Creo que lo dije en el post anterior: los años nuevos podrían celebrarse en cuanto el Sol sale de Piscis, el último signo, y entra a Aries, el primero. Es decir, para el Equinoccio de otoño en el sur y de primavera en el norte. Al menos a mí el 1 de enero no me convence nada; menos al mirar la cara de ese tal Gregorio y su calendario… Así tendríamos una Navidad más disfrutada, un enero de nuevas ideas y conversaciones y luego un gran mes de febrero de cierres y revoltura emocional -con drenaje incluido- para finalmente abrir el año con toda la fuerza del Sol ariano y hacer una buena fiesta con harto baile, todos vestidos de rojo/amarillo/naranjo, fuegos artificiales y la espera del amanecer para recibir los rayos del sol… Digo yop. Parece que los días piscianos alimentan mi fantasía y mi distancia con la realidad… Pero ya comienzo a disfrutar el tiempo ariano y junto a otros me reactivo…
Es que en las últimas semanas de estos febrero y marzo 2016 nadamos en las aguas de Piscis con toda la emoción, sensibilidad, intuición, creatividad, amplitud, subjetividad, confusión, fantasía e imaginación que inunda todo; también nos ahogamos, flotamos, chapoteamos, practicamos buceo en nuestras vidas o algún estilo propio y hasta surfeamos por nuestro día a día, pero con claridad-claridad, no estamos. No. Por eso no hay que apurarse estos días, ni en juzgar ni en dar algo por sentado ni en hacer o decidir de forma tajante… Al contrario, necesitamos más horas de sueño (¡por favor!), de baños de tina, mar o piscina, y de contemplación para incorporar todo el material energético, emocional y espiritual que la Vida nos regala (literal y metafóricamente, con balde). También escuchar música suave y bailar acompaña la energía de este tiempo donde, encima, estamos en plenas semanas eclipsadas.
… En época de eclipses -ahora, desde la última semana de febrero y hasta la segunda semana de abril- perdemos control, es decir, tenemos que soltarlo. Soltar la idea de que alguna vez lo tenemos, ja. En días de eclipse siento energía de hélices que se mueven trayendo cosas y despidiendo otras no a nuestro gusto sino de acuerdo a lo que hemos venido hacer y disfrutar como tarea interior. El cielo nos despeina, nos arrebata y nos regala cosas nuevas… También la Luna, el Sol y la Tierra hacen su juego y nos enteramos -las entendemos y comprobamos- de verdades que no queríamos ver, vivimos cambios inesperados que son limpieza, estamos más sensibles y tenemos que ponerle más consciencia a nuestros pensamientos/emociones porque podemos sembrar con más solidez sin comprenderlo del todo hasta los próximos eclipses (agosto); es decir: es tanto mejor dedicarse a conectar con lo luminoso que con lo opaco y oscuro (lo cual no quiere decir que no lo veamos, al contrario); son días para poner aún más atención a nuestra vibración…
Ja, ja. Justo termino el párrafo anterior y en la radio hablan de huertos y de que hay que poner mucha atención a las semillas… Eso mismo es! Hay que poner cuidado -sin miedo- en qué y cómo sembramos porque en estos días eclipsados tienen más fuerza nuestras semillas, por tanto nuestra mirada también podría ir hacia qué queremos cosechar porque es hoy el tiempo de poner acciones, pensamientos y emociones más elevados. Es que ahora, con la fuerza del equinoccio aún presente, renovamos energía y realmente cerramos ciclos…
Estas semanas, cuando aún se sienten los efectos del eclipse pisciano del 8/9 de marzo, que movió en especial (aunque a todos nos llegó un oleada, ¿no?) a Piscis, Géminis, Virgo y Sagitario; se movilizan también las aguas de la Tierra y las nuestras (emociones intensas, a ratos extremas; los líquidos del cuerpo; mensajes en sueños e intuiciones importantes), como también temas creativos y espirituales. Por otro lado, los robos, engaños, desengaños, crímenes confusos, locuras y ciertas enfermedades o accidentes ‘absurdos’ pueden incrementarse para obligarnos a hacer un movimiento de luz, de madurez, que nos permita soltar patrones (formas, creencias, miradas, hábitos) antiguos de esta u otras vidas, como también incorporar conocimiento nuevo a la sabiduría que ya acumulamos -se supone- con todo el camino de vida de cada uno…

Nuestro lado Aries tiende a mirarse el ombligo, mientras el de Libra mira mucho a los demás… Ahora tendremos que hacer un sano ajuste.
Y por si alguien quedó fuera, esta semana el 22/23 de marzo viene el eclipse libriano, que le da la oportunidad especialmente a los Libra, Capricornio, Aries y Cáncer de cerrar y comprender temas que comenzaron alrededor del último equinoccio, en septiembre/octubre pasado. Igual a todos se nos da esta chance, que dura tres semanas, es como una ventana eclipsada. Y no sobre cualquier tema, sino aquellas situaciones que movieron el amor de pareja, de familia, de amigos; las sociedades, relación con jefes, compañeros y clientes desde ese tiempo hasta acá, ahora tienen su posibilidad de comprensión y de completarse como experiencia para hacer un giro y poner en práctica todo lo aprendido: amor puro, límites, autonomía, expresión, armonía, tranquilidad, aceptación, cooperación…
Este eclipse libriano puede mostrarnos el egoísmo propio, el ajeno y el mutuo!, también podría obligarnos a asumir lo tóxico -o estancado u oculto- de algunas relaciones para ponerles fin o replantearlas sí o sí. Podremos mirar nuestras oscuridades, incluido ese lado que mendiga atención, cariño o amor; el mismo que por la vía de agradar a los demás quiere mantener sus vínculos en vez de centrarse en lo que realmente siente/quiere/necesita. O capaz que nos hacen mirar nuestras frialdades y nuestro lado controlador… Como sea, este eclipse moverá la autenticidad, podrían saltar secretos de amantes, negocios turbios, relaciones por conveniencia o muy plásticas; obvio que las infantiles y las de co-dependencia tendrán lo suyo. Por lo mismo, las rabias y la necesidad de hacer justicia, tema ariano/libriano, pueden sacar su bandera…
Pero no todo es alarmista ni fatalista. Para eso están los noticieros y los diarios, además de las ‘redes sociales’ últimamente… Esta especial fecha también mueve sus hélices para polinizar y sembrar algo completamente distinto a lo que venimos viviendo según sea el caso, al gusto del consumidor. He ahí lo auténtico, pues muchas de nuestras relaciones transgreden lo genuino y vamos tapando lo que de verdad somos -con todos nuestros talentos, aprendizajes y caminos- y queremos… La Luna, el Sol y la Tierra que ahora danzan en el eje Aries/Libra también pueden traernos más -o nuevo- amor; la oportunidad de abrir más el corazón para compartir con los demás. Todo podría confabularse para que digamos verdades que despejen lo opaco y conectemos con relaciones más luminosas en nuestros ambientes. Podemos recibir la justicia divina en hechos que venimos trabajando hace meses…
Y hay algo muy relevante… Es a raíz de darnos cuenta de nuestra incomodidad, incongruencia, dolor, frustración, sensación -o vivencia- de abuso, soledad, desequilibrio y etcéteras; de reconocer aquello en que nos dejamos eclipsar antes (opacar); de esas situaciones o hábitos donde perdemos poder, que ahora podemos levantarnos y decidir brillar en nuestros vínculos más cercanos, siendo nosotros mismos, con la luz que tenemos dentro, sin ensombrecer a nadie ni tratando que otros brillen, porque esa es una decisión personal…
En resumen, por si esta nota quedó muy pisciana, hasta mediados de abril es importante ponerle más atención a nuestras relaciones para permitir que se limpien (esto incluye estar atentos a señales, verdades, encuentros y desencuentros), de modo que quede espacio y un terreno más propicio para sembrar lo que realmente queremos porque, ya que estamos en un año para concretar desde el corazón y, como dijimos en radio Cooperativa, de un optimismo realista, es ahora el momento de decidir en profunda conexión interior qué queremos vivir y comenzar a actuar en consecuencia. ¡Buen y esclarecedor eclipse para todos! ¡A brillar!