¿Qué es un ritual, Jimenita? -me dice con cara seria uno de los encargados del salón donde hicimos el ritual de Primavera.
Me encanta la pregunta y me detengo a explicarle un poco el sentido ancestral, la tradición de nuestros antepasados en distintas culturas del mundo donde se celebraban -y hasta ahora- tanto los cambios de la naturaleza como los movimientos de las estrellas; celebraciones en las cuales se honraba a la tierra, el sol, el aire, el agua, el fuego; también los pasos y logros de cada clan, tribu, grupo, etnia… Ese es el origen. Pero mi idea de celebrar las estaciones y el año nuevo chino, es también cerrar y abrir ciclos, entrar con una energía nueva a cada etapa, que sintonice con nuestra olvidada naturaleza externa e interna y preparar así nuestra mente, corazón, cuerpo y espíritu para lo que nos toque vivir en los diferentes momentos del año. Tiene que ver con hacer un alto, tomar conciencia y celebrar, pues -al menos por estos lados- mucha falta nos hace también la música, el baile, la fiesta, el compartir.
Nos hace falta también agradecer y aprender a fluir. Dar gracias por lo que tenemos, por las lecciones y por tanto más, junto con aceptar que todo cambia y que nos toca adaptarnos a ciclos con más sol o con más frío, tiempos más alegres y otros de conexión con la tristeza… Y que todo tiene que estar. La vida no es una constante ni una línea recta; es una espiral de cambios, una esfera quizá no perfecta (a nuestros ojos, claro), pero armónica y completa, con todos los colores, sabores y ritmos… Como la naturaleza que habitamos, partiendo por nuestro propio cuerpo que todo el rato es natural, aunque lo olvidemos o le hayamos puesto silicona o tapado con quizá qué más.
Y la tarde del sábado 22 de septiembre nos reunimos muchos a celebrar la llegada de la Primavera, una de mis estaciones favoritas junto con el invierno. Llegaron unas 80 personas. Para mi sorpresa muchos de ellos venían por primera vez. Qué lindo y qué honor, sentí.
Y vivimos de todo: nerviosismo, fragilidad, tristeza, alegría, risas, baile, humor, dolor, limpieza… sanación, paz. Nunca sé bien lo que va a pasar en cada ritual ni tampoco sé exactamente qué haré, las «ideas» llegan los días previos, «bajan» de acuerdo a la energía que empieza a manifestarse y poco a poco todo comienza a tomar forma, con la ayuda de muchos y la presencia de gente curiosa, abierta, valiente, amorosa, chispeante, alegre, tímida, profunda, generosa, cálida… Diversa. Como somos todos.
Con mi querido Fer, directamente desde Uruguay; Lorena, seguidora de este blog que se atrevió a venir al ritual de otoño y desde ahí forma parte del equipo organizador de charlas y rituales; María Dolores, amiga y canalizadora; Cocó, hermana fiel y buena pa’l baile; Juan Pablo con su calidez; Silvia, con su sonrisa argentina ya casi chilena; armamos el ritual, el mandala, la energía, los detalles; ellos y otros cuantos dan su bella ayuda. También llegan los ancestros con su sabiduría y lealtad: mis padres. Hasta un pequeño representante de lo nuevo, el dulce Vicente de la mano de su madre, formó parte del bello grupo que honró la fuerza de la Primavera e hizo espacio desde el alma para la sanación de lo femenino y masculino que realizamos entre todos y que aún nos mueve el corazón, como me lo dicen por mail y al teléfono, y como yo misma lo siento en el aire, en mi energía y en la que quedó flotando todos estos días luego del ritual.
Después de un invierno muy aleccionador que nos puso a prueba, la Primavera se asoma con más esperanza y luz, aunque -lo siento- tampoco podemos «cantar victoria», pues la vida es lo que es: real y mágica a la vez, con sorpresas de las que nos gustan y de aquellas que quisiéramos obviar, también con mucha ayuda (enhorabuena). Este ciclo trae cambios, algunos drásticos, también mucha sanación y más amor, una gran cuota de compromiso en nuestro crecimiento y momentos de mucha tensión colectiva. Nada nuevo, sólo que ahora tenemos más conciencia, entonces ya no puedes evadir lo que sucede/ves/sientes. Ya no podemos postergar ni dar la vuelta. Esta Primavera es para limpiar, renovarnos, profundizar y asumir. También para recuperar nuestro poder interno y realmente cambiar patrones (formas) pegadas que no nos han dado resultado nunca, de modo de dar pasos reales en nuestro crecimiento. Y el cambio es cotidiano, sin fanfarrias ni fuegos artificiales. Es día a día, con la comida, con los pensamientos y sentimientos, con las actitudes, con los hábitos, con el cuerpo, con la mirada de las cosas, con la palabra, con la acción concreta y pura. No hay que vestirse de ningún color ni irse a meditar a tal parte, ni alejarse, ni hacer el taller caro de turno. La cosa -el poderoso cambio interno y colectivo- es aquí, ahora y poco a poco. De lo contrario es mucho ruido y pocas nueces. Y obvio que todos queremos nuestra nuez, ¿o alguien osa quedarse sólo con la cáscara crujiente? Bueno, capaz que sí, existe el libre albedrío, en todo caso.
Y acá estoy, con aroma a flores en la mesa del comedor, un sol que se esconde en un día que parece más invierno que primavera, bella compañía, sorbos de mate, noticias del extranjero, la llamada de una amiga pendiente de la salud de mi padre, y el profundo agradecimiento de estar más en paz que hace unas semanas… Bueno, a respirar, fluir, sanar, agradecer y sonreír con luces de primavera. Bienvenidas las flores, los verdes intensos, el sol, la brisa y las lluvias inesperadas. Todo está bien y todo pasará… A ver cómo nos va en esta nueva aventura.
Hermosas palabras Jimena, como siempre, un gran aporte de sabiduría y amor.
Gracias!
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Gracias, Mario, seguimos caminando y compartiendo.
Un gran abrazo!
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Querida Jimena: No tengo palabras para describir las emociones que sentí en el bello ritual de primavera que nos hiciste vivir y compartir contigo, alegría, pena , belleza interior, esperanza etc. todas ellas en un clima de amor y respeto hacia la humanidad entera, partiendo por nosotros mismos, sólo gracias muchas gracias por la sanación que pude hacerle a mi alma, que Dios te bendiga y te dé cada día más sabiduría y amor.
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Sí, fue muy poderoso y bello lo vivido… Y me encantó que pudieras venir, recibir tu abrazo sanador y tu presencia.
Gracias por la energía que me mandas y que así sea!
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Jimena…Gracias… me encantan tus palabras y, como siempre, es un placer leerte. Saludos cariñosos para ti desde mi Osorno querido.
Ximena
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Qué lindo conectarnos con Osorno, estuve sólo una vez y me gustó el cielo y el verde. Gracias, abrazo desde Santiago primaveral.
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Pucha, lamentablemente me enteré del ritual después de su realización… para otra vez será.
Que importante que podamos volver al ritual, es necesario hoy más que nunca atrevernos a mirarnos a los ojos y compartir de verdad, no a través del e-mail, facebook o el mensaje del celular. Hoy pensaba al tomar la micro en la mañana, cómo el concepto de lo público va perdiendo cada vez más fuerza. Compartimos el transporte y todo lo que eso conlleva: que tenemos que llegar a la pega, que nos quedamos dormidos, que no alcanzamos a tomar desayuno, que hoy se viene un día interminable… pero no nos hablamos, no compartimos, no resonamos juntos, definitivamente en comunión nos sentiríamos más aliviados. Tiempos extraños son estos de la posmodernidad.
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Así es, Carlos!
Pero lo bueno es que nosotros podemos comenzar el cambio: mirando a los ojos, pidiéndole a los cercanos conversar y que el celular quede en off, mandando luz a todos los seres cada día, poniendo una cuota de amor y humor en todo… Estos tiempos son raros, bellísimos, rápidos, intensos y muy abiertos.
Ojalá vengas al próximo ritual, el 21 de dicembre en la tarde.
Un abrazo!
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…también había preguntado xP y hoy vivo la respuesta 🙂
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jeje, 😉
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Jime, es tan necesario ir cerrando ciclos…sanar. Muchas veces nos olvidamos de ello y nos dejamos arrastrar por la vorágine del sistema y sin querer nos hacemos daño. Me siento afortunada de haber podido participar de tan bello ritual y sentir la energía, la conexión que nos rodeaba. Esta Primavera para mí será muy distinta a otras, es un renacer renovador…gracias!
Un abrazo.
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Así es, Sandra! Es necesario detenernos para ver, sentir, sanar, incorporar… Y ahora, como tú dices, a renacer en Primavera! Otro abrazo
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Leer este blog se me ha vuelto un ritual. Gracias por los aromas a flores y toda la buena vibra. abrazo!
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AAAh! qué lindo, me alegra y me honra!! Más perfume de flores para ti 😉
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