Me acuerdo cuando en la primavera 2009 paseaba por Pocitos pocos días después de que Uruguay clasificara al Mundial y vi un lienzo en la rambla que decía: «¡Mandela, yo llevo el mate!»… Además de reír y de fotografiar ese y otros emblemas de la identidad uruguya, disfruté mucho conversando con los expertos en fútbol locales; aunque yo no entiendo nada del tema, era un espectáculo escuchar sus comentarios…
Y ahora, sin soltar el mate, los uruguayos celebran con júbilo en Montevideo, desde la rambla, 18 de julio, el mercado del puerto… Y seguro, desde cada rincón del pequeño gran país. Un diario titula «Un río de felicidad» y otro: «Permiso para soñar»…
Tengo una teoría: Este Mundial se juega en uno de los íconos del Tercer Mundo (al fin) y es para el Tercer Mundo… Enhorabuena!
Vamo arriba La Celeste! Uruguay no ma!