Noviembre trae regalos… y limpieza

Hace rato que no escribía en Guioteca.com, pero a propósito del eclipse total de Sol de este martes 13 volví a las pistas (la nota va al final), puesto que comenzamos un ciclo muy especial y encima el oscurecimiento solar será visible desde Chile.

Tanto el 13 y 14, como el 18 y el 25 de noviembre son días muy importantes. En realidad, todo este mes. O todo este año y hasta el 2014 con fuerza. ¿Importantes en qué y para qué?

Mmm, este mes es re importante para cambiar nuestra mirada y vibración frente a la vida que llevamos. Si retomamos nuestro poder interno y entendemos que todo pasa dentro de nosotros y luego se replica afuera, realmente podemos dar un salto cuántico y soltar los antiguos paradigmas y ataduras de modo de construir una realidad más consciente y luminosa…. Nada «nos pasa», todo lo provocamos y todo es un terreno de práctica espiritual, desde una enfermedad hasta un buen asado con los amigos, desde el dolor y las decepciones hasta la compra de algo que nos gusta, desde algún buen momento con quienes amamos hasta la sorpresa más negativa… Todo está bien. Y todo pasa…

Entonces, ya que este poderoso eclipse se da en el intenso Escorpión… Nos invita -u obliga- a permitir la limpieza de nuestros aspectos oscuros en este mes, a soltar viejos patrones de pensamiento, a mirar las señales de la realidad, a ver todo como una gran oportunidad, a generar cambios profundos y a conectar con la magia de la vida. No todos los días hay un eclipse total de Sol, ni tampoco en todas nuestras encarnaciones hemos tenido la posibilidad de ser parte de un cambio tan poderoso en la humanidad. ¡Así que a disfrutar, crecer y aportar! El momento es AHORA, ya no hay excusas y quejarse está pasado de moda…

… Queridos lectores y amigos, la nota eclipsada donde se dan más detalles de este tiempo pueden leerla acá.

Abrazos y GRACIAS otra vez!

Señales de los nuevos tiempos (Primera parte)

«Buen día, amiga. Te llamaba para decirte que en Mucho Gusto estarán unos monjes tibetanos. Un abrazooo» -me dice la bella y sabia Camila por mensaje de texto al celular. Pa’ variar no alcancé a contestar (últimamente me pasa bastante), figuro a media mañana entre el mate, tostadas de pan integral con aceite de oliva y orégano, el compu con varios correos pendientes. Luego de eso me sentaré a mirar los últimos detalles de la carta astral de un pequeñito de meses, cuya mamá quiere conocer qué dicen los astros sobre el camino de su tierno primogénito.

El mensaje se refiere a un programa matinal que no veo de un canal que no miro. Por vibra, por onda. Porque originalmente estaba (acaba de cambiar de dueños) orientado a los estratos bajos de Chile en manos de gente del Opus Dei (con sólo escribir esto siento energía arcaica y rígida) -grupo religioso lamentablemente con mucho poder en el país, pero, bueno, para algo y por algo será- que desde que lo crearon se dedicaron -seré tajante en el juicio- a aturdir a su público con «pan y circo», con tal que nadie tome conciencia sobre las cosas importantes e injustas. Encima este programa del que me habla mi amiga estaba conducido por un ser con una risa nada agradable y una energía que, al menos para mí, está lejos de ser simpática e interesante… Pero hace un rato en este canal hay una periodista que hace buenas cosas sobre estos tiempos nuevos potenciados ahora en 2012.

Entonces, luego de tomar mi mitad de desayuno (la primera parte fue fruta), pongo la tele y nada. La cambio, hay una aguda psiquiatra que me cae bien hablando de las burlas de un comediante chileno, de su agresividad y de los riesgos de este gesto tan común por estas tierras. De hecho, en el último programa en radio Cooperativa hablamos sobre cómo manejamos la rabia los chilenos, a raíz de repetidos actos de matonaje de una «modelo» en un reality. (Ya retomaré esto en otra nota, pero el programa de radio se puede ver aquí).

Sigo con lo mío con la tele de fondo y de repente me acuerdo y cambio el canal. Me quedo pegada: ahí están cuatro monjes sentados con un traductor y los conductores de atentos. Conversan un poco, y luego hacen una «bendición-purificación» con las luces del estudio más bajas y quienes trabajan tras las cámaras se acercan al ritual…. Me transporto a mis años en el budismo, los retiros y enseñanzas con lamas, los sonidos, los mantras, los mudras, la meditación, la energía y la típica sonrisa tibetana de los lamas, mezcla de inocencia y sabiduría… Me vibra el corazón y se me asoma la lagrimita no sólo por los recuerdos, también por constatar el poder de estos tiempos… Cuándo iba a pensar que esta mirada tan despierta de la vida, con énfasis en bajar el ego, llegaría sin más a la TV local (paraíso del ego nuestro de cada día) a dar un mensaje y a abrir nuestra energía… La ceremonia termina en un silencio -gesto casi desconocido en TV- y luego con el hablar profundo y gracioso de uno de los lamas: «Paz y felicidad es lo más importante, pero no pueden comprarlas. Acá tienen muchos comercios (y nombra dos supermercados entre cierta incomodidad de los conductores por la mención) pero ninguno vende paz y felicidad, para eso necesitan practicar dentro de la mente y para eso nosotros ayudamos con enseñanzas»… Bello. Luego de eso, me quedo en silencio y retomo la carta astral que comencé la tarde anterior.

El día sigue con el placer del viento de primavera en la cara, el encuentro inesperado con dos amigas en la calle, dos lecturas de tarot, y la «carta astral infantil»… Le hablo a la madre sobre su pequeño, le digo que ambos compartirán un mundo espiritual o muy sutil, que están conectados desde ahí y de otras vidas… En medio de la interpretación ella me dice: es que yo practico meditación budista tibetana…. ¡Las sincronías! -justo lo de la mañana, se me cruza por la mente aunque no se lo digo a ella porque seguimos con otros temas, pero ella lee este blog así que se enterará igual, e igual le comento que yo también pasé por el budismo como práctica espiritual y de meditación; y de lo que se trata ahora es de espiritualizar la vida: la comida, las relaciones, el trabajo, el cuerpo, la mente, las emociones, los placeres, las compras… todo lo cotidiano. Ya no hay que irse lejos o hacer algo en específico, la conexión espiritual está «en la calle», en el día a día y la forma ya no importa y podemos aportar desde donde estemos sin separarnos del mundo… Lo importante es la intención, la constancia y el observar tanto nuestro ego como nuestros regalos o ámbitos luminosos para entender que forman parte de las experiencias de nuestro mágico mandala llamado Vida en esta Tierra.

De tarde paso a un oasis en Santiago, el Centro Cultural de Las Condes, con sus añosos árboles, sus jazmines que me transportan y el ruido de los niños jugando en los prados. Otro regalo del día. Antes de irme a la cafetería a escribir me siento bajo un árbol con la espalda apoyada en él y le pido que, por fa, me purifique, que se lleve el cansancio y el agobio y que lo transforme en luz en el centro de la tierra… Me quedo tranquila, riéndome con los chicos que juegan y se mojan con una de las regaderas que gira… ¡Qué buen día, este!

En el patio de la cafetería escribo, sigo respondiendo mails y llamadas, con un sandwich con queso de cabra y un té verde… Después de un buen rato llegan Patricia May y Sergio Sagüez, mis «profes» en un seminario estos días: «Transformación personal para un mundo nuevo», nos saludamos y compartimos el patio con brisa y sol… Cuando se acerca la hora del inicio me voy a la clase y aparece una amiga que conocí el 2011 acá mismo en un taller de interpretación de sueños con otra gran profesora. A la clase hasta se suma mi hermana pese a sus dificultades para llegar a tiempo dado su trabajo.

El día termina entre risas, con noche de Luna Llena en Tauro, caminata y buena compañía… De camino a casa retrocedo y recorro no sólo los regalos y sincronías de este día que para mí son tremendo tesoro, sino también el buen sabor de boca que dejan las señales de estos tiempos nuevos, «tiempos integrales», como revisamos en la clase de esta tarde… Tiempos finales también, pues al fin está terminando poco a poco el predominio exclusivo del ego y la racionalidad para darle también espacio -merecido e imprescindible- a la intuición, la sabiduría, el cuerpo, lo ancestral… Al fin!! Qué privilegio que seamos testigos y protagonistas de esta transición planetaria que cruza todos los aspectos de nuestra vida…

Hasta la próxima, porque las señales no paran… Qué bien!

Noche de Luna en Tauro desde Santiago de Chile

Qué bello es celebrar

¿Qué es un ritual, Jimenita? -me dice con cara seria uno de los encargados del salón donde hicimos el ritual de Primavera.

Me encanta la pregunta y me detengo a explicarle un poco el sentido ancestral, la tradición de nuestros antepasados en distintas culturas del mundo donde se celebraban -y hasta ahora- tanto los cambios de la naturaleza como los movimientos de las estrellas; celebraciones en las cuales se honraba a la tierra, el sol, el aire, el agua, el fuego; también los pasos y logros de cada clan, tribu, grupo, etnia… Ese es el origen. Pero mi idea de celebrar las estaciones y el año nuevo chino, es también cerrar y abrir ciclos, entrar con una energía nueva a cada etapa, que sintonice con nuestra olvidada naturaleza externa e interna y preparar así nuestra mente, corazón, cuerpo y espíritu para lo que nos toque vivir en los diferentes momentos del año. Tiene que ver con hacer un alto, tomar conciencia y celebrar, pues -al menos por estos lados- mucha falta nos hace también la música, el baile, la fiesta, el compartir.

Nos hace falta también agradecer y aprender a fluir. Dar gracias por lo que tenemos, por las lecciones y por tanto más, junto con aceptar que todo cambia y que nos toca adaptarnos a ciclos con más sol o con más frío, tiempos más alegres y otros de conexión con la tristeza… Y que todo tiene que estar.  La vida no es una constante ni una línea recta; es una espiral de cambios, una esfera quizá no perfecta (a nuestros ojos, claro), pero armónica y completa, con todos los colores, sabores y ritmos… Como la naturaleza que habitamos, partiendo por nuestro propio cuerpo que todo el rato es natural, aunque lo olvidemos o le hayamos puesto silicona o tapado con quizá qué más.

Y la tarde del sábado 22 de septiembre nos reunimos muchos a celebrar la llegada de la Primavera, una de mis estaciones favoritas junto con el invierno. Llegaron unas 80 personas. Para mi sorpresa muchos de ellos venían por primera vez. Qué lindo y qué honor, sentí.

Y vivimos de todo: nerviosismo, fragilidad, tristeza, alegría, risas, baile, humor, dolor, limpieza… sanación, paz. Nunca sé bien lo que va a pasar en cada ritual ni tampoco sé exactamente qué haré, las «ideas» llegan los días previos, «bajan» de acuerdo a la energía que empieza a manifestarse y poco a poco todo comienza a tomar forma, con la ayuda de muchos y la presencia de gente curiosa, abierta, valiente, amorosa, chispeante, alegre, tímida, profunda, generosa, cálida… Diversa. Como somos todos.

Con mi querido Fer, directamente desde Uruguay; Lorena, seguidora de este blog que se atrevió a venir al ritual de otoño y desde ahí forma parte del equipo organizador de charlas y rituales; María Dolores, amiga y canalizadora; Cocó, hermana fiel y buena pa’l baile; Juan Pablo con su calidez; Silvia, con su sonrisa argentina ya casi chilena; armamos el ritual, el mandala, la energía, los detalles; ellos y otros cuantos dan su bella ayuda. También llegan los ancestros con su sabiduría y lealtad: mis padres. Hasta un pequeño representante de lo nuevo, el dulce Vicente de la mano de su madre, formó parte del bello grupo que honró la fuerza de la Primavera e hizo espacio desde el alma para la sanación de lo femenino y masculino que realizamos entre todos y que aún nos mueve el corazón, como me lo dicen por mail y al teléfono, y como yo misma lo siento en el aire, en mi energía y en la que quedó flotando todos estos días luego del ritual.

Después de un invierno muy aleccionador que nos puso a prueba, la Primavera se asoma con más esperanza y luz, aunque -lo siento- tampoco podemos «cantar victoria», pues la vida es lo que es: real y mágica a la vez, con sorpresas de las que nos gustan y de aquellas que quisiéramos obviar, también con mucha ayuda (enhorabuena). Este ciclo trae cambios, algunos drásticos, también mucha sanación y más amor, una gran cuota de compromiso en nuestro crecimiento y momentos de mucha tensión colectiva. Nada nuevo, sólo que ahora tenemos más conciencia, entonces ya no puedes evadir lo que sucede/ves/sientes. Ya no podemos postergar ni dar la vuelta. Esta Primavera es para limpiar, renovarnos, profundizar y asumir. También para recuperar nuestro poder interno y realmente cambiar patrones (formas) pegadas que no nos han dado resultado nunca, de modo de dar pasos reales en nuestro crecimiento. Y el cambio es cotidiano, sin fanfarrias ni fuegos artificiales. Es día a día, con la comida, con los pensamientos y sentimientos, con las actitudes, con los hábitos, con el cuerpo, con la mirada de las cosas, con la palabra, con la acción concreta y pura. No hay que vestirse de ningún color ni irse a meditar a tal parte, ni alejarse, ni hacer el taller caro de turno. La cosa -el poderoso cambio interno y colectivo- es aquí, ahora y poco a poco. De lo contrario es mucho ruido y pocas nueces. Y obvio que todos queremos nuestra nuez, ¿o alguien osa quedarse sólo con la cáscara crujiente? Bueno, capaz que sí, existe el libre albedrío, en todo caso.

Y acá estoy, con aroma a flores en la mesa del comedor, un sol que se esconde en un día que parece más invierno que primavera, bella compañía, sorbos de mate, noticias del extranjero, la llamada de una amiga pendiente de la salud de mi padre, y el profundo agradecimiento de estar más en paz que hace unas semanas… Bueno, a respirar, fluir, sanar, agradecer y sonreír con luces de primavera. Bienvenidas las flores, los verdes intensos, el sol, la brisa y las lluvias inesperadas. Todo está bien y todo pasará… A ver cómo nos va en esta nueva aventura.

Gracias, Invierno. Bienvenida, Primavera

Esta canción ronda en mí hace unos días, a propósito del cierre de este poderoso invierno 2012..

Chile celebra su aniversario patrio (¿se dice así?) y son nada menos que cinco días libres entre fin de semana y feriados, espacio que se agradece pero que si estás frágil puede ser el mejor caldo de cultivo de una depre, como lo conversamos con algunos…

Por lo mismo, yo los paso en la playa, en la costa central de Chile, con amigos, familia, conocidos; entre comida casera, humor, amor, música, baile, caminatas, sueños logrados, viento, sol, nubes, y aguas de distintos azules…

Los días antes de cerrar la consulta de tarot pasan varios -y otros tantos al teléfono- consultantes obsesivos y/o ansiosos. Nada nuevo, pero ahora (últimamente) me dan más pena, me dan angustia ajena; no me cansan como antes, sólo me provocan un tanto de desolación… Y al mismo tiempo me pregunto por qué y para qué los atraigo, pues obvio que hay una parte mía en esto, no hay casualidades en lo que nos toca cotidianamente y a mí estos me acosan casi todos los días y no me molesta, hasta los quiero… Pero igual  me da tristeza. Es doloroso ver a gente muy joven corriendo y queriendo lograr «todo» (dinero, pareja, casa, trabajo, hijos, mascota, etc.) sin entender no sólo que la vida es tantísimo más que estos logros externos, sino que además si todo está basado en «tener» sufres todo el rato pues nunca será suficiente; a otros que se boicotean la felicidad por perseguir el capricho obsesivo de turno que la vida no les está dando (incluido el conseguir una cita al tarot conmigo cuando la agenda está llena) y que no entienden que esta negación tiene un sentido; a muchos queriendo controlarlo todo cuando la cruda realidad es que no controlamos nada, con suerte -y mucha- algunas de nuestras actitudes o reacciones internas frente a lo que nos sucede…

No controlamos los finales, por ejemplo. Y este invierno estuvo lleno de éstos y no son malos, sólo que nadie nos prepara para vivirlos. Finales de relaciones, de trabajos, de estados de salud, de proyectos, de vida, de procesos, de roles… Una chica llega con su panza de cinco meses de embarazo y está muy frágil, no hay relación ya con el padre de su hija que llegará en el verano… Estás en duelos, se acabó tu ser individual y tu relación, mínimo que te sientas vulnerable, ¿no? Tienes más que derecho a llorar, enojarte, sentirte «estafada» por la vida misma -le digo y caen sus lágrimas, pero no desde la víctima, sino desde la conciencia pues lleva bastante trabajo personal en el cuerpo y eso marca tamaña diferencia en los momentos de dolor… Un amigo me llama para conversar de lo que le está pasando. Qué honor -le digo; por escogerme y por abrirse, vaya regalo. Nos encontramos en un café y  me confiesa sus miedos. También está en duelo, se terminó su trabajo y ahora se asoma el fin de su relación… Un gran amigo parte a Europa y me pone feliz pero triste a la vez pues sé que lo extrañaré cantidad, aunque ambos presentimos que este cambio es sólo el inicio de algo aún más grande… La bella e inquieta hija de una amiga parte a trabajar a la mágica isla Chiloé, en el sur del país, y ya se asoma su ausencia… Una mujer quiere dejar de ser la madre perfecta y liberarse aunque sea un poco pero no puede pues su hijo menor tiene una discapacidad y conversamos en la consulta sobre comenzar a cambiar su rol y «mandarlos a la mierda» no literal ni directamente, sino internamente, de darse el permiso de admitir, pensar y sentir que está harta y que no quiere más, que le encantaría estar echada en cualquier lugar sin tener que ser responsable de todos los detalles; se trata de empezar a cambiar por dentro. Se asoma su crisis de los 42, con la oposición de Urano, el planeta de la conciencia y el afán de libertad… Una llamada el último jueves de invierno nos avisa que un primo murió en un  accidente. Silencio. Tristeza. Perplejidad. A diferencia de otras veces, todos los días en la playa no me despegaba del celular pues sentía que podía pasar algo -le digo a mi hermana. Quizá era esto, quizá sólo aprehensión. Pero aquí andan los cierres, los duelos, rondándonos, provocando cambios, haciendo dolorosa limpieza de situaciones…

Antes, en agosto, la antropóloga Patricia May dice una frase sobre la opción de la felicidad y se me caen las lágrimas… Estoy en una clase con ella, Sergio Sagüez y otros, en un curso en la Universidad de Chile este segundo semestre… Está hablando también del ego, de la conciencia, del dolor… Y yo estoy -como muchos- un tanto remecida por las vueltas de este año, tanto que mi cuerpo optó por el vértigo y dos resfríos seguidos para mostrar su/mi cansancio, stress, tristeza, frustración…

Días antes una amiga argentina a quien conozco hace un año, en una buena conversación de café con lluvia de fondo, me dice: «desde que te conozco, de todas las veces en que nos hemos encontrado, es la primera vez que te veo insegura» …Y sí -le digo con los ojos vidriosos. Puede ser inseguridad, yo lo siento como fragilidad… Pero también siento que es necesario, que está bien, tenía que caerme -agrego. Hasta mi cuerpo está lento, aletargado, sin energía -constato. «Por supuesto, amiga, tienes todo el derecho», me dice tomando mis manos y mi hombro en gesto de cariño materno.

Obvio que esos días de agosto llegó mucha gente frágil a mi consulta (la realidad es un reflejo de nosotros, insisto) y obvio que luego de eso -del proceso- me enfermé y tuve que parar, pedir ayuda, escucharme… La vida, como siempre. Compleja, sabia, misteriosa, aleccionadora, desafiante, poderosa, frágil,  generosa, bella, apasionante… La vidap, aquí de nuevo en cierres y en inicios, ahora con mi sala perfumada por las flores que formarán el mandala del Ritual de Primavera de este 22 de septiembre, en el cual habrá más baile que otras veces precisamente para sacudir las penas del invierno y reconectar con la sabiduría del cuerpo…

Chau, invierno. Gracias por las lecciones -algunas aún en proceso-  y por la ayuda de tantos seres. Gracias por las sincronías y los regalos. Gracias por el silencio, la pausa y la reflexión. Gracias por la protección. Gracias por el crecimiento y el dolor, que tiene la noble e incómoda misión de movilizarnos para sanar y evolucionar… Y ahora, adelante, señorita Primavera, que su luz, aromas, brisas y colores entibien a tantos corazones abatidos, nos inspiren en un nuevo ciclo de crecimiento, goce, creatividad, expresión, amor, alegría, aprendizaje, entrega, sanación, caminos nuevos y despertares. Que así sea.

El Año de Cambios en las Relaciones

Me llegó esta nota y la comparto porque muchos lo estamos viviendo, en distintas intensidades este 2012… 

Por Jim Self,  25 de Agosto de 2012

¿Cómo experimentas las relaciones?

¿Has notado que el mundo que te rodea parece ser diferente?

¿Te estás dando cuenta de que la gente se está relacionando contigo de otra manera? ¿O que al comunicarte con ellos u ofrecer tu ayuda, ellos no parecen poder escucharte ni aceptar lo que tienes que decir?

¿Has notado que tu relación con tus amigos y otras personas ya no es tan interesante como alguna vez lo fue?

Muchas personas están percibiendo enormes cambios en sus relaciones, algunos de los cuales no son nada fáciles de enfrentar. Aunque somos conscientes del “Cambio” y se nos está preparando para las transformaciones, estamos, no obstante, teniendo estos mismos desafíos.

Muchos de nosotros también nos encontramos preguntándonos cómo podemos cumplir con nuestro rol de sanadores, maestros y líderes, cómo podemos ayudar mejor a quienes nos rodean, y cómo podemos poner un límite conscientemente (y amablemente) cuando quienes nos rodean están eligiendo quedarse atascados y dormidos.

El Cambio que todos hemos estado esperando ya ha llegado y se está expandiendo rápidamente dentro, a través y alrededor de cada uno de nosotros. Está en proceso de cambiar todo lo que conocemos y, muy particularmente, cómo conocemos y cómoexperimentamos lo que conocemos.

Los aspectos más fundamentales de este Cambio van a ser muy personales. El enfoque principal de estos aspectos es redefinir y transformar la forma en que percibimos, comprendemos y nos relacionamos  con cada aspecto de lo que es externo a nuestra percepción consciente. Tu sentido de las relaciones nunca volverá a ser el mismo a medida que el Cambio progrese a través del 2012. Cuando pensamos en la palabra relación, pensamos en amantes, marido-y-mujer, hijo y padre/madre. “Yo en relación contigo, yo en relación con mis amigos, compañeros de trabajo y aquellos a quienes amo, así como aquellos que no me gustan”. Pero hay mucho más en la forma en que hemos llegado a percibir y entender nuestra relación con los demás.

Cuando el Creador dijo: “Vayan al extremo más lejano del extremo más lejano para que yo me conozca en mi plenitud”, tú corriste al frente de la fila diciendo: “¡Envíame a mí!” Lo que el Creador en realidad estaba diciendo era: “Yo deseo conocerme a mí mismo en relación a todo lo que me rodea.” Pero a través del tiempo tal como lo conocemos, nuestra comprensión y demostración de esa relación ha cambiado a algo considerablemente diferente. Hemos llegado a conocernos a nosotros mismos no por cómo nos percibimos nosotros mismos en relación a lo que nos rodea, sino que hemos aprendido a percibir nuestra relación con todo lo que nos rodea basados en lo que quienes nos rodean piensan de nosotros.

Por ejemplo, puede que a mí no me interesen para nada las camisas rojas, pero todos mis amigos llevan camisas rojas porque es lo que está ‘de moda’. Así que renuncio a miseñorío, y niego mi propia alineación con lo que es mi verdad para poder encajar, para hacerme uno con y ser aceptado por aquellos que están fuera de mí que están expresando lo que es correcto e incorrecto, bueno y malo, y lo que yo debo y no debo hacer, y me pongo mi camisa roja.

Desde el momento en que tomamos nuestro primer aliento hasta el momento en que exhalamos el último, estamos condicionados para definirnos y medirnos a nosotros mismos por una sola cosa: nuestra relación con todo lo que está fuera de nosotros. Somos sistemáticamente entrenados y condicionados por aquellos que nos crían y atienden, para entrar en una “realidad de consenso”, o “acuerdo grupal”, que muchas veces no tiene nada que ver con quienes somos, y todo que ver con las costumbres y sistemas de creencias que condicionaron a nuestros padres y abuelos, que a su vez fueron influenciados por la sociedad en que ellos se criaron.

La realidad de consenso es una influencia muy poderosa. Ella estructura nuestra relación hacia y con todas las cosas fuera de nosotros. Más importante aún, condiciona y limita severamente nuestra comprensión de la relación que tenemos con nosotros mismos.

Desde la primera infancia, aprendemos que lo que el mundo externo piensa de nosotros es más importante que lo que cada uno individualmente pensamos de nosotros mismos. A medida que crecemos, lo que pensamos y creemos, y cómo actuamos, respondemos y nos comportamos en nuestra realidad de tercera dimensión, es influenciado, formado y moldeado por lo que está fuera de nosotros. De ahí que casi todo acerca de nosotros, desde nuestras actitudes y hábitos, gustos y aversiones, hasta nuestras elecciones de carrera y aspiraciones, tiene su fundamento en este acuerdo grupal: “Así es como se hace; esto es lo que es aceptable e inaceptable”.

Imagen de Libra, el regente de las relaciones en Astrología

Hemos aprendido a sentir los pensamientos y sentimientos de otros y buscar la aprobación de quienes nos rodean antes de actuar. Hemos aprendido a “probar las aguas”, sin expresar plenamente nuestros propios pensamientos sin antes verificar para determinar la aceptabilidad de lo que otros tienen que decir. Hemos aprendido a leer el lenguaje corporal de los demás para discernir si es seguro expresar nuestros propios deseos, esperanzas y sueños, antes de poder proceder sin miedo. Sin darnos cuenta, prácticamente hemos construido nuestro sentido de identidad basados en las opiniones y aprobación de los demás: “¿Estoy bien? ¿Me apruebas? ¿Soy aceptable a los ojos de la realidad de consenso?”

¡Todo esto está a punto de cambiar!

Contrariamente a todo lo que se te ha enseñado a creer, las relaciones NO tienen que ver con lo que otros piensan de ti. Aunque ésta es una Verdad fundamental que intelectualmente conoces, estás a punto de percibir esto desde una perspectiva significativamente expandida. A través de esta comprensión, vas a descubrir que tu relación interna contigo mismo es la relación más poderosa que puedes tener. Desde esta ventajosa posición, todo lo que está fuera de ti se convierte en un regalo con el cual relacionarte en tus propios términos.

Como muchos de nosotros nos estamos dando cuenta, hay dos grandes olas de Luz dentro del Cambio que están propiciando una transformación dentro de cada uno de nosotros. La Primera Ola de Luz está despejando nuestros viejos patrones de memoria y los sistemas de creencias de la realidad de consenso que no son compatibles con nuestro bienestar. Esta Ola está desestabilizando y disolviendo todo lo que no está alineado con nuestros patrones internos de bienestar y nuestra relación con nuestras propias verdades. Está aumentando nuestra capacidad de mantener un alto cociente de Luz, proporcionándonos la oportunidad de acceder a más información, mayor sabiduría e iluminación de lo que ya sabemos, pero hemos olvidado.

La Segunda Ola es una vibración de Luz de mayor dimensión que nos está proporcionando la oportunidad de adentrarnos en la certezapoder personal y mando, y lograr unequilibrio. Esta ola también está propiciando opciones y oportunidades para co-crear, coexistir y cooperar sin los juicios y opiniones de correcto e incorrecto, bueno y malo y lo que debes o no debes hacer.

Este Cambio de conciencia está activando un Despertar. Y en el proceso, incontables millones están experimentando cambios importantes en sus relaciones. Muchos están empezando a darse cuenta de que ya no pueden relacionarse unos con otros en la misma forma de siempre. Se nos está dando la oportunidad de percibir las “relaciones” con ojos diferentes y, al hacerlo, estamos ganando las llaves para liberar muchas vidas de condicionamiento que nos han impedido poder distinguir entre “QUIEN SOY” y “QUIEN NO SOY”.

Mientras se desarrolla esta transición, sin embargo, muchas personas se están sintiendo confundidas ya que todos sus puntos de referencia, todas las cosas que les habían enseñado a confiar, admirar y sobre las cuales construir los cimientos de sus vidas y creencias se están desestabilizando ante sus ojos.

Las instituciones establecidas de la tercera dimensión se están desmoronando. Las estructuras de la vida que nos alimentan, albergan y nos mantienen seguros están colapsando. De repente, estamos viendo que las mismas autoridades en quienes más creíamos, desde los sanadores que decían: “Ven a mí”, los maestros que han proclamado tener la Verdad, hasta los líderes que dicen: “Confía en mí”, y todos aquellos a quienes hemos acudido en busca de una guía, han construido sus casas sobre arenas movedizas.

Por difíciles que puedan ser tales cambios para muchos, es importante saber que HAY un propósito en todo lo que está ocurriendo. Ese propósito es cambiar tu relación con lo que está fuera de ti para alinearse con lo que está dentro de ti, pasar de depender de las verdades de otros a descubrir y fijar tu brújula con tu propia verdad. La primera Ola de Luz no está desestabilizando “lo que Tú Eres”, más bien, está permitiéndote eliminar “lo que Tú No Eres”.

Mientras esto ocurre, una segunda ola de Luz muy poderosa nos está proporcionando la oportunidad de re-cablear, reconstruir y recordar quiénes somos y de dónde hemos venido. La segunda ola está proporcionando la oportunidad de volver a llenar la copa, por así decirlo. Es dentro de la segunda ola que el reajuste de nuestro cuerpo emocional está siendo alterado durante el espacio del sueño de cada noche. Es a través de esta segunda ola que se está labrando tu nuevo yo más suave y gentil. A medida que se va eliminando “lo que no eres”, hay una relación renovada que se está recordando. Estás empezando a recordar la relación que tienes con el Corazón y el Alma; una relación que te permite pensar desde el Corazón y actuar a partir de la sabiduría del Alma. Es a través de esta relación que comenzarás a “conocerte a ti mismo”, y a realinearte con el Amor que eres dentro del Corazón.

Pero el amor es un concepto que es tan vasto que la mente racional no es capaz de percibirlo en su totalidad. Sin embargo, cuando empiezas a vivir el Amor en sus aspectos únicos, Aprecio, Gratitud, Bienestar, Belleza, Bondad, Gracia y Certeza se convierten literalmente en palabras vivas. Al internalizarse estas palabras vivas, comienza un cambio mágico, iniciando la activación del cuerpo de luz etérico vivo en el interior.

Éstos son los peldaños que construirán el marco para nuestro próximo nivel de ascensión.

Copyright © – Se puede compartir este artículo siempre y cuando se mantenga completo su contenido, se dé crédito al autor, y se incluya el sitio Web: www.MasteringAlchemy.com. Gracias. 

Traducción: MARGARITA LÓPEZ. ¡GRACIAS!

2012: Luz u oscuridad, esa es la cuestión

Entre otras cosas, en julio 2012 estuve seis días en una simple pero poderosa dieta para purificar el cuerpo y cambiar la energía. Obvio que mi cuerpo no fue lo único que se limpió. También la mente (impresionante), las emociones, la vibración; potente proceso de voluntad y auto-observación del ego. Cuando hace unos días volví a comer poco a poco lo habitual -lo socialmente aceptado- (entiéndase azúcares, carnes y alimentos refinados; todo lo que nos enferma, en todo caso) me vinieron fuertes dolores de cabeza que por supuesto no los podía bajar vía medicamentos pues se trataba de purificar, entonces apliqué un par de técnicas energéticas y los malestares cedieron, junto con volver a comer sólo cosas naturales por unos días para mantener el equilibrio ganado… Pero, como cada vez que te involucras en algo importante, eso comienza a manifestarse antes, la purificación de situaciones comenzó a mediados de julio, cuando decidí que haría la dieta…

Por ejemplo, alguien me agredió por mensaje de texto al celular, minutos después de salir -no casualmente- de una sanación cuántica. Nada nuevo en mi historia. A la agresión me refiero; la conozco desde mis primeros meses de vida sutilmente y en mis primeros años -hasta ahora- muy directamente desde lo físico hasta lo emocional y psicológico. Y está bien. Es parte de lo que elegí vivenciar-trabajar-sanar en esta encarnación, con lo cual la vida -siempre sabia- se encarga cada tanto de recordármelo y hacerme avanzar en el tema. No es fácil, pero se puede.

La rueda de la vida, imagen del budismo tibetano.

Todos tenemos uno o más temas de vida, esos que te acompañan y se te aparecen cada cierto rato, si es que los quieres mirar, ¿no? Porque igual existe la opción de evadirte -aunque por estos tiempos de conciencia colectiva es cada vez más difícil-, echarle la culpa a algo o alguien, no ver nada ni asumir ni reconocer la repetición de situaciones y así jugar a una vida sin mayor sentido ni conexión. Pero, bueno, si elegiste ver y trabajarte internamente vía terapias y disciplinas físicas, espirituales y energéticas (sin ayuda no se puede, ojo, pues parte del trabajo personal es la humildad de reconocer que no podemos solos ni sabemos todo), puedes conectarte con el dolor -que siempre está, no como en Hollywood, donde se acaba al final de la peli. Ja-  de otra forma. Es que nosotros elegimos cómo sufrir, porque -como plantea tan sabiamente el budismo tibetano desde hace miles de años- el sufrimiento es parte de nuestra condición humana. Y yo -desde hace rato- elegí que sufro con conciencia, sentido y desapego. Entonces, esta vez, no respondo a la agresión. Y, raro pero cierto, no me cuesta mucho, pues a diferencia de otros tiempos ahora está en mí la convicción. Encima se trata de alguien que claramente descarga su frustración y rabia en mí y, esta vez, decido aceptarlo plenamente, tanto porque es parte de mi, como porque si apareció es para algo, además de que claramente hay un ingrediente kármico, donde lo que yo he hecho en esta vida y en otras me llega de vuelta como aprendizaje, no como castigo. Entonces, lo llamo, lo escucho sin interrumpir ni comentar, accedo a su «particular» exigiencia: muy enojado, después de descalificarme y enjuicarme en monólogo, me solicita que le devuelva el dinero de una lectura de tarot donde yo le habría dicho algo que no sucedió. «Ningún problema. Mañana puedes pasar por mi consulta y te dejo el dinero» -le digo, sin rabia, pero internamente con un dejo de tristeza. Por él, por mi, por la situación. Durante los minutos de la llamada advierto el ego de ambos en juego, el mío que se siente incómodo, con la energía baja y dolido, y que a su vez igual quiere reaccionar con alguna ironía o frase inteligente; el de él que está airado, defendido, vengativo e inseguro. Mientras lo escucho mentalmente digo «protección» y «gracias» repetidas veces.

… Al día siguiente él pasa por mi consulta, recibe su sobre de manos de la secretaria, saca el dinero y le tira el mismo sobre en las manos con rabia… Todo el día le agradezco. Él no sabe lo bien que me hizo su reclamo. Le digo mentalmente gracias porque me despertaste, porque la incomodidad que me traes es una oportunidad, porque me haces trabajar mi herida… Porque me recuerdas que nunca me he sentido completamente cómoda en el rol de tarotista pues, inevitablemente, la dinámica muchas veces se instala en «resuélveme la vida»; es decir, mucha gente va en una actitud muy pasiva a que le digas qué hacer, otros a escuchar lo que quieren oír sin mirarse a sí mismos en la responsabilidad de lo que están viviendo y en aquello que quieren lograr, y otros tantos van a que le digas que sí se va cumplir su deseo… Y es válido, es normal, todos lo hemos hecho; los oráculos no tienen porqué ser una herramienta para el despertar y la conciencia… Pero mi postura de vida sí está en esta vibración, la de la conciencia; entonces, en este punto, el mágico y ancestral mazo de 78 arcanos y yo discutimos. A veces llegamos a acuerdos, a veces nos deleitamos con gente que sí quiere hacer su trabajo personal y otras nos sorprendemos maravillosamente con seres que venían ansiosos o perdidos y luego de la lectura se calman y encuentran luces para su camino.

Pero cuando sólo está el control, la mente, el ego, el esquema mental y por más que les digas que la realidad la creas tú y que aquello que has vivido es obra tuya, pero que si haces cambios en tu dinámica interna, en tu personalidad y en cómo te vinculas contigo mismo, para lo cual son vitales la meditación, el silencio, la observación de sí y el auto-acompañarnos constantemente de modo de aceptarnos cada vez más y mejorar;  tu vida efectivamente va a cambiar, sin embargo si la otra parte (el consultante) no escucha y no quiere crecer ni hacerse cargo, el trabajo de tarotista cansa. Agota, da pena y siempre te sorprende cuán presos nos puede tener nuestro ego. Como la señora que me habla desde la víctima y recuerda cada uno de sus dolores de niña, como el tipo que odia al jefe y no es capaz de reconocerse en los defectos que le atribuye a éste, como la chica que se queja de lo ausente que es su novio pero ella se tiene «botada» a sí misma, como el chico que sólo pregunta por el éxito y la «estabilidad» cuando la vida lo está obligando a parar con un par de «fracasos», como la señora que sólo pregunta cuándo se irá su marido de casa para poder ser feliz pero ella no está dispuesta a cambiar en nada y puede morirse esperando que él se mueva y viviendo un infierno cotidiano, como la enorme cantidad de gente que está sin pareja y quiere tenerla pero no enriquece su vida con otras cosas para desarrollarse y entonces se sienten vacíos… Sí, todos hemos pasado por ahí, por la actitud de quejarnos y sentirnos oprimidos o en situaciones injustas y es normal, es humano; e igualmente llega nuestro tiempo -precioso- para despertar, dejar de victimizarnos, asumir que nosotros -lo he comprobado en años de consulta y en mi propia experiencia- elegimos la familia en la cual encarnamos y gran parte de las situaciones que venimos a trabajar para sanar y alcanzar la felicidad verdadera.

¿La felicidad qué? Verdadera, la que no se va, la que no depende de lo que tengo afuera, la que no huele a telenovela ni comedia romántica. La que es un estado interno, constante, puro, sutil y profundo a la vez. Esa chica, la felicidad, está esperándonos. ¿Dónde? Dentro nuestro.

… Jaja, estoy terminando esta frase, sentada en la mesa de un café francés, uno de mis favoritos del barrio, y el mozo me pide permiso para sacar la basura desde el bar y me pregunta si no me molesta. Me sonrío y le digo: claro que no, si en la vida hay que sacar la basura, imagínate si no-. El también ríe y pasa con el bote un par de veces.

Síp, para encontrar la felicidad y conectar con la luz, hay que atreverse a mirar nuestra oscuridad, nuestra basura: el ego, esos mecanismos pegados que tenemos para movernos, sobrevivir, llamar la atención, manipular, estar cómodos, quedarnos en víctimas o victimarios. Y para eso tenemos que bucear en nosotros. Al hacerlo podemos comenzar uno de los más poderosos cambios de nuestra existencia: transformarnos, crecer, volvernos más autónomos, conectar con la esencia y vivir más desde ahí que desde el ego que siempre está defendiéndose. No se trata de aniquilar a don Ego, sino de verlo, de pillarlo, de observar cómo nos boicotea de múltiples formas: pasividad, ansiedad, impulsividad, miedo, agresión, victimismo, idealización, racionalización, rigidez, evasión, apego, adecuación, rupturismo, ensimismamiento, fantasía, infantilismo, prepotencia, perfeccionismo, hipocondría, autosuficiencia, etcccccc. Una vez que vemos nuestra basura interna podemos aceptarla y comenzar su reciclaje: nuestro cambio hacia actitudes más luminosas…

La flor de Loto y su bello simbolismo: desde el fango, desde nuestra oscuridad, podemos crecer, purificarnos y salir a la luz con la versión más hermosa de nosotros…

Y este 2012 y 2013 siento que la cuestión central es optar por la luz o por la oscuridad, por despertar o dormir. Pero no a medias como antes, sino sólidamente…. Pues este ciclo está limpiándonos profundamente y esto, que suena lindo, no es fácil ni cómodo.

Muchos estamos viviendo enormes tentaciones -trampas- del ego con distintos eventos como enfermedades, líos laborales, frustración, depresiones, estafas, escasez económica, rupturas, traiciones, agresiones… La tentación es quedarnos en la oscuridad y recurrir a nuestros patrones antiguos de reacción egótica y seguir en la rueda kármica de miedo, abandono, soledad, traición, pobreza, abuso, pérdida, indiferencia, envidia, enfermedad, rabia… Pero ya nop. Estamos más grandes, por eso mi invitación es a reaccionar -actuar- desde la luz, deteniéndonos un poco más frente a lo que nos pasa, viendo la oportunidad de cada evento, permanecer al acecho de nuestro ego que nos seduce y empuja a actuar defensivamente, y elegir actuar desde lo luminoso que habita en nosotros: el corazón, el alma, la conciencia, el espíritu… En ellos sólo hay aceptación y sabiduría; del miedo, ni rastros.

Y al mismo tiempo, también invito a mis ilustres lectores a asumir. En mi caso, asumo que yo elegí, entre otras cosas, dedicarme a la lectura del Tarot -aunque a ratos retrocedo y creo que el Tarot me escogió a mí, pues, como lo cuento en mi biografía de Guioteca.com, nunca pensé convertirlo en mi oficio- y que esto tiene grandes costos emocionales, mentales y físicos, los mismos de cualquier terapeuta, garzón, vendedor, médico y todos los oficios que atienden individualmente a gente. Por supuesto que también tiene enormes gratificaciones y es verdaderamente un maravilloso honor -y sanación mutua- acompañar a mucha gente en sus dolores y alegrías; un poderoso regalo kármico que jamás imaginé en mis años de universidad del cual estoy constantemente agradecida… Por tanto, ya que nuevamente la vida me movió, haré más caso que otras veces y además de aceptar mi responsabilidad -ancestral y actual- en la agresión del chico, que se suma a otra de una colega en el primer semestre 2012, por tanto el tema es mío todo el rato (la parte del otro es su rollo y otro asunto); esta vez no me voy de viaje para descansar y desconectarme de la dinámica de las lecturas de Tarot. Ahora -en principio; porque este año está impredecible y no se puede planear demasiado, ojo- me quedaré (con un poco de descanso, eso si) también porque intuyo que agosto y septiembre son muy potentes.

Así, gracias a estas últimas pruebas a mi ego, decidí verlas como un empujón para hacer otras cosas… Por estos días, entonces, ya me dispongo a realizar charlas en empresas y talleres en mi consulta sobre el mismo tema: iluminar nuestros patrones de miedo, escasez, soledad para salirnos de la rueda kármica de dolor y saltar hacia un espacio de mayor aceptación y alegría por todo lo mucho que tenemos en esta vida que elegimos… Otra vez y sin dudas: Gracias.

Invierno 2012: Grandes oportunidades

El Sol llega cálido en una tarde del clásico «veranito de San Juan», en Santiago,  y por lo mismo me quedo un buen rato en el balcón, mientras sostengo una divertida conversación telefónica donde nos reímos a carcajadas de nuestras fortunas y desgracias con un gran amigo uruguayo… Para variar -en este 2012- en pocos días han pasado montón de cosas… Ambos estamos algo cansados y con ciertas incertidumbres en este inicio de invierno, pero también alegres y más claros que en otros tiempos…

Intuyo que la intensidad de este invierno -y obvio que del verano para la gente del Norte- será potente, aleccionadora y que nos obligará a fuertes cambios. Por lo mismo, lo más importante es estar centrados, despiertos, alegres, confiados… Y mirando más allá de las apariencias, de lo «oficial»… Y la tarea, aunque no fácil, resulta estimulante, pues cada día abre tantas áreas, que el trabajo personal está muy vivo: nos damos cuenta de más cosas, sanamos otras, podemos ver y sentir cómo los hilos mágicos de la vida se entrecruzan para armar nuestros caminos de crecimiento y, entonces, nos llegan regalos, oportunidades, encuentros, invitaciones, proyectos… Pero también podemos enfermar, vivir decepciones o agresiones, hacer limpieza (algunas dolorosas), entrar en duelos… Y  en medio de la vorágine este invierno 2012 además abre nuestra capacidad de generar; con la energía de Venus y Saturno nuestra voluntad se vuelve más firme para hacer -materializar- nuestros planes y comenzar a vivir más de acuerdo a nuestra intención, a nuestra energía, a nuestros anhelos del alma.

Este invierno esconde este secreto: ¡Podemos cambiarlo todo! Es cosa de proponérselo y comenzar. Después de la caída de nuestras hojas (pesos) en Otoño, estamos «pelados», como me dijo la periodista Cecilia Rovaretti, en la entrevista en radio Cooperativa sobre el Invierno. Por tanto, aunque adoloridos, estamos más livianos…. Ahora, no es un cambio de maquillaje el que estamos llamados a ejercer, eso es insustancial y de corto efecto, encima nunca es suficiente cuando cambiamos por fuera y hacia afuera: cabello, atuendo, peso, casa, decoración, auto, trabajo, pareja, amigos, hobbies, etc…. Lo que podemos cambiar profundamente es a nosotros mismos -por dentro, obvio- y la vida que llevamos… Eso, sin duda se reflejará afuera, pero el comienzo es interior…

Este tiempo frío y lluvioso que viviremos generará grandes semillas de cambio en nosotros y, como dice Drexler «el que quiera creer, que crea… y el que no, su razón tendrá»… Por tanto, para quienes lo crean, es tiempo de levantarse, no a hacer y salir, sino a sentir: Qué quiero cambiar en mi vida, de qué me quiero despedir, con qué me quiero reencontrar; qué anhelo generar, qué me comprometo a abrir y qué a cerrar… Podemos respirar más profundo y tomar la calma, el calor de hogar del invierno para cocinar nuestro cambio paso a paso, poniendo cada ingrediente a su tiempo en el fuego lento y permitirnos sentir los aromas de cada uno, los cambios de color, textura y consistencia que comienza a tomar nuestra vida…

Del gran Alberto Montt

El invierno es un tiempo muy propicio para observar los apegos de nuestra mente: el pesimismo, la fantasía, la crítica, el miedo, la paranoia, la hiperactividad, la envidia, los celos, la comparación, el victimismo, la rabia, la agresividad, el resentimiento, el rechazo, la soberbia, la prisa, la racionalización de todo, la obsesión, la adecuación…. Toda esa maraña mental -nuestra Torre de Babel ambulante– en la que estamos constantemente puede ser observada con más agudeza en este tiempo frío, dándonos mayores posibilidades de iluminarla, calmarla e ir limpiándola aunque sea un poco. Si comenzamos a identificar nuestras voces y hábitos mentales, la vida que llevamos realmente puede transformarse. Es así.

Esto, observar nuestra mente, es una poderosa y básica práctica espiritual. Y vaya que la necesitaremos este 2012 si queremos salir airosos de las pruebas, aventuras y regalos que nos esperan.  Desde antes, ahora y en adelante, considero que sin alguna mínima práctica diaria espiritual, emocional o física, o sin una mirada de la vida más profunda (o todas las anteriores), no será fácil sobrevivir a los intensos hechos que ya vivimos y que no pararán. Por eso, bienvenidos la meditación, contemplación, caminatas, yoga, nadar, bailar, trotar, terapia psicológica, Flores de Bach, Reiki, biomagnetismo, canalizaciones… A su vez, el agradecimiento, la creatividad, el auto-conocimiento, la trascendencia, el humor, la mirada amplia capaz de ver señales y símbolos, la conciencia de lo unidos que estamos y que todos somos uno, son parte del equipaje indispensable de este 2012 que atravesamos y de los viajes que vengan en esta década…

…Y, bueno, llega la noche, se va el sol tibio y el invierno aparece otra vez, hay que cerrar las cortinas, prender la estufa para conservar el calor y, aunque a Mafalda no le guste, calentar la sopa con cilantro y orégano frescos….

Mandala del Ritual de Invierno

Para los pasajeros del blog que gusten, en esta entrevista de radio hay más sobre el sentido del invierno y un mensaje para cada signo astrológico; y en este video está parte del bello ritual de invierno 2012 que grabó EmolTV, donde celebramos la llegada de este tiempo interior, sagrado y mágico…. Hasta pronto y, de nuevo, ¡Feliz Invierno 2012!

Antigua… Sanación y Placer

Las cosas son tanto mejores cuando no tienes expectativas… Hace unos meses supe que haría un viaje con mi hermana, el destino podía ser Grecia, Turquía, Tailandia… Yo decía que sí  a todo. Se suponía que sería a mediados de mayo. Una parte mía quería el viaje y otra anhelaba por fin quedarse quieta, en off, en silencio, después de meses agitados por una serie de hechos –buenos, malos y más o menos, si los evalúo desde la dualidad, pero todos muy buenos si los miro con la conciencia- desde diciembre 2011 hasta acá…

Pero luego mi calendario se corrió por dos charlas de astrología sobre el 2012 a las cuales varios ilustres pasajeros de este blog asistieron… Y durante la producción de éstas murió Guille, nuestro perro-amado-dulce-famoso-longevo-con alma de eterno cachorro… A sus casi 18 años decidió partir “al cielo de los perrines” como me dijo una amiga desde Francia. Su partida fue dolorosa y emocionante a la vez: gente de todas partes, vecinos, amigos, familia, conocidos; nos escribieron con bellísimos gestos de amor y recuerdos por el amor que Guille fue capaz de generar en muchos… Además de llorar y dejarlo partir, nos conmovimos, por ejemplo, con las lágrimas de don Juan, el vecino, un hombre grande –en todos los sentidos- que lloró al ver las velas y flores en el jardín, luego que mi padre cavara la tierra para que “mi perro” descanse… Siempre he sentido que los animales –los hermanos menores, como dice alguien que conozco- tienen la potente facultad de abrirnos el corazón y eso hizo Guille con muchos…

Guille, en la primavera de 2010

Entonces, a mi hermana y a mí se nos cortó la energía… Con toda la pena por el duelo –que se suma a otros de este año-, ya daba lo mismo el viaje y el lugar, sólo sabíamos que no podría ser Europa, pues de sólo pensarlo nos cansaba la idea de “tener que aprovechar el tiempo” e ir de un lado a otro… No. Ambas necesitábamos, en este nuevo escenario, descansar… Descansar del 2012, sentía yo.

Y, como el Universo es entero de mágico, a mí me concedió antes el deseo y me mandó cuatro días a la cama con una “gripe” que comenzó con difonía, siguió con fiebre y dolores musculares, y terminó con tos y dolores de cabeza… En medio de esto, los primeros  dos días, no sé si deliraba o qué, pero mi cuerpo sólo quería meditar y dormir y meditaba largos minutos feliz, sin ni medio esfuerzo, sólo quería estar quieta, ojos cerrados, respirando, con la mente relajada… Es que fue demasiado, es decir, yo generé –siempre la responsabilidad es nuestra- mucho: viajes, romance, vacaciones, amigos, charlas, rituales, consulta, entrevistas, ayuda, producción… Todo condimentado con más de un mal rato, decepciones varias, abertura de ojos y conciencia, puesta de límites… Es decir, todo, aderezado con juegos de mi ego con la realidad, mientras mi alma me esperó y me provocó para que cambie y crezca… Lo de siempre, ¿no? Ella hace su trabajo como sea y en silencio, pero cuando se harta te manda 4 días en cama, por ejemplo y hasta te quita la voz. Y ahí algunos –ayudados, en mi caso, no sólo por mi trabajo personal, sino además por la intervención de bellos seres sanadores- accedemos a nueva información sobre nosotros mismos, lo que hemos construido y la vida que queremos llevar. La enfermedad –o el evento que el alma escoja- nos pregunta: ¿hacia dónde vas?, ¿cómo vas?, ¿es esto lo que quieres y lo que te sirve para tu camino de vida?, ¿quién eres y quién quieres ser?, ¿qué has hecho de ti y por ti últimamente?… Las preguntas son muchas más, pero mi auto-experiencia y la de mi consulta de tarot, me señalan estas como las principales…

Bueno, y el Universo de la mano de la Divinidad, dieron otro giro: el destino del viaje debía ser algo sin stress, que nos permitiera desconectar, reconectar y disfrutar… Así surgió… Guatemala. Perfecto, le dije a Cocó: ¡Vamos antes que se acabe el mundo! A lo que ella agregó, moviendo las cejas: Si poh, o convencemos a los  chiquillos mayas pa’ que no se acabe na. Tupendo -respondí.

Y aquí estoy, en Antigua: ciudad colonial rodeada de verde y volcanes, bellísima, cadenciosa, naif, colorida, sabrosa, cálida, pedregosa, amplia, reposada, austera, patrimonial… Tranquila.  Con brisa pura, nubes cargadas y el sol de los mayas, Antigua nos tiene encantadas, serenas y maravilladas por la “teletransportación”: nos parece increíble haber estado el día anterior trabajando o resolviendo líos y unas horas después estar caminando en un lugar tan diferente a Santiago –o cualquier capital-, donde la gente anda tranquila entre los turistas, donde las mujeres locales cargan muchas cosas en la cabeza y visten sus trajes típicos, donde la prisa no es tema, donde una esquina es más linda que la otra y no dejas de sorprenderte por más que la recorras…

Así con el 2012, sus desafíos y sus enormes regalos: podemos hacer la magia que queramos de ahora en adelante. Es cosa de probar, estar atentos, soltar las expectativas y tener mucha conciencia de lo que generamos día a día…

Abrazos antiguos.

Guiños del alma

Mi ojo derecho late descontroladamente. No porque le guiñe a nadie, sino de cansancio. Me está gritando que pare y hago lo que puedo por complacerlo: manzanilla, melisa, menos tele, respiración consciente y tratamiento de sanación zen. Le digo que me perdone, que estoy tratando, que cada cierto rato me pasa lo mismo: lleno mi agenda con distintas cosas, trabajo mucho, me siento sobrepasada e incapaz de bajar el ritmo pues  me cuesta poner límites –una de mis tareas desde que nací y por largo rato-, pero que “estamos trabajando para usted”.

También le digo que me entienda, que el 2012 es así, intenso y aceleradísimo; encima estos días Urano se junta de nuevo con Mercurio y agitan todo lo mental y eléctrico de la vida, del cuerpo y de las energías colectivas… quizá por eso mi ojo late raro, no como otras veces, más rítmico… Pero a él no le importan nada mis excusas ni el contexto, ni que esté preparando dos charlas de astrología para entender el 2012 (más detalles en el post anterior y en otro que viene). Él está cansado y me está dando una gran señal antes de que siga ciega a mi ego apurado y me estrelle por ahí…

Es que el cuerpo además de noble, sabio y sagrado es uno de los portavoces del alma. Y el alma tiene la película más que clara. Pero el ego nos hace creer que es él quien comanda todo… Y nop, el ego es un niño mimado, inseguro, débil, miedoso, orgulloso, apegado, voraz; inteligente en lo racional; que juega a bueno, malo, payaso, raro, perfecto, fuerte o ausente;  socialmente posible: puede ser héroe, víctima o victimario; metido en el sistema o anárquico, lógico, rápido, astuto, flojo, esforzado…

El ego, nuestra máscara de sobrevivencia e intercambio en este mundo,  puro patalea frente a los llamados del alma. Ella dice detente y el ego dice: muévete, estás perdiendo el tiempo. El alma te sopla al oído: necesitas descansar; mientras el ego te muestra la cantidad de obligaciones que tienes, lo importantes que son, lo que opinarán los otros si no las haces y que eres un flojo, que deberías agradecer que tienes actividad, etc., etc. O el alma te indica con una sincronía o un llamado que te muevas hacia un punto y que trabajes por algo, pero el ego lo boicotea con horas en el computador o la tele, evasiones varias, supuestas obligaciones familiares u obstáculos tan “reales” como que no tengo tiempo o no tengo el dinero o la salud… Ja.

Y entonces el alma se entristece, pero sigue confiando en nosotros, en nuestra esencia. Y es benévola, compasiva; nos espera. Pero cuando no aguanta más –y de acuerdo a lo acordado por nosotros mismos en esta encarnación- el alma llega a su límite y grita: nos manda un “evento” que nos despierte para que hagamos lo que de verdad vinimos a hacer a esta vida que elegimos… Lo malo es que el manual para entender las señales y poder interpretar el sentido de estos eventos, a veces está perdido en algún cajón de nuestro inconsciente o lleno de tierra y no lo entendemos del todo. No comprendemos el para qué de una enfermedad, de una frustración, de un desencuentro, de la cesantía o crisis económica, de una ruptura de una relación, de un “fracaso”, de un duelo… Nop, el ego se acelera y busca un mecanismo para que no entendamos y sigamos insistiendo con la acción, o nos victimicemos, o entremos en rabia o en miedo, emoción favorita de Don Ego.

Pero el alma sabia y pura –que también cacha que es 2012 y que todo está rápido- nos da otra oportunidad… Y probablemente de nuevo nos tropecemos. Entonces, algunos entendemos y otros seguimos repitiendo la materia…

Así, la semana pasada en mi consulta, Rosa, una mujer grande, auto-exigente y de corazón bondadoso, llora desconsolada porque se mudará a una casa que no le gusta; se siente impotente y sabe que todo es culpa de su ego apurado, de su no pedir ayuda y de su desconexión de la intuición que le decía que no era el lugar; pero ya firmó la promesa de compra y no es capaz de decir: “me arrepiento” y arriesgarse a perder unos 5 millones de pesos (10 mil dólares), decisión que la dejaría tranquila…  Carlos mira el peor escenario para su examen de titulación en vez de confiar en sus capacidades -y en la divinidad que lo habita- y al mismo tiempo asumir que en caso de no aprobar, eso siempre lo llevará a algo que la vida le tiene preparado desde el amor, no desde el castigo…  Flavia sólo hace preguntas negativas: que si el hijo será papá joven, que si la hija se enfermará, que si el marido la dejará “en la calle”… Y le digo: ¿viste como sólo preguntas desde el fatalismo? Y ella asiente, pero su ego pesimista-víctima vuelve y sigue preguntando: ¿me ves con alguna enfermedad a futuro?… Y yo me entristezco por dentro y me dan ganas de abrazarla… Y Claudia pregunta si logrará irse con su marido al sur de Chile, a vivir en el campo, mientras el tarot la muestra pasiva frente a su sueño y ella misma reconoce que no está haciendo nada por lo que más quiere, mientras su alma suelta una risa cómplice pues ya entendió que se está boicoteando con la flojera (evasiva común del ego) y viviendo en el futuro en vez de enriquecer su vida hoy (nada más abominable para el ego que el presente)…

Y  el jueves llego –mi ojo arrítmico y yo- a casa y mi querido Fer (vecino-compañero de camino importado de Uruguay) figura pálido echado en mi sillón. Está descompuesto. Ni mate toma, lo cual es un gesto grave para cualquier uruguayo. Entonces, tomamos té de manzanilla con melisa y conversamos. Su cuerpo está somatizando su actual semi-cesantía, su reciente cambio de casa, su trámite de residencia frustrado, el miedo a no tener ni lograr… “Fer, tu panza –y mi ojo, pienso- quiere que pares, que vivas la pena, son muchos duelos juntos…”, le digo a sus ojos decaídos y vidriosos. “Sí”, me dice con su energía baja y decide ir a casa a acostarse. Seguro su alma aplaude ese momento…

Entonces, el viernes de tarde después de trabajar en detalles de las charlas de mayo, rechazo unas invitaciones y me quedo conmigo, en mi tina caliente y el silencio de la noche, respirando, vuelvo a mi por un rato y agradezco, masajeo mi lado derecho de la cara mientras me comprometo a parar aunque sea un poco… Supongo que mi ojo y mi alma estarán confiados en mi decisión, al menos él ya no late y ella debe estar feliz pues el sábado de mañana fui -sin correr- a un bello taller de conexión con la esencia, de tarde caminé a otro ritmo con Marcela, compañera de distintas etapas de la vida y buena conversadora,  en medio del paseo nos encontramos “casualmente” con otra de las vecinas favoritas: Cocó, quien va con sus amigos al super para luego ver pelis en casa y en el encuentro nos ponemos al día con las noticias de los terremotos y los chicos brasileros que los alertan (otro signo de los cambios de 2012), mientras reímos a carcajadas con la farandulización (ego) de la TV chilena de este tema que seguirá dando material… Y el domingo me levanto tarde, sólo como fruta e infusiones para empezar mi día, escribo y después del almuerzo camino lento por tres parques del barrio disfrutando el otoño con otra compañera de camino y gran sanadora María Dolores, con buena conversación sobre este tiempo de cambios, verdades y revelaciones, acompañadas de sorbos de mate con hierbas y el sol tibio sobre los hombros…

Aquí vamos, día a día intentando escuchar más al alma y bajándole el volumen al ego que a cada instante patalea y quiere dominar la escena como está acostumbrado, pero el alma se asoma cada vez más -en muchos- y yo me río con esta danza interna que nos hace despertar. Enhorabuena.

Con miedo o con amor: elegimos cómo vivir

En medio de la agitación de marzo, que hasta ahora inlcuyó un potente taller de sanación zen, un cálido y especial ritual de otoño, vida social intensa, limpieza emocional, terapias varias, mucho trabajo, los enredos típicos de Mercurio retrógrado junto a las tormentas solares y su agitación mental y física, más un sospechoso casi terremoto, había dejado en pausa esta nota… Y ahora, dada la energía actual que anda dando vueltas y que tiene todo que ver con incertidumbre, creo que es el momento de retomarla y compartirla, pues viene a ser un respiro para los agitados corazones 2012 y una luz para caminar más livianos este tiempo …. Aquí va.

La mañana del primer lunes de marzo recibo el mail de un amigo español que difunde la mirada de alguien que antes que ya había llegado a mis registros por otra vía (o no recuerdo si por mi propia curiosidad) y que, al mismo tiempo, viene de más atrás, de una generación anterior.

Pedro, bello, valiente y sensible español en busca de una vida con más sentido, que ha sido capaz de dejar lo conocido, innovar y seguir aprendiendo tanto para sí mismo como para aportar a este mundo actual, cada cierto rato aparece en mi bandeja de entrada con algún buen mensaje… El de ese día es una entrevista a una «pedagoga de las emociones» y escritora, Elsa Punset, autora de «Inocencia radical» e hija del gran Eduard Punset, un divulgador científico de gran lucidez, profundidad y humor, a quien sigo desde hace unos años por la TV española y que, de hecho, está entre los links de este blog (en portada, a la derecha) en el que usted, estimadísimo lector, puede sumergirse y averiguar más de este interesante ser.

Coincido todo el rato con las respuestas y mirada de Elsa, sobre todo en enseñar sobre las emociones y el integrar el misterio… Ya tenemos suficiente teoría y acumulación de datos en colegios y universidades; llega el tiempo de enseñar y aprender sobre la vida misma!… Bueno, la copio aquí abajo, luego va el link del original y luego dos videos para conocerla en vivo. Y antes… las gracias a Pedro y a las sincronías de la vida!

«Elsa Punset, pedagoga de las emociones»

Ante el mundo hay sólo dos actitudes: o miedo o amor».  Soy hija del ´baby boom´ de los 60. Nací en Londres, me crié en EE. UU., Haití, Madrid… y vivo en Londres. Tengo dos hijas pequeñas. Máster en Humanidades por Oxford, me dedico a la pedagogía de la gestión emocional. Soy adogmática. Me permito sentir el misterio. VÍCTOR-M. AMELA – 25/01/2010

¿Vivió en Haití?
Siendo niña, sí. Por eso sé que en Europa vivimos de espaldas a los riesgos que allí amenazan las vidas: allí viven intensamente, aquí vivimos anestesiados…
Pues bendita anestesia.
Pero pagamos un precio: aquí la vida no late. Y, aburridos, llegamos a deprimirnos. Y nos afanamos en distraernos.
¿Y qué propone?
Adiestrémonos en gestión emocional. La ciencia demuestra que todo – hasta un pensamiento-arranca de una emoción: ¡somos animales más emocionales que racionales!
Pobre Descartes, qué viejo se queda…
Sí, pero ¡en las escuelas todavía no enseñamos a nuestros niños a gestionar sus emociones! ¡Qué atraso!: hacerlo reportaría fabulosas bendiciones para ellos y la humanidad.
¿Se puede enseñar a sentir?
Nos enseñan a desconfiar, recelar, sospechar, despreciar, odiar… ¡Que nos enseñen a amar! Nos enseñan que el mundo es peligroso, pudiendo enseñarnos que es fabuloso.
¿Lo es?
Hay sólo dos modos de relacionarse con el mundo: desde el miedo o desde el amor. Sentir curiosidad por el mundo es amarlo, es lo mismo. ¡Es lo que sienten los niños pequeños!. Esa inocencia radical, ese amor, curiosidad… es lo que luego nos enseñan a perder…
¿Por qué hacemos eso?
La educación aún premia las emociones defensivas ante el mundo, en lugar de premiar las emociones amorosas hacia el mundo. Será por algo, ¿no?. Porque seguimos anclados en lo que hace 100.000 años resultó útil para sobrevivir en entornos cuajados de peligros: herramientas – miedo, angustia, tristeza, ira…-que hoy quedan anticuadas y son ya un lastre.
¿Recibió usted de sus padres la educación correcta?.. 
Me dieron las dos cosas que hoy se sabe que son los dos puntales de la felicidad.
¡Dígamelas, por favor!
Una: afecto. Dos: sentido de control sobre tu vida.
Explíqueme esto?.
Recibir afecto en la infancia infunde confianza y seguridad ante el mundo. Estudios sobre resiliencia – capacidad para remontar tremendos reveses-demuestran que niños tratados horriblemente que se agarraron a una mirada amorosa… pudieron remontar. Puntal uno: amor. Puntal dos…Soberanía sobre tu vida. Mis padres jamás hablaron de «la suerte», sólo de cómo actuar: eso te enseña a ser el piloto de tu vida.
¿Qué emociones premia usted al educar a sus hijas?
Las ayudo a identificar cada una de sus emociones: así entienden qué está pasándoles.
¿Hay emociones positivas y negativas?
No… Hay emociones útiles e inútiles. Si un día están tristes, las entreno a no temer a la tristeza y a saber qué está mostrándoles.
¿Y qué muestra la tristeza?
El temor por una pérdida: por una ausencia, una carencia, porque algo termina… Si comprendes eso, ¡lo llevas mejor! Si no, esa tristeza puede agobiarte, angustiarte… y hasta llevarte a medicarte sin necesidad. Eso se hace mucho por aquí. Porque no escuchamos lo bastante las voces de nuestras emociones. Habitúate a escucharlas y entenderás tus pasiones. Y una vida con pasión y sentido es más feliz.
¿Cómo puedo descubrir mi sentido?
Al levantarte, cuestiónate: «¿Qué me hace hoy levantarme?». El psicólogo Viktor Frankl lo planteó más crudamente: «¿Qué impide que hoy me suicide?». Lo que se esconde tras la respuesta es tu sentido.
¿Y luego?
Aliméntalo. De lo contrario, podrías matarlo de hambre. Hazte regalos emocionales. Quizá sea apuntarte a una clase de baile… ¡Siembra tu vida de pequeños cambios!
¿Eso me hará más feliz?
Conozco un estudio hecho sobre 5.000 personas: un 10% declararon ser felices. Pues bien, se observó que esas 500 personas habían seguido un patrón común…
¿Cuál? Cuente.
Se habían marcado una meta. La habían puesto por escrito (o se la habían contado a conocidos), en una especie de compromiso público. Habían establecido metas volantes, etapas menores en el camino hacia su gran objetivo. Y cada vez que alcanzaban una meta volante, se gratificaban con algo.
Tomo nota.
Un amigo mío indio me dijo: «A vosotros os entierran a los 80 años, pero os morís a los 20». Me hizo pensar… Hoy sabemos que nuestro cerebro es muy plástico: ¡podemos reinventarnos cada día durante 80 años! No lo hacemos. ¡Atrevámonos, pues es posible!
Excitante: reinventarte cada día.
Abrámonos a la realidad…, que incluye el misterio. Darle la espalda a lo inconsciente y a lo misterioso nos priva del 80% de la realidad, ¡la convierte en plana y aburrida!
¿Cómo aconseja mirar la realidad?
La ciencia nos habla de lo que sabe, pero no puede hablarnos de lo que no sabe. No prescindas de todo eso. ¡Permítete inventar preguntas y soñar respuestas! Es esa capacidad de inventar y soñar (y no sólo la de analizar) la que nos hace plenamente humanos.
Gracias, maestra.
¡Los maestros son los niños! Ellos nacen libres, con esa inocencia radical abierta al misterio, a la confianza en la vida y al amor al mundo. Si la conservásemos…, ¡seríamos siempre creativos y felices!
Inocencia radical?
«Aspiro a ser la más lograda versión de mí mismo» (Merleau-Ponty), «Sueña sin que los sueños te esclavicen» (Rudyard Kipling), «El ángel de mi nacimiento dijo: ´Pequeña criatura hecha de alegría y júbilo, ¡corre y ama sin ayuda de nadie en la Tierra!´» (William Blake): son máximas citadas por Elsa Punset en su ensayo Inocencia radical (Aguilar), que apela a los últimos hallazgos de las neurociencias y la psicología para ponerlos al servicio de «una vida con pasión y sentido», dice ella. Hija de Eduard Punset, profundiza en la gestión de las emociones y aboga por enseñarla en las escuelas. Me despide con una frase de Jung: «La vida te hace una pregunta cuya única respuesta es tu vida«.

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Fuente: La Vanguardia.

Página donde leer más de la autora y otros colegas: Inteligencia Emocional y Social.

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