tenemos el inigualable regalo de estar más conectados con nuestras almas y con nuestra vulnerabilidad. Ahora –confío y es la idea- todos podemos estar más conscientes de lo realmente importante: El AMOR. Pero el amor verdadero. No esa emoción hollywoodense, ni el sentimiento dramático ni el dependiente, no ese que andamos buscando afuera, sino LA BONDAD DEL CORAZÓN.

Lo único que no se derrumbará nunca con ninguna tragedia es esa LUZ, esa energía poderosa que llevamos dentro y que es necesario sentirla, contagiarla, esparcirla, ofrecerla y recibirla HOY, no mañana.

GRACIAS, qué dolor tan sanador.

El terremoto de los niños (docu)

Gran documental chileno realizado a pocos días del terremoto de febrero 2010… Una mirada profunda, pura, sanadora, con sentido y esperanza. De Canal 13 cable que, todo el rato, es tanto mejor que su señal de tv abierta.

Un lujo de material visual. Clickead AQUÍ

TERREMOTO EN CHILE: GRACIAS POR EL DOLOR (1era Parte)

… Con profundo honor y respeto por las víctimas más afectadas del terremoto en Chile –fallecidas y sobrevivientes-, reconociendo que mi vivencia es absolutamente ínfima e incomparable al lado de la suya, les agradezco a ellas desde el corazón el mostrarnos y contagiarnos el dolor. GRACIAS, MUCHAS GRACIAS.

…Todos estos días he hecho (no sólo yo) silencio y varias abstenciones de lujos o placeres por respeto a ustedes y he apreciado infinitamente su coraje.

He valorado vivir en una casa, poder bañarme, beber agua, elegir lo que quiero comer o la ropa que vestiré, dormir en una cama, usar un baño limpio, saborear un pan fresco con mantequilla y una taza de té caliente…

Les agradezco a este terremoto, al tsunami y a sus víctimas el humanizarnos, movilizarnos para ayudar, conmovernos con sus desgarradoras lágrimas, con sus sueños truncados y desesperanza. El habernos dado la poderosa oportunidad de detenernos y así lograr preguntarnos: ¿en qué estamos y cómo?, ¿qué tipo de vida llevamos?

Les agradezco con gran satisfacción el haber cambiado la agenda nacional y mediática (esta última tan agotadoramente frívola los últimos años) en pos de lo profundo: el amor, el servicio, la protección, la ayuda y la información real.

Los efectos del tsunami posterior al terremoto, en las costas del sur de Chile (foto aérea de Emol.com)

Esta tragedia –qué bueno- nos ha pasado a todos, incluso al continente y al mundo.

Todos sentimos –o conocieron- el derrumbe literal y metafórico, el miedo, la incertidumbre, la angustia, la pena, la desolación, la rabia, la impotencia no de un país pobre, sino del país “modelo” de Sudamérica, ese “que estaba tan bien” a ojos del mundo y, efectivamente, en gran medida así era. Por lo mismo, aquellos que aparentemente nos salvamos de esta, igual sentimos el terror de que venga otro desastre y nos afecte más directamente como a los millones de seres que hoy lloran sus pérdidas humanas, materiales y animales.

Le agradezco a la naturaleza y a la Tierra mostrarnos su poder infinito e incontrolable para recordarnos eso: sólo somos humanos, no dioses todopoderosos; nada está bajo nuestro control y, al contrario, le debemos respeto y agradecimiento a la vida animal, vegetal, mineral; al viento, al agua, al fuego, al aire.

Sí, aunque suene como suene, estoy intensamente agradecida del dolor que estamos viviendo. Este país –confío y anhelo- no volverá a ser igual después de esta convulsión telúrica, emocional y espiritual, que tiene como paradójico contexto los mayores avances tecnológicos y económicos de su historia.

Gracias. Siento que muchos volvemos a respirar con ganas. Siento que vuelvo a valorar mi cuerpo, mis talentos, mis numerosos medios, mis vínculos, el amor que puedo dar y el mucho que recibo, incluso de gente que está muy lejos.

…Adoré el silencio y la energía lenta y sensible que se produjo en las calles santiaguinas los primeros días post terremoto. Me gustó mucho ver los restaurantes, cafés y tiendas vacíos; ¡qué bien!, salimos de la burbuja y de la anestesia intoxicante del consumo y la evasión. Logramos detenernos y sentir.

Ha sido tan bueno cambiar de ritmo, de prioridades; no poder trabajar con la misma energía porque el alma y el cuerpo aún están remecidos. Ha sido tan bello recibir ayuda, pedirla y darla.

… Fue hermoso juntarnos con amigas, con mi hermana y mi madre a meditar, a rezar, a pedir, a enviar amor y a agradecer. Hasta fui a una misa católica el mismo día del terremoto, pues sentía que necesitaba un lugar de conexión espiritual, que era vital reunir mi energía con las plegarias de otros, y me encantó porque el sacerdote dejó los últimos 15 minutos para orar en silencio por las víctimas, mientras compartió el santísimo (creo que así se llama una bella cruz dorada que seguro da bendiciones), junto a la purificación del incienso y el sonido de las campanas.

Ha sido emocionante ver una posta de periodistas abnegados en todos los medios de comunicación, que se nota apenas durmieron por cumplir con la misión de informar, aquellos profesionales que desde el lugar de la tragedia estuvieron tan desabastecidos y sacudidos como las propias víctimas.

Qué bien nos hace y nos ha hecho el dolor. Este dolor colectivo, este sufrimiento que le ofrecemos al mundo como señal de alerta. Sí, es una señal: estamos frente a las últimas oportunidades de C-A-M-B-I-A-R. Nuestra transformación es AHORA.

¿Cuál transformación?  Un giro hacia el centro del pecho, hacia el respeto por el poder y sabiduría de la naturaleza, hacia la fuerza sagrada y benévola del Universo, hacia la empatía con la humanidad completa, incluso con nuestros enemigos o antagonistas; hacia promover paz en lo cotidiano, no sólo en casos de guerra…

Un compromiso con el amor, la compasión, la intuición, el equilibrio; una forma de actuar consciente para asumir que no estamos solos con nuestro ego, nuestra mente, nuestro cuerpo y ese afán de control constante que tenemos. No. Hay algo mucho más noble y sutil que nos mueve y rige nuestra existencia… Pero tenemos que optar por ella, atrevernos a sentirla y caminar según su vibración…

… Aahhh, puedo tomar aire con ganas para agradecerle a este dolor. Hoy tengo más conexión con mi propia alma y con la colectiva, esa que nos está empujando –aunque sea a golpes- a encontrar la verdadera felicidad. GRACIAS.