Saturno llega a Capricornio: ¿éxito o felicidad?

-Claro, claro. Sólo cuando ofrezco vaticinios personalizados los lectores de este blog dejan comentarios; claro. ¿Y el resto del año, ah? ¡Igualados! Puro interés no más; ¡sí serán! –reclama mi ego con mucha risa mientras leo con deleite decenas de opiniones y pedidos serios en el Test sobre el 2018, que yo respondo en broma, obvio. Al final, preferí reeditar y sacar la parte en que ofrecía un pronóstico porque no paraban de llegar pedidos… E igual me emocioné con las respuestas al test completo de un puñado de lectores muy aplicados y valientes; un honor leer su honestidad…

Pero mi favorito es uno que pregunta sobre la “Felicidad”… -Mmm, supongo que esta lectora es nueva, de lo contrario no preguntaría si llegará para ella la felicidad en 2018 –pienso. -A no ser que sea bromista como yo; capaz que sí- digo en silencio.

Y no porque esté mal la pregunta. Para nada. Era tan común antes. Pero hace buen rato que no la escuchaba/leía; lo cual es un muy buen síntoma de crecimiento. Y ahora –cuando estrenaremos un tiempo tan concreto- está bueno revisarla.

Como muchos saben, me vine al sanador sur de Chile. A orillas de algunas zonas del lago Llanquihue y, por lejos, en el Todos los Santos la vibración es muy alta; los volcanes con los bosques resguardan y las aguas contienen con gran poder y pureza. Para mí este espacio es un rincón creativo que me reconecta y no deja de conmoverme. Aunque perdí la cuenta de cuántas veces vine, me vuelven a caer lágrimas de emoción y agradecimiento más de un par de veces en este viaje de dos semanas al sentir/saludar la energía de algunos senderos, bosques, frente a las aguas azules y esmeraldas, bajo el cielo amplio con nubes dibujadas…

Lago Todos Los Santos. Chile. Diciembre 2017

Vine a escribir las Predicciones 2018 para Emol.com, de paso publiqué las cartas astrales de los candidatos presidenciales que inicié en Santiago y terminé acá sentada en un buen café de Puerto Varas, di esta entrevista desde mi habitación en el ático del hostal, me reencontré con bellos amigos y, de la mano del sincrónico destino que nos juntó tres veces en el viaje, (re)conocí a una amiga guatemalteca –seguro ya nos vimos en otras vidas; además desde pequeña tengo conexión y señales con “Guate”, que en un viaje en 2012 corroboré- con quien compartimos sobre la energía de nuestras bellas tierras, con toda su historia y colores…

Este nuevo ciclo (2018 al 2020) trae un giro energético que iremos aprendiendo a vivir. Entre otras cosas, nos agarraremos -se supone y no todos voluntariamente- del bastón de Don Satur (Saturno) que entrará a Capricornio estos días. El 20 de diciembre, de madrugada. Comenzamos un tiempo muy distinto: se acabó el juego. La maduración que nos correspondió con él pasando por Sagitario (con más fuerza desde septiembre 2015 hasta ahora) implicó soltar expectativas, excesos de todo tipo, dispersión, creencias; también salir a la vida a experimentar en vez de opinar desde la ventana o quedarnos en los miedos y postergar. Nos aventuramos a una vida no eufórica sino verdadera, con todo lo que esto último implica.

¿Y ahora qué? El rictus de Don Satur arroja una sonrisa. Él vuelve –después de 29 años- a su casa para gobernarla con propiedad y –desde ahí- ordenará áreas muy importantes en nuestras vidas: el trabajo, los logros, el éxito, cómo nos instalamos en el mundo. Y un mega bono extra: el patriarcado!

Aunque tenemos tiempo para hablar de Saturno en Capricornio (tres años, ponte tú) este paso saturnino se notará mucho. Es un ciclo muy concreto. En las Predicciones 2018 de Emol agregaré más info e igual acá desde enero… Por ahora -y es lo que yo haré-, estas semanas entre las fiestas de fin de año, es recomendable sentarnos a sentir/ver en qué estamos personal y profesionalmente para definir -de forma simple, nada tan elaborado- qué necesitamos en concreto e ir por ello. Es decir, si lo que necesitas es descanso, pon en tu agenda una siesta, un masaje, tenderte en el pasto, levantarte más tarde un día, no hacer… Si lo que necesitas es un cambio de empleo, pon en tu agenda llamar a tal persona, actualizar tus datos y «ponerte en el mercado» laboral, revisar los anuncios… Y hazlo! Ahora! Comienza con calma y persistencia! Eso quiere Saturno en Capricornio. Con el codo apoyado en su bastón, da un solo aplauso estridente para que nos levantemos del sillón de la queja o la procrastinación y comencemos a generar una vida más plena. No hay prisa, pero tampoco hay tiempo.

A orillas del Llanquihue. Frutillar. Chile. Diciembre 2017.

… Volviendo a la pregunta de la felicidad, antes regresar a Santiago me siento muy feliz. De aún estar en el sur verdeazul y algo lluvioso, como también de volver. No me está pasando nada extraordinario. Al contrario. De hecho pasamos por algunas angustias/dolores familiares; y viví un par de frustraciones también. E igual la “felicidad” está muy presente. Sí, muchas veces hablé aquí de cómo el factor Hollywood y Disney distorsionó en nosotros -ahora cada vez menos porque estamos más grandes; es parte de la elevación de consciencia- la noción/vivencia de la felicidad, donde muchos esperan algo perfecto/brillante que dura para siempre, o algo donde el dolor no está, o donde hay luces de colores, o que llega de un día a otro y que depende de algo -hechos o personas-  externo… Bien lejos de eso está la Vida y la Felicidad que ella nos regala constantemente que, aunque sea un mega cliché, es tanto más simple que lo que imaginamos: encontrar libre tu mesa preferida en el restaurante favorito, que justo alguien te ofrezca la info o la ayuda que necesitabas, sentir la brisa en medio del calor, encontrar algo que buscabas, que te invite a comer alguien a quien quieres o al menos te cae bien , recibir y dar amor,  mirar el atardecer, sentir la risa de los niños, dormir en una cama que te cobija perfectamente, caminar entre los árboles, encontrar dinero en un bolsillo, llegar a tiempo cuando pensabas que no lo harías, entrar a tu casa y sentir calma, saborear la fruta dulce en verano o la sopa precisa en invierno, brindar con los que quieres, que el sol se asome entre las nubes, tener espacio para ti, que alguien te sonría en la calle… Y una lista infinita de pequeñas situaciones pueden ser grandes hechos que te hagan profundamente feliz cada día…  Y muchos, dado el mundo que construimos los últimos siglos,  pueden tener enredada la felicidad con el éxito…

Pero desde este 20 de diciembre y por tres años, podremos nutrir mucho ambos conceptos, depurarlos y -lo más importante- reconstruirlos  y hasta unirlos, porque hace rato que estos dos  «se venden por separado»…  Ahora, cada uno de nosotros podrá hacer su viaje de investigación  y su propia resignificación, e igual a nivel colectivo viviremos un ajuste, en especial del concepto de éxito profesional y de «ser exitoso» -Mmm-.

Montañas de la Patagonia chilena; noviembre 2017.

Nos despedimos de los años de Saturno en Sagitario, que nos regalaron menos gula (de todo tipo) y más sentido de Vida… Ahora abrimos -quizá hasta con algún remezón terrestre estos días- el portal hacia las montañas capricornianas para construir de forma más sólida junto a Saturno una Vida más real, sabia y consistente donde ser feliz  sea una práctica y no una utopía… Ya comenzamos!

Fin de 2017: Escuchar al alma para renacer

Después de un muy buen día, con trabajo tranquilo, sabroso almuerzo conversado bajo los árboles, la tarde libre con bellos gestos de amor acompañados de mucha risa, reflexiones y hasta compras, y con el cuerpo bastante cansado dada la agenda de la última semana; al llegar a casa voy a ver a nuestra amiga/familia Mary y… No está. Nos dejó; completó su ciclo de crisálida y emprendió su vuelo liviano a su nueva vida… Le había dejado por la mañana la puerta de la cocina abierta porque noté que estaba distinto su «nido» la noche antes… Me da emoción y vuelvo a sentirme honrada de tenerla en casa… La despido en silencio con gran alegría.

En estos días fui comprendiendo mejor el mensaje que me -nos- trajo. Es decir, si usted, ilustre lector, leyó el post anterior, le cuento que la señal también le toca. Aquí no hay ni media casualidad aunque todavía existan algunos que crean lo contrario… Entre otras cosas, mi querida vecina Ceci, con quien nos hemos acompañado en varios momentos, vive un doloroso duelo y nos volvemos a encontrar para darnos el abrazo y la conversación -aunque breve por ahora- de corazón.  Por otro lado, varios consultantes de carta astral están en búsqueda -algo dolorosa y angustiante por momentos- de su vocación; lo cual es un buen signo de estos tiempos: tenemos que hacernos caso y dedicarnos a algo que nos guste o represente más, no necesariamente que nos encante, pues muchos tienen que aprender a explorar antes de encontrar, pero a quienes han elevado consciencia les corresponde trabajar en algo que les dé más sentido… Por lo mismo, es bueno mirar con otros ojos si la incomodidad, las dudas, o el hastío se han hecho presentes en tu trabajo o estudios, pues la Vida -y tu alma- te está ayudando (mediante obstáculos) a comenzar tu propio paso a crisálida…

Yo también estoy en un proceso transformador con mi oficio de astróloga, profesora y conferencista, donde se me pide ir a situaciones y lugares que me desafían, pero ya puedo entender que mi comodidad no es tema ahora sino entregar otro conocimiento y herramientas más allá de si yo quiero o me gusta… Y las alas de mariposa me recuerdan la alta vibración en la que tenemos que estar para sortear las pruebas de cada uno… Los guías también me soplan que ella nos recuerda que todo está en cambio y hay que dejar ir en estos tiempos…

Como lo compartí hace unas semanas en radio Ventisqueros y Santa María de Coyhaique, sur de Chile, ciudad patagónica donde haremos el Taller de astrología el 1 y 2 diciembre (acá la información, si quieren participar o difundir), esto de ser astróloga no es algo que se me ocurriera a mí ni que me fuese cómodo al principio -a ratos, todavía no termina de serlo, de hecho-. Fue un mandato de la Vida, que decidí seguir. Algo que tuve que descifrar, aceptar y que disfruto mucho pues tiene gran belleza, bondades y poderoso sentido. También es algo que recordé porque lo traigo de otras vidas, si no, no me explico la fluidez y lo rápido que se instaló en mi quehacer… E igual no es algo que yo quise en un inicio; encima significó lidiar con oscuridad alrededor, rechazos, egos densos, incoherencias, conocimiento antiguo que no me hacía ni medio sentido, agresiones, plagios (hace poco me mostraron uno del post escorpiónico; en fin, como dije ahí mismo: mejor me río), burlas, envidias, etc. Los humanos somos tan paradójicos, ¿no? …Claro que igual siempre hubo en este camino -hasta hoy- mucho amor pulsando en todo, aprendizaje constante, grandes satisfacciones, entrega, protección y tranquilidad…

Entonces, pese a todo, el llamado del alma pudo más. Y en estos tiempos se nos permite escucharla más que antes. Ella -el alma- habla a través de señales, sincronías, símbolos en sueños… Escucharla, además de divertido (ella es muy chistosa a ratos), resulta una gran aventura. Porque a veces a ella se le ocurre, por ejemplo, llevarte a una situación dolorosa para que se abra algo nuevo en tu vida, o aprendas a recibir ayuda… El alma tiene un lenguaje bellísimo y sabio que no resulta -a veces- muy agradable para nuestro ego (mente&emociones), al cual le gusta tener control y explicación de las situaciones… En cambio el alma llega y te dice: esta relación ya no es sana; este trabajo ya cumplió su ciclo; no has escuchado a tu cuerpo; tienes este tema pendiente; quédate quieto; actívate; practica paciencia; genera disfrute; abre tu fragilidad; usa tu poder… Y ahí no más teje sus hilos para llevarnos a una situación que cambie nuestras circunstancias y nos permita escucharla… No siempre le resulta esto último, pero ella no hace juicios…

Y ahora, cuando casi cerramos más de dos años con Don Satur (Saturno) en Sagitario, que nos hizo detenernos precisamente en el sentido de nuestro paso por aquí -por la Vida, por este planeta- y de lo que hacemos, en -precisamente- la vocación, en cuánto cultivamos el espíritu, en el entusiasmo -desmedido o ausente- que ponemos en nuestra vida, en la gula -ya sea con la comida o el consumo, entre otros aspectos- que se nos arranca, en el aprendizaje de materias nuevas más conectadas y de lecciones personales… Podemos revisar nuestro presente y permitir que, poco a poco, de aquí a abril 2018, nos vuelvan a salir las alas que por un rato estuvieron guardadas o atascadas… Ya nos morimos (en especial los últimos tres años, con cambios/desafíos notables). Ahora renacemos como seres más simples, livianos y despiertos a la vez… Bueno, no todos, pues hay muchos que tienen que contrastar -les corresponde- y pueden sacar lo peor de sí mismos y de la humanidad a pasear para hacer peso a la nueva energía que ya instalamos y que no tiene vuelta atrás…

Pero aquí vamos, con incertidumbre (en Chile, como en muchos países, con las recientes elecciones, esta sensación está en alza; excelente terreno para practicar flexibilidad y aceptación) y revolturas a cuestas, pero también con fuerza renovada, con más verdades personales y colectivas que nos permiten soltar lo antiguo y hacer nuestros propios caminos con certeza de estar guiados no sólo por nuestra alma sabia e intacta sino además por la energía colectiva -del Todo que somos y conformamos- que está en el final de su crisálida como nosotros, que nos abre oportunidades muy distintas a las de otras décadas y también respuestas profundas si estamos abiertos a los nuevo… Estos tiempos  nos recuerdan: experimenta, a eso viniste, a jugar, a vivir; nunca nos equivocamos, siempre aprendemos y aunque nuestros miedos o críticas frenen el flujo de la Vida, ella está ahí siempre abierta para acompañarnos…

Preparados para soltar y cambiar

Me preguntan por los audioróscopos de noviembre y aquí están. Energía del mes y luego por signos.  Me preguntan por cómo me fue el reciente viaje express a Coyhaique (un primer viaje exploratorio para volver a dar el Taller de astrología el 1 y 2 de diciembre; datos para inscribirse acá) y les cuento que estuvo intenso, desafiante y bello a la vez, donde compartí con gente muy agradable en las radios locales, con nuevos amigos que me reciben y con gente que asistió a una jornada de autocuidado que ofrecí en una institución local, donde aprendí mucho… Es alucinante la Patagonia y con vibraciones contrastantes también. Se siente el fin de mundo, la pureza, la sanación y lo drástico. Me deja varios aprendizajes esta primera visita y regalos en el corazón.

Me preguntan, además, que si ando desaparecida. Y -medio en broma y no tanto- les digo que un poco, que estoy como la nueva integrante de la familia; Mary, en plena metamorfosis. Desde niña me fijé en sincronías y señales y, cuando más adelante, a los 20 y algo viví al menos no dos señales, sino mazazos de la Vida que eran tan evidentes pero que mi ego pasó por alto y luego pagué muy caros, suelo atesorar los gestos de la Vida que nos habla a través de encuentros, hechos, símbolos, situaciones y personas que aparecen en el momento preciso aunque no por eso cómodo. Me detengo mucho frente a éstas.

Hace unos días me levanto un poco más tarde y al ir a la cocina a preparar mi agua caliente con limón, jengibre y cúrcuma, me fijo en el lavaplatos y digo: ¿Y tú?, ¿Qué haces aquí; te perdiste o andas buscando algo; quieres ser amiga? -y justo cuando voy a tomarla para sacarla afuera al balcón veo que mi nueva amiga/familiar, una oruga verde, ya está «anidando» (seguro ese no es el nombre científico) y produjo una fina «tela» sobre ella para comenzar su viaje hacia mariposa.  No puedo más de la emoción.

Mary en su segundo día en casa

Siento amor profundo en ese instante y me quedo quieta y con los ojos vidriosos acompañándola un rato… Luego le digo: bueno, cuéntame qué necesitas porque tendremos que compartir acá, prometo no hacer tanto ruido y no sé cómo vamos hacer para lavar los platos pero por mientras te traeré compañía. Parto a buscar la maceta con menta en el balcón y se la dejo lo más cerca posible -pa’ que tenga algo de naturaleza al menos -digo yop. Es bella. A ratos se mueve, se acomoda y vuelvo a emocionarme. Ahora está verde oscuro y continúa en su muerte/resurrección completamente entregada a su estado de crisálida. Cada tanto le rociamos agua desde arriba para que sienta un poco de humedad, según yo como que le hace bien. Yo que sé, sólo quiero ser buena compañía para ella en su nuevo camino; me siento muy honrada con su presencia. No sé si la veré sacar sus alas o si las estrenará a solas y se irá a vivir su nueva vida por ahí. No importa, yo ya estoy muy feliz de recibirla y del regalo de la señal que me (nos) trae.

Mary no se pone nerviosa como nosotros. No le teme al cambio, a soltar el pasado ni lo conocido. Se entrega a su nuevo estado que, seguro, no es muy cómodo por un rato. Y estos días en que muchos vivimos desafíos, confirmaciones de nuestras decisiones y limpieza del pasado; en que se evidencian las obsesiones, intensidades y apegos de cada uno, mientras las verdades escorpiónicas siguen saliendo a la luz y nuestra intuición brilla con ganas junto a nuestro poder personal y tenemos más capacidad de hacer cambios; bien vale la pena mirar/sentir a las mariposas (como la que vino hoy a mi ventana, en la consulta, mientras leía su carta astral a un adolescente de corazón muy puro que, poco a poco, se hace camino en este sistema rígido que estamos dejando por fin), honrarlas, copiarles su movimiento liviano, disfrutar su belleza y su danza…

Por mientras, me preparo para algunos cambios, para seguir enseñando y aprendiendo (en especial de los demás y de la Vida en sí), para viajar a escribir y a detenerme, junto con respirar cada tanto para agradecerlo todo -incluso algunas angustias-, reírme de varias cosas -obvio que también de mí misma y de mi ego– y sentir que, realmente, todos nos estamos preparando para algo grande donde tendremos que cobijarnos, soltar y sacar nuestras alas… ¡Gracias!

Noviembre 2017: Más risa, menos drama

Me invitan a la Patagonia chilena a dar un breve taller de astrología el 1 y 2 de diciembre. Un honor ir para allá, a Coyhaique. Y una buena aventura también porque no lo conozco y desde el año pasado tengo señales para ir, así que cuando me lo plantean digo: sí  -siguiendo el flujo de la Vida, que a todos nos indica sutil o concretamente cosas que tenemos que hacer y otras que no.  (Acá la info del taller para los interesados).

A las almas inquietas nos gusta -y a eso vinimos- explorar, ir más allá para redescubrirnos, experimentar, soltar y recibir. No todos vinimos a lo mismo, y hay quienes vienen más a sostener y estructurarse; entre otras cosas… Estos días algunas alumnas del taller se emocionan con el poder de la astrología y la transformación interior que produce -tanto para vivir como para mirar la Vida- debido a lo que vamos trabajando en clases, donde no hacemos sólo teoría, porque así no se aprende ya… Y varios consultantes se emocionan también en las lecturas. De la mano de Quirón, nuestro sanador interior, pasamos por semanas de alta sensibilidad y, después de pruebas vividas desde mediados de este invierno (verano en el norte) ahora vamos comprendiendo el sentido. Este es uno de los regalos que nos da Júpiter en Escorpión, que ya se deja sentir.

Claro, no es lo mismo vivir un dolor y un desafío con un signo de interrogación en la cabeza y angustia en el pecho o la panza, en vez de, poco a poco, ir encajando las piezas del puzzle personal y comenzar a ver más luz aún en medio del dolor… O vivir un desafío desde mayor consciencia, donde tienes la certeza interior en el camino, más allá de si te gusta o no lo que estás experimentando, pero sabes profundamente que eso es preciso para ti y, poco a poco, te entregas a lo que la Vida quiere o pide…

Por estas semanas se respira tensión en el ambiente y no sé en qué momento ya se terminó octubre, muchos sentimos que nos faltan días y, en mi caso,  si bien hasta ahora pasé bien algunas pruebas de Urano, también veo que varios cercanos están viviendo agitación, mucho imprevisto y una cuota de desazón… Y todos estamos cansados. La aceleración del tiempo no es menor y aunque ya comienza a ajustarse, igual ahora las aguas están agitadas. Esto último es literal y metafórico: estas próximas semanas se moverán los océanos y las lluvias, como también nuestras emociones para acomodarse al nuevo espacio vibratorio que todos –lo sepamos o no- conformamos… La Luna llena en Tauro de este 4 de noviembre hace lo suyo y provocará más tensión y visceralidad hasta alrededor del 11.

Estoy escribiendo esto y las chicas del café aprovechan que sólo estoy yo -y que nos conocemos- para poner música mexicana a todo volumen mientras todas cantamos a Juan Gabriel, bien dramático y meloso, jajaja. Son muy chistosas porque son estudiantes, de aspecto rudo, y pasaron de escuchar hace unos segundos un rock pesado  a: «dime cuando tú, dime cuando tú«.… Terminamos riendo hasta que llegan nuevos clientes y tenemos que dejar el canto cuando ya hasta habíamos improvisado la coreo…

Con la música de fondo pero a menor volumen (seguimos con Chichi Peralta), continúo. ¿Qué sería esto? El nuevo espacio vibratorio requiere de un ego (mente&emociones) más liviano, menos pegado. Y noviembre trae regalos para provocar esto. Por una parte, la energía escorpiona seguirá destapando verdades en torno a abusos de todo tipo, temas con dineros, extorsiones, secretos largamente guardados (familiares, sexuales, de dinero) y más, con lo cual se despejan bloqueos y oscuridades… Por otra, tenemos la gran posibilidad de cultivar lo que podría ser un buen slogan por bastante rato: Más risa, menos drama!

Noviembre nos invita al ‘humor sanador’… El mejor espacio para reírnos es en torno a nuestros hábitos mentales, emocionales y físicos opacos o dañinos: las ideas repetitivas, la ansiedad, la prisa,  la dispersión, el dramatismo, el victimismo, la prepotencia, la inseguridad, los enojos sobredimensionados, la negación, la fantasía, el egocentrismo, la gula en todas sus versiones, la invasión, la rigidez, el apego, etc. No se trata de tomarnos las cosas a la ligera porque hay temas que requieren que nos activemos y usemos nuestro poder interior; sino de tomarnos menos en serio, de reírnos de nuestro ego. Y para esto, hay que estar muy presentes y abiertos, porque al ego nuestro de cada día no le gusta que lo descubran pues pierde supremacía… Entonces, la invitación es a observarnos, sentirnos y reírnos de esos aspectos nuestros en vez de seguir presos de éstos o de criticarnos y entrar en culpa… La risa libera, quita peso, evidencia lo absurdo, alegra, acompaña y -fundamental-  eleva nuestra vibración, lo cual se traduce en una vida más fluida y consciente…

Esta es una de las puertas que se abren en noviembre (pronto escribiré sobre otras) donde podremos reír, pedir ayuda en los temas que nos entrampan emocional y materialmente, mirar con más profundidad el presente y desapegarnos de hábitos dañinos. ¡Enhorabuena y a reírnos más porque material va a sobrar; ja, ja!

Júpiter escorpiónico, octubre 2017 a noviembre 2018

Júpiter & la Tierra

Júpiter es panzón, de espalda ancha y bien erguido. Llena mucho el espacio; lo invade a ratos. A mí me cae bien, me divierte mucho; ha sido buen compañero en ésta y otras vidas; pero no me creo todos sus cuentos, ni menos su buena fama. De hecho a veces lo hago callar porque vaya que habla y se dispersa. Muchos lo ensalzan. Él feliz. Algunos creen que cuando los visita (cuando pasa por su signo) les caerán luces de colores, flores y monedas de abundancia durante un año. Ja. No precisamente, aunque igual un poco. A veces él, que es entero bromista, trae mucho ruido y pocas nueces, o poco ruido y un nogal -o mazazo- nada cómodo al principio.  Porque él no es delicado. Es algo burdo en sus formas, pero es bonachón y con gran carisma. De esto último saca mucho partido porque él no cree demasiado en el esfuerzo sino en abrirse puertas; arte muy fructífero que Saturno, su padre, mira con desdén.

Ahora él se despide de Libra, desde donde nos mostró por un año muchas cosas que no estaban bien en nuestras relaciones, nos sacó máscaras en torno al aguantar y/o conciliar, nos mostró lo mal que nos hace quedarnos sólo en las dudas -en la mente-, nos trajo relaciones más armónicas, como también nos puso enfrente el compromiso real, y nos invitó a valorar más el fondo que la imagen.

Es que Júpiter esconde en su morral -él no es moderno- una gran lupa. Y cuando se pone enfrente nuestro saca también un extenso pliego de papel -con algunas manchas de comida- que tiene un mapa dibujado, donde están nuestros caminos de Vida: las decisiones que hemos tomado, la gente que encontramos, la vocación, los planes cumplidos e incumplidos, nuestras creencias, las experiencias que hasta ahora nos hicieron crecer, los lugares que exploramos, lo que descubrimos de nosotros mismos, las alegrías, las decepciones, las pasiones, y un buen etcétera. Ahora, varios planetas guardan -en su propio formato- este mismo mapa con algunos énfasis distintos. Obvio que éste viene dibujado en 3D y que, al mirarlo de lejos, es la Flor de la Vida. Y obvio que va en espiral ascendente (para que podamos entenderlo mejor) y que no es llegar y analizarlo desde la mente racional porque, como lo he dicho mucho: la Vida es perfecta… Y no es cómoda. Tampoco ideal. Simplemente Es. Y vaya que contiene y pulsa belleza (Amor) a cada instante.

Bueno, el chispeante Júpiter parece muy simpático. Pero de repente agarra sus lentes y su pipa con seriedad y comienza a mostrarte cosas -con su lupa y sus relatos- que no entendiste ni integraste y que, de haberlo hecho,  habrías entrado en la profundidad de la Vida. Por tanto, en el poderoso lenguaje del alma.  Ahí no más, nos sentimos algo asfixiados por su presencia porque a él le encanta preguntar y no conoce la palabra ‘tino’. En medio hace algunas bromas con nuestras ingenuidades, gulas y rigideces para que veamos nuestra responsabilidad en el camino recorrido. Pero a él no le interesa hacernos sentir culpables ni tampoco provocarnos miedo. Él apunta a otra cosa.

Después de hablar bastante y de darnos un par de lecciones claves. Nos muestra en qué aspectos nuestros no vemos los detalles; pasamos por alto las condiciones, a nosotros mismos y la sensibilidad de otros; en qué exageramos, estamos fanfarrones, no sabemos callar, nos entusiasmamos pero no concretamos, perdemos el tiempo; dónde están nuestros excesos… Y cuando ya tenemos ganas de huir, nos agarra fuerte del brazo para hacer énfasis en algo fundamental: ¿Cuál es el sentido de tu Vida? -pregunta con una carcajada. Y, como es generoso, continúa: ¿qué sentido tiene tu trabajo, tus relaciones, tus anhelos, tus movimientos? Ante nuestro balbuceo, él agrega pistas: Veamos, ¿cuáles son tus verdades?, ¿en qué crees profundamente como para que eso guíe tu Vida?… Y ante nuestra cara de pregunta o carraspeo, nos da una última ayuda clave: ¿Cuáles son tus propósitos de Vida?, ¿Para qué haces lo que haces?, ¿qué buscas?, ¿buscas algo o vives en automático?… Entonces comienza una bella conversación con él donde podemos profundizar en nosotros, en lo que nos pasa, en nuestras intenciones, en por qué ciertas cosas no se han dado y en cómo comenzar a trabajar con nuestra alma&mente para que sí puedan abrirse situaciones.

Justo cuando creemos que la charla termina, él agrega comiendo un buen trozo de pan crujiente: ¿Crees en la abundancia?, ¿o te paras desde la escasez? Porque yo -Júpiter, más conocido como Zeus en otras tierras y tiempos- sí creo en ella; es una de mis verdades. Es más, la conozco, sé cómo se mueve y puedo enseñártelo -señala con entusiasmo. Y por si fuera poco, nos dice: ¿Te gusta aprender, viajar, conocer culturas y gente? -mientras a muchos nos brillan los ojos con un sí. Entonces comienza a tomar sus cosas  y anuncia: Ok. Estaré por un año en las aguas de Escorpión como ya todos saben (acá la nota). Y además de mover mucho a este signo y al resto de los fijos: Tauro, Acuario y Leo (también a Cáncer y a Piscis les daré algo) para que encuentren mayor sentido, profundicen, exploren nuevas formas y lugares, y vean qué excesos -de cualquier tipo- los limitan en su devenir; también haré que todos los signos vean su lado obsesivo para que deje de ser un obstáculo, junto con regalarles más intuición y, sin duda, prosperidad en base al trato con otros. Además, revelaré abusos de poder en lo internacional -como si faltaran-, despertaré volcanes y sacaré a la luz escándalos sexuales; jaja…  Ahora, si tú quieres mis bondades en este ciclo, suelta miedos a mirar tus oscuridades (lo que no te gusta o no es «lindo en ti»), libérate de apegos, abre más tu mente, usa tu psiquis, comparte y suelta control. Ve todo como una oportunidad (hasta el «no» más doloroso), porque cuando lo haces, ahí está la fuerza jupiteriana abriéndote caminos, enviándote regalos y confianza, tendiéndote manos y puentes para que todo resulte más allá de tus expectativas y así esta Vida bella adquiera sentido… He dicho! Nos vemos desde hoy y hasta noviembre 2018 en las aguas pantanosas de Escorpión! Que reciban las experiencias con apertura y que nos riamos con ganas de nosotros mismos!

Octubre 2017: Se mueven las aguas y el destino

Continúo con México en mi corazón. Conmovida y conectada. Es mucho el amor y el poder circulando estos días allá y en todos lados. Y están poderosas las verdades también. Octubre es un giro energético. Acá les dejo el audio sobre el mes y aquí el audio para todos los signos, en M360.cl .

Octubre es un gran despertar. Un giro, además. Mucho se movió desde agosto hacia acá y este mes es un eslabón de resolución. Un par de amigos me dicen, «ya poh, Ji, hasta cuándo la cuestión, hasta cuándo nos tocan procesos, más y más trabajo» -Jajaja. Me río y a uno de ellos le digo: si a eso vinimos poh, no a estar cómodos ni quietos, si fuera así habríamos encarnado en mueble. Pero somos humanos poh, y cansa, y duele; pero es bellooo -ante lo cual él asiente sin mucho entusiasmo. Y con otra amiga -que está en un momento de dolor- inspiro y le digo: es que es así poh, se nos ocurrió estar aquí y ahora… Si la cosa se pone muy densa, dile a tus guías, como yo les he dicho varias veces: ¡Devuelvan la plata, chiquillos!, ¡O me devuelven la plata de esta vida o me muestran por dónde seguir porque así no se puede, no se vale! -y nos reímos en medio de tiempos desafiantes…

Pero, como compartimos acá, estamos más grandes. Ya podemos ver/sentir/tomar de otra forma la realidad. Muchos dejan la queja y la crítica para, en cambio, asumir su parte; quedar más neutros -y luminosos- también. Este mes -por si nos faltaran- trae novedades. Ya despertó Plutón que, de la mano de volcanes (agua/fuego) y de cierta agitación, anuncia la activación de nuestra fuerza interna. Ahora Júpiter ingresa, el 10, a las aguas profundas -y oscuras- de Escorpión. La parte escorpiona nuestra (todos la tenemos) tiene intuición, poder interior, fijaciones, envidia, venganza, crudeza, control, psiquismo, apego/desapego, regeneración, profundidad, secretos, intensidad, magia, valor y más… Y al bromista de Júpiter se le ocurre instalarse acá por un año… Jajaja. Desde aquí intensificará todo esto personal y colectivamente. ¿Para qué? Para tres cosas base: iluminarlo (se nos mostrará para que lo reconozcamos según sea el caso), que adquiera sentido y no sea simplemente una pulsión o talento dormido, para que al iluminarlo tengamos más experiencia con estas energías y podamos -en un año más- entregarlas en forma de talentos o sabiduría y que a otros les sirva… Ya tendremos tiempo para seguir hablando de Júpiter; lo cual a él le encanta.

Por eso ahora (entre otros factores ‘astrológicos’), estos últimos dos meses, las relaciones están tan movidas. Porque Júpiter, después de un año en Libra, signo que rige nuestros vínculos más cercanos -obvio que la pareja entra ahí- y la forma en que establecemos esos lazos, sacude esta energía para que realicemos los crecimientos que hacían falta y todo tome su lugar. Por eso también -y entre otras cosas energéticas-, como dije en el post anterior, ya no nos dejan estar en lazos dañados, bajos o poco auténticos. Porque el lado oscuro de Libra es la adecuación, es quedarse en la forma y depender de ésta. En cambio, Escorpión va al fondo. Y es lo que ahora todos podremos practicar: entrar cada vez más en nuestras verdades tanto con nosotros mismos como frente al resto. 

Para comenzar, la Luna llena en Aries de este 5 de octubre le pone sazón al guiso; puede que nos sacuda y revitalice bastante, pues se da con tensiones importantes y no sólo se elevará la rabia, también el individualismo, pero también despierta nuestra Luz. Se abren la pasión de vivir, nuestra identidad y… Nuestro destino: el camino que el alma puja y que muchas veces nuestro ego distorsiona o simplemente no escucha porque en ocasiones el destino es amenazante, nos saca de toda comodidad. El inicio de octubre es un empuje rápido y preciso para que tomemos decisiones y oportunidades más allá de si nos conviene o es agradable. Podremos tomar la Vida con todo lo que es…

Desde Santiago, en un bello día después de la lluvia, comienzo a despedir a Júpiter de Libra. Valoro lo andado y todo lo que nos trajo de septiembre 2016 hasta acá. Me río. Me emociono. Agradezco. Ahora, podemos honrar todo el amor y lecciones que recibimos en torno cómo construimos nuestros lazos cercanos y sociales. Podemos terminar de despedir las relaciones que se fueron por los motivos que sean, eso no es lo importante ahora; lo clave es aceptar poco a poco y comprender que la Vida es perfecta. Lo es. Así, tal cual, con todo lo que significa.

Equinoccio: armonizamos y abrimos nuestro mundo

Ja, ja. Al mismo tiempo que escribo esta frase acá en el blog: «Con la reciente Luna nueva en Virgo del miércoles pasado completamos la etapa más ardua e inicial de los eclipses de agosto que tanta energía movieron»;  en la mesa del lado, donde hay varias mujeres de distintas edades, una habla de la Luna en Aries y afirma que «es muy fuerte», ante lo cual otra le responde «yo no cacho (entiendo) na’ de eso».  Me río sola y adoro comprobar cuán conectados y asistidos estamos. Justo esta semana nos ‘sumergimos’ en la Luna en el taller de astrología y en la próxima clase continuaremos con sus claves y misterios porque ella da para mucho.

Sigo. Los eclipses de agosto -como compartimos antes acá y aquí– trajeron aterrizaje, un poderoso reseteo y liberación. De situaciones, de energía, de estancamiento, de verdades. Y estas primeras semanas post eclipse -hasta el 19 de octubre con más fuerza- tienen una cuota de dolor no menor. Por una parte están las zonas que tocó (fue visible) el eclipse: Estados Unidos, México, el Caribe, que -como sabemos- están en grandes procesos energéticos, colectivos y físicos que significan soltar drásticamente, vivenciar el miedo, la muerte, el dolor profundo, la tristeza y el desapego; detenerse obligadamente y recomenzar poco a poco. Y, por otra, a todos nos irradia un poco de esto, en todas partes del planeta.

Me conmueve México. Es mucha su belleza y su nobleza. México contiene la energía de Estados Unidos para resguardar el poder que conserva el resto de América hacia el sur. Ese muro no es casual. Es también un símbolo, una protección hacia acá; claro, quienes lo construyen y quienes lo rechazan no lo saben, y está bien. Me conmueve también porque el corazón mexicano es cálido, amable, algo naif a ratos, intenso, bondadoso y su tierra además de bella resguarda grandes anclajes energéticos. Como todos los pueblos, tiene también su oscuridad y, en este caso, sus costumbres latinas donde procrastinamos, maquillamos situaciones y no planificamos con responsabilidad… Tengo varios amigos por allá y la mayoría están de voluntarios con sus profesiones ayudando en lo urgente de esta primera etapa, como millones lo hacen por su México lindo y querido que, cuando lo escucho en las notas de TV mexicana, me emociona y me recuerda momentos de doloroso desapego en Chile con terremotos, aluviones, incendios, inundaciones y más, donde el corazón brilla. El dolor y el amor se unen… Igual, pese a todo, lo de México -sus terremotos- no son limpieza, son una poderosa reactivación, son despertar, y pronto lo veremos.

Sí, atravesamos tiempos desafiantes y bellos como humanidad. No hay nada externo a lo que aferrarse, sólo a nosotros mismos, a lo que realmente somos. El eclipse en Leo nos trajo a nosotros mismos de vuelta: ¿dónde estás, haces lo que te gusta, vives la vida que quieres, juegas, disfrutas, eres auténtico, brillas, sabes qué talentos tienes, cuán egocéntrico estás, vives con rigidez, cuáles son tus apegos, estás en soberbia o en aceptación, te ríes, creas, compartes? …Todo esto es lo que nos preguntó agosto pasado y septiembre nos lo pone enfrente. Y los meses que quedan, de aquí a febrero 2018 nos piden resolver lo que está incómodo, tóxico o pendiente en torno a estas interrogantes.

Este 2017 es un ajuste de autenticidad. Ya nada puede forzarse ni disimularse. Ya no nos dejan cargar con ciertas relaciones o tenerlas por conveniencia ni menos por culpas o miedos, o sacrificio; lo mismo con los trabajos, actitudes, hábitos. La verdad emerge y nos corresponde asumirla. Ahí están la liberación y el recomenzar desde la luz que somos.

Pero liberarse, muchas veces tiene una cuota de dolor no menor. También de miedos, rabias, angustias, dudas. Como también trae gran alivio, centro, calma, alegrías y nuevos desafíos que el alma acepta porque sabe que corresponden a un nuevo ciclo. Se abren el abismo y el horizonte al mismo tiempo. Y, en parte, eso es vivir: arriesgarse, experimentar, cruzar portales. La vida no es estática ni es estar siempre en comodidad. Pero esto ya lo sabemos, ¿verdad?

Estos días de equinoccio -de primavera por acá, de otoño por allá- mueven energía tanto hacia el renacer como hacia la necesidad de armonizar nuestras vidas. Todo se reordena y recupera su armonía más allá de si nos gusta o no, de si nos parece lógico o ‘justo’.

El reciente invierno (verano en el norte) nos entrenó mucho en soltar y en aprender a disfrutar más. Ahora nos corresponde practicar. El Sol y Quirón nos ayudarán -desafíos mediante- a activar nuestra autoestima, ‘desenchufar’ nuestro lado víctima, aceptar nuestras fragilidades para poder relacionarnos con los demás de forma más clara. La Luna en Escorpión y Júpiter en Libra se unen en este equinoccio para enseñarnos con más certeza y menos desgarro a salir de lo conocido. Nos abrirán el mundo, traerán nuevos lazos y conocimientos, reforzarán nuestros dones tanto intuitivos como intelectuales para comprender desde la experiencia que hay tiempos en que el miedo se hace a un lado y nos corresponde dar pasos nuevos con más arrojo y conexión interior; no desde el rechazo ni desde las expectativas sino entregados a lo que la Vida  y el alma pulsan dándonos señales de distinto tipo que ahora podremos leer mejor.

¡Feliz Primavera por acá y Feliz Otoño hasta allá! Un gran abrazo al bello México. Gracias por su coraje y bondad, desde acá los abrazamos y aprendemos junto a ustedes. ❤  Gracias.

Septiembre, aterrizamos y comprendemos

Muchos estamos algo aturdidos -física y emocionalmente- después de los eclipses de agosto. Varios están remecidos. Y todos estamos renovados aunque no lo sepamos ni lo veamos del todo. Los eclipses en Leo, y en especial el último, el del 21 de agosto que, como dijimos, fue total de Sol fueron -«están siendo»- un poderoso «reseteo» energético que nos reconecta definitivamente con tres cosas cruciales. Primero, con lo que cada uno vino a realizar acá interior y exteriormente; nuestros propósitos del alma. Los eclipses se producen en relación a los nodos lunares (son de las primeras cosas que revisamos en el taller de astrología que llevo estos meses, porque tienen gran relevancia y profundidad en mi experiencia y mirada de esta Vida). Los nodos son puntos energéticos y matemáticos que tienen información álmica, nos dicen (en palabras muy simples para no alargarme tanto) qué dejar atrás porque en otras vidas ya se completó como experiencia o forma de hacer las cosas, o estuvo mal elaborado, y ahora, en esta vida, nos indican qué tomar, qué y cómo construir porque antes no estuvo resuelto o porque hoy nos corresponde ir a experimentar desde ahí la vida como desafío álmico. Los nodos son un eje que nos ayuda muchísimo a evolucionar y a encontrar una satisfacción potente, muy conmovedora, que no la dan otros temas de la vida y de la carta natal de cada uno. Cuando los comprendes y te entregas a ellos, a vivirlos, muchas cosas se transforman en tu día a día y en cómo sientes la vida.

Por eso los eclipses le mueven más el piso a quienes están más distantes o desconectados de lo que su alma pide y vino a vivir, lo cual muchas veces puede estar alejado de lo que el sistema dice o de todos nuestros «debería», o de todas las comodidades que lo conocido tenga. Encima los eclipses tienen un factor sorpresa que el ego no ve venir pero que seguro el alma hace rato reclamaba y para eso nos envió antes poderosas señales. Traen, por tanto, muchas verdades que se destapan por incómodas que sean. Pero si estás en mayor conexión con tus propósitos del alma y con quién eres realmente, los eclipses traen buenos cierres y oportunidades que puedes ver. Aunque igual todo es una oportunidad, incluso el dolor. ¿Verdad?

Ahora mismo, los nodos -que además mueven energía colectiva, nos dicen hacia dónde evolucionar como humanidad- en Leo y Acuario, desde mayo 2017 y hasta noviembre 2018 nos proponen soltar teorías para experimentar la Vida en sí misma, dejar tanta mente lógica o intelectualoide para jugar más, mirar en qué nos creemos importantes y a qué creencias estamos fijados para reírnos más de nosotros y atrevernos a lo nuevo, dejar de posar de cualquier cosa para ir a la autenticidad, mirar nuestro lado frío o distante (hacia nosotros mismos, hacia otros o al mundo)  para probar ser más acogedores, soltar lo opaco en nuestras vidas y formas para realmente brillar. Y esto último se consigue cuando estamos conectados -interiormente, obvio- y disfrutando simplemente…

Segundo, este eclipse fue un gran portal energético que nos llama a experimentar ya la Era de Acuario y a dejar de teorizarla. Esto, que es más largo de explicar, significa que como planeta abandonemos -con agradecimiento- viejas creencias y formas esquematizadas o estandarizadas para realmente vivir con más creatividad, que desarrollemos independencia de los sistemas que creamos durante siglos (incluidas las religiones y divisiones ideológicas de todo tipo), que practiquemos más comunidad y menos individualismo pero con autonomía pues ya no hay que pertenecer a nada, que dejemos fanatismos y evasiones, que recuperemos nuestros dones y talentos para sustentarnos (trabajar) en vez de insistir en sacrificar lo que nos gusta hacer en pro de la ‘estabilidad’ económica, que nos conectemos con la mente cuántica antes de sólo usar la desgastada mente lógica-literal, que la ciencia -y nosotros con ella- vea lo completo y no únicamente el detalle (lo cual incluye a la medicina, por cierto),  que comprendamos y vivamos este Todo que somos, donde nada es casualidad, nada sobra, todo está conectado y por tanto mi (nuestra) actitud y energía no dan lo mismo y este Todo nos habla constantemente; nos guía. 

Tercero porque estos eclipses recientes son un gran cierre que se completará a inicios de 2018.  Y estos primeros meses concluyentes de septiembre a noviembre  nos mostrarán -ya lo hacen- parte de sus efectos, como la potencia del huracán Harvey en Estados Unidos una semana después que el Sol se eclipsara por todo su territorio, al igual que en México, donde también fue visible y el agua hace su trabajo de limpieza. Pero este cierre tiene que ver con quiénes éramos personal y colectivamente en 2010/11 y quiénes somos ahora. Cuánto hemos crecido. Cuánto soltamos, cuánto nos atrevimos, cuánto comprendemos de esta nueva vida que nos exige -ya no es una invitación- salir de lo literal para entrar en una comprensión más profunda de cómo se mueven las cosas, del gran poder interior/vibracional que tenemos, de cómo se manifiesta la energía, de la perfección que contiene nuestra experiencia humana (por más injusta que a ratos nos parezca), de lo interconectado que está todo lo que vivimos, de cuán guiados estamos… Estos meses traen pruebas y comprobaciones en torno a cuánto dimensionamos -y aceptamos- el Amor que hay en todo lo que vivimos.  De esto último, en gran medida, se trata crecer. Y -obvio- no es el amor romántico o sufrido de la Era pasada de Piscis, tan arraigado en las últimas ocho décadas… Es algo mucho más grande, luminoso, sabio, impermanente, simple, profundo, perfecto, que todo lo impregna y que está detrás de todo lo que vivimos y de los hilos que tejen nuestros caminos.

Septiembre, es un mes de  aterrizaje en torno a percibir y recibir este Amor sutil y profundo presente en todo lo que vivimos. Nos caerán varias fichas sobre lo errado de nuestro pensamiento en otros tiempos y de lo que ahora podemos modificar para seguir el camino de forma más fluida, conectada y tranquila.

Es preciso descansar más en este inicio de mes, pues aún nuestros cuerpos están en ajuste y depuración (de hecho, muchos nos enfermamos y/o sentimos mucho cansancio en las semanas eclipsadas). Para esto la Luna llena del 6 de septiembre nos ayudará bastante, necesitaremos dormir más y mejor (amén!), atender más los mensajes de nuestros sueños, como también llevar una alimentación con más fibra. Es necesario aceptar una cuota de confusión estos primeros días para que llegue la claridad en la segunda quincena. Acá les dejo más detalles en el Audioróscopo de septiembre.

Este mes nos mostrará los frutos de temas que se gestaron al inicio de 2017 y también nos ayudará a reponer energía, adoptar un ritmo más cadencioso y sano para movernos y reinterpretar el presente en el que estamos. ¡Feliz septiembre, mes de aterrizaje, cosecha y conclusiones!

21 agosto: Eclipse para liberar, renovar… y sembrar!

Los cerezos ya están en flor por acá y me conmueven… Cada año me pasa lo mismo, siento que saludan y alegran el corazón a fines del invierno. Camino unas cuadras disfrutándolos, rumbo a trabajar en la preparación del curso de astrología que dicto estos meses. A lo lejos veo una señora mayor que camina lento, encorvada, con un buen bastón. Pienso: Ella me va a hablar -mientras la observo con gracia. Cuando nos acercamos efectivamente me dice: ¡No anda un alma hoy! -con una voz alegre. Le respondo que sí y le digo: ¿Y tú para dónde vas? -me cuenta que viene de misa, a unas seis cuadras, que todos los días camina más de veinte minutos y que tiene 96 años. Le digo: ¡Le pusiste color! ¡Tienes montón de años! -ambas reímos y nos quedamos conversando unos diez minutos en la vereda, me dice que la vaya a ver porque somos casi vecinas y que le encanta leer, que ella también escribe, que le gusta la música y conversar. Terminamos abrazándonos y luego continúo camino con mi nueva amiga en el corazón, feliz, hasta llegar al café de la plaza donde otros como yo trabajan en sus cosas.

Agradezco mucho este espacio de encontrarnos, de trabajar con placer, en medio de tiempos desafiantes, de gran limpieza como son las semanas de eclipses. Yo también tuve la mía, pero leve, hasta ahora: mi celular decidió nadar en una poza en la última lluvia, quedó mudo y pronto tendré que comprar otro seguramente, pero prefiero esperar a que termine Mercurio retrógrado (el 5 de septiembre) para que sea más eficiente la renovación. Los eclipses nos hacen soltar obligadamente desde cosas superfluas y prácticas como ésta hasta relaciones, actitudes, situaciones. La luz y la oscuridad hacen su alquimia para que podamos renacer y comenzar de nuevo.

Antes señalé que estos eclipses de agosto (acá los audioróscopos del mes por energía colectiva y luego por signo)  limpian el ego antiguo, esa forma de ser más densa que ya no va y que tanto daño nos hace a todos. Y si bien éste patalea en varios escenarios internacionales y locales por estos días (también en nuestras familias y ambientes laborales), igual es bello constatar cómo muchos elevan su vibración y se despegan de estos moldes para comenzar a moverse de otra forma, más amable consigo mismos, más armónica con el Todo que conformamos.

Pero los eclipses también sacan a relucir temas ocultos o pendientes. Hacen un giro energético. Ahora, el que viene, el del 21 -que no casualmente «atravesará» Estados Unidos, una de las fuentes actuales del ego más denso/antiguo en varios sentidos, como también de la vanguardia; semilla del despertar y la creatividad- traerá remezones en las cúpulas de poder de distintos niveles, como también tremenda oportunidad.

Repetí varias veces que este año es para jugar, para soltar rigideces, aventurarnos más, valorar el goce de la vida y usar nuestros talentos. También para sacarnos cuotas de «deber ser» y entrar en mayor autenticidad. Todo esto porque el eje que estamos soltando e incorporando es entre Leo y Acuario. El eclipse total de Sol del 21 es en Leo, casi llegando a Virgo. ¿Debemos asustarnos? Ja. No poh! Eso hace el ego antiguo: vibra en miedo, desconfía, se defiende, se separa, se blinda. El ego 2.0, nuestra energía mental/emocional de estos nuevos tiempos,  -entre otras cosas- se permite observar(se), acepta poco a poco, asume su miedo/rabia/pena y con ellos avanza; sin esconderlos ni posando de nada aunque le cueste…

Este eclipse nos da la oportunidad de soltar temas nuestros y también de vivir lo que sea que nos corresponda, de otra forma. Ese es el gran salto cuántico que puede transformar todo: Vivir situaciones incómodas o desafiantes, detenerse y elegir actuar de otra forma; avanzar desde otra mirada/actitud que a nosotros mismos nos sorprenda en vez de volver a apretar las teclas de siempre, llamadas: drama, victimizarse, amenazar, agredir, encerrarse, ofenderse, castigar, anestesiarse, echar la culpa a alguien, querer controlar, quejarse, etc.. Esto tiempos nos piden jugar a ser otros, ser creativos, divertirnos más con el proceso de cada uno porque podemos aprender mucho y salir renovados; compartir experiencias; también ampliar nuestros círculos para nutrirnos de nueva energía…

Por otro lado, este eclipse nos mostrará mucho de nuestra sombra: aquello que no reconocemos de nosotros ni nos gusta pero sí lo vemos en otros; ja, ja. Los humanos somos muy divertidos; como la mamá que viene a mi consulta porque su hijo no se interesa en nada ni hace caso y ella misma no escuchó el audio que le mandé, igual que a todos los que vienen a la lectura de carta astral para que sepan de qué se tratará y así ganemos claridad y tiempo. Como todos los que despotrican en contra de los políticos y a la menor oportunidad se aprovechan, son abusivos, egoístas, etc. La sombra sale a pasear estos días, por tanto tenemos gran posibilidad de mirarnos y soltar enganches con los demás y asumir cosas nuestras…

Esta segunda quincena de agosto sembrará energía por seis meses, así que es recomendable estar aún más conscientes de qué energía vibramos y provocamos porque nuestra cosecha dependerá de esto. Si siembras odio no esperes cosechar flores, ¿no? Jaja. Igual lo aclaro, por las dudas y por si algún ego fantasioso está leyendo esto, jajaja. Como sea, en especial del 17 al 24 de agosto, es bueno detenernos más, agradecer todo lo que tengamos y hacer el gesto energético de llevar el Sol a nuestro corazón para que ilumine lo que sea que tengamos que ver y nos dé la claridad para abordarlo.

Estamos en tiempos nacientes, donde cada día más comprendemos y vivenciamos lo que siempre fue una realidad: todo está conectado, no hay casualidades y conformamos un Todo bellísimo que cada día está brillando más para que cada uno se exprese y abra su propio camino… Mucha entrega con este eclipse, gracias por leerme, ¡Feliz eclipse!, y les dejo una simbólica peli, El planeta libre, que vi hace años y que nos sirve para mirar lo que estamos dejando colectiva y personalmente…

Agosto, mes eclipsado y delicado para el ego antiguo

Desde principios de este 2017, cuando en un par de entrevistas me preguntaron por el clima electoral en Chile, donde este año elegimos Presidente y parlamento, yo dije que lo veía triste. Que, desde la carta astral, no se veía nada entretenido ni sabroso, como a veces son los dimes y diretes propios de la carrera presidencial. Agregué que veía fragilidad.

Cuando hace algunos meses –para decepción de un sector- salió de escena una de las cartas fuertes, un ex Presidente; y tiempo después a él mismo se le enferma un hijo, mientras otro candidato –también ex Presidente- vive el fallecimiento de su hermana mayor; dije: ah, esto era la fragilidad que yo veía-. Pero sentí que faltaba algo más…. Y creo que agosto e inicios de septiembre puede traer sorpresas y dolores en la esfera política… No sólo porque los eclipses –y encima suceden en Leo/Acuario, fieles representantes de nuestro ego personal y colectivo cuando no están ‘trabajados’- movilizan a quienes detentan poder (atención jefes, profesores, figuras públicas, padres, guardias, líderes), sino porque lo que va de este 2017 (en especial en junio) trajo una activación planetaria ya definitiva de mayor consciencia… Por eso decía hace poco que hay más luz. El cambio de Era ya se instaló y también el paso de muchos lugares y de personas que ya elevaron vibración y comienzan a vivir de otra forma aunque aparentemente nada está sucediendo. Pero está pasando mucho.

Estos tiempos nacientes, además de inciertos y agitados, nos llenan de estímulo, de terreno donde practicar lo que hemos aprendido los últimos años. También nos regalan tremenda fluidez; intuición certera; conexiones precisas con gente, con información, con proyectos que se abren y –cada vez más evidente- con nuestros guías; nexos que no vuelven aunque presionemos, porque estamos en vibraciones muy distintas y ya no nos corresponden; espacios que tenemos que soltar…

En esto último, agosto nos da una gran ayuda. Por eso también puede ser un tiempo incómodo que nos haga practicar vulnerabilidad y limpieza para esa parte antigua de nuestro ego. Porque esta energía, el ego, es parte de la condición humana y -cuando está domesticado, por tanto lo conocemos con mayor profundidad y se nos arranca menos- es un gran aliado en nuestra evolución, que nos permite ablandarlo para que nos acompañe en nuestro camino, en vez de permitir que se opaque, se oscurezca o se densifique porque creemos que él tiene la verdad de nosotros y de cómo es el mundo. Y las clases dirigentes en distintas esferas de la vida pública –incluida la política, obvio- representan –a veces garrafalmente- ese tipo de ego antiguo: más rígido, controlador, defendido, manipulador, miedoso, agresivo, autoengañado, pendiente de la imagen, de batalla pequeña, víctima/victimario, que no quiere perder nada, que ve al otro como enemigo, desconectado de la realidad –y de su corazón verdadero-, que quiere tener la razón y que lo aplaudan, etc., etc.

Y no porque ellos sean ‘malos’ o ‘peores’ (esa mirada también es antigua!) sino porque –supongo que ya lo he dicho acá- siempre la estructura -el sistema- y sus representantes van atrás (más bien, en otra frecuencia paralela). Como la medicina –junto a sus organismos y profesionales- que aún prescribe sólo remedios para una parte del cuerpo en vez de ver al ser humano completo que somos y recetar cambios emocionales/mentales; de hábitos, y hacer tratamientos más integrales junto a otras disciplinas porque obvio que no basta ya con la pastilla ‘X’, y mucha gente -hace rato-está haciéndose cargo de su salud física/emocional/mental/energética de otra forma que ellos aún no integran ni practican… Entonces, como van ‘atrás’, son excelentes modelos de todo lo que ya no hay que hacer. Por eso, me encanta –sí- tener a Donald Trump en el poder. Es de lo mejor que nos pasó (para qué vamos a agregar a Maduro -vaya sarcasmo del destino su apellido-, Kim Jong-un, y un largo etc.). Todos los días nos enseña un montón de cosas que ya no van. Igual que decenas de personajes locales que ocupan espacios de poder y en los medios de comunicación: Gracias por dejarnos claro todo lo antiguo, todo lo que ya hay que dejar atrás para habitar este bellísimo mundo actual; gracias por mostrarnos partes nuestras a las que les falta crecer; gracias por recordarnos que estamos muy distintos y que sí podemos construir una Vida más autónoma desde la armonía y la conexión con el Todo, donde disfrutar desde la consciencia, no desde el apego… Gracias por recordarnos –con su presencia en distintos poderes- cómo se movían las cosas antes y que ahora ya podemos hacerlas de forma mucho más luminosa aunque no sea noticia

Lo que sea que esté antiguo en nosotros, estos eclipses lo sacudirá y podremos alivianar nuestros pasos. Por eso es bueno incluso hacer un listado personal de lo que ya no va en nosotros (formas de pensar, ser y movernos que nos dificultan el camino además de las relaciones; todos las tenemos, ¿no?) y todo este mes realizar meditaciones cortas donde nos despidamos con amor de todo esto, sintiendo que dejamos un espacio en nuestra energía para lo nuevo… En Chile creo que, además de la política, el propio periodismo puede hacer noticia (profesionales, columnistas), además de los uniformados, deportistas, mundo del espectáculo y de la sanación (desde terapeutas, autores, hasta médicos).

Los efectos de este par de eclipses se sentirán por los tres meses que vienen. El primero será el 7 de agosto, es eclipse parcial de Luna llena en Acuario, en el grado 15 de este signo, (por si quieren mirar en su carta natal en qué área ocurre) y el segundo, es total de Sol, será visible en parte de América y Europa, sucederá en el grado 28 de Leo el día 21 de agosto (atención los que cumplen años al final de Leo e inicios de Virgo, aprovechen la purificación), con la segunda Luna nueva en este signo, que –como dije en el post anterior– nos anima a brillar a cada uno en sus dones… En este tiempo nuevo se hace patente que cada uno brilla, hay luz para todos (nosotros somos eso, Luz, por si se nos había olvidado; ja), sin la necesidad de opacar a nadie ni de mirar al lado porque todos somos iguales y a todos nos corresponden distintos pasos, porque –lo notemos o no- todos estamos en gran crecimiento, porque somos protagonistas de un ciclo humano poderoso donde la magia personal y colectiva se hacen cada día más evidentes para que recordemos sonreír más y resistirnos menos… ¡Gracias a la Luz y a la sombra, y a atesorar este mes, que nos dará lecciones y renovaciones!