LAS CARTAS ASTRALES DE GUILLIER Y PIÑERA

Una mirada al mapa astrológico de los candidatos presidenciales chilenos

LAS CARTAS ASTRALES DE GUILLIER Y PIÑERA:
DOS DESAFÍOS DISTINTOS ANTE UN DESTINO COMÚN

Gracias al porcentaje “sorpresivo” de la candidata capricorniana/escorpiona Beatriz Sánchez, la incertidumbre quedó en el aire y ahora se miden el Piscis/Aries Alejandro Guillier con el Sagitario/Acuario Sebastián Piñera en una segunda vuelta muy transformadora para Chile. Acá revisamos cómo son estos dos candidatos desde la astrología y qué momento atraviesan.

Estimadísimo pasajero habitual de este blog, las señales de la vida quisieron que yo publicara esto aquí y no en otro sitio. Si no le gusta el tema, pase de largo. Si es nuevo por acá y no cree para nada en la astrología u odia cualquier cosa que se le parezca, no sé si sea necesario que continúe. Pero si es curioso, siga. Y si usted conoce de esta disciplina y además le interesa la política, avance no más. Aquí vamos.

Me imagino a Sebastián Piñera de niño como alguien muy inquieto, deportista, valiente, comunicativo, brusco, inagotable. Con Luna en Aries (ímpetu constante), el Sol en el ascendente y mucho Sagitario, lo suyo nunca fue el bajo perfil ni la calma; sin embargo, cultivar un poco de esto le daría la gloria. Igual, mucho de su carácter viene de su madre (esta Luna), una energía emocional nada contenedora sino vehemente, que lo “entrenó” para dar más y no decaer, que –al igual que él- no valoró la posibilidad de fragilizarse ni la autocrítica como partes necesarias de la vida. Y, mientras muchos reprochan o envidian su riqueza, su carta muestra que la abundancia era de destino en su vida desde joven: Venus está unida a su Júpiter, ambos rigen el dinero y las comodidades, por tanto ,‘la trae’, ‘se le da’ sin articularlo demasiado.

Alejandro Guillier, por su parte, de pequeño se ve más introspectivo, intelectual, curioso, impulsivo, con gran fortaleza emocional ante las crisis, pero con poca voluntad para persistir (Saturno, la estructura, se le “disuelve” junto a Neptuno: confusiones), lo cual podría haberle traído una cuota de desconfianza, como también de depresión o melancolía para mirar la vida, en parte vinculada a una madre tajante (Luna en Escorpión) y a un padre algo ausente pero muy inspirador. Con el Sol en Piscis en casa doce (introversión) y varios planetas en casa ocho (situaciones desafiantes), no es su tarea primordial dirigir, sino que la vida lo ha puesto en ese rol y él ha desarrollado habilidades que no le son tan naturales o cómodas, pero que su Plutón (poder) en Leo (liderazgo) disfrutan, además de varios planetas en Aries que lo instan a vivir desafíos cada tanto.

Obvio que si ambos hubieran compartido de chicos, Piñera habría ideado y comandado los juegos, mientras que Guillier lo habría seguido con entusiasmo, le habría ayudado a que les devolvieran la pelota si se les iba al patio vecino y se habría sentido incómodo o solo porque probablemente el pequeño Sebastián al rato o sería el ganador o se habría ido a otro juego más riesgoso o entretenido, pues se aburre rápido de todo, su energía suele estar en el futuro y en los retos. Él no conoce el miedo.

Pero ahora están grandes y, aunque claramente superaron distintas condiciones iniciales, cada uno tiene sus desafíos y virtudes que hoy –a propósito de una singular segunda vuelta que rompe con los patrones electorales chilenos de las últimas décadas- resulta interesante mirar con ojos astrológicos.

Pasión versus prudencia

Si Alejandro Guillier (del 5 de marzo del ’53; tiene Sol y ascendente en Piscis, con Mercurio muy presente) viniera a mi consulta le diría que efectivamente es una de sus tareas y destinos la comunicación, que se realizaría bastante en la escritura –incluidos los guiones de suspenso-, en editoriales, en psicología, en los análisis de masas, en la asesoría a personajes públicos o en la diplomacia; que el rol de senador lo identifica mucho dado su Medio Cielo en Sagitario (interés y vocación ligadas a filosofías, política, legislación). Que es necesario que viaje y ojalá a solas un rato, pues requiere –cada tanto- encontrarse y retomar la inspiración a través de estar consigo mismo. Le hablaría del desapego que ya conoce de pequeño a través de experiencias drásticas y que le corresponde practicar como tarea del alma: más flexibilidad, soltar lo que no se da, aceptar y empezar de nuevo. También me detendría en cómo maneja la rabia (Marte incómodo y varios planetas en Aries), pues se le arranca, se vuelve hiriente y defendido pese a ser –secretamente- muy sensible y empático. Y no sólo eso, este candidato –con varios planetas en casas de agua- es muy intuitivo, pero tiene que aprender a creer más en este don, porque cuando le hace caso sólo a su mente se pierde y atrae a socios o situaciones muy demandantes. Además, su Júpiter (profesor) en tensión a Plutón (control) pueden volverlo dogmático. Por lo mismo le diría: ¿Haces deporte? Porque te hace bien drenar intensidad: botar rabia, miedos, hastío. Eso te revitaliza y te da más claridad en tus decisiones-. Para complementar esto agregaría que una de sus paradojas -todos las tenemos, ¿no?- es que él tiene bastante fuego (chispa, ímpetu) en su carta pero dada su Vesta unida a Quirón (el fuego interno está “herido”, dolido) puede no sentirlo tanto o los demás no verlo; él tiene un pendiente con la pasión; buscarla y encontrarla en alguna actividad e interés –no necesariamente profesional- le otorga poder personal y más sentido de vida, aunque puede que la crianza de los hijos ocupara -en su momento- mucho este espacio. Es que a Alejandro Guillier le gusta la intimidad, se ve muy reservado en torno a sus emociones, en especial a sus temores y dolores; resguarda a los suyos, podría volverse algo celoso y valora mucho a sus cercanos; pero quienes logran acceder a lo que de verdad siente no son muchos.

Si continúo con el ‘juego’, al tener a Sebastián Piñera (del 1 de diciembre del ’49) en lectura, no me detendría mucho en los deportes porque obviamente debe hacerlos y además los necesita, son parte de él; tampoco en la pasión porque la tiene en exceso con Júpiter, Venus y Vesta en conjunción, por tanto algunas de ellas son los viajes, aprender, enseñar, prosperar, ganar; necesita sentirse vivo. Le diría que habría sido un gran aviador y que, de haber conocido a la ‘señora’ Paciencia, podría haber sido el Steve Jobs chileno -podría, dije-. Con él profundizaría en dos temas muy evidentes en su carta: cómo se presenta ante los demás y en su sistema nervioso. Sobre esto último, seguro él ya sabe que tiene un síndrome de Tourette o algo similar (en varios años de astróloga, he tenido a unos tres consultantes con esta afección y todos poseen dos rasgos marcados dados por la energía acuariana: son muy inteligentes y obsesivos a la vez). Con un Urano (planeta de Acuario, electrizante, que vibra en originalidad, vanguardia, libertad) muy protagónico, la mente del ex Presidente es rapidísima, brillante, futurista y muy creativa; pero la conexión emocional falla y el cuerpo acusa este vacío mediante tics, lapsus y el descontrol de algunos movimientos. Por lo mismo, le diría que incorpore más música –uno de sus talentos no usados- tranquila, baños de tina o natación, junto con ir más lento, aunque probablemente esto sería mucho pedirle; pues no es para nada su naturaleza. ¿Sobre el primer tema? Con Sol (brillar), Mercurio (mente y habla) y Quirón (rechazos y carisma) en el ascendente, él se nota, llena el espacio, lidera innatamente, viene a entusiasmar al resto; pero no mide ni su fuerza ni el impacto que causa. Es demasiada energía que llega de forma ‘pesada’ a los demás; por tanto invade y presiona. Tiene que aprender a regularse, a observar y sentir el ambiente antes de actuar y de hablar; las palabras prudencia & mesura debiera tenerlas de protector de pantalla en su celular. Ahora, él no tiene esta intención, no se da cuenta de su efecto; seguro se hizo más consciente de esto con su paso por la Moneda porque lo de él no es el trabajo en equipo sino el ejercicio de la autoridad de forma individual (Plutón en Leo en el Medio Cielo provoca gran afán de poder, don de mando, con una cuota de humor, excesivo control y también eficiencia; obvio que le cuesta delegar) con algunos colaboradores que lo admiran y temen a la vez. Este ascendente tan habitado causa cierta antipatía también, ante la cuál él es muy ‘resistente’ pues –al igual que el padre; el Sol y Saturno en astrología- no conecta mucho con el dolor ni con la vergüenza; lo cual puede ser positivo para algunas cosas –de hecho él no es rencoroso y siempre puede volver a pararse- pero no muy sano, además de mal visto en un país como Chile (con bastante Virgo y Saturno –orden, desconfianza, forma- en nuestra carta) que se fija en los detalles, tiende a la timidez y resiente a quienes tienen mucha personalidad como Piñera, a quien le sobra desparpajo y –con tanto Sagitario- le falta tino.

Desafíos muy distintos

Mientras Piñera es un eterno adolescente, Guillier fue siempre un viejo chico. Ambas formas tienen sus cualidades y, si no estuvieran en estas lides, serían buenos compañeros o amigos porque gozan discutir ideas y plantearse un mundo mejor; siempre les interesó lo colectivo; hasta podrían formar una gran fundación en torno a educación, cultura o temas internacionales. Pero ahora están en momentos muy distintos: el primero ha madurado y el segundo ya practica más flexibilidad.

Los últimos dos años Saturno, planeta exigente y sabio, le puso severas pruebas a Sebastián Piñera, gracias a las cuales aprendió –en su estilo- a ir más lento y ser algo más paciente. Guillier también vive temas saturninos con su trabajo (esto lo llevó a ser candidato), pues este planeta tan concreto siempre trae bajo su brazo las palabras responsabilidad y desafíos; e igualmente Quirón y Neptuno lo mueven mucho ahora (desde mediados de 2016 y hasta 2019): su salud física-emocional y su seguridad personal están bajo la lupa. Antiguos complejos, incomodidades, poca vitalidad, dolencias y muchas dudas pueden embargarlo hace un rato, donde el ser candidato parece no ser un traje a la medida. Al contrario, ahora él está obligado a trabajar en su autenticidad, en escuchar qué quiere su alma, en expresar sus verdades, en sopesar cuánto arriesga lo que ya construyó en lo personal y público: ¿vale la pena esta mega empresa de ser candidato y Presidente? Probablemente esta pregunta le aparezca en el silencio de la noche, en sueños, frente a críticas, a rechazos y a cúpulas políticas antiguas que le muestran la oscuridad del ego (Júpiter en su casa ocho le revela manipulaciones).

Desde todo su fuego, Sebastián Piñera no tiene tema con la autenticidad, al contrario. Ahora él trabaja el discernimiento. Neptuno (energía difusa, engañosa) le pide que vea bajo el agua, que no crea todo lo que le dicen o prometen (ya le pasó con las encuestas), que no confíe demasiado en sus socios, que se detenga a seguir más su instinto, que afirme a su Sagitario (exceso de optimismo) y que con los pies en la tierra construya, porque Plutón le dará la capacidad, aunque desde abril lo cuestionará emocionalmente, con limpieza de relaciones y pruebas en la familia, con las cuales podrá profundizar en su forma de vincularse.

Y el ganador es…

Si hablamos de alcanzar el triunfo este 17 de diciembre, Piñera tiene buenas opciones de convertirse en Presidente pero en un escenario muy distinto al de 2010: Saturno no quiere que sea popular sino Sabio -con mayúscula-, en especial en lo económico. Ahora que “Don Satur” entrará a las tierras de Capricornio (estructuras financieras), él tiene la posibilidad de ordenar, de lidiar con la restricción que vivirá Chile –sí, más allá de quién gobierne, la palabra crisis rondará por acá y otros rincones– de forma bastante ordenada y eficaz. Por lo tanto, tiene que dejar de buscar aplausos –gran tema en su carácter dado su intenso ascendente de fuego- para centrarse en instalar cambios productivos y sólidos; ni ‘ofertones’, ni medidas parche ni bonos varios; y él con su propio Saturno unido a Marte (no rehúye el trabajo duro y tiene gran capacidad de ejecutar) en casa once (espacio colectivo y de los grupos) puede lograrlo. Entonces, este eventual segundo gobierno no es para que él se luzca, sino para que ejerza un rol serio donde Chile diseñe una nueva organización. La pregunta es si entenderá esto último.

¿Y las opciones de Guillier? También las tiene. Eso es lo especial de esta elección: efectivamente cualquiera podría llegar a La Moneda; no hay nada tan marcado en sus cartas. En el caso de este periodista y senador, Urano conjunción Venus hace meses le exige que haga cosas osadas, que renueve su vida, su imagen; que se atreva. Y así lo hizo al presentarse de candidato, ¿no? Ahora, Saturno despidiéndose de Sagitario en su casa de metas y carrera lo tiene a prueba en su vida pública; no quiere que se distraiga sino que persevere, también le pone sus miedos y debilidades en frente para que los trabaje y los trascienda. Y algo importante: quiere que revise qué sembró los últimos siete a ocho años porque ahora cosechará; si sus bases fueron sólidas y coherentes, la Presidencia puede ser un gran reconocimiento, pero si no ha hecho las cosas bien, ‘Don Satur’ con su bastón lo corregirá y puede hacerlo vivir un gran freno, como también trabajar seriamente en su liderazgo pues –de ser Presidente- tendrá que ordenar el gallinero con altura, sin soberbia y ésta es un tema en su carácter público (no en el íntimo). Aquí está la sorpresa del pisciano Alejandro: él no tiene gran afán de poder, pero sí de respeto a sus ideas y, de ser Presidente, puede dejar callados a sus colaboradores y golpearles la mesa. Mientras muchos ven “peligro” en quienes lo acompañan, su carta muestra que sus socios debieran prepararse pues pueden ser ellos los más afectados.

Como vemos, en ambos el destino de ser Presidente puede concretarse, pero desde retos muy distintos e igual les corresponde crecer interiormente –amén- antes que sólo querer el triunfo; como también cuidar su salud física y emocional. A los dos les faltan habilidades personales y públicas que pueden desarrollar; claro, si conectan con más humildad, con sus talentos y con el bien superior de Chile -¿será mucho pedir?-. Porque más allá de quien gane, al mirar la carta del 17 de diciembre en sí, lo que se asoma es una gran transformación (Plutón, energía drástica, en el ascendente) para nosotros, en la cual dignificar el uso del poder en cada uno en el día a día (en especial en nuestros trabajos y el trato a los demás) y en las autoridades en vez de rebajarlo o apoderárselo es una de las tareas que nos corresponde asumir como país, pues pagaremos caro los gestos de egoísmo en tiempos donde todas las verdades salen a la luz (Júpiter en Escorpión seguirá destapando oscuridades) y Saturno en Capricornio –hasta 2020- nos obligará a limpiar y reorganizar todo lo económico aquí y en el mundo con nuevas estrategias. Por tanto, la tarea para el nuevo Presidente es más que desafiante: habrá que conjugar calma, astucia, responsabilidad, nada de improvisación y una buena cuota de solidez personal que le permitan construir un país más armónico en un planeta convulsionado… Que el cielo los guíe y ellos escuchen!

Mafalda elecciones chile

Fin de 2017: Escuchar al alma para renacer

Después de un muy buen día, con trabajo tranquilo, sabroso almuerzo conversado bajo los árboles, la tarde libre con bellos gestos de amor acompañados de mucha risa, reflexiones y hasta compras, y con el cuerpo bastante cansado dada la agenda de la última semana; al llegar a casa voy a ver a nuestra amiga/familia Mary y… No está. Nos dejó; completó su ciclo de crisálida y emprendió su vuelo liviano a su nueva vida… Le había dejado por la mañana la puerta de la cocina abierta porque noté que estaba distinto su «nido» la noche antes… Me da emoción y vuelvo a sentirme honrada de tenerla en casa… La despido en silencio con gran alegría.

En estos días fui comprendiendo mejor el mensaje que me -nos- trajo. Es decir, si usted, ilustre lector, leyó el post anterior, le cuento que la señal también le toca. Aquí no hay ni media casualidad aunque todavía existan algunos que crean lo contrario… Entre otras cosas, mi querida vecina Ceci, con quien nos hemos acompañado en varios momentos, vive un doloroso duelo y nos volvemos a encontrar para darnos el abrazo y la conversación -aunque breve por ahora- de corazón.  Por otro lado, varios consultantes de carta astral están en búsqueda -algo dolorosa y angustiante por momentos- de su vocación; lo cual es un buen signo de estos tiempos: tenemos que hacernos caso y dedicarnos a algo que nos guste o represente más, no necesariamente que nos encante, pues muchos tienen que aprender a explorar antes de encontrar, pero a quienes han elevado consciencia les corresponde trabajar en algo que les dé más sentido… Por lo mismo, es bueno mirar con otros ojos si la incomodidad, las dudas, o el hastío se han hecho presentes en tu trabajo o estudios, pues la Vida -y tu alma- te está ayudando (mediante obstáculos) a comenzar tu propio paso a crisálida…

Yo también estoy en un proceso transformador con mi oficio de astróloga, profesora y conferencista, donde se me pide ir a situaciones y lugares que me desafían, pero ya puedo entender que mi comodidad no es tema ahora sino entregar otro conocimiento y herramientas más allá de si yo quiero o me gusta… Y las alas de mariposa me recuerdan la alta vibración en la que tenemos que estar para sortear las pruebas de cada uno… Los guías también me soplan que ella nos recuerda que todo está en cambio y hay que dejar ir en estos tiempos…

Como lo compartí hace unas semanas en radio Ventisqueros y Santa María de Coyhaique, sur de Chile, ciudad patagónica donde haremos el Taller de astrología el 1 y 2 diciembre (acá la información, si quieren participar o difundir), esto de ser astróloga no es algo que se me ocurriera a mí ni que me fuese cómodo al principio -a ratos, todavía no termina de serlo, de hecho-. Fue un mandato de la Vida, que decidí seguir. Algo que tuve que descifrar, aceptar y que disfruto mucho pues tiene gran belleza, bondades y poderoso sentido. También es algo que recordé porque lo traigo de otras vidas, si no, no me explico la fluidez y lo rápido que se instaló en mi quehacer… E igual no es algo que yo quise en un inicio; encima significó lidiar con oscuridad alrededor, rechazos, egos densos, incoherencias, conocimiento antiguo que no me hacía ni medio sentido, agresiones, plagios (hace poco me mostraron uno del post escorpiónico; en fin, como dije ahí mismo: mejor me río), burlas, envidias, etc. Los humanos somos tan paradójicos, ¿no? …Claro que igual siempre hubo en este camino -hasta hoy- mucho amor pulsando en todo, aprendizaje constante, grandes satisfacciones, entrega, protección y tranquilidad…

Entonces, pese a todo, el llamado del alma pudo más. Y en estos tiempos se nos permite escucharla más que antes. Ella -el alma- habla a través de señales, sincronías, símbolos en sueños… Escucharla, además de divertido (ella es muy chistosa a ratos), resulta una gran aventura. Porque a veces a ella se le ocurre, por ejemplo, llevarte a una situación dolorosa para que se abra algo nuevo en tu vida, o aprendas a recibir ayuda… El alma tiene un lenguaje bellísimo y sabio que no resulta -a veces- muy agradable para nuestro ego (mente&emociones), al cual le gusta tener control y explicación de las situaciones… En cambio el alma llega y te dice: esta relación ya no es sana; este trabajo ya cumplió su ciclo; no has escuchado a tu cuerpo; tienes este tema pendiente; quédate quieto; actívate; practica paciencia; genera disfrute; abre tu fragilidad; usa tu poder… Y ahí no más teje sus hilos para llevarnos a una situación que cambie nuestras circunstancias y nos permita escucharla… No siempre le resulta esto último, pero ella no hace juicios…

Y ahora, cuando casi cerramos más de dos años con Don Satur (Saturno) en Sagitario, que nos hizo detenernos precisamente en el sentido de nuestro paso por aquí -por la Vida, por este planeta- y de lo que hacemos, en -precisamente- la vocación, en cuánto cultivamos el espíritu, en el entusiasmo -desmedido o ausente- que ponemos en nuestra vida, en la gula -ya sea con la comida o el consumo, entre otros aspectos- que se nos arranca, en el aprendizaje de materias nuevas más conectadas y de lecciones personales… Podemos revisar nuestro presente y permitir que, poco a poco, de aquí a abril 2018, nos vuelvan a salir las alas que por un rato estuvieron guardadas o atascadas… Ya nos morimos (en especial los últimos tres años, con cambios/desafíos notables). Ahora renacemos como seres más simples, livianos y despiertos a la vez… Bueno, no todos, pues hay muchos que tienen que contrastar -les corresponde- y pueden sacar lo peor de sí mismos y de la humanidad a pasear para hacer peso a la nueva energía que ya instalamos y que no tiene vuelta atrás…

Pero aquí vamos, con incertidumbre (en Chile, como en muchos países, con las recientes elecciones, esta sensación está en alza; excelente terreno para practicar flexibilidad y aceptación) y revolturas a cuestas, pero también con fuerza renovada, con más verdades personales y colectivas que nos permiten soltar lo antiguo y hacer nuestros propios caminos con certeza de estar guiados no sólo por nuestra alma sabia e intacta sino además por la energía colectiva -del Todo que somos y conformamos- que está en el final de su crisálida como nosotros, que nos abre oportunidades muy distintas a las de otras décadas y también respuestas profundas si estamos abiertos a los nuevo… Estos tiempos  nos recuerdan: experimenta, a eso viniste, a jugar, a vivir; nunca nos equivocamos, siempre aprendemos y aunque nuestros miedos o críticas frenen el flujo de la Vida, ella está ahí siempre abierta para acompañarnos…