Después de dos años de un «monotema«, la agenda global pone otro también ligado al miedo-miedo-miedo. Ah, y unas gotas de rabia, también. Al menos esta vez los –supuestos– protagonistas parecen mostrar la cara, algunos, claro… Pero da lo mismo. Para mí –y millones– el tema es: ¿Le vamos a entregar nuestra energía, nuestro poder a este nuevo asunto nada luminoso ni alegre?
Desde 2020 hasta acá millones de humanos decidieron quedarse en el miedo y girar en torno a él, mientras otros millones despertaron cada vez más o lo hicieron por primera vez.

Esta Luz somos. (Puerto Varas, 25 feb 2022)
Entre otras cosas, despertar, es tomar las riendas de nuestra preciosa Vida y disfrutarla (crear nuevas situaciones, tomar decisiones, gozarla cada día… con todo lo que trae) más allá de cualquier discurso mediático e institucional de odio, terror, peligro y demás. Despertar es leer entre líneas, salir de lo literal y profundizar en el sentido de las cosas. Despertar es conectar con nuestro verdadero corazón, comprender la perfección de la Vida, movernos desde mayor neutralidad (enjuiciar menos) y mirar todo esto como una película en la cual no es necesario implicarnos. Pero sin desprecio ni por egoísmo, sino con Consciencia de no contribuir, de dejar de fomentar energía densa o negatividad.
Despertar es incómodo para los cercanos y para quienes eligen no hacerlo; también para aquellos que despiertan. De los primeros muchas veces emanan la incomprensión, preocupación, crítica, el ataque directo o por la espalda (podría contar más de un puñado de hechos a lo largo de mi Vida, aunque hay varios que ni recuerdo, solo sé que pasaron), la burla, el rechazo, el tratar de convencer a ese que piensa o actúa distinto, presión. Y para quienes se atreven a despertar puede ser doloroso el camino, solitario o angustiante a ratos, pero también liberador y lleno de regalos. E igual ninguna posición es mejor que otra. Hasta diría que es más «cómodo» y «fácil» quedarse dormido y creerle todo a la TV o a las «autoridades».
El sistema (gobiernos, medios, instituciones, banca, organizaciones internacionales, industria de la entretención, de la publicidad y más) no quiere que nadie despierte. ¿Son ellos los malos de la película? No. Para nada. Solo juegan su papel. Hacen lo que saben hacer: manipular, controlar, amedrentar, quitar energía, desviar atención, distraer, tergiversar, enriquecerse, crear problemas para luego vendernos la mágica (pero costosa, dañina o esclavizante) solución y un largo etcétera. Una parte no menor del mundo se mueve así. Es parte de este «juego» llamado experiencia humana.
El sistema –que nosotros mismos cada día ayudamos, con voluntad o no, a mantener– se basa en un paradigma que en esta Nueva Era de Luz nos corresponde soltar: «Divide y vencerás».
Entonces, después de dos años de gran distopía, ¿Volveremos a darle nuestro poder, nuestra energía al nuevo «monotema» que quizá para nada es lo que están relatando majadera y oficialmente? ¿Cederemos a la división entre supuestos «buenos» y supuestos «malos»? ¿Le daremos toneladas de energía comentando el tema, consumiendo información, hablando en la sobremesa, haciendo juicios, tomando un bando? ¿Volveremos a distraernos de nuestra bellísima Vida?
En enero pasado, en la Charla de Predicciones de 2022 (que está disponible aquí), además de hablar de esta posibilidad, con Rusia, USA y otros protagonistas (tanto países como temas económicos, recursos naturales y dinámicas), hicimos énfasis en algo: apliquemos discernimiento, soltemos miedo, dejemos de seguir a las masas y más bien demorémonos en evaluar todo lo masivo antes de tomar postura, seamos autónomos, ocupémonos con Amor de nuestros pequeños y sagrados mundos porque es desde estos que generamos cambios… Señalé esto pues, a mi parecer, parte de lo que está pasando es el lado oscuro de la importante conjunción de Júpiter (sentido, expansión, aprender, creencias, exageración, dogmas, ideologías) y Neptuno (sensibilidad, imaginación, espiritualidad, empatía, evasión, engaños) en Piscis de este año, que tiene mucha belleza espiritual, pero cuyo riesgo son las cortinas de humo, las tergiversaciones, agrandar situaciones, fanatismos importantes, banderas dudosas o muy subjetivas, potenciar la victimización, manipulación ideológica del colectivo, masas fanatizadas y/o autoengañadas… Esta conjunción astrológica tiene un toque hipnótico que durante este año y 2023 será necesario advertir…
Pero tal como dijimos en ese encuentro sobre 2022, lo importante ahora es disfrutar lo simple, conectar con el Amor a esta Vida, sentir nuestro poder, sentirnos merecedores de eso queremos, soltar obsesiones y culpas, poner todo lo que pasa en nuestros mundos en nuestro corazón y desde ahí armonizarlo… Vinimos a experimentar, a Vivir y esta amada Vida tiene todos los colores, no solo el blanco y el negro.
Desde esta poderosa Tierra estamos todos en un nuevo camino. Lo antiguo, lo denso, lo que ata y divide, lo que provoca miedo, culpa, inseguridad, odio, tristeza, lo que nos aturde, lo que nos distrae, lo que nos enferma, lo que nos hace competir fríamente… Todo esto que, por supuesto, está dentro nuestro (en formas de pensar, sentir, actuar), nos corresponde SOLTARLO. Y también esto se encuentra afuera, vía todo lo del sistema. Por eso ahora éste «patalea» y manipula, mientras los medios de comunicación insisten en seguir promoviendo estas energías… Pero nuestra Luz, el Amor que somos, la Risa y la Bondad que somos No se detendrán ni se esconderán… Son tiempos muy distintos… E igualmente de gran desafío personal y colectivo… Por eso desde aquí, en NEUTRALIDAD Y CONEXIÓN honramos a quienes les corresponde vivir ataques, huidas, guerra, miedo, odio… En su honor hacemos brillar nuestra Luz y disfrutamos nuestras Vidas porque mirar con horror, con juicio de «pobrecitos» o «qué malos» NO AYUDA, solo perpetúa a víctimas y victimarios, nos hace «cómplices» y es precisamente de eso que nos estamos despidiendo, aunque el sistema no quiera…
Mucho Amor, Consciencia y Alegría en este nuevo nacimiento de la Humanidad que somos y que, como todo inicio, puede ser incómodo, extraño, atemorizante a ratos, sí… Pero lleno de VIDA y AMOR que se abre paso más allá de lo denso o lo difícil. Hay mucho que descubrir y disfrutar entre nosotros…
¡Gracias a todos, por nuestra decisión de estar aquí y ahora! ¡Nos acompañamos en cualquier escenario, en todos los caminos que elijamos, con Amor y Sonrisas!

Por estos días tengo a Chile en mi corazón. Los invito a todos a hacer ese gesto energético. Poner a Chile, a América y al Planeta en el centro de nuestro pecho para desde ahí resguardarlo con dulzura, sin miedo; desde ahí limpiar oscuridad sin rechazo, armonizar y darle Amor. Esto que está pasando por incómodo, doloroso, atemorizante y enojoso que sea, tenía que suceder, tiene que ser inicialmente de esta forma y es el comienzo de un gran cambio del que TODOS (aquí nadie sobra y nadie «está mal»; todo sirve) somos preciados protagonistas… Y que nos obliga a todos a salir de nuestra -incluso injusta en muchos casos- comodidad, de lo que conocíamos como tal. Enhorabuena.
A los egos intensos y masculinos (independiente de si se instalan en hombres o en mujeres) les gusta todo rápido y necesitan definición: voy o no voy, corto o sigo, es o no es, me cambio o me quedo… Viven en el blanco y negro, obvio que no ven los grises (ni los soportan), corren, lo hacen todo… Sienten que tienen que hacerlo ya, en vez de ver puñados de señales que les indican que se detengan… Estos egos luchan. Si luchas, tu vida se vuelve una batalla. Llena de aventuras, medallas y adrenalina, pero una guerra al fin. Y cuando hay guerra no sólo dejas heridos y caídos en el camino (incluido tú mismo, por si no te diste cuenta); también atraes constantemente conflictos y enemigos abiertos o encubiertos. Si no, basta mirar a Medio Oriente, a EE.UU. y algunos europeos… Enfrascados en sus propias luchas, intereses, poderes, cortinas de humo, montajes y más…
eufóricos, pesimistas, optimistas, rabiosos, anestesiados, serios, livianos, competitivos, ausentes, exitosos, fracasados, intelectuales, frívolos, adecuados, excéntricos, diferentes y especiales, dependientes, libres, masculinos, femeninos, artistas, imaginativos, racionales, temerosos, temerarios, hiperactivos, hacendosos, responsables, flojos, impulsivos, pasivos, aislados, pegoteados, perfeccionistas, pajaritos (¿ah?, no me di cuenta), sabelotodo, defendidos, seductores, superiores, inferiores, desconfiados, ingenuos, misteriosos, intrigantes, fuertes, débiles, enfermizos, parlanchines, acelerados, intensos… Y podríamos seguir un rato más, con lo cual nuestros egos estarían felices pues les encanta estar al centro, aunque no les gusta que los descubran porque se avergüenzan un poco -o bastante-, pierden poder y control, evidencian su inseguridad constante -su infantilismo- y tienen que cederle espacio a la consciencia, al crecimiento e independencia… Al ego -lo he dicho antes- simplemente hay que darle espacio y domesticarlo, pues nos ayuda a despertar y tiene hábitos, podemos perseverar en reeducarlo. Para eso necesitamos avisarle primero y pedirle al cuerpo y la consciencia que nos acompañen en la tarea diaria que significa actuar más y más desde nuestra verdad interior (luz) antes que exclusivamente desde nuestro amigo ego…
¿¡Y por mientras qué hago!?, ¡¿perder el tiempo?! -saltará el ego con las manos en la cintura-. Eso es una ilusión y creencia antigua. Por mientras, puedes dejar tus rutinas neuróticas, entretenerte en otras cosas, descansar (te vendría tan bien dormir, mirar el cielo, echarte en el pasto, darte una tina con sales), caminar, crear algo sólo por disfrute (sin exigencias), ordenar, limpiar el jardín, mirar a los ojos a tus hijos y nietos y sentirlos, tomarle la mano a tu pareja, abrazar, pedir abrazos, delegar… Soltar… Conectar con tu corazón para conversar con él y que te vaya mostrando de a poco en qué estás y qué hacer. Agradecer por todo lo que has vivido, te haya gustado o no (todo sirve). Divertirte con cosas simples. Mirar una buena peli. Estar. Ser. Disfrutar….


