¿Y pa’ qué sirve meditar?

… En marzo pasado, creo que a raíz de cuando nos ponemos muy mentales y nos boicoteamos, una chica dio el ejemplo de este video en un taller de Caminar en Consciencia y todos nos reímos por lo bien que muestra cómo se mueven nuestros pensamientos y voces internas… Y ahora, en esta tarde lluviosa en que estoy en plena labor con el Taller de Meditación del próximo sábado 8 de junio, recordé lo bueno que está vernos en este spot… Ver nuestra mente agotadora, compulsiva, negativa, neurótica, criticona, imparable, predecible, repetitiva… Pero, como en el comercial, también podemos liberarnos… Por suerte…

Aunque a ratos, esa mente nuestra de cada día, es decir, nuestro ego mental-emocional, es tanto más atractiva y tentadora que la liberación del carpintero… Claro, si es más cómodo quedarse en la queja y en la víctima; o en la evasión con TV, internet, consumo, vida social, comida, bebida o lo que sea; o en la acumulación de información teórica; o en los resentimientos y pasar una y otra vez por pensamientos cargados de rabia o revancha; o en la culpa que tanto placer e inamovilidad les -nos- da a muchos; o en el miedo que sirve para excusarse de un sinfín de cosas que no queremos encarar; o en la euforia; o en el delirio; o en la comparación; o en la fantasía…. Y así, podríamos enumerar tantas situaciones conocidas, pegadas, socialmente aprobadas y tóxicas que nos aturden e impiden el contacto con lo que realmente somos: luz, pureza, alma…

medita5El viernes pasado, con mi resfrío floreciente, suspendo la primera lectura de carta astral, pero la de las 2 de la tarde la mantengo. Cuando me siento a mirarla pasadas las 10 de la mañana y a conectar con su energía, no puedo: me quedo pegada en la música de la radio, luego en unos correos, en hacerme un té; encima tengo dolor de cabeza y algo de fiebre en retirada… Cuando me doy cuenta que he perdido una media hora, me digo: Ya, ok, decidiste mantener esa lectura; a ver, centrémonos que estamos puro perdiendo el tiempo, chiquita… Entonces, dejo todo, me estiro con ganas y me siento en el cojín frente al altar, aplico óleo 31 en mis sienes, frente y nariz, respiro, suelto el cuello y los hombros, apago el celu y medito con los ojos cerrados. Me cuesta, me siento inquieta. Medio me duermo igual, pero de a poco siento cómo mi energía cambia un poco su frecuencia dispersa. Logro centrarme más que antes, termino la meditación y  saco una carta de cristales de sanación… Me habla de soltar, me río y agradezco. Luego voy por otro té de peperina-limón-tilo-malva, respiro y ahora sí puedo comenzar lentamente a ver la carta natal que tengo frente a mí con más claridad…

Pa’ eso, entre otras cosas, sirve meditar. Lo cuento porque a raíz del taller, un par de personas me han preguntado ¿Y pa’ qué sirve aprender a meditar, ah? …Y me encanta la pregunta porque la primera vez que a mí «me mandaron» a meditar (hace años, Silvia Selowsky en medio de una lectura de tarot que ella me hacía a mí, me dijo: tú tienes que ir a meditar, te siento muy dispersa; y me dio dos direcciones de centros budistas en Santiago. A la semana yo figuraba en un centro budista tibetano escuchando mantras indescifrables sin entender mucho -o nada- pero sintiendo que eso tenía verdad y sentido), encontré que todo el rato tenía que ir a eso, a meditar, aunque no sabía bien por qué ni qué era en realidad. Comencé a tientas, sin saber pa’ qué servía, ni qué estaba haciendo, pero recuerdo unas prácticas semanales de contemplación de textos budistas que hablaban sobre la mente, el ego, el apego, el rechazo, el deseo, la compasión; y parte de la práctica era detener la lectura y quien dirigía decía: «Descansamos la mente»…. A mí esa frase me pareció tan bakán, tan sanadora-reveladora-mágica-nueva-poderosa… Nunca se me había ocurrido «descansar la mente»…. Claro, era un ejercicio budista de rutina probablemente en los templos y centros de enseñanza, pero para mí era lo más y desde ahí, aunque ya había comenzado hace rato un camino de encuentro -con el alma personal y colectiva-  y crecimiento, la práctica se hizo cada vez más sólida y consciente en torno a mirar-sentir la mente, el ego, las emociones, y pillarme en situaciones dañinas…

Y hay varias maneras de conectar con este conocimiento y «domesticación»  -como me gusta llamarlo- de nuestro ego mental-emocional (la mente): la observación de nosotros mismos, la meditación, el silencio, el yoga o cualquier deporte lento, el auto-conocimiento, la naturaleza, la contemplación, el Eneagrama, ciertas lecturas como «El poder del ahora» o «Una nueva Tierra«, de Eckhart Tolle… Hay muchas prácticas que nos ayudan y todas tienen su aporte con un matiz diferente, pero lo más importante -para mi- es la voluntad de crecer, la decisión consciente de evolucionar interiormente. Podemos leer de todo, ir a decenas de talleres o charlas, llenar nuestra agenda con muchas «cosas espirituales» (ja), meditar bajo la instrucción de los lamas más respetados, tomar diversos cursos, escribir, hablar, dar clases, incluso; pero si no conectamos profundamente con la verdad de lo que cada uno es -y esto implica, entre otras cosas, mirar también lo que no nos gusta de nosotros, reconocerlo, aceptarlo y domesticarlo para que no se arranque a la primera- y con la decisión de cambiar y de salir de los espejismos para tener una vida más plena de adentro hacia afuera, toda nuestra «agenda espiritual» puede ser sólo una acción más de nuestras neurosis humanas que se mueven desde la ansiedad y el afán de llenar el vacío, igual que el consumismo, los deportes extremos, la gula; el acumular títulos, panoramas, películas, trabajo, etc., etc.

medita3Todas las técnicas, miradas, talleres pueden ser una gran ayuda, un vehículo pero no son el objetivo. El objetivo soy yo, pero no el yo exterior, sino el verdadero, el encuentro con mi yo profundo, conectado, tranquilo, sabio, amoroso… Pero pa’ llegar  a él  hay que pasar por el externo, el que cree que sabe y que controla, el que posa pa’ la foto y que los demás suelen conocer; hay que pasar por la capa densa nuestra -el ego- que está cargada de creencias, juicios, dolores, justificaciones, emociones, patrones repetitivos, mandatos familiares, adaptación, rebeldía… Y pa’ hacer esto último hay que tener la voluntad de sanar o disolver todo esto -por capas, nunca es de una y tampoco es 100 por ciento, siempre quedan resabios, somos humanos- y empezar a descubrir cómo se mueve el ego nuestro de cada día porque cada uno tiene su estilo, ningún ego quiere ser igual a otro, jaja, aunque al final todos vivimos neurosis re parecidas…

Esta vez, elijo dar un taller de meditación porque siento que es una puerta de entrada a ambos yoes, al plástico y al verdadero. Porque aprender a respirar y calmar la mente despeja nuestro horizonte y nos permite conectar con la Divinidad que nos habita. Y ahora, en tiempos convulsionados y llenos de estímulos, como lo he dicho antes, es urgente tranquilizarnos, conectar a Tierra, bajar, observarnos y sentirnos para poder preguntarnos: cómo y en qué estoy?, estoy viviendo este momento?, estoy aprovechando lo que la vida me está regalando ahora más allá de que me guste o no?, por qué reacciono así… me sirve esto?, cómo está mi cuerpo?, realmente tengo hambre o necesidad de hacer algo, o sólo estoy ansioso?….  Así, poco a poco, conectamos con la luminosa consciencia, con la esencia, con lo alto; desde acá (en este plano)  y con auto-conocimiento accedemos a lo más sagrado nuestro y del Universo… No es una tarea fácil -hay que decirlo-, creo que nos toma toda la vida, es un camino constante, una práctica diaria; no lo obtendrás mágicamente en este taller que yo doy ahora, no sólo porque no es mi intención vender esa pomada y porque es irreal, sino porque como ya dije, es una voluntad de transitar un camino más verdadero y pleno, donde la meditación es una de las herramientas.

Este taller, entonces, es una semilla que cada uno puede elegir abonar, regar y comenzar  cuidar sus brotes… Para los que no pueden venir, siempre -ahora mismo- en este blog estoy compartiendo técnicas que a mí -y a muchos- me(nos) ayudan, e igualmente es probable que el taller se repita a fines del invierno. Y como quedan algunos cupos aún, en este link está la info y algo más a continuación… Gracias por la compañía constante de todos los pasajeros de este blog donde viajamos por distintos rincones de esta vida mágica… Y aguante con el 2013, que está desafiante, poderoso y bello!! 😉

taller 8 junio

CUÁNDO: Sábado 8 de junio, desde las 10:00 hasta las 18:00 hrs, con pausa de una hora y media para almorzar (hay lugares cerca para comprar o servir y también se puede traer algo para comer en la sala). Por favor, llegar 15 min antesde las 10:00 para la inscripción y empezar puntuales.

DÓNDE: Salón de eventos de CARLOS ANTÚNEZ 1960, entre Marchant Pereira y Pedro de Valdivia. Metro Pedro de Valdivia. Providencia.

CUÁNTO: $ 40 mil. Se puede transferir antes o pagar el mismo día, también se acepta cheque para fin de mes si alguien lo necesita. Para la transferencia puedes pedir los datos a talleresalma@gmail.com

CÓMO: Inscribirse previo envío de correo a: talleresalma@gmail.com, o llamada al cel. 9. 084 20 67. (CUPOS LIMITADOS)

TRAER: Tres cosas: 1. Cojín denso, muy esponjoso no sirve. 2. Manta o poncho (quedarse quieto da frío). 3. Calcetines gruesos o pantuflas (estaremos sin zapatos). Y, si quieres, libreta y lápiz. Venir con ropa cómoda para que el cuerpo esté relajado y feliz.

Y si tienes otras dudas o consultas, puedes dejar un comentario más abajo en el mismo blog.

PD: Este taller se repetirá en Mercedes, Buenos Aires, el sábado 6 de julio 😉