… Así dice la mexicana Julieta Venegas antes de comenzar una versión desenchufada de su canción Lento... Y, sí, en medio de la incertidumbre y «revoltura» del inicio de 2013 busco respuestas e interpretaciones, no porque quiera demasiado, puesto que simplemente lo estoy viviendo, sintiendo y aceptando, pero ya que el ilustre público de este blog y de mi consulta (que, por cierto, ya no tiene horas disponibles este verano, lo siento, respire y llame en marzo estimado lector) lo piden, parece que tengo que escribir sobre qué está pasando… No lo hacía porque no me salía ni me llegaba algo más allá de mirar la carta astral y decir: obvio que estamos en un tiempo fuerte, pero ¿y?
¿Qué está pasando?… Nada. Y TODO a la vez. Siento que eso nos tiene revueltos a muchos: la suspensión aparente de las cosas, el limbo, el eco…
Hace unos meses le dije a dos amigas por separado: ¿es idea mía o los pájaros están cantando más fuerte? Porque yo los escucho en plena hora de taco con bocinazos y todo y a la mañana y en las horas de trabajo en mi consulta-. Ambas saltaron expresivas con un «¡¡sí!!» y me contaron que también los escuchaban más incluso de mañana aunque una de ellas vive en un lugar con mucho ruido de los autos… Entonces, ellos también deben saber del tiempo nuevo, seguro lo están anunciando y cachan (entienden) mucho más que nosotros, pensé… Semanas después le comento a unos amigos en una cena de inicio de año conversando sobre los cambios energéticos: no sé, pero yo he notado unos espacios de silencio que son como magia; es decir, voy caminando por pleno Providencia o Pedro de Valdivia a las 3 de la tarde o a las 7 cuando está lleno de autos y sonidos de la ciudad y se producen como «burbujas de silencio» como si el tiempo se detuviera y todo está funcionando con edificios en construcción, oficinistas, autos, etc., y hay silencio… es muy loco. Un par de ellos dijeron que sí, que habían sentido lo mismo y agregaron otros detalles…
Y no le doy mucho la vuelta en la mente a este tiempo, sólo siento una revoltura: pena, miedo, confianza, limpieza, agradecimiento, incertidumbre, alegría, silencio, agobio… Finalmente el cóctel revuelto termina en un lindo resfrío al que le doy la bienvenida no másp: bueno, me quieres visitar, ok, dale, pero no te pongas pesado, mira que la agenda está llena y no puedo suspender todo porque si no terminaré en pleno febrero trabajando y eso me deprime; pararé un poco, te haré caso, pero tampoco le pongas color… Y los pañuelos desechables, el óleo 31, el té de menta con limón, más jugo de naranja exprimido se transforman en mis acompañantes por unos días. Lo malo es que vino la fiebre y hace calor, lo cual es redundante, entonces, además de mojarme las muñecas con agua bien fría, recuerdo la técnica china de mi querido doctor Lee y me pincho unos puntos para que baje, al rato cede, al otro día vuelve y de nuevo los pinchazos… Bajo la agenda social por cuatro días y voy a casa temprano en pleno verano con el sol alto y decenas de panoramas por hacer en Santiago, incluido un concierto de Djavan… Es que el cuerpo -sabio, como siempre lo digo en este blog- a veces es literal: estoy hasta las narices (sobrepasada) y además estoy botando penas (agua)… Purificaciónp. Entonces no puedo evadir ni exigirme, mi cuerpo dice: basta, a casa y a la cama…
-¿Cuándo te resfriaste, nena? -me dice Pablo. El sábado en que fuimos al concierto de música sagrada en la cripta de la iglesia los sacramentinos, es que lo de cripta era de verdad, parecía refrigerador, bella igual, potente esa iglesia, pero mucho frío y veníamos con calor -unos 32º- de la calle… Con él hablamos un poco de la ansiedad de este tiempo y cómo nos juega en contra. Nos reímos a carcajadas con temas de farándula y pelando ciertas cosas de la tv y la actualidad, como la racista rutina de un comediante chileno… Hoy no se puede tapar nada ni hay intocables; qué bien.

Concierto Músicas Sagradas del Mundo, Santiago de Chile
Pero ese día de música, además del concierto, obtuve una respuesta sobre este tiempo. Me encontré con Angélica, mi terapeuta de Flores de Bach, después de abrazarnos por el nuevo año, me dice con su conocido entusiasmo sagitariano: Oye! Sabes que el año empieza energéticamente esta noche, a las 00.00; mañana 13 de enero?! -¿Será por eso que yo siento que el 2013 aún no empezó? – le digo riéndome, yo pensé que era yo la atrasá… Y me explica algo que no recuerdo tanto (onda que el calendario gregoriano y sus convenciones, y otras cosas; ah, y que era el año de la Gracia), pero todo el rato me sonó que sí, que ahora estábamos en cierres… Cuando el lunes vino el resfrío, más me acordé de eso…
Y en mi consulta las palabras cierre de ciclo, dolor, incertidumbre, miedo, nueva etapa, dudas, no sé, despedida; se pasean con fuerza. Aquí estamos, en pleno proceso de transformación, acompañados por Saturno en Escorpión que, como es lento (Saturno), aunque llegó ahí en octubre para quedarse por buen rato, ahora sí comienza a sentirse su proceso de muerte y renacimiento en nuestra psiquis… Como lo dijo el astrólogo Mark Borax: «Algo está tirando del espíritu humano ahora, y es la conciencia incipiente de cuánto potencial tenemos como especie, que no hemos reclamado todavía. Conforme Saturno regresa a Escorpio, resuena el llamado a través de los pasillos del alma: ¡Despierta! ¡SÉ EL AMOR QUE ERES! SÉ EL AMOR QUE ERES. No dejes que nada se interponga entre tú y tu verdad… Durante este trayecto de tres años, cada tendón que te engancha al mundo falso se estira hasta el punto de quiebre. Cada mentira que has tragado desde la niñez te borbotea en las entrañas. Cada relación que mantienes a expensas de la verdad más profunda, arde en el fuego sagrado de este Año del Dragón. Cada rincón oscuro de la infraalma está siendo roturado, dejando expuesto el fondo del suelo fértil en el que se basa la vida. Aun cuando el cambio esté bloqueado en la superficie, el alma de la especie sigue siendo capaz de regenerarse por debajo, y es hacia esas profundidades ocultas que debemos mirar ahora para lograr un milagro (…)
Mientras las economías caen y la conciencia de las masas se despierta del trance, Saturno clava su mirada impávida en el alma del mundo, exigiéndonos salir, estar presentes, elegir el amor, y recordar. ¿Recuerdas?, ¿Recuerdas, debajo de cada pérdida y agravio, quién eres?, ¿Recuerdas por qué viniste aquí?, ¿Recuerdas la verdad de integridad que vive debajo de todas las historias de quebranto?
Aquí, en las primeras semanas de su excavación de tres años a través de Escorpio, el Señor del Karma está dragando la especie. El gran don oscuro de Saturno en Escorpio es restaurar la integridad, arrancando los filtros que mantienen fuera la verdad. Cada fragmento, cada pedazo roto, cada amor fallido, cada sueño muerto que fue enterrado, está siendo sondeado para ver si puede resucitar….»
Como ya señalaron varios, y como al menos yo lo siento en mí misma y en lo que me rodea, estamos en plena metamorfosis, la humanidad está dando a luz una nueva humanidad, nosotros estamos muriendo para renacer… Cuando una periodista de The Clinic me pidió un consejo para el «fin del mundo», el 19 de diciembre pasado, además de reírme con otras cosas que comentamos le dije: nuestro ego es tan infantil que está esperando algo espectacular, pero resulta que a nosotros se nos está terminando el mundo adentro. ¿Cómo? -me dijo. Ya, te apuesto que a ti misma te pasaron cosas fuertes, dolorosas, este año, que estás viviendo más de un cierre o duelo, que hay situaciones que perdiste y que te remecieron, ¿sí o no? -le pregunté. Ah, sí -respondió. Yap, de eso se trata, nuestro mundo interno se está desmoronando y además el mundo externo también se cae a pedazos, hoy no podemos confiar en nada externo ni aferrarnos a nada… -seguí.
Entonces estamos en plena convulsión lenta e intensa, como la oruga que pasa a crisálida y ahí bulle sin que nadie se entere, pero le está pasando de todo y se prepara para su nuevo estado. Así estamos. Tal cual. Y es bello, doloroso y asfixiante a la vez. Pero la promesa de las alas multicolores para volar está. Lo que pasa es que nos cuesta tanto respetar los ritmos de la vida -y de la naturaleza- y en cambio insistimos en forzar las cosas… todo mal con eso. Ya no podemos seguir con el ego ansioso, apurado, controlador… (que nos lleva, entre otras cosas, a resfriarnos, ja)… Ahora hay que ACEPTAR. Pareciera que no estamos avanzando ni logrando nada, pero eso es un espejismo y boicot del ego. Ya están las respuestas, los hallazgos, las señales, los logros, el crecimiento… Están «siendo». Están en camino y a cada instante para quien quiera verlos y transitarlos… No necesariamente son grandiosos, lo pequeño aporta muchísimo y tiene potente significado… Pero hay que respetar el ritmo de crecimiento de cada uno y abrirnos también a la energía colectiva que, sin duda, está en cambio como nosotros, lo cual aumenta la sensación de angustia a ratos… Pero ya estamos «iniciados» en el nuevo tiempo y la magia está disponible: de nosotros depende vivir las crisis (metamorfosis) como regalos y generar saltos cuánticos en nuestro camino en vez de quedarnos en la víctima del viejo mundo, lo cual estanca nuestra energía…
Ahora, con la nueva conciencia disponible para todos en nuestra crisálida personal y planetaria, podemos ver, reconocer y aceptarlo Todo, incluso la sensación de vacío porque «Todo llega cuando tiene que llegar» y todo está bien. Vamos poco a poco en un tiempo convulsionado, raro, nuevo, mágico, acompañado, vivo, luminoso, sutil, drástico, creativo, liberador, poderoso… Ƹ̴Ӂ̴Ʒ

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