Lo inevitable

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Calle de Mercedes, una mañana de sábado

¡Todos con computadora y yo sentado con un libro, parezco del paleolítico, yo! -nos dice un señor muy divertido en el café Bonafide de Mercedes, a los tres que figuramos escribiendo.

-Te vas a tener que comprar una -le dice la chica de enfrente-. Y nos cuenta que él tiene pero en casa porque no se acostumbra a andarla trayendo y que ya rompió una porque se le cayó del maletín.

Yo me río y le digo que él es posmoderno, mientras seguimos comentando.

Para mí Mercedes es una ciudad pequeña, antigua, donde casi todos se conocen -lo cual puede ser agradable y asfixiante a la vez- con gente cálida, expresiva, cariñosa, tradicional, con humor, bastante anclada en el pasado y en la familia, gozadores, creativos, curiosos, algunos muy intelectuales por tanto racionales y otros muy conectados con lo espiritual y lo intangible y con mucha profundidad… Digo para mí porque puede haber tantas otras percepciones de una ciudad y su gente.

Y desde acá he vivido estas semanas un poco de todo: desapego, regalos, conexión, desafíos, alegrías, encuentros del alma, cansancio, entusiasmo, miedos, dulzura, trabajo interno y externo… Sobre este último, uno de los que más disfruto son las cartas astrales para niños, donde los padres piden la lectura a veces por dificultades puntuales en las que están entrampados con sus pequeños, y otras para tener más herramientas en la crianza que están disfrutando y descubriendo… La niñez es quizá la más poderosa escuela para el resto de nuestra vida y que los padres puedan tener una mirada más integral de sus hijos con su energía en todos los aspectos, de cómo ellos -los chicos- ven a sus padres y de cómo se desenvuelven y hacia dónde pueden ir, es -a mi parecer- una gran oportunidad de tener una vida más sana, más armónica y más placentera… Carolina, que viene por segunda vez (antes vino por su hijo del medio y ahora por el mayor) me cuenta con ojos vidriosos que también ellos, los padres, se liberan de ciertas culpas, además de poder hacer cambios en la relación familiar…

Sí, las culpas son todo un tema, especialmente en países católicos donde esa energía de «deber ser» es más fuerte; no es que en el resto no esté, pero esta doctrina religiosa le puso «más color» al concepto culpa y con eso controló y manipuló muchos aspectos hasta hoy… Pero, como tantas cosas, probablemente esto era inevitable, además de ser un agente de aprendizaje para nosotros como humanidad… Ahora son los tiempos de la espontaneidad y la búsqueda tanto personal como colectiva de verdades espirituales mucho más profundas que no están en la forma sino en el fondo y sin instituciones  ni dogmas de por medio…

vida en TierraCarolina se refiere también a que la carta astral muestra aspectos de la vida de cada uno que escapan a la buena voluntad de un papá, a los esfuerzos del propio niño y a todos los «arreglos» que nos propongamos hacer; hay temas que podemos suavizar y transformar poco a poco en nuestra personalidad y contexto de vida, pero hay muchos que son inevitables… ¿Por qué? Porque el alma no viene a esta vida a estar echada, ausente; al contrario, viene a reconectarse, a crecer, a evolucionar, a sanar, a brillar; y para estas nobles misiones hay que experimentar de todo… Porque -lo he comprobado con niños y sus dibujos- nosotros escogemos a los padres y muchas otras situaciones antes de encarnar y éstos forman parte de los dolores y alegrías necesarios para que el alma y la consciencia emerjan en nosotros y evolucionemos, de lo contrario seríamos como un disco rayado… Porque muchas veces podemos estar en medio de una situación «buena» o feliz y a la vuelta de la esquina nos espera todo lo contrario… Porque -como le repetido- Hollywood no existe y ha impregnado en la mente colectiva unas expectativas fantasiosas e insanas…

Síp, hace poco en un taller de Caminar en Consciencia conversábamos de cuando todo fluye en una decisión y sentimos que está todo bien y que será «ideal» a nuestros ojos humanos y desde el ego, entonces nos entusiasmamos y nos sentimos bendecidos. Pero ese concepto es muy distinto para la Divinidad, para el alma: lo «ideal» y benéfico también puede ser un accidente, un robo, una enfermedad, una ruptura, un quiebre, un «fracaso», una agresión, una decepción…

Desde esta mirada la vida se vuelve perfecta. Desde la mirada que divide en «bueno» y «malo» -la mirada de nuestro ego- sufrimos más. La primera tampoco excluye el dolor, somos humanos, pero le da sentido y confianza a la corriente de la vida, al hilo de luz que la sigue, entonces el dolor está, lo observas, lo vives, lo asumes… Y pasa más rápido (o menos lento)… no te pegas en él… Pero es todo un arte cotidiano mirar con los ojos del alma y no con los del ego, porque a cada rato alguien puede tratarte mal en la calle o en la familia, te pueden exasperar los cercanos, puedes vivir obstáculos o injusticias, tratar con gente densa, recibir negativas, etc., etc.,  No juzgar ni criticar en ese momento es tremenda tarea, pero se puede, poco a poco. Creo que lo primero es respirar y observar el cuerpo… Si está tenso, contraído, nervioso, decaído, rabioso, eléctrico, rígido, acalorado, frío… El cuerpo no miente. Luego de eso, al menos yo, me pregunto y me converso: qué te está pasando, en qué estás, esto ya lo conoces, estás de nuevo reaccionando desde tal herida, estás con miedo, rabia?, respira, todo está bien aunque no lo sepas …. Además pido ayuda: maestros, seres de luz, Miguel, Gabri (siempre corto las palabras, hasta los nombres de ángeles),  ya poh, ayúdenme a entender esto y a aceptarlo… No sean pesados, se supone que están ahí o no?... Entonces comienzas a recibir señales, te aquietas poco a poco, ves distinto, lo asumes y así puedes vivirlo de otra forma: con consciencia.  Y eso cambia drásticamente tu vida… Ya no eres víctima, eres protagonista guiado por la Divinidad que te habita y por tus maestros… Pero como dije, es todo un arte, así que más de una vez se me arrancan la rabia, los miedos, la crítica, la víctima… Pero otras tantas, estos shiquillos se quedan a un costado y hasta se disuelven, incluso después de acompañarme por horas en que siento la panza apretada o el cuello tenso…

Hablo de todo esto porque hemos vivido un marzo y abril tremendamente desafiantes, confusos, dolorosos, turbios, luminosos, abiertos, pasionales, activos, intensos, rabiosos… Y muchos estamos muy cansados cuando recién comienza el año… Hace unos días una amiga me escribe para preguntarme si pasa algo planetario porque ella (que ve y siente la energía) está captando una energía baja y resbaladiza cargada al abuso, violencia, rabia, robos… Le cuento que hay mucho Piscis y Aries en el cielo actual, y el lado oscuro de estos signos tiene bastante que ver con esto; me refiero a la vibración, a la energía pisciana colectiva (evasión, camuflaje, engaño) y ariana (agresión, prisa, brusquedad), bueno, además del eclipse en Escorpión que volverá a mover nuestros aspectos oscuros, como también potencia nuestra intuición, mientras que lo luminoso de Piscis nos abre el corazón a la compasión y Aries nos lleva a la conquista de lo queremos… Y en medio de todo hay -supuestos- atentados (con EE.UU., lo siento, pero me creo la mitad o menos), amenazas de guerra, inundaciones, agresiones, incendios, protestas, explosiones, movimientos de rescate de mascotas, grandes grupos que proponen meditar, revelaciones de verdades…

Y como lo pequeño refleja lo grande y nuestros mundos están en sincronía con lo que pasa a nivel colectivo, a pocos días de mi llegada a Mercedes le roban -poco dinero y sin violencia, pero robo al fin- al almacén de enfrente, una pasajera fiel de este blog me cuenta de su experiencia intuitiva horas antes de la sorpresiva y dolorosa muerte del padre de su mejor amiga, una mujer pierde a su madre y se siente suspendida en el tiempo con el dolor a flor de piel, una tía de Su a sus 90 y tantos pierde a su único hijo y a las semanas se quebra la cadera, mi hermana viaja a Guayaquil por trabajo y la asaltan llevándose su cartera completa, un chico que viene a su carta astral está en profunda etapa de confusión y tentaciones, una amiga me cuenta que se fracturó el brazo y que se siente muy triste y perdida, un amigo me cuenta que su hija tiene mucha angustia y  él no sabe qué hacer porque parece que está con lo que ahora se llama «ataques de pánico»… ¿Todo esto era inevitable? Probablemente sí. Y son vivencias necesarias para generar un cambio… Son «bendiciones» disfrazadas de dolor, desazón, perplejidad…. Está todo bien y tiene un sentido, aunque no se revele de inmediato. Obvio, si el alma tiene otro ritmo… Aunque cuando me comunico con mi hermana y después de saber si está bien, si necesita algo, si puedo hacer algo desde acá y de mandarle luz junto a Su,  le digo: perdiste el carnet (cédula de identidad)… -Sí, se llevó todo: tarjetas, celular, cámara, todo -me dice por chat desde un cyber después de bloquear documentos y más. -Ah, pero eso es bueno, porque entonces ahora tendrás nueva identidad, comienzas una nueva etapa, nueva vida; confía-. -Sí, si estoy tranquila en medio de todo -me dice y siento que ya está entendiendo la señal, la oportunidad, el sentido… y me alegro en medio de la tensión.

Pero al mismo tiempo, pasamos un domingo en la naturaleza bajo un bello eucaliptus con las risas de Su, Mabel y las mías comiendo un exquisito tiramisú; me encuentro con Claudia que está radiante con la llegada de sus nietos mellizos; Carolina me regala un lindo mala con una figura de un monje budista panzón muy tierno; Marta me trae una tela para que me haga un pañuelo como mi favorito que perdí antes de venir; Manuel abre su corazón triste frente a mi en un cruce de palabras; una chica chilena-argentina se pone feliz de escuchar mi acento chileno y me cuenta que va a la boda de su prima en Santiago y que está ansiosa de ir; Jorge puede retomar la meditación después de algunos inconvenientes; Dani me escribe desde Estados Unidos que por fin está contenta después de vivir mucha angustia en España por la crisis y falta de casa y trabajo; pasamos una bella velada con Mabel y más de un amigo que se acerca a saludar, en La Vieja Esquina con vino, fernet y picada; y el miércoles en las meditaciones de la Esquina de Luz que convoca Su conectamos con el niño interior, reconocemos nuestro cansancio, dolores y alegrías, y terminamos con una foto llena de sonrisas y puros buenos deseos para mi viaje y mi corazón se llena de agradecimiento y amor… Y ayer mi padre va a buscar de sorpresa a mi hermana a su llegada al aeropuerto aunque ella había pedido un taxi, y el alma familiar brilla y los corazones de muchos se emocionan porque saben todo lo que hemos recorrido juntos, que no ha sido fácil, pero que hoy nos lleva demostrarnos el amor profunda y concretamente como no lo hubiésemos imaginado en nuestros primeros años… Lo inevitable está ahí, esperándonos para hacernos grandes, felices y llenos de luz, aunque no lo sepamos inmediata ni certeramente, pero es así…

Gracias al Todo y a todos: incluidos chilenos, argentinos (especialmente mercedinos, obvio!), uruguayos y tooodos los seres y pasajeros de este blog con quienes caminamos juntos desde distintos rincones, lo cual también es inevitable! 😉

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Bella parte del grupo de meditadores de la Esquina de Luz y «ritualeros» de Mercedes

«El miedo es maravilloso»

portaluz2Esto de atravesar portales agota, ¿eh? Pero, bueno, lo elegí, se me confirmó con señales, me gusta, lo disfruto, creo, confío… Y a ratos dudo, lo admito. Pero no me quejo porque es algo que elegí, sólo constato. Me refiero a nuestras decisiones -guiadas, casi siempre, aunque no lo sepamos- de hacer algo que nos da sentido. A mí hacer rituales y el resto de mis trabajos (unos más que otros, a ratos) me lo dan: el sentido, la dirección de vida, el significado, la profundidad, el para qué… y la satisfacción; la alegría en realidad. Pero parece -muchas veces es así- que ciertas decisiones que implican un compromiso mayor significan trabajo extra y pruebas ídem. Parece que nuestros guías (la Divinidad) prueban nuestra convicción  e intención en aquello importante que hacemos y que involucra tanto el camino personal como a más gente…

Creo que esto es lo que pasa con los cambios de vida que hacemos, con los giros y decisiones más potentes. Lo del primer viaje y ritual en Mercedes se me había mostrado y anunciado hace un par de años por más de una señal, es decir,  el hecho, el viaje a trabajar con gente en rituales y otros temas espirituales fuera de Chile otra vez (antes hice algunas cosas en Uruguay), lo que no sabía era el lugar ni el cómo ni el cuándo… Es más, hasta lo había olvidado (el anuncio). Lo de partir con rituales en Santiago y reunir gente, también, como una manera de expandir la energía y conectarla… El tema es que una vez que dices sí, vienen las partes más desafiantes del camino, y las más reconfortantes como telón de fondo y acto final también están ahí.

Y en esas partes desafiantes, mi viaje a Buenos Aires ocurre cuando el país se encuentra en duelo nacional porque una gran tormenta inundó varias zonas, murieron muchos seres, faltan servicios básicos y se asoma con fuerza el dolor, la impotencia, la rabia, la precariedad latinoamericana de siempre, el poder de la naturaleza versus nuestra soberbia de tapar todo con cemento,   los cambios inesperados desconcertantes… y crudos. Desde el avión puedo mirar parte de las zonas aún bajo el agua y recuerdo la misma imagen tantas veces repetida en Chile y otros países donde volvemos a levantarnos como sea… El agua con su fuerza, -«limpieza», me recuerda Fer desde Uruguay, quien también vivió la tormenta que cayó con tremenda fuerza alrededor del río de La Plata-.  Esto es sólo una parte del desafío, porque las aguas provocaron que nuestra logística con mi amiga Su se entorpeciera dada la falta de internet, electricidad y comunicación en general…

Casi tengo que cambiar de día el viaje porque nada de lo previsto para mi llegada parece funcionar y mi vuelo es muy tarde para alcanzar el último combi o bus hasta Mercedes,  encima puede que me bajen del avión por la alta demanda… Pero a último momento -un par de horas antes de tomar el avión- Juan, amigo de Su, ex profesor de educación física, ex inmigrante argentino en España, ex trovador aficionado y actual taxista libre y esperanzado, da señales de vida y puede ir a buscarme al aeropuerto de Ezeiza para cruzar hasta Palermo. Así lo hacemos y nos contamos la vida arriba del taxi con carcajadas incluidas y cruzando decenas de calles sin semáforo y manifestaciones varias de porteños indignados por la falta de luz y agua… Dos horas más tarde, me deja con Humberto, amigo de infancia de Su, abogado y cantante de tangos, quien me impulsó a venirme ese día pues él se encuentra en pleno ensayo para su concierto del sábado en La Plata con los excelentes músicos de Amores Tangos y luego de eso tiene que venir a Mercedes por trabajo… Entonces, me sorprenden-emocionan cuando al llegar tocan la última canción y me retumba el corazón y la piel, especialmente con el bandoneón… Guau! qué llegada, después de tanto stress, de dudar, de creer que no podría, de encontrarme con mis miedos y angustias, de pedir señales y recibirlas, llego con estos dos guardianes-músicos-creativos… Alcancé a grabar este video, todo un privilegio:

Con Humberto, después de esta música potente, partimos viaje a Mercedes, me cuenta parte no menor de su vida y milagros, conversamos también de las inundaciones, pues parte de su familia está afectada, escuchamos más tangos y candombe, que me recuerda tanto a Uruguay, hasta bailamos en el auto con la música bien fuerte; también conversamos de mi historia con el periodismo, el tarot, la astrología… Otras dos horas después llegamos a casa de Su y salimos a una buena cena… De vuelta en casa ponemos música y bailamos conectando con la alegría y liberando cansancio y stress acumulados…

En el silencio de la noche me siento al borde de la cama, respiro profundo, muevo los pies en el suelo frío y agradezco…  Todo, hasta mis fantasmas pasan por el agradecimiento. Algunos de ellos vienen de otras vidas y tienen que ver con pérdidas, abandonos, rechazo, desarraigo, y sé que frente a la incertidumbre en los viajes éstos aparecen y empañan lo real… Respiro y suelto viendo toda la película…

Al día siguiente nos levantamos temprano y con Su trabajamos en los últimos detalles del Ritual de Otoño, vamos a ver el lugar: el gimnasio Equilibrio, que lo ofreció su dueña, Patricia, vía Carla ya en febrero, el lugar es amplio, con techo alto y con piso de madera, está muy bien. Más tarde vienen los amigos a casa a saludar, conversamos y seguimos trabajando. El sábado vamos con Carla y Su a energizar el espacio con flores, palo santo, velas, incienso  música y otras hierbas… Pero antes de ir me quedo pegada en una entrevista de radio Cooperativa de Chile. Por esas sincronías de la vida, puse la señal online mientras revisaba correos y otros detalles y aparece una voz mexicana que me cautiva y me quedo escuchando. Es la atleta Verónica Ruiz Moreno, quien se prepara para correr la maratón de Santiago. Ella tiene una enfermedad neurológica degenerativa, el mal de Huntington, y su lema para correr es: diagnóstico no es destino. Lo amé, porque es lo que creo absolutamente y siento que muchas veces es el diagnóstico lo que nos liquida antes de cerciorarnos de lo que tenemos, dónde y cómo estamos, y cambiar por dentro para provocar la sanación. Cuando escucho eso al comienzo de la entrevista, me quedo atenta y con el corazón feliz.

miedos2En una parte de la conversación, la periodista Cecilia Rovaretti le pregunta por los miedos y ella le responde: El miedo es maravilloso  -se me eriza la piel y la aplaudo. Guau! Así es! -digo en voz alta. Y debe argumentarle a Cecilia, que me imagino la cara de sorpresa que le pone por su respuesta: ¡Claro, por supuesto que sí! El miedo es lo que te impulsa, lo que te dice dónde tienes que trabajar, es lo que te indica en qué te tienes que fijar. Mis temores son estos: qué va a pasar conmigo si mi marido se muere y yo tengo avanzada la enfermedad, ese es mi mayor temor,  entonces lo que puedes hacer es hacer algo al respecto, yo creé una fundación y puedo vivir de ahí, (…) porque el miedo está en el futuro, en una posibilidad que no ha sucedido y yo estoy muy enfocada en mi presente, entonces no le das chance- afirma con certeza. Verónica le habla también de las terapias alternativas, del ejercicio, la espiritualidad y del agradecimiento… Tremenda inspiración y lección. Contagia alegría y sabiduría. Pueden escucharla aquí o verla acá… Yo desde el otro lado de la cordillera y la pantalla  honro su convicción, su temple. También agradezco la oportunidad de escucharla justo en este momento, cuando me siento muy cansada después de ciertas pruebas, agradecida y feliz de hacer lo que hago, pero a ratos dudando cuando las pruebas aparecen. Entonces Verónica afirma: tomen conciencia que un diagnóstico no hace destino, que uno puede tener una vida maravillosa, no te esperes a tener nada para vivir  una vida sensacional, no te esperes a que tu circunstancia cambie, no hay tiempo…. Guau, otra vez!… Eso es: nuestra oportunidad de ser felices es ahora, no mañana; como lo he dicho en varios rituales y lecturas…

Tener el regalo de esta sincrónica entrevista, me da más señales y aliento para confiar, aceptar, agradecer y actuar en pos de lo que me mueve. Por eso lo comparto en este espacio por donde muchos pasan y sintonizamos con nuestras fragilidades, fortalezas, sonrisas, conciencia, alma y corazones, entre tantas otras cosas… Estamos todos creciendo juntos, con nuestros miedos como motor y nuestras confianzas como árboles frondosos que dan respaldo y sombra en el camino… Hasta la próxima!

camino arboles

Momento Portal: retroceder o confiar

Hace unos meses escuché la última conferencia de Inelia Benz, chilena que vive en Estados Unidos, a quien sigo hace un par de años, cuyas meditaciones me han ayudado y las he compartido en el horóscopo de Emol más de una vez… Era un evento especial en Barcelona, al cual fue gente de varios países, creo que en noviembre 2012… En una parte, ella pregunta «¿quiénes tuvieron dificultades para llegar hasta acá hoy?» Y hace pasar al escenario a más de una decena de personas que cuentan distintas historias: que les cambiaron el vuelo, que perdieron el vuelo, que se enfermaron, que se vieron sin dinero al intentar tomar el autobús, que se perdieron, que la persona que venía a buscarlos no llegó, que alguien de la familia se accidentó, etc., etc.,

Mientras escuchaba a esas personas recordé la primera vez en que fui a un retiro budista tibetano, en el cual yo colaboraba también con la difusión de las charlas previas que daría la lama (maestra) y del retiro mismo… Unos cuatro días antes mi computadora se quemó sin más ni más… Era mi primera notebook y en ese tiempo eran mucho más caras que ahora. Dije: guau! aquí está el desapego!… El día en que ella llegó caí en cama con fiebre y resfrío muy fuerte y apenas pude ir sólo a una segunda charla en la tarde, con los pañuelos desechables y el óleo 31 al lado. Dormí muy mal, con fiebre y otros malestares. Finalmente llegué al retiro al día siguiente, milagrosamente casi sana… Desde el principio entendí que estaba frente a algo importante en mi vida y que esas manifestaciones físicas, además eran una purificación,  y también me mostraban ciertas resistencias del ego para no ir… Pero siempre supe que se trataba de algo bueno y potente y nunca desistí… Hoy sé que le debo muchísimo al budismo tibetano en mi formación espiritual, en mi vivencia de la compasión y el desapego, y a esa maestra, Chagdud Khadro, en mi crecimiento y validación personal…

El día antes de viajar hasta Mercedes, provincia de Buenos Aires, conversábamos -vía chat- con Su los detalles para encontrarnos. Ella andaría sólo con su celular sin internet y nos encontraríamos cerca de la estación de trenes de Retiro. Pasa que Su vive a dos horas en bus de Baires y no es fácil llegar si no conoces la ciudad. Porque aunque este es mi quinto viaje a Baires siempre llegué directo a lugares céntricos y me quedaba ahí, no tenía que partir a otro lado, y Su desde que se volvió en 2011 -luego de 15 años en Chile- no iba a la capital más que a las votaciones y tampoco tenía mucha idea de cómo llegar. Pero por nuestra amistad haría el esfuerzo… Cuando miraba la pantalla pasó frente a mi un correo de algo de Inelia Benz y recordé esta charla. Mientras terminaba de ordenar mis cosas, puse el video y escuché lo que decía con más atención que la primera vez. Lo hice porque ya mi viaje presentaba ciertos contratiempos que, aunque menores, me daban qué pensar… Pese a que Su había conseguido alguien con auto para ir a buscarme al aeropuerto, al final a una chica se le estropeó el auto, otro amigo no podía, etc. Por tanto quedamos en encontrarnos en Retiro. Yo tuve que cambiar el pasaje el día antes porque el vuelo estaba sobre vendido -qué lindo es el mercado, ¿no?- y eso significaba levantarme a las 4 am, cosa que desde el principio había evitado por lo cansada que me sentía los días previos y este enero 2013 en general… Por otro lado, un amigo pidió al Universo que alguien viajara a Baires para mandar un encargo muy importante para él que no había podido enviar por correo. Al día siguiente se enteró que yo lo hacía y me dijo: tú lo dijiste «pide y se te dará«, jajaja; entonces me pidió que le llevara un cuchillo, sí, un machete, a un amigo argentino que al igual que él los colecciona….  «Cria cuervos y te sacarán los ojos» -le dije en la terraza de un café mientras veía el encarguito del perla: Pero esto es kármico, tu afinidad con los cuchillos y las espadas (…) ya si igual yo puedo, lo que pasa es que yo sé que también es karma mío, que de otras vidas tengo tema con las armas y con la violencia, lo he visto en sueños y lo he vivido (la violencia)… Bueno, pediré que tu cuchillo se transforme en luz  y en amor y que sea la espada del arcángel Miguel que me proteja- le dije, igual sintiendo que algo pasaba con este viaje porque con esto me sumaba el stress de si me ponían problema para pasarlo, aunque averiguamos bien y siempre dijeron que no… Igual él, bello, cuando me trajo los papeles de compra de mi nueva espada protectora, me trajo también unas banderas tibetanas de oración que yo buscaba y que encontró camino a mi casa… más sincronías otra vez…

Al día siguiente, Silvia, otra amiga argentina-chilena, me trae un regalito para Su y un mate pequeñito para mí. «Aah, justo yo quería uno peque, me lo llevaré como amuleto», le digo y comentamos la energía del viaje. Nos despedimos y entre bromas le pido la bendición… Intuyo que algo potente viene…

Después de todo esto. Volví a escuchar a Inelia con la gente que tuvo muchos obstáculos para llegar a la charla: «Este es otro portal que todas estas personas nos han abierto. Es muy interesante. Es el portal de cambiar líneas de vida. Las líneas del tiempo o líneas de nuestras vidas, tienen momentos claves, donde si hacemos una cosa, nos lleva en una dirección, y si hacemos otra, nos vamos a algo completamente distinto… Este portal que habéis pasado, es un cruce de caminos. Lo que vamos hacer ahora es llegar al momento de todas las personas presentes en el escenario en el que dijeron, «es que no voy a ir, no puedo, no voy a llegar» y en el próximo instante dijeron: «sí voy a llegar». Y lo lograron. En ese momento clave  vamos a juntarnos con ellos energéticamente y vamos a atravesar el tiempo al momento en que decidieron que sí iban a llegar. Ahora vamos a hacer crecer nuestra conciencia a toda la Tierra, a los seres humanos; muchos de esos seres humanos están en este momento de cruce de caminos, y vamos a mirar la vibración de las personas cuando decidieron sí, voy a llegar. Y les vamos a mostrar esa vibración a la Tierra, vamos a hacer esa vibración muy grande. Es un portal y se lo mostramos a todos los seres de la Tierra. Estamos llegando. Estamos aquí. Esta es nuestra intención… El nuevo paradigma se trata de esto, de que nosotros como individuos y unidos a otros podemos tomar decisiones, mostrar energía y aprender juntos…»

Al escucharla de nuevo sentí eso. Estoy ante mi propio cruce de caminos parece. A la mañana siguiente, el portal creció.

A las 5.15 am en el aeropuerto me chequearon y todo bien. Como a las 7 entré a policía y luego hasta la puerta para subir al avión. Antes de llamar a todos los pasajeros, llamaron a una chica y a… Jimena Zúñiga, favor presentarse en puerta 18. Voy y la información fue: el avión tiene problemas de peso así que como ustedes tienen pasajes liberados (mi hermana trabaja en línea aérea y eso te permite descuentos) sujetos a cancelación, tienen que esperar hasta el final del embarque por si alguien falta y entonces se pueden subir, si no, tendrán que esperar al siguiente vuelo…. Se me hizo un nudo en la panza y en la garganta. Mi «compañera excluida» y yo entramos en angustia. Le dijimos al chico de un vuelo de las 8.05, pero no hizo demasiado caso. Cuando el vuelo se completó dijo: lo siento, no pueden ir en este avión. $%&/@#$%… pensé y después de intentar algo con él y de preguntarle que qué pasaba con mi maleta que sí iba en el vuelo en el cual yo no (snif), a lo cual me dijo que ya se había ido y que me la guardaban en Baires (amén!), nos dijo que teníamos tres minutos para correr al vuelo que estaba en la puerta 26, el de las 8.05. Corrimos ambas, yo más que mi compañera, que por viaje de trabajo iba con tacos y  una maleta con ruedas, y el encargado del vuelo, nos dice: no, este vuelo ya está cerrado… Me vino depresión-desesperada con lágrimas incluidas. Y en medio de todo pedía ayuda a la Divinidad y sentía-pensaba: «Qué está pasando, qué onda este portal… Respira, todo está bien, todo es parte de algo, confía….» E igual sentía angustia. Este último chico (bastante más amable y empático) nos dijo que esperáramos el vuelo de las 10…. Y le dije que yo me cambié porque estaba sobre vendido. Revisó y me dijo que habían puesto un avión más grande y que si no se podía tendríamos que esperar el de las 2 de la tarde… Me paralicé. No sabía si llorar, meditar, gritar, devolverme, no ir, pelear, agradecer… Nada. De pronto dije: ¿y si me voy mañana, y si no voy y ya está? Y al segundo me salió como sentencia: Confío, todo saldrá bien, llegaré, esto tiene un sentido, confío, voy a poder… Estaba en mi momento portal, en mi cruce de caminos… Mi compañera (que trabaja en otra línea aérea) me dijo que iba y regresaba y se perdió por los pasillos. Mi mayor preocupación era Su, a quien no tendría cómo ubicar para decirle que iba dos horas más tarde… Mi hermana finalmente la ubicó al celular. Mi padre me llamó pa darme ánimo y se me cayeron las lágrimas de emoción-angustiada-agradecida…

Después de mucho, logramos entrar en el vuelo de las 10. Qué alivio. Una vez arriba dicen que, por mantenimiento «señores pasajeros, les informamos que saldremos 15 minutos más tarde», los cuales se transformaron en una hora más… Ya iba entregada a esa altura, viendo todo lo que pasaba: mis resistencias, mi ego, los obstáculos, la ayuda, mi confianza, mis miedos, mi mente, mi cuerpo, mis emociones, las sincronías,la protección, el amor, la divinidad orquestada… Al final, nos sentamos juntas con mi nueva amiga-colega de exclusión, y conversamos de la vida todo el vuelo. Ella, ecuatoriana, con más de una década en Chile, resultó ser vecina no sólo de la casa de mis padres, sino además de mi hermana, pues trabaja en el mismo edificio, un piso más abajo. Cuando se lo conté a mi hermana -durante la espera de una hora ya sentadas en el avión-, quien también estaba desesperada con todo el lío, me dijo: entonces, de todas maneras se iban a conocer por algún lado! jajaja…. Y sí, mi amiga de Guayaquil me dijo -como yo lo sentía- que no existen las casualidades y «yo necesitaba escuchar tu mirada y contarte todo esto». Hablamos mucho de aceptar en vez de perdonar, de la neurosis consumista-acelerada de Santiago que no deja aflorar el disfrute y al alma… Fue un gran regalo en medio de una mañana enredada, desafiante, mágica, aleccionadora, desesperante, incierta…

Por su lado, Su, paseó, pero perdió su agenda (donde tiene anotadas las horas de sus pacientes) en un kiosco, se quedó sin batería en el celular y estaba angustiada porque si pasaba algo más estaría incomunicada. Ella en mi espera también se hizo amiga de una argentina que venía viajando desde Tenerife y esperaba para ir a Mar del Plata, le hizo reiki porque a la viajera le dolía mucho la espalda, y hablaron de la vida y coincidieron en la no casualidad de conocerse…

Cuando casi a las 3 pm llegué al encuentro con Su, nos dimos un graaan abrazo fraterno-emocionado; de alivio, alegría, risa, nervios, respiro… Por fin. Tuvimos un viaje de dos horas en bus a Mercedes donde compartimos todo lo que nos pasó. Cuando le conté lo del portal e Inelia, se le erizó la piel y sus manos, que canalizan energía espontáneamente, comenzaron a moverse solas hacia el corazón…

Exhaustas llegamos a comer, tomar té, compartir, conversar con los vecinos y amigos que vienen al ritual que aparecieron por la calle y en casa, con la onda típica de ciudad pequeña con aroma a pueblo que tanto me gusta. Leímos un mail de mi padre que mandaba energía y hablaba de la fuerza de mi mamá,  y ambas lloramos de emoción. Más tarde lo obligado fue tomar cerveza y comer empanadas caseras de ricota espinaca con Armando (vecino-amigo de toda la vida de Su), reírnos y mirar la noche estrellada con grillos de fondo, en una casa que es también sala de meditación y de yoga, consulta de reiki y hogar; llena de ángeles, Budas, plantas, imágenes de Kwan Yin y otras deidades.

DSCN3625…Y ahora, al día siguiente, escribo desde la casa quinta de Fernanda, amiga de Su y profesora de yoga; acá haremos el Ritual la noche de este sábado… Estoy bajo la sombra de un roble (faltaba más),  cerca de la piscina, con el canto de los pájaros y la brisa… Aún me siento cansada y remecida por tantas emociones juntas. Me siento todavía atravesando el portal… Despidiendo el Dragón con sus coletazos, sus lecciones y su magia… Y sintiendo el sonido de la serpiente de agua que se asoma poderosamente… Quizá qué sentiré en unos meses respecto a este momento y su huella en mí… Veremos qué trae este ritual y este mes inquietante para muchos, poderoso y benéfico para todos. Gracias.

PREDICCIONES 2013: Bienvenidos al Nuevo Mundo

2013 f

Aquí estamos. En el Nuevo Tiempo-Mundo donde ya no hay excusas para no despertar y vivir una vida con más conciencia, pero donde también sigue siendo una opción vivirlo o quedarse en lo antiguo.

En este blog iremos dando pistas de los regalos y códigos de esta etapa-espacio recién estrenada y, para partir, comparto las PREDICCIONES 2013, publicadas en diario El Mercurio Online, Emol.com, e inspiradas en la conexión de la bella Isla Negra de la costa chilena.

Como siempre, comienzan con una presentación que viene a ser una carta de navegación para las aguas profundas e inquietas del 2013, y luego van signo por signo. Como tenemos que crecer cada día más, este año no agregué un amuleto, sino un ancla, una herramienta para estar presentes en cada aventura del año.

Un abrazo, mucha alegría, temple y sentido para los meses que vienen, seguro tendremos mucho que compartir.

Acá están las Predicciones 2013 made in Jimena Zúñiga y acá abajo un deseo para todos los lectores de este blog. GRACIAS!

universo

Qué bello es celebrar

¿Qué es un ritual, Jimenita? -me dice con cara seria uno de los encargados del salón donde hicimos el ritual de Primavera.

Me encanta la pregunta y me detengo a explicarle un poco el sentido ancestral, la tradición de nuestros antepasados en distintas culturas del mundo donde se celebraban -y hasta ahora- tanto los cambios de la naturaleza como los movimientos de las estrellas; celebraciones en las cuales se honraba a la tierra, el sol, el aire, el agua, el fuego; también los pasos y logros de cada clan, tribu, grupo, etnia… Ese es el origen. Pero mi idea de celebrar las estaciones y el año nuevo chino, es también cerrar y abrir ciclos, entrar con una energía nueva a cada etapa, que sintonice con nuestra olvidada naturaleza externa e interna y preparar así nuestra mente, corazón, cuerpo y espíritu para lo que nos toque vivir en los diferentes momentos del año. Tiene que ver con hacer un alto, tomar conciencia y celebrar, pues -al menos por estos lados- mucha falta nos hace también la música, el baile, la fiesta, el compartir.

Nos hace falta también agradecer y aprender a fluir. Dar gracias por lo que tenemos, por las lecciones y por tanto más, junto con aceptar que todo cambia y que nos toca adaptarnos a ciclos con más sol o con más frío, tiempos más alegres y otros de conexión con la tristeza… Y que todo tiene que estar.  La vida no es una constante ni una línea recta; es una espiral de cambios, una esfera quizá no perfecta (a nuestros ojos, claro), pero armónica y completa, con todos los colores, sabores y ritmos… Como la naturaleza que habitamos, partiendo por nuestro propio cuerpo que todo el rato es natural, aunque lo olvidemos o le hayamos puesto silicona o tapado con quizá qué más.

Y la tarde del sábado 22 de septiembre nos reunimos muchos a celebrar la llegada de la Primavera, una de mis estaciones favoritas junto con el invierno. Llegaron unas 80 personas. Para mi sorpresa muchos de ellos venían por primera vez. Qué lindo y qué honor, sentí.

Y vivimos de todo: nerviosismo, fragilidad, tristeza, alegría, risas, baile, humor, dolor, limpieza… sanación, paz. Nunca sé bien lo que va a pasar en cada ritual ni tampoco sé exactamente qué haré, las «ideas» llegan los días previos, «bajan» de acuerdo a la energía que empieza a manifestarse y poco a poco todo comienza a tomar forma, con la ayuda de muchos y la presencia de gente curiosa, abierta, valiente, amorosa, chispeante, alegre, tímida, profunda, generosa, cálida… Diversa. Como somos todos.

Con mi querido Fer, directamente desde Uruguay; Lorena, seguidora de este blog que se atrevió a venir al ritual de otoño y desde ahí forma parte del equipo organizador de charlas y rituales; María Dolores, amiga y canalizadora; Cocó, hermana fiel y buena pa’l baile; Juan Pablo con su calidez; Silvia, con su sonrisa argentina ya casi chilena; armamos el ritual, el mandala, la energía, los detalles; ellos y otros cuantos dan su bella ayuda. También llegan los ancestros con su sabiduría y lealtad: mis padres. Hasta un pequeño representante de lo nuevo, el dulce Vicente de la mano de su madre, formó parte del bello grupo que honró la fuerza de la Primavera e hizo espacio desde el alma para la sanación de lo femenino y masculino que realizamos entre todos y que aún nos mueve el corazón, como me lo dicen por mail y al teléfono, y como yo misma lo siento en el aire, en mi energía y en la que quedó flotando todos estos días luego del ritual.

Después de un invierno muy aleccionador que nos puso a prueba, la Primavera se asoma con más esperanza y luz, aunque -lo siento- tampoco podemos «cantar victoria», pues la vida es lo que es: real y mágica a la vez, con sorpresas de las que nos gustan y de aquellas que quisiéramos obviar, también con mucha ayuda (enhorabuena). Este ciclo trae cambios, algunos drásticos, también mucha sanación y más amor, una gran cuota de compromiso en nuestro crecimiento y momentos de mucha tensión colectiva. Nada nuevo, sólo que ahora tenemos más conciencia, entonces ya no puedes evadir lo que sucede/ves/sientes. Ya no podemos postergar ni dar la vuelta. Esta Primavera es para limpiar, renovarnos, profundizar y asumir. También para recuperar nuestro poder interno y realmente cambiar patrones (formas) pegadas que no nos han dado resultado nunca, de modo de dar pasos reales en nuestro crecimiento. Y el cambio es cotidiano, sin fanfarrias ni fuegos artificiales. Es día a día, con la comida, con los pensamientos y sentimientos, con las actitudes, con los hábitos, con el cuerpo, con la mirada de las cosas, con la palabra, con la acción concreta y pura. No hay que vestirse de ningún color ni irse a meditar a tal parte, ni alejarse, ni hacer el taller caro de turno. La cosa -el poderoso cambio interno y colectivo- es aquí, ahora y poco a poco. De lo contrario es mucho ruido y pocas nueces. Y obvio que todos queremos nuestra nuez, ¿o alguien osa quedarse sólo con la cáscara crujiente? Bueno, capaz que sí, existe el libre albedrío, en todo caso.

Y acá estoy, con aroma a flores en la mesa del comedor, un sol que se esconde en un día que parece más invierno que primavera, bella compañía, sorbos de mate, noticias del extranjero, la llamada de una amiga pendiente de la salud de mi padre, y el profundo agradecimiento de estar más en paz que hace unas semanas… Bueno, a respirar, fluir, sanar, agradecer y sonreír con luces de primavera. Bienvenidas las flores, los verdes intensos, el sol, la brisa y las lluvias inesperadas. Todo está bien y todo pasará… A ver cómo nos va en esta nueva aventura.

Aprobando el 2012, Test

He aquí un test para evaluar cómo vamos con el 2012 y si aprobamos o no sus especiales materias. Respire profundo y proceda a contestar:

1. ¿Se ha enfermado -usted o alguien muy cercano- más de una vez este año?

2. ¿Ha entendido por qué y para qué se enfermó?

3. ¿Sabe que las enfermedades no son una casualidad ni sólo un hecho físico?

4. ¿Siente que el tiempo pasa demasiado rápido; más que hace un par de años?

5. ¿Se le están repitiendo temas / situaciones / hechos del pasado?

6. ¿Observa que ha crecido internamente y que ante estos hechos pasados usted ahora es capaz de responder de otra forma?

7. ¿Se ha dado cuenta empíricamente de que la ansiedad no le sirve de nada y sólo le quita energía?

8. ¿Usted no es ansioso? Ah, entonces, usted no mira la hora a cada rato, no vive pendiente de su celular y los mensajes, no mueve el pie con un temblor descontrolado, no come ni bebe ni fuma por antojo, no compra por aburrimiento, no ve tele -o computadora- por llenar el espacio, no trabaja aceleradamente, no piensa que cuando consiga tal cosa entonces su vida será perfecta, no se desespera por una espera. Ah, qué bien.

9. ¿Se ha dado cuenta que la obsesión (con cualquier tema) lo descentra, le crea enemigos, malos ratos, desgaste a usted y a su ambiente; lo vuelve impopular y oscurece su energía además de su vida?

10. ¿Usted no es obsesivo? Ah, entonces no ha estado girando en torno a un solo tema en lo que va del 2012 ni su mente está pegada en un tema repetitivamente. ¡Qué bien por usted!

11. ¿Sabía que la obsesión y la ansiedad están muy castigadas este 2012?

12. ¿Se siente en un período de incertidumbre?

13. ¿Se siente irritable, raro, eléctrico, desconcentrado y/o con depre (sión)?

14. ¿No sabe mucho de su vida, de qué hará con ella o cómo se solucionarán sus problemas, pero intuye sutil o profundamente que está todo bien, que todo es perfecto como está hoy y que todo se dará?

15. ¿Se le repiten en conversaciones, publicaciones, visiones, andanzas; las palabras meditación, sanación, despertar, desapego, terapias, ego, esencia?

16. ¿De repente le dieron ganas de hacer otras cosas en vez de ir de compras o al cine los fines de semana?, ¿Cosas exóticas como descansar, apreciar la naturaleza, dormir, observar, ordenar, caminar, quedarse quieto o en silencio, o consigo mismo?

17. ¿Perdió la cuenta de las sincronías que ha vivido en lo que va del año?

18. ¿Sabe lo que es una sincronía?

19. ¿Ha sido tentado por el miedo en distintas situaciones este año?

20. ¿Qué ha hecho con él, con el miedo?

21. ¿Ha tenido uno o más momentos de desesperación este año?

22. Frente a alguna dificultad, ¿se ha pillado echándole la culpa al empedrado (entiéndase su familia, pareja, amigos, socios, trabajo, estudios, jefe, compañeros, profesor, ciudad, país, políticos, mercado, sistema)  para luego -aunque sea secretamente- darse cuenta que la responsabilidad es totalmente suya?

23. Frente a alguna dificultad, ¿ha contado con increíble apoyo, ayuda «caída del cielo» y/o la presencia de bellos seres a su alrededor?

24. ¿Ha recibido regalos, oportunidades, bendiciones este año?

25. ¿Ha vivido grandes cambios este 2012?

26. ¿Siente que tiene que hacer un cambio importante en su vida si quiere vivir más feliz cotidianamente?

27. ¿Sabe que ese cambio es interno, que es respecto a su actitud, mirada y acción sobre su vida?, ¿sabe que si no lo hace se quedará estancado y reprobará este año?

28. ¿Sabe que el mundo no se acaba este año pero que sí se asoman grandes cambios que todos presenciaremos y que nos obligarán a seguir creciendo?

…… Si ha respondido a menos de siete respuestas con un Sí, preocúpese. Si ha respondido positivamente entre 8 y 15 respuestas, le damos la bienvenida a 2012. Si respondió afirmativamente a más de 20, ¡Felicitaciones! Usted está en plena travesía 2012 y seguro está navegando por aguas turbulentas, pero no está solo, somos muuuuchos; confíe en su sabiduría, recurra a ella y avance sin prisa pero con perseverancia, siempre con la bandera de la conciencia, una gran cuota de humor, mucha flexibilidad y con el afán de despertar más y más cada día. Ah, y recuerde el amor propio (eso incluye el cuidarse a sí mismo) y a todos los seres…

Antigua… Sanación y Placer

Las cosas son tanto mejores cuando no tienes expectativas… Hace unos meses supe que haría un viaje con mi hermana, el destino podía ser Grecia, Turquía, Tailandia… Yo decía que sí  a todo. Se suponía que sería a mediados de mayo. Una parte mía quería el viaje y otra anhelaba por fin quedarse quieta, en off, en silencio, después de meses agitados por una serie de hechos –buenos, malos y más o menos, si los evalúo desde la dualidad, pero todos muy buenos si los miro con la conciencia- desde diciembre 2011 hasta acá…

Pero luego mi calendario se corrió por dos charlas de astrología sobre el 2012 a las cuales varios ilustres pasajeros de este blog asistieron… Y durante la producción de éstas murió Guille, nuestro perro-amado-dulce-famoso-longevo-con alma de eterno cachorro… A sus casi 18 años decidió partir “al cielo de los perrines” como me dijo una amiga desde Francia. Su partida fue dolorosa y emocionante a la vez: gente de todas partes, vecinos, amigos, familia, conocidos; nos escribieron con bellísimos gestos de amor y recuerdos por el amor que Guille fue capaz de generar en muchos… Además de llorar y dejarlo partir, nos conmovimos, por ejemplo, con las lágrimas de don Juan, el vecino, un hombre grande –en todos los sentidos- que lloró al ver las velas y flores en el jardín, luego que mi padre cavara la tierra para que “mi perro” descanse… Siempre he sentido que los animales –los hermanos menores, como dice alguien que conozco- tienen la potente facultad de abrirnos el corazón y eso hizo Guille con muchos…

Guille, en la primavera de 2010

Entonces, a mi hermana y a mí se nos cortó la energía… Con toda la pena por el duelo –que se suma a otros de este año-, ya daba lo mismo el viaje y el lugar, sólo sabíamos que no podría ser Europa, pues de sólo pensarlo nos cansaba la idea de “tener que aprovechar el tiempo” e ir de un lado a otro… No. Ambas necesitábamos, en este nuevo escenario, descansar… Descansar del 2012, sentía yo.

Y, como el Universo es entero de mágico, a mí me concedió antes el deseo y me mandó cuatro días a la cama con una “gripe” que comenzó con difonía, siguió con fiebre y dolores musculares, y terminó con tos y dolores de cabeza… En medio de esto, los primeros  dos días, no sé si deliraba o qué, pero mi cuerpo sólo quería meditar y dormir y meditaba largos minutos feliz, sin ni medio esfuerzo, sólo quería estar quieta, ojos cerrados, respirando, con la mente relajada… Es que fue demasiado, es decir, yo generé –siempre la responsabilidad es nuestra- mucho: viajes, romance, vacaciones, amigos, charlas, rituales, consulta, entrevistas, ayuda, producción… Todo condimentado con más de un mal rato, decepciones varias, abertura de ojos y conciencia, puesta de límites… Es decir, todo, aderezado con juegos de mi ego con la realidad, mientras mi alma me esperó y me provocó para que cambie y crezca… Lo de siempre, ¿no? Ella hace su trabajo como sea y en silencio, pero cuando se harta te manda 4 días en cama, por ejemplo y hasta te quita la voz. Y ahí algunos –ayudados, en mi caso, no sólo por mi trabajo personal, sino además por la intervención de bellos seres sanadores- accedemos a nueva información sobre nosotros mismos, lo que hemos construido y la vida que queremos llevar. La enfermedad –o el evento que el alma escoja- nos pregunta: ¿hacia dónde vas?, ¿cómo vas?, ¿es esto lo que quieres y lo que te sirve para tu camino de vida?, ¿quién eres y quién quieres ser?, ¿qué has hecho de ti y por ti últimamente?… Las preguntas son muchas más, pero mi auto-experiencia y la de mi consulta de tarot, me señalan estas como las principales…

Bueno, y el Universo de la mano de la Divinidad, dieron otro giro: el destino del viaje debía ser algo sin stress, que nos permitiera desconectar, reconectar y disfrutar… Así surgió… Guatemala. Perfecto, le dije a Cocó: ¡Vamos antes que se acabe el mundo! A lo que ella agregó, moviendo las cejas: Si poh, o convencemos a los  chiquillos mayas pa’ que no se acabe na. Tupendo -respondí.

Y aquí estoy, en Antigua: ciudad colonial rodeada de verde y volcanes, bellísima, cadenciosa, naif, colorida, sabrosa, cálida, pedregosa, amplia, reposada, austera, patrimonial… Tranquila.  Con brisa pura, nubes cargadas y el sol de los mayas, Antigua nos tiene encantadas, serenas y maravilladas por la “teletransportación”: nos parece increíble haber estado el día anterior trabajando o resolviendo líos y unas horas después estar caminando en un lugar tan diferente a Santiago –o cualquier capital-, donde la gente anda tranquila entre los turistas, donde las mujeres locales cargan muchas cosas en la cabeza y visten sus trajes típicos, donde la prisa no es tema, donde una esquina es más linda que la otra y no dejas de sorprenderte por más que la recorras…

Así con el 2012, sus desafíos y sus enormes regalos: podemos hacer la magia que queramos de ahora en adelante. Es cosa de probar, estar atentos, soltar las expectativas y tener mucha conciencia de lo que generamos día a día…

Abrazos antiguos.

Regalos del 11.11.11

Antenoche, al regresar de una clase de astrología, en mi correo no sólo había unos cinco mensajes más (ya iba por los diez desde la última semana) sobre el 11.11.11, sino que además mi querido editor en Guioteca.com me escribía sobre el mismo tema diciéndome si podía publicar algo porque había mucho interés… Obvio que me puse a escribir. Primero porque el tema me interesa y ya sabía (desde el 8 de noviembre) que haría una nota sobre lo mismo en este blog. Segundo, porque cuando un tema se te repite tanto y por distintas fuentes es que algo hay para ti. Tercero, porque entre tanta información sentía que estaba bueno filtrar y decidir desde dónde vivir este portal energético que suma 33 y del cual hay mucha información en múltiples rincones del mundo, y ya que tengo esa tribuna por qué no difundir algo que nos sirve a todos…. Y cuarto, porque no le podía decir que no al jefe, the boss, que me cae tan bien y que no entiende nada de astrología, pero es Géminis, por tanto inquieto y con humor, y confía en mi pluma astrológica, lo cual es un lujo en el oficio periodístico.

Entonces, este jueves 10 por la mañana la nota ya estaba publicada y se titula: «11.11.11: Gran oportunidad de cambiar y partir de nuevo». Se lee aquí.

Ya, pero este no era mi motivo central para esta nota que comparto en la víspera del 11.11.11…. Resulta que el martes 8, después de una lectura en mi consulta con un bello y ordenado hombre grande (de poco más de 60), apesadumbrado y angustiado por su cesantía de más de dos años, que no acepta ni entiende que la vida le está haciendo el juego de obligarlo a parar, a cambiar y a caminar por otros rumbos o a otro ritmo o en otro sentido, o todas las anteriores; hombre al cual entiendo profundamente pues para su edad y género el trabajo lo es casi todo, su rol laboral se vuelve su identidad y no tenerlo es como estar muerto; con quien cerramos la lectura con una meditación guiada para conectar con su corazón, el agradecimiento a este tiempo de pausa, el aceptar y el comprometerse a generar una vida nueva poco a poco, donde pueda entregar a los demás sus talentos… Salgo de la consulta conmovida y alegre a la vez: el día está gris, con brisa, pero es primavera y los verdes se hacen más intensos en los árboles; adoro los días así y en mi MP3 suena una buena canción en radio Cooperativa. Con ella en mis oídos me encamino al banco y otras vueltas por Providencia antes de la lectura siguiente. Termina la canción y la voz inconfundible de la periodista Cecilia Rovaretti presenta la entrevista con alguien de apellido Matta, el hijo del gran pintor surrealista chileno Roberto Matta.

Se llama Ramuntcho, habla con acento italiano-francés?, y en menos de un minuto de conversación ya se había convertido en mi nuevo maestro, mi nuevo gurú. Lo entrevistan porque precisamente este 11.11.11 se cumple el centenario del nacimiento de Matta. «Y dale con la fecha» -pensé, mientras intuía que no por nada estaba escuchando esto. Y por supuesto no fue casual, al escuchar los números seguí atenta a algo que parecía otra entrevista de cultura interesante. Pero fue tanto más que eso, que me quedé pegada escuchando, sorprendida y agradecida porque por fin alguien hablaba de la vida desde una tremenda conciencia y aprendizaje en un medio masivo, pero sin ser una persona que está en temas despertar, autoayuda, espiritualidad, o crecimiento o psicología, propiamente tales… No, él oficia de artista, entre otras cosas.

La primera frase reveladora de mi gurú Ramuntcho fue precisamente ante la primera pregunta sobre si realmente ser el hijo de alguien tan importante no le había traído problemas, si acaso no había tenido que ir al psicoanalista: «Sí, muchas veces, uno necesita eso, es como llevar tu coche al mecánico -se ríe Cecilia. Es muy importante ir al psicoanalista, yo lo hago cada diez años durante dos o tres años como una pequeña revisión del ‘sistema’, porque uno se ilusiona mucho con cosas y el psicoanalista te ayuda a identificar las cosas interesantes de las inútiles».

Y siguió y no paró con otras como que las mujeres son más fuertes porque tienen más conciencia de su cuerpo y que eso le interesa: la conciencia de estar acá.

A propósito de lo mismo, Cecilia le pregunta por una experiencia dolorosa: una enfermedad que lo tuvo postrado por tres años y por la cual tuvo que aprender a caminar de nuevo. «Fue la mejor experiencia de mi vida» -¡Ah, nooo, estoy ante un iluminado! -pensé/sentí. ¿Por qué? -dice Cecilia con seriedad. «Porque te ayuda a entender porqué estás acá, qué quieres hacer y te haces muchas preguntas cuando no tienes el cuerpo. Cuando el cuerpo se va tienes el cerebro que te hace pensar qué quiero hacer, dónde quiero estar para el próximo año si sobrevivo. Y la experiencia de la muerte es muy impresionante porque pensamos que somos eternos, por eso es importante ser buenos y honestos lo más que podamos».

La enfermedad le dio por un virus a la espina dorsal. Cecilia lo bromea diciéndole si el virus se llamaba Matta. Se ríe y responde: «nooo, era un virus que creo se llamaba ‘trabajo’ -yo con mi corazón radiante por estar escuchando esto en pleno Providencia entre bocinas y gente-. Se trabaja mucho en este mundo para sobrevivir y se puede trabajar menos, creo, si uno piensa un poco lo que quiere hacer y toma un poco de distancia con las urgencias…»

La entrevista sigue (pueden escuharla o verla completa aquí) con otras buenísimas declaraciones donde Ramuntcho Matta habla de los medios de comunicación y el dictador rating, su padre, Chile -«no es una nación, es una energía», le decía el célebre pintor que se radicó en Europa-, la política, la cultura, la publicidad, la muerte, los fracasos, el caos, el amor…. Mientras yo camino agradecida por las sincronías, los regalos y el 11.11.11, un momento que nos da todos a la oportunidad de comenzar de nuevo y de sintonizarnos global e inéditamente con el amor. Una fecha que nos abre la bellísima posibilidad de transformar nuestro corazón, mente, cuerpo y espíritu en portales de nueva energía por donde pase y se quede la Luz de la Vida y se multiplique para todos en todas las direcciones.

Una vez más: Gracias por el dolor

Tomás estuvo a punto de irse a Canadá a fines del invierno, en medio de todo se enfermó mucho y aún vive una gran crisis de sentido; finalmente decidió escuchar a su cuerpo y ahora me cuenta que se quedará en Santiago, que quiere enraizarse por fin, pero está nervioso, siente la incertidumbre… Fer viajó unos días a Uruguay, a puro reconectarse con el nido familiar, no quería volver a Chile, pero finalmente regresó con nostalgia y miedo a no encontrar trabajo, pues su actual oficio de garzón lo cansó y lo dejará, y de nuevo se encuentra ante lo incierto, pues tampoco puede volver a Montevideo, una tierra bella, pero demasiado quieta… Silvia después de 11 años no sabe si volver o no a su Argentina natal, ya formó cosas acá y le da miedo y cansancio la sola idea de comenzar de nuevo todo allá, pero en Chile aunque no le ha ido mal, tampoco alcanzó -aún- la estabilidad laboral que anhela y la familia está –también- en suspenso… María quería dedicarse a la sanación, su gran don, pero la recontrataron en una gran empresa por un buen sueldo y no le gusta el lugar ni el trabajo, pero aún no puede soltarlo: tiene dos hijas a quienes mantener, mientras su cuerpo apenas se levanta a trabajar cada mañana… Celeste se despidió de su tiroides, que estaba con cáncer, justo después de un año de sostener a su compañero que tuvo la misma enfermedad pero en los pulmones… Mariana vio cómo una parte de su útero se iba con un “pre-cáncer” y cuando le dicen que está todo bien, que ya no hay células malignas, a su madre le encuentran nódulos en la tiroides y también debe operarse antes que sea grave… Pedro presentó unos siete proyectos audiovisuales este año y ninguno resulta y encima alguien cercano lo traicionó. Bajo todas sus andanzas comenzó a crecer una depresión que hoy lo vigila de cerca aunque él no quiere mirarla de frente… Víctor a sus 60 y algo se preparaba para terminar de pagar su casa después de 20 años y disfrutar a sus nietos, pero su próstata le dijo: tengo cáncer, tengo dolor, tengo frustración. Víctor es mi papá…

Así va el viaje de la vida este agitado año, tejiendo sus caminos de aprendizaje, oportunidades, dolor, esperanza, regalos, obstáculos, desesperación, crisis, alegrías… Amor, Conciencia.

Y al finalizar octubre de este intensísimo 2011 estuvimos con Fer en un seminario sobre el cáncer de mama. Allá nos encontramos con Deborah, mi maestra de interpretación de sueños y su amiga Consuelo. Más que por el tema en sí fuimos porque hablaría la psicóloga Bárbara Porter de Mindfulness y la gran antropóloga Patricia May sobre espiritualidad y enfermedad.

Lo primero estuvo re bueno. Al final Mindfulness (práctica de la atención plena) es meditación budista tibetana marqueteada inteligentemente por Estados Unidos, y está buena la técnica. Muy adaptada a nosotros los occidentales, aterrizada, necesaria y benéfica: apunta a detenernos, salir de los pensamientos negativos y aprender a estar presentes. Es simple, algo difícil de mantener, pero segura de lograr.

Y Bárbara Porter resulta muy cálida, dulce y didáctica, cualidades que se agradecen  en su rubro. Nos instó a estar presentes en lo agradable y en lo desagradable de la vida. “El dolor existe, pero el sufrimiento es opcional”, afirmó, parafraseando a Buda. Estar conscientes del momento presente con aceptación, de verdad puede cambiar nuestra vida. Porque, claro, lo habitual es enganchar con la rabia, el miedo, el rechazo, la venganza, la tristeza, la envidia… Y entonces comienza una marejada de pensamientos y sentimientos aflictivos (los venenos de la mente que identifica el budismo) que no paran y nos enferman más… La técnica plantea que luego de sentirlos, podemos mirarlos y dejarlos pasar, desengancharnos, y entonces volver a la atención a nuestra respiración, junto con enfocarnos constantemente en el presente y en lo bueno de la vida… Eso es en palabras hiper resumidas.

Luego vino Patricia May, de quien me declaro –igual que muchos- fan absoluta. Soy su groupie hace rato y la sigo de curso en curso, de charla en charla; me acompaña fielmente en mi MP3 en viajes y caminatas. Y habló de aquello que muchos hemos aprendido luego de crisis profundas: la enfermedad, el dolor, la dificultad, están al servicio de nuestro proceso de evolución y son inevitables.

Con sus palabras recordé un muy buen libro de Robin Norwood que encontré en un mágico y sanador viaje a Villa La Angostura, sur de Argentina, hace unos cinco años, se llama: “¿Por qué a mi, por qué esto, por qué ahora?”. Lo vi y dije: “lo llevo”, mientras se lo pasaba a la vendedora de una librería-bazar a la que entramos buscando pilas para la cámara. No lo solté en todo el viaje y hasta el regreso en Santiago. Aprendí, corroboré, recordé, lloré, sonreí, integré. Lo he prestado y recomendado a mucha gente que está en situaciones límite, como una chica que se separó a los 3 meses de embarazo, o a otra que perdió a su madre, su gran pilar; a una señora que llegó con muletas a mi consulta a semanas de un accidente… Hoy lo está leyendo mi padre.  Y creo que es tiempo también de releerlo.

Bueno, Patricia May con su habitual –y bendita- profundidad nos recordó que evolucionamos a través del dolor, de la fricción, del desacomodo en nuestra vida. Si no existiesen esos hechos no pasaría nada. Nada importante con nuestra historia, con nuestro viaje por este planeta en esta existencia.

“La razón por la cual estamos aquí tiene que ver con manifestar el potencial oculto –incluso a nuestros ojos- de nuestra luz interna, revelar el ser espiritual que nos habita (…) El sentido de la vida es ir a una manifestación creciente del SER en el mundo, un Ser que se expresa en amor, alegría, entusiasmo, unidad, paz, tranquilidad, creatividad”… Claramente, no es tan fácil, dice la propia Paty. “Desde este punto de vista, las circunstancias opuestas de la vida como salud/enfermedad, riqueza/pobreza, tienen un solo sentido: que el ser humano vaya a una mayor relación con su propia luz. Y si nos paramos desde ahí en la vida, podemos entender el dolor o la enfermedad como una oportunidad. Es una oportunidad cuando estamos bien, pero también es otra tremenda cuando estamos incómodos. Porque esto último nos obliga a cuestionarnos. Sin crisis nos cerraríamos y estancaríamos, que es la tendencia del ego. (…) La enfermedad es una oportunidad tremenda que nos abre una brecha en la conciencia para que nuestro ser interno pueda entrar en acción. La enfermedad es una vivencia con un enorme potencial: podemos mirarla como un desafío para que esta piedra preciosa que yace en lo profundo del corazón se revele”, expresa Patricia.

“Lo que ocurre cuando nos enfermamos es que nos enfrentamos a que la vida física es un lapso -finito- y oportunidad de enorme potencial creativo. Entonces, se trata de no perdernos, de no distraernos, de no vivir la vida corriendo y haciendo mil cosas que nos cansan (…) La enfermedad y la conciencia de que la vida física es una oportunidad limitada y preciosa en una circunstancia particular: en un cuerpo, familia y país determinados, es una experiencia de enorme energía para llevarnos a manifestar nuestro ser interior en nuestra vida. Y no por casualidad ocurre lo que nos ocurre”.

“Muchas veces lo que llamamos enfermedad es un evento precipitado por nuestra alma porque a ella le importa que lleguemos a conectar con el potencial espiritual de cada uno para que así podamos ser seres que vibremos en el sentido, en la auto-realización; que hagamos de esta vida un campo de lucidez extraordinario y seamos plenos y felices desde ahí: desde la certeza interna que hay algo en el fondo de nosotros que es luz, claridad y amor. Y eso es algo hacia lo cual podemos caminar. (…) Ese es el principal recurso que tenemos para sanarnos: nuestra luz interna, el fondo de nuestra mente; el centro de lo que somos es un sol radiante, extraordinario. Nacemos en este mundo para reconocerlo y actualizarlo. A eso vinimos…”

… Entonces, en medio de los dolores, Tomás decidió que estudiará Coaching y ya comienza a entusiasmarse con la idea… Fer comenzará a trabajar en un centro turístico vendiendo productos de la tierra y aunque está nervioso, lo nuevo lo anima … Silvia hará su blog para promocionar sus talentos y ver si consigue algo más estable, paralelamente está cocinando comida argentina los sábados para los amigos y comienza a usar otros dones… A María la cambiaron de oficina y aceptó que por ahora su labor de sanadora es entre empleados de una gran empresa, aportando desde ahí con el ejemplo, la voz y la escucha…  Celeste acaba de ir por primera vez en su vida a un curso de temas espirituales y por fin pudo soltar la pena con unas gotas homeopáticas y la terapia psicológica que le ayuda a encausar y ver sus dolores… Mariana se regaló un viaje a Nueva York, dejó su trabajo de más de una década y se apronta a ser independiente, mientras su madre da a luz un nuevo libro de investigación… Pedro aprovechará la crisis internacional, la caída de las certezas, para elaborar un nuevo material audiovisual y está empezando a ver su depresión poco a poco… Víctor está dejándose ayudar por primera vez, decidió que leerá cosas que tenía postergadas, plantará unas enredaderas, irá conmigo al próximo seminario de Patricia May sobre sabiduría china  y saldrá a caminar; mientras la vida lo sorprende con el encuentro con un sicólogo que le ofreció un trabajo cuando él pensaba que a su edad ya nadie lo consideraría… Y yo, en medio de lágrimas, angustias, somatización con vértigo e insomnios, decepciones e incertidumbres varias, me siento agradecida y una vez más me sorprendo honrando al dolor, dándole gracias por lo que ha provocado y porque debido a él también he recibido grandes regalos –entre otros, gente muy bella- en lo que va de este movido 2011… GRACIAS.

Chile y sus dolorosos destinos, 1

Pensé que mi próxima nota en este blog (que he tenido bien botado en este movido 2011) sería sobre lo que no dice el libro «El secreto» y mi mirada de éste; o sobre la Carta Astral del Presidente Piñera, que publiqué hace poco y quería expresar el sentido de que él -y no otro- esté en el poder hoy; o sobre el encuentro con distintos amigos que están en proceso de «sobrevivir» en sus respectivos países y otros que vienen a esa tarea a Chile; o sobre la maravilla de Puerto Varas, Puerto Octay, su majestuoso lago Llanquihue y sus volcanes; o del adelantado cambio de horario en Chile, a mi juicio un capricho de la mente (el ego) por creer que manejamos el tiempo, qué pena; o de los intensos movimientos sociales en el mundo, que llegaron para quedarse … Pero no. Por distintas razones no hice el espacio para escribir…

Y entonces llega el viernes 2 de septiembre, en que almorzamos con una amiga por su cumpleaños y brindamos por una buena noticia; con ella compartimos la belleza de Puerto Varas a principios de invierno. Luego caminamos por Providencia y terminamos tomando el sagrado té chileno y torta en casa con su madre, en Ñuñoa… En eso estábamos, cuando a mi amiga -que acaba de cambiar su destino al renunciar a su trabajo «estable» de periodista de unos 12 años- le avisan de su ex diario que se perdió un avión en el archipiélago Juan Fernández -islas pertenecientes a la región de Valparaíso-

Juan Fernández, bautizada por muchos como "el paraíso"

donde va el más destacado y popular animador de la TV chilena: Felipe Camiroaga, eternamente joven, guapo, simpático (cualidad que es imposible fabricar), carismático, con humor, cálido, cercano, multifacético, solitario y conectado con la naturaleza; conductor del programa matinal de la TV estatal, que lidera la sintonía por 20 años de lunes a viernes, por lo tanto es una institución no sólo de la pantalla, también de la rutina local.

Nos quedamos perplejas con la noticia y no podemos movernos ni hablar mucho, mientras permanecemos pegadas a la pantalla asistiendo en vivo a una nueva tragedia en Chile… Una más… Pero no una cualquiera, pues en el fatídico vuelo viajaban 21 personas -algunas líderes en la reconstrucción después del terremoto, como Felipe Cubillos y otras como el periodista Roberto Bruce del mismo programa que Camiroaga- a ayudar a esta isla que fue destruida por el tsunami en febrero 2010.

Se pierde el rastro del avión y cae al mar. Se afirma, un día después, que no hay sobrevivientes. Para no creerlo. De hecho lo escribo y aún no lo asimilo. El fin de semana entero los canales siguen la noticia. Y el lunes 5 el matinal se viste de negro con el estudio lleno entre lágrimas, pues tres personas del equipo hasta ese momento están desaparecidas, incluido el conductor, y dos ya fueron encotrados muertos. Llegan animadores de otros canales, periodistas, actores, músicos…. El gremio de la información y el espectáculo están de duelo. Pero no sólo ellos, todo el país.  De nuevo la muerte, el dolor y el miedo atraviesan Chile…

Los habitantes de la Isla Juan Fernández encienden velas por las víctimas.

Y en medio de las lágrimas, las preguntas, las imágenes del mar, cientos de personas  que ponen velas y flores en verdadera procesión frente al canal de TV, los libros de condolencias, las misas, las notas de homenaje (algunas que pasados los días cayeron en excesos, hay que decirlo), los conductores de noticias que no aguantan las lágrimas, las familias de las víctimas en vilo… en muchos surgen las interrogantes… ¿por qué?, ¿qué pasa en Chile que las tragedias y el horror emergen cada cierto rato?

Pilar Sordo, sicóloga local, aparece en dos canales y una radio afirmando que como a los chilenos nos cuesta tanto expresar, nos pasan estos eventos para que botemos pena y rabias acumuladas, a modo de válvula que suelta el corazón; que estas cosas nos vuelven mejores personas y que ante muertes abruptas la lección es que ahora es el momento de decir y hacer lo que sentimos… Mmm, sí, pero siento que es más que eso; bastante más… He estado en países que no expresan y son re racionales y no tienen una tragedia tras otra. Y he estado con grupos de extranjeros fríos y reservados que no conocen el dolor nacional y tampoco se conmueven fácilmente.

Mi mirada es otra. Y tiene distintos tonos. Por eso irá en capítulos. Ya publiqué uno desde la astrología en Guioteca.com, en parte responsable del retraso en esta nota tan postergada, junto a otros eventos del destino y la agenda…

Enplenafasedesanacion.cl

Algo está pasando a nivel planetario y mucho está pasando en Latinoamérica. Este continente nuevo -y con más profundidad Sudamérica, especialmente- tiene en su esencia la magia, la creatividad, la precariedad como constante, los sueños, la sabiduría de los originarios… América Latina tiene latidos jóvenes y eso no sólo se agradece y al menos yo lo vivo como una bendición, sino que además resulta un plus en este mundo que protagoniza un cambio muy intenso y real… Mientras más vieja es tu energía y tu mente -no importa la edad que tengas- más cuesta el cambio…

Chile, una de las tierras ancladas a la gran Cordillera de Los Andes, tiene su propia misión. Resulta que este largo territorio está en fase de sanación hace un rato ya (más claramente desde fines de los ’90). Y sanar duele: hay que ver, asumir lo bueno y lo malo, enmendar, cambiar, recomenzar… Y Chile está en todo eso y con más énfasis ahora en estos años agitados.

No creo que las tragedias sean parte de un sino tormentoso que nos toca vivir como país así como así. Tampoco creo que sean voluntad de ese Dios que por estos días muchos invocan en Chile como si fuese un abuelito que dirige el mundo, idea ultra infantil y hasta pasada de moda que la humanidad por fin -después de 2000 años- comienza a desterrar, pues claramente lo divino, la fuente sagrada, es una fuerza pura intangible que todos los seres llevamos dentro y que no está afuera en las alturas del cielo, está en nosotros, en los perros, los pájaros, los árboles, el viento… el agua del mar que se traga un avión. Sobre lo mismo, adoré escuchar al sacerdote jesuita Antonio Delfau en radio Cooperativa diciendo que estaba en contra de quienes afirman que Dios hace estas cosas terribles de los accidentes o que Dios se lleva a los mejores. No, dijo, Dios no quiere este tipo de tragedias, esto es responsabilidad de fallas humanas que no hacen bien su trabajo técnico en un vuelo, por ejemplo. Enhorabuena. De lo contrario ese Dios sería un guionista muy sádico, ¿no?

Al menos yo, desde mi experiencia personal y en el trabajo de años con personas en consulta, más unas cuantas onzas de trabajo personal-espiritual, considero que el dolor es  francamente una oportunidad, casi una bendición, que es ineludible, democrático (es para todos sin distinción), sincrónico y cíclico  (no reiterativo, sino en espiral, por tanto evoluciona).  Sin él, no se puede. Lo siento, tal cual: no se puede. Lo he dicho en talleres, aquí, con compañeros de ruta y en la consulta de tarot: Hollywood NO EXISTELa vida trae sí o sí dolor, es como un sello que te ponen en la mano desde antes de encarnar incluso y más aún en los meses de gestación y qué decir en la infancia… Y a veces se incrementa cada cierto rato cuando nos toca sanar algo.

Búsqueda marítima de víctimas en Juan Fernández

Desde ahí hay dolores personales y otros colectivos. Y estos últimos seguirán aumentando a medida que atravesamos el ciclo 2010-2014…

Y resulta que Chile había caminado desde los años 70 con grandes dolores que no habíamos querido mirar del todo y menos sanarlos. Esa palabra nos queda grande. A diferencia de la vecina Argentina, en Chile nombrar la palabra terapia (que por suerte hoy es mucho más que ir a un psiquiatra o psicólogo, pues están las benditas flores de Bach, el reiki, masajes varios, constelaciones familiares, registros akáshicos, entre muchas técnicas) aún es tabú. Entonces, -he aquí una de mis miradas, ninguna verdad, sino una visión más- como no queremos tomar la iniciativa de sanar, como nos cuesta asumir, la vida se encarga desde afuera de traernos distintos eventos dolorosos que nos abran el corazón, que nos conmuevan, nos despierten, nos provoquen un giro en el ritmo y en el rumbo.

Desde esta primera nota, diré que lo del avión siniestrado en Juan Fernández es un provocador externo, un catalizador de sanación chilena -y desde ahí contagia al continente y al mundo- con múltiples símbolos. Escuché, leí y vi a muchísimas personas de distintas partes llorar con Chile una vez más. A nuestro país le corresponde sanar sus dolores, salir de su burbuja de aparente éxito fácil y moderno tan parecido al actual frágil Estados Unidos (al cual le ha rendido culto desde los ’80 con más fuerza, como si fuese el único modelo, ja), que por estos años también sale de su zona de seguridad y tiene que asumir su precariedad e injusticias -igual que varios otros del Norte junto con Chile-, como si lo de las Torres Gemelas no hubiese sido una mega llamada de atención para lo mismo: asumir que el éxito no garantiza nada y es más, crea enemigos dentro y fuera, apego, obsesión, stress; pero los seres humanos somos tercos y reiterativos.

Entonces, Chile pasa a ser una fuente planetaria de dolor y sanación que evidencia nuestra fragilidad como seres humanos. Lo mismo va para Japón, por ejemplo.

Y, antes que se alargue más esta nota y no dé para una segunda, diré que ese dolor que punza y estremece, si se vive verdaderamente en todos sus ciclos y facetas, si se entiende, se acepta, se asume, puede transformarse en un valor, en un aprendizaje profundo que eleve la conciencia, abra el corazón, flexibilice la mente, valorice el cuerpo y encienda el espíritu.

De donde sea que seamos y estemos hoy, el dolor colectivo nos rozará para que cambiemos profundamente, y parece que ahora Chile tiene un papel en esta noble tarea.