TERREMOTO EN CHILE: GRACIAS POR EL DOLOR (1era Parte)

… Con profundo honor y respeto por las víctimas más afectadas del terremoto en Chile –fallecidas y sobrevivientes-, reconociendo que mi vivencia es absolutamente ínfima e incomparable al lado de la suya, les agradezco a ellas desde el corazón el mostrarnos y contagiarnos el dolor. GRACIAS, MUCHAS GRACIAS.

…Todos estos días he hecho (no sólo yo) silencio y varias abstenciones de lujos o placeres por respeto a ustedes y he apreciado infinitamente su coraje.

He valorado vivir en una casa, poder bañarme, beber agua, elegir lo que quiero comer o la ropa que vestiré, dormir en una cama, usar un baño limpio, saborear un pan fresco con mantequilla y una taza de té caliente…

Les agradezco a este terremoto, al tsunami y a sus víctimas el humanizarnos, movilizarnos para ayudar, conmovernos con sus desgarradoras lágrimas, con sus sueños truncados y desesperanza. El habernos dado la poderosa oportunidad de detenernos y así lograr preguntarnos: ¿en qué estamos y cómo?, ¿qué tipo de vida llevamos?

Les agradezco con gran satisfacción el haber cambiado la agenda nacional y mediática (esta última tan agotadoramente frívola los últimos años) en pos de lo profundo: el amor, el servicio, la protección, la ayuda y la información real.

Los efectos del tsunami posterior al terremoto, en las costas del sur de Chile (foto aérea de Emol.com)

Esta tragedia –qué bueno- nos ha pasado a todos, incluso al continente y al mundo.

Todos sentimos –o conocieron- el derrumbe literal y metafórico, el miedo, la incertidumbre, la angustia, la pena, la desolación, la rabia, la impotencia no de un país pobre, sino del país “modelo” de Sudamérica, ese “que estaba tan bien” a ojos del mundo y, efectivamente, en gran medida así era. Por lo mismo, aquellos que aparentemente nos salvamos de esta, igual sentimos el terror de que venga otro desastre y nos afecte más directamente como a los millones de seres que hoy lloran sus pérdidas humanas, materiales y animales.

Le agradezco a la naturaleza y a la Tierra mostrarnos su poder infinito e incontrolable para recordarnos eso: sólo somos humanos, no dioses todopoderosos; nada está bajo nuestro control y, al contrario, le debemos respeto y agradecimiento a la vida animal, vegetal, mineral; al viento, al agua, al fuego, al aire.

Sí, aunque suene como suene, estoy intensamente agradecida del dolor que estamos viviendo. Este país –confío y anhelo- no volverá a ser igual después de esta convulsión telúrica, emocional y espiritual, que tiene como paradójico contexto los mayores avances tecnológicos y económicos de su historia.

Gracias. Siento que muchos volvemos a respirar con ganas. Siento que vuelvo a valorar mi cuerpo, mis talentos, mis numerosos medios, mis vínculos, el amor que puedo dar y el mucho que recibo, incluso de gente que está muy lejos.

…Adoré el silencio y la energía lenta y sensible que se produjo en las calles santiaguinas los primeros días post terremoto. Me gustó mucho ver los restaurantes, cafés y tiendas vacíos; ¡qué bien!, salimos de la burbuja y de la anestesia intoxicante del consumo y la evasión. Logramos detenernos y sentir.

Ha sido tan bueno cambiar de ritmo, de prioridades; no poder trabajar con la misma energía porque el alma y el cuerpo aún están remecidos. Ha sido tan bello recibir ayuda, pedirla y darla.

… Fue hermoso juntarnos con amigas, con mi hermana y mi madre a meditar, a rezar, a pedir, a enviar amor y a agradecer. Hasta fui a una misa católica el mismo día del terremoto, pues sentía que necesitaba un lugar de conexión espiritual, que era vital reunir mi energía con las plegarias de otros, y me encantó porque el sacerdote dejó los últimos 15 minutos para orar en silencio por las víctimas, mientras compartió el santísimo (creo que así se llama una bella cruz dorada que seguro da bendiciones), junto a la purificación del incienso y el sonido de las campanas.

Ha sido emocionante ver una posta de periodistas abnegados en todos los medios de comunicación, que se nota apenas durmieron por cumplir con la misión de informar, aquellos profesionales que desde el lugar de la tragedia estuvieron tan desabastecidos y sacudidos como las propias víctimas.

Qué bien nos hace y nos ha hecho el dolor. Este dolor colectivo, este sufrimiento que le ofrecemos al mundo como señal de alerta. Sí, es una señal: estamos frente a las últimas oportunidades de C-A-M-B-I-A-R. Nuestra transformación es AHORA.

¿Cuál transformación?  Un giro hacia el centro del pecho, hacia el respeto por el poder y sabiduría de la naturaleza, hacia la fuerza sagrada y benévola del Universo, hacia la empatía con la humanidad completa, incluso con nuestros enemigos o antagonistas; hacia promover paz en lo cotidiano, no sólo en casos de guerra…

Un compromiso con el amor, la compasión, la intuición, el equilibrio; una forma de actuar consciente para asumir que no estamos solos con nuestro ego, nuestra mente, nuestro cuerpo y ese afán de control constante que tenemos. No. Hay algo mucho más noble y sutil que nos mueve y rige nuestra existencia… Pero tenemos que optar por ella, atrevernos a sentirla y caminar según su vibración…

… Aahhh, puedo tomar aire con ganas para agradecerle a este dolor. Hoy tengo más conexión con mi propia alma y con la colectiva, esa que nos está empujando –aunque sea a golpes- a encontrar la verdadera felicidad. GRACIAS.

CÓMO SOBREVIVIR AL 2010: Tips para un año intenso y sorpresivo

Como les conté en el post anterior «Terremoto en Chile: Despierta el Amor»... el día antes de que la tierra se sacudiera bruscamente yo estaba escribiendo un artículo sobre la fuerza de este año 2010 para una sección del diario El Mercurio Emol.com
Ahora lo publicaron y pueden leerlo, pues tiene todo que ver con lo que hemos vivido y seguiremos viviendo en el mundo, no sólo en Chile… Como lo he dicho antes y como podemos percatarnos, el 2010 nos quiere muy despiertos, flexibles, pacíficos y amorosos.
La nota se titula «Cómo sobrevivir al 2010: Tips para un año intenso y sorpresivo» y pueden leerla, comentarla y reenviarla si lo desean, clickeando AQUÍ.
Un abrazo esperanzado.

EL SENTIDO DEL TERREMOTO EN CHILE

Lo que ha pasado es -entre muchas otras cosas- una señal para nuestro país y para toda la humanidad de lo frágiles que somos y de cuánto nos necesitamos… El dolor es una OPORTUNIDAD de conectarnos con el AMOR, con nuestra alma y su bondad; cuando el dolor o el terror nos toca, podemos hacer un cambio profundo en nuestras vidas, tener más conciencia y parar de generar apegos, avaricia, odio, rabias, desprecio, desconfianza, crítica, daño a otros…. Podemos mirar la vida de otra forma…
Por eso, quienes estamos bien evitemos estos días criticar o enojarnos con quienes están manejando la ayuda, con las autoridades en general, con quienes han robado, con quienes están informando a través de los medios de comunicación, con quienes están indiferentes ante el dolor de esta tierra… Es difícil, pero no nos quedemos en pequeñeces…
Paremos con la negatividad y la frivolidad, si seguimos con eso NO habremos entendido nada del para qué de este desastre… De esa negatividad hemos tenido y provocado demasiado.
AHORA conectémonos con el AMOR y la COMPASIÓN…

  • Cada vez que venga a tu mente una crítica, una queja, un enojo o resentemiento por lo que está pasando… observémoslo y dejemos que pase, que se disuelva, para luego aplicar el antídoto del Amor.
    Simplemente siente en tu mente o en tu pecho las palabras Amor, Compasión, Aceptación…

Es AHORA EL MOMENTO DE CAMBIAR… No esperemos otra señal más poderosa que esta…

Y otra cosa (si les da lata no importa, ya con lo anterior podemos generar el mega cambio) …El lunes se lo dije al chico de la verdulería cuando me ofrecía más cosas y un buen trozo de queso y yo le respondía que no, por las víctimas del terremoto, que no era un tiempo para gastar ni para darse lujos, que muchos estaban sufriendo y que con lo mínimo estaba bien… Él se rió, pero luego lo entendió… Si quieres, como un gesto de solidaridad y conciencia, estos días intentemos evitar los lujos, con menos podemos ser igual de felices y, de paso, nuestra austeridad honra el dolor de las víctimas… Menos gasto de energía, menos compras, menos excesos, menos adornos en nuestras vidas y más esencia, más humanidad, más comprensión…
Eso es. Gracias a todos por estar.

***

Luz para Chile, América y el mundo

Hoy a las 20 hrs. ( y toda esta semana), donde quiera que estemos, intentemos mandar LUZ a Chile completo, a las víctimas y también a aquellos que están bien.
De esta forma:

  • Si estás en casa, puedes reunirte con otros o hacerlo individualmente.
  • Encendamos con conciencia una vela. (Si no la tienes no importa, lo que vale es la intención)
  • Sentémonos cómodos y sin prisa frente a ella.
  • Si quieres puedes juntar las palmas de tus manos frente a tu pecho y respirar profundo un par de veces.
  • Agradezcamos todo lo que tenemos hoy: nuestro cuerpo sano, nuestra inteligencia, un techo, una cama, seres queridos, un trabajo, comida, ropa, servicios, nuestra alma, la posibilidad de pedir por otros… Todo lo que venga a tu mente y a tu corazón.
  • Respiremos muy profundo y enviemos desde el centro del pecho, desde el corazón: LUZ, AMOR, SABIDURÍA, BIENESTAR Y PAZ a todos los que en este momento están sufriendo, a los que han perdido a sus seres queridos, a quienes han perdido sus casas, a quienes se sienten desesperados. A quienes están solos, a las almas que se han ido violentamente, a quienes tienen rabia, impotencia, dolor, miedo, angustia; a los enfermos, a quienes están robando, abusando o aprovechándose de este dolor, a las mascotas o animales desamparados, a los que están incomunicados. A los medios de comunicación y sus profesionales. A las autoridades, a los profesionales de la salud, a nuestra Presidenta y al futuro Presidente de Chile. LUZ, AMOR, SABIDURÍA, BIENESTAR, PAZ. Si quieres puedes decirlo en voz alta.
  • Respiremos profundo y sintamos que nuestro corazón manda luz de amor a todos los seres por igual.
  • Puedes terminar con un «Gracias», con un «Amén», con un «Que así sea», con un «Om»… Lo que te nazca.
  • Si quieres puedes dejar la vela encendida un rato.

Podemos repetir esto cada día de esta semana.
Si no puedes a las 8 pm, no importa, hazlo en el momento que puedas.
Si no tienes el tiempo de hacerlo, no importa, sólo manda tu intención de amor.

Este dolor es una oportunidad de conectarnos con el AMOR.
Si quieres reenvía esto para que Chile y su alma, nuestras almas, reciban mucha luz.
Gracias.
PD: Estos días especialmente, cada vez que comas algo, cada vez que te acuestes a dormir, cada vez que camines por un buen lugar, cada vez que entres o salgas de tu casa, cada vez que te comuniques con alguien a quien quieres, cada vez que te pongas tu ropa, cada vez que te bañes o bebas agua sediento…. puedes DEDICAR ESTAS COMODIDADES A TODOS LOS SERES QUE NO LAS GOZAN HOY… IMAGINA QUE TUS PRIVILEGIOS (APARENTEMENTE TAN NORMALES) LE LLEGAN A TODOS LOS SERES QUE HOY NO LOS TIENEN… SIENTE QUE LAS BONDADES DE TU VIDA SE MULTIPLICAN PARA AQUELLOS QUE SIENTEN EL DOLOR DE NO TENERLAS…  La intención es poderosa.

TERREMOTO EN CHILE: DESPIERTA EL AMOR

A varios les dije que presentía que este 2010 sería muy heavy en muchos sentidos, de hecho el viernes estaba escribiendo un artículo sobre esto… No sólo lo presentía yo, muchos otros opinaban lo mismo y otros lo saben con certeza: estamos -hace rato- en tiempos de cambio… De un cambio profundo de conciencia, que nos haga dar un giro hacia el amor profundo…
En medio del dolor por este terremoto, que me tiene con mucha pena y lágrimas por lo que está pasando, sobre todo por quienes están aislados o se sienten desamparados y desgarrados, también veo una oportunidad AHORA tenemos la gran posibilidad de cambiar, de darnos cuenta que lo único que importa es el amor, la paz interna, la creatividad, la alegría, la conexión con nuestra alma… Tenemos la oportunidad de cambiar y en vez de conectarnos con el miedo y seguir protegiéndonos o llenándonos de cosas materiales que se acumulan en nuestras casas y que cualquier temblor se las lleva de un suspiro, podemos conectarnos más con el disfrute de lo simple, con el amor y agradecimiento a la naturaleza, con el promover más amor y menos rabia, más dulzura y menos intolerancia, más alegría y menos resentimiento, más propuestas y menos crítica…
No es casual que esto pase acá, en el país «estrella» de Sudamérica, donde la gran aspiración de muchos es el éxito y la estabilidad… Esta es una señal, una oportunidad, una oportunidad de conmovernos;  sentí lo mismo cuando hace unos años desapareció Chaitén por el erupción del volcán en el Sur… pero, claro, no era Santiago y el tema fue olvidándose… Pero ahora es distinto, esto es un mega recordatorio de que NO tenemos el control de nada, somos frágiles, nos afectamos unos a otros y nos necesitamos… Miremos la belleza de poder dar ayuda, de atrevernos a pedirla, de darnos compañía aunque sea por mensajes de texto del celular…
Me ha emocionado ver a gente aparentemente dura u hosca ofrecer ayuda a amigas que viven solas… O a una chica que en mi edificio busca a su pequeño gato gris con un aviso en cada piso… O a un abuelo que cruza todo Santiago recolectando a sus nietos «ando juntando a todos mis pollos», me dice con orgullo, mientras carga a su nieta bebé… O a mi madre llevando a gente en su auto por Pedro de Valdivia cuando viene a buscarme… O a mi tía anciana que cuando la llamo me contestan los vecinos que le están limpiando la casa y que se la llevaron a otro piso para que esté más tranquila…
Eso somos: AMOR, energía pura, diáfana y blandita en el corazón. Y eso se nos ha olvidado demasiado…
Sé que esto puede parecer hasta canuto o que me he convertido en predicadora, pero me da igual, en esto creo y esto es lo que me confirma una y otra vez la vida: estamos acá para entregar amor, para recibirlo, para crecer y despertar… Para entender que somos mucho más que un buen cuerpo, un gran trabajo, una relación amorosa, o el auto de lujo, o el Ipod, o la casa nueva…
Por eso les propongo que todos estos días le mandemos AMOR a Chile, al mundo, a todos los seres que están sufriendo, a los que tienen miedo, a los que están en duelo, a los que no entienden ni quieren saber para qué nos pasa esto, a quienes están enojados, e incluso a aquellos que están robando en medio del dolor de otros.. A los que aún no se reponen en Haití, a quienes sienten hambre… AMOR también para nosotros mismos… Que envolvamos en AMOR y SABIDURÍA a los rincones de esta tierra del Sur del mundo, que desde nuestro corazón mandemos PAZ a todos, incluso a nuestros enemigos…
Los invito a agradecer todo lo que tenemos, desde nuestras capacidades intelectuales hasta lo material, los amigos y seres queridos también y, por supuesto, nuestra capacidad de conectarnos con nuestra alma… En medio del dolor aún somos muuuuy afortunados!
Eso les propongo. En vez de dispersarnos y de volver a caer en negatividades, mandemos AMOR.
Un gran abrazo emocionado y esperanzado.