Eclipse de Luna en Leo: ¿qué vamos a elegir?

La intensidad de enero ha sido tanta que -además de tener poco espacio- no sé ni de qué escribir.  Si del dolor que muchos atravesamos para poder abrir otra etapa y soltar pesos. Si de las verdades, la agitación y la evidencia de la oscuridad de Marte con Júpiter buceando por Escorpio. Si de las conquistas que varios celebramos agarrados del aleccionador bastón de «Don Satur».  Si de los desengaños que Neptuno nos pone para que aprendamos a usar más la intuición y menos la lógica desgastada. Si de la sarcástica despedida que ya hace Urano en sus últimos meses en Aries, que agita nuestro cuerpo y sistema nervioso, que nos pone desafíos, nos llama a ser más audaces y creativos; mientras exacerba el individualismo -aunque algunos valientes ahora se atreven a mirar el propio, ¡tremendo salto cuántico! Si de la necesidad de estar más tranquilos más allá de lo que afuera esté pasando. Si de este eclipse de Luna en Leo que será una evidencia y un ajuste.

En el cierre del taller de interpretación astrológica del  sábado pasado, una alumna me pregunta por esto. Por el eclipse  en Leo de este 31 de enero y alcanzo a comentar que es más emocional que el que vivimos el 21 de agosto pasado, que sirvió para remecer nuestras estructuras externas (temas mundiales en lo político y climático, principalmente) como las internas, pues fue un ajuste de indentidad: qué quiero, qué me representa, qué ya no y qué hago con esto.

Pero más allá del eclipse en sí, el movimiento previo de éste me tiene muy conmovida y contenta a la vez. ¿Se puede estar dolorida y feliz al mismo tiempo? Sí. Somos un Todo. Y mientras me toca acompañar las lágrimas, el dolor físico y emocional de varios cercanos, junto al mío propio que otros acompañan también; un hilo de tranquilidad (en medio de la angustia, igual) y alegría cruza mis experiencias. El dolor y la sanación se presentan al mismo tiempo y es muy emocionante experimentarlo: asistir a la transformación profunda de varios cercanos que botan antiguas capas para quedar a flor de piel por un rato antes de levantarse… Cada uno está soltando sus armaduras. Vaya gesto para honrar y para vivirlo en cada fase, sin apurar ninguna…

Es que ahora, en este inicio de 2018 se termina de «rayar la cancha». Y gente que optó antes por la oscuridad o la opacidad pero que no le corresponde, está siendo «jalada» hacia lo luminoso… Quienes «como que quisieron despertar» y lo dejaron a medias, ahora tienen que definir el camino; hay quienes están obligados a dar pasos hacia la consciencia y no al contrario… Y esto duele. Es un despojo hasta físico. De hecho nuestros cuerpos se están ajustando a lo nuevo, a los universos paralelos que hace unos meses habitamos más que antes…

En medio de esto, lo que más me llega de este eclipse es el contraste que desde ahora se dará con más fuerza que en otros tiempos; también el sanador cierre que viviremos para reconfirmar nuestros caminos en torno a los afectos y a los talentos que vinimos a despertar; y la nueva energía femenina que emergerá para comenzar a despedir poco a poco el patriarcado de los siglos de los siglos…

¿El contraste? Sí. La Luz y la Oscuridad que somos saldrá a pasear mucho este 2018. Y dependiendo de dónde te pares es con qué y con quiénes te encontrarás. Así que «dime cómo estás por dentro (en qué está tu mente, emociones y acciones) y te diré qué situaciones atraerás, de qué formarás parte y con quiénes compartirás»…  Por lo mismo, habrá muchos con quienes ya no se nos permitirá -aunque lo intentemos o manipulemos- estar o compartir. El contraste será cada vez más fuerte;  no nos dejará maquillar nuestras relaciones ni ambientes. Lo que antes aguantábamos o manteníamos por la forma o por «pobrecito» o por no puedo, etc., etc., ahora será revelado y remecido para que caiga por su propio peso y cada quien tome sus destinos.

Cierres. Sí, esto trae en sí mismo este eclipse y durará todo febrero. Hay algunas fichas -o ladrillos- que nos cayeron en el eclipse de agosto 2017 y hay muchos que se resistieron a hacer un cambio real pese a tener todas las razones enfrente, varios que sí entendieron que había que soltar y lo hicieron -angustia mediante- pero aún no cierran por dentro, y otros tantos que quedaron con un signo de interrogación de neón en la cabeza porque encuentran que la vida es entera injusta y aún no saben qué hacer.  Ahora llegan las comprensiones y las decisiones que cada uno tiene que tomar para sonreír más antes que dramatizar o seguir muriendo por dentro.  Ojo que estos tiempos nos quieren revitalizados!

Tute, una vez más.

Y sobre la nueva energía femenina. Obvio que no es feminismo;  eso es antiguo -igual que decenas de cosas que ya no van y que tengo pendiente hace rato escribir acá algún día. El patriarcado por supuesto que también lo es; ambas palabras me sacan bostezos. ¿Qué viene, entonces? En este mes de eclipses (el 15 de febrero viene el segundo) harán noticias las mujeres. Y junto a esto también comienza una elevación de lo femenino en nosotros: creatividad, intuición, contención, nutrición, emociones, esperar, cadencia, poder interior. Y encima es la enigmática Lilith una de la grandes protagonistas de este eclipse, así que podemos esperar noticias en torno a la oscuridad femenina, como también a poderosos liderazgos que no teman aplicar su fuerza.

Y aunque los eclipses no son para tomar decisiones importantes, pues se mueve mucha energía emocional y es mejor esperar a que decante y se nos muestre todo el puzzle, sí nos tocará definir de qué lado estamos y sobre qué energía nos pararemos este 2018 para avanzar. ¿Negatividad, positivismo, realismo, profundidad, frivolidad, consciencia, pragmatismo, alegría, agradecimiento, rabia, resentimiento, orgullo, humildad, empatía, verdad, mentiras, tristeza, confianza, rechazo, aceptación…? Podríamos seguir varias líneas más. Pero básicamente es si caminaremos en base al Amor (certeza en la Vida y entrega a ésta) o desde el Miedo. ¿Y de qué lado? En este par de eclipses hay dos opciones: del lado de escucharnos con más detención para hacernos caso (no a nuestro ego que quiere ganar, claro está) o del de seguir las pautas del sistema, de las culpas, de la imagen, del deber ser… Como lo he dicho antes, da lo mismo lo que elijas, lo importante es saberlo para ser consistentes. Cuando de verdad tomas un camino, se abren puertas y la Vida empieza a fluir. 

Estas semanas eclipsadas, entonces, nos llaman a decidir interiormente para poner en práctica todo 2018 una energía más pura, más conectada con lo que de verdad nos saca sonrisas y nos deja en tranquilidad…

Feliz eclipse. Sin estridencias. Con más escucha y gran sanación…

Y los Temas 2018 son…

Pero antes de esto, tres avisos comerciales!:

1. El sábado 27 de enero realizaré un Taller práctico para astrólogos principiantes, avanzados y autodidactas sobre Cómo interpretar una carta astral y no morir en el intento! Los detalles AQUÍ.

2. Si quiere ver una entrevista en EmolTV sobre las Predicciones 2018 y algo más, click acá.

3. Y si  aún le quedan ganas y oreja, puede escuchar la entrevista en radio Cooperativa con las Predicciones 2018, click aquí mismo.

Dibujo del talentoso Tute.

Gracias. Volvemos. Entonces, ALGUNOS DE LOS TEMAS 2018 son…

Todo lo agrícola. Los alimentos, su cultivo, la escasez, la acumulación, nuevos productos, semillas rescatadas y extintas. Agricultores, sus derechos y deberes, la tecnología que usan comienza a renovarse. Los ganaderos. El campo. Los cereales.

Los recursos naturales, incluido el petróleo.

Agua, Tierra y Aire. Tormentas. Hielos. Nieve. Frío (ya lo estamos viendo). Barro. Tierra (sacudidas). Tsunamis. Volcanes. Vientos. Los polos. Montañas, valles, cañones. No sólo desde los desastres. Calme su ego trágico, querido lector. También pueden ser descubrimientos, investigación, sorpresas en torno a las bondades que nos entregan. El mar, tanto en lo natural con sus movimientos como en conflictos y además en su cuidado.

Las islas y penínsulas. Con temas de naturaleza, eventuales atentados, conflictos y un renacer en torno a su protagonismo. Incluida Italia, Manhattan, Oceanía, Reino Unido. También toda Europa del Norte.

Los patriarcas. Incluido el Vaticano y la ONU. Los grandes líderes, en especial los más antiguos y anticuados (no es lo mismo).  Los hacendados. Y dado esto, más protagonismo de las mujeres (ahí está Oprah en los recientes Globos de oro 2018).

La cuarta  y tercera edad.

La infancia. En especial el primer semestre.

El sistema de pensiones, sus vicios, mentiras y la posibilidad de mejorarlos o actualizarlos.

Los ahorros: fiscales, personales. Las inversiones. Los créditos. La banca con sus oscuridades e innovaciones. Las aseguradoras -vaya denominación.

La industria inmobiliaria (aunque con más fuerza en 2019). Lo mismo para la industria alimentaria.

La basura. Tal cual.

El desapego de la tecnología (amén, así sea, inshallah). El uso de ésta para la ecología y para rescatar antiguas tradiciones. De a poco soltaremos su uso tan extendido en pro del narcisismo -parece que amanecí muy optimista.

Más sobre los abusos. De poder, sexuales, económicos, ideológicos.

El éxito versus existismo. La depuración de cómo logramos, cómo avanzamos en la vida. La definitiva caída del «sueño americano».

La vocación. De a poco, reelaboramos y encontramos más conexión con nuestros reales talentos.

Las fronteras entre países, asuntos limítrofes y diplomáticos.

Las monedas. Atención con el Euro, las criptomonedas y nuevas formas de transar.  La bolsa.

La minería, sus recursos, gremios, investigaciones, hallazgos.

Amenazas, explosiones e invasiones. Los poderosos de siempre mostrando lo peor de lo nuestro.

La migración. Como no hicimos la tarea con Saturno en Sagitario, ahora vendrán los coletazos de esto y habrá que ordenarla en todas sus dimensiones. Los migrantes en sí.

El deporte. Reveses, frenos al ego y negocio que circunda a algunas disciplinas o juegos.

La electricidad. Fallas, renovaciones. Nuevas técnicas o usos.

La muerte. Como motivo de creatividad en cine, música, libros. También las tasas, las causas. Las funerarias.

La creatividad.  Comenzamos un ciclo para volverla real y no quedarnos solamente en ideas o fantasías. Este año de aterrizaje nos anima a usar nuestros dones creativos ya sea para nosotros a modo de «hobby» como también para emprender e iniciar un proyecto concreto. 

El goce de la vida. Los placeres, la naturaleza, la belleza. Comenzamos a valorar más el disfrute que el correr o ganar -sigo optimista- y la tecnología puede crear ‘productos’, ‘espacios’ o ‘servicios’ que promuevan mayor calma y conexión con lo que tenemos.

… Eso sería. ¿Algo más?… Podría decir: «Sea cortés, ande con cuidado, edúquese lo que más pueda, respete para que lo respeten. Y que Dios nos ampare», frase de la reconocida Doctora Polo, que le viene  muy bien a este 2018, sin duda. Pero además diré que es un año para la humildad, para soltar el narcisismo que habita en nosotros -con todo lo que implica-, abandonar la ansiedad y la reactividad, activar nuestra seguridad personal en vez de envidiar o compararnos, potenciar el logro de nuestros anhelos con disciplina, silencio y una sonrisa. ¡Feliz 2018, tiempo para aterrizar y comenzar a construir de verdad un nuevo mundo personal y colectivo!