Antes de regresar a Venezuela -vaya valentía!-, Gladys, amiga nueva y colega astróloga, nos recomienda una peli, «Atlas de la nubes», no tanto por la calidad de ésta en lo cinematográfico sino por la temática y cuánto logra dimensionar el alcance y dinámica de nuestras vidas pasadas y futuras… Igual es Hollywood, pero está buena y me recuerda las lecturas de carta astral donde cada
día nos sumergimos un poco en esas experiencias de otras vidas que nos regalan distintas cosas: energías, actitudes, talentos, desafíos, gestos y conocimientos que nos ayudan a integrar las piezas de esta encarnación… Y llega a ser divertido de pronto mirar a gente y sentir qué energía o rol tenían en otras vidas… A veces nada más al entrar a mi consulta o en la calle en una conversación cualquiera de café o al pasar, si te detienes un poco se siente ese pasado que enriquece esta vida… También me río bastante con el tema, como cuando nos encontramos con perros de raza pitbull terrier que me parecen tan feos y poco armónicos que los veo y les digo mentalmente (y algunas veces en voz alta lejos de sus dueños): no te preocupes, en la próxima vida vas a ser muy bonito, pero en esta no te tocó no másp; qué le vamos a hacer! -Y me quedo mirando su ‘feitud’ de cuatro patas entre risa y curiosidad…
Todo está lleno de símbolos y señales. Del pasado, también del presente y a veces del futuro. Si nos detenemos y estamos más conscientes podremos verlas, si nos quedamos en la literalidad solamente es más difícil y la vida se vuelve más plana y dormida, aunque a ratos más fácil -para algunos- también, pues pasas por alto gestos importantes de la vida y puedes echar más la culpa afuera en vez de ver que nuestra realidad nos habla a cada instante, tiene que ver con cada uno de nosotros en su contexto y está a nuestro favor…
En el Ritual que vivimos en Curicó, además de la bella mariposa que entró a celebrar con nosotros y a confirmarnos nuestra transformación interior, hubo otro símbolo. Justo cuando nos disponíamos a hacer un ejercicio para transformar los miedos, la pantalla del compu donde pongo la música me dice que queda nada de batería, cosa que no debió haber pasado porque dura bastante y llevábamos poco más de una hora compartiendo. Entonces busco el cable y no está. Mientras, les cuento a todos lo que está pasando: los miedos se están haciendo notar y me (nos) mueven porque ‘amenazan’ con detener el ritual. No encuentro el cable cerca y recuerdo que está en un armario que forma parte de la pared del fondo de la sala. Tengo que interrumpir y con gran simbolismo abrir las puertas de
corredera que dan a un espacio oscuro y buscarlo entre los bolsos. Cuando los tengo compartimos lo que acaba de pasar y al final una chica me dice que fue como el miedo clásico que tenemos de niños por la noche: abrir una puerta en la oscuridad… La energía, siempre se muestra y a veces de forma muy evidente…
Otras veces con un poco de ironía. Como cuando vamos entrando a ver una peli chilena testimonial, «El bosque de Karadima», sobre el abuso de un sacerdote católico, Fernando Karadima, a un grupo de jóvenes en los años ’80 y ’90; al subir la escala una pareja de adolescentes nos pregunta: ¿Aquí dan «Los Vengadores»? -y yo salto, me río y les digo: no, pero casi, como que sí. Esta es otra versión de esa, jajaja -y nos reímos con ganas mientras los chicos no entienden demasiado. Claro, la peli chilena y el término de este arraigado abuso en una clásica iglesia de Santiago logró salir a la luz por la denuncia de hace pocos años de algunos de los -actuales- hombres que vivieron en silencio esta experiencia oscura en complicidad de varios religiosos y de sus altos mandos… Y como en estos tiempos las verdades de todos afloran con ganas, ahí está también una muestra…
Hay algunas señales que a veces quedan en la incógnita. Durante la lectura de carta astral de Cote, en un momento la oficina se llena de olor a cigarro -puaj!- pero no de alguien que esté fumando, sino de ese típico olor a cenicero rancio… Ambas nos damos cuenta y me levanto a cerrar la ventana que está entreabierta y vuelvo a rociar con el aromatizador que siempre pongo en la consulta y en los rituales, pero también le digo que es muy raro porque nunca me pasó y encima estamos entre dos consultas médicas y nadie fuma (uno de los gestos más pasados de moda y de muy baja vibración, igual que otras adicciones; aprovecho de decirlo!)… Una semana después, Cote durante un taller de biomagnetismo es diagnosticada por el profesor como parte de los ejercicios, y cuando le está hablando de una actitud a cambiar la sala se llena del mismo olor que sentimos en mi consulta y ella se acuerda y se lo comenta al profe; luego a mí. Los tres quedamos en ascuas y le digo que escuche la grabación de la carta astral para ver en qué tema entró ese aroma-energía…
Las señales, símbolos y gestos están por todas partes y es bueno aprender a leerlos, a seguirles la pista y ver/sentir qué nos dicen, hacia dónde nos están guiando. Qué nos recuerdan o advierten. Muchas veces son mensajes de nuestros guías y maestros que asisten nuestro camino. Otras veces son llamados -y gritos en algunos casos- del alma y del espíritu… Pero no importa tanto el origen sino su sentido… ¿Hacia dónde apuntan?, ¿qué me muestran en este momento?… Un amigo que está peleado con su hermano gemelo hace unos meses me cuenta que en abril caminaba por unas tiendas y se queda en una vitrina mirando a la gente que está dentro sin ningún afán. Ve por detrás a un tipo y le recuerda mucho a su hermano. Piensa qué parecido es. En eso el tipo se da vuelta y efectivamente es su hermano. Mi amigo lo llama y lo saluda. El hermano se vuelve sin saludar y sigue en sus compras… Queda triste mi querido amigo, pero al mismo tiempo comentamos la magia de la energía y cómo la Vida le muestra lo conectados que están y cuánto amor hay entre ambos como para sentirlo antes de saber que es él y que encima el destino los junta en un lugar lleno de gente… Más allá del ego de cada uno, hay ahí una señal de amor y unión… También la Vida le da el regalo de verlo después de mucho, aunque sea unos segundos y comprobar en qué vibración está, sin juicio, sólo ver…
Por estas semanas hay también un gran símbolo. El terremoto de Nepal. Por un lado está la tragedia con todo su dolor, muerte, destrucción, desolación y más; dolor que desde acá no llegamos si quiera a dimensionar con los miles de muertos y de sobrevivientes atravesando probablemente el capítulo más extremo y heroico de esta y otras vidas… Y tras toda la energía de muerte que atraviesa a un país que en sí mismo es un gran símbolo dada su milenaria historia, riqueza cultural, arquitectónica, histórica, geográfica y espiritual -uno de sus mayores tesoros-, hay tremendo gesto simbólico… Para mí -es una mirada-, esta es la mega señal del nuevo tiempo: definitivamente dejamos al Era de Piscis y entramos con todo a la de Acuario. Nepal «cae». Se retira –con sorpresa y devastación evidente. Energéticamente «se ofrece» para mostrarnos que todo lo devocional pese a lo profundo, arraigado, bello, mágico y hasta romántico que pueda ser, ya fue. Aunque suene frío, pero hablo desde lo simbólico: no lo necesitamos ya. Es tiempo de caminar desde el corazón con nosotros mismos. Sin maestros externos sino conectando con el maestro que cada uno de nosotros es. Sin sacrificios, culpas ni separándonos del mundo como ha sido por más de 2 mil años en la era pisciana. Ahora tenemos que hacernos cargo y caminar con dignidad y consciencia en el mundo, en la realidad diaria de cada uno; es ahí -en cada pequeño y gran gesto diario de nuestras vidas- donde tenemos que aplicar nuestra espiritualidad y consistencia interior.

Terremoto en Nepal (foto: Agencias, AP)
Esta zona, que incluye a Tibet, que tanto sentido nos dio y que tanto contribuyó al despertar de la humanidad donde tuvieron un rol protagónico en generar una nueva consciencia y conocimientos de invaluable aporte -con los cuales millones nos formamos y otros tantos siguen haciéndolo con el legado del Buda, que con toda su simpleza y contundencia revolucionó la consciencia y la observación de la mente-, se despide con un terremoto que destruye sus bases… Toda la cultura que representan comienza su despedida. No porque se terminen; de hecho si miro la carta astral del terremoto se ve que cosas muy auspiciosas saldrán de todo este dolor. Me refiero que pasan la posta a otras zonas y seres para este nuevo despertar de consciencia… De algún modo, la humanidad ya no podrá mirar hacia allá en busca de respuestas y de prácticas espirituales. Es mucho lo que está destruido: los hermosos lugares sagrados están entre escombros y dada la precariedad pasará un rato antes de que ellos se pongan de pie y de volver a aventurarse a esas zonas, al tiempo que al reconstruirlos pierden parte de su milenario valor y algo de su vibración original… Nos despedimos de Nepal con infinito amor y agradecimiento por toda su entrega, humildad, sabiduría y trabajo al mostrarnos cuánto podemos crecer interiormente si nos dedicamos a observarnos con disciplina y armonía... Honramos este momento, toda su historia y legado….
Igual que como algunos lo han dicho, para mí la posta espiritual-energética de esta era acuariana está acá, en América del Sur. No porque seamos bacanes (geniales); ja, ja. Sino porque nos corresponde el honor de crecer y ser una fuente de despertar -por tanto de consciencia y sanación- para todos y por largo rato. En muchos gestos esto ya se nota hace años. La magnífica cordillera de Los Andes es y será la protectora de este proceso; como si el Everest y el Himalaya completo le cerraran un ojo y en reverencia le dijeran: bien, ya cumplimos; recibe esta bella y magnífica ‘posta’. Ahora muestra todo tu poder, elévanos y enraízanos al mismo tiempo, te corresponde entregar todo lo que tienes y sabes en este momento crucial de la humanidad… Y acá recibimos esta mega y bellísima misión…
Como le he dicho más de una vez por aquí y en varias conversaciones, «crecer duele», no a nosotros, sino a nuestros egos, claro, lo cual no le quita peso pero nunca está demás recordarlo… Dentro de nosotros está todo intacto y listo para brillar cada vez más con cada aprendizaje, pero nuestras caretas, comodidades y fijaciones salen trasquiladas. Para eso tenemos en esta América el privilegio de contar con decenas de terapias -desde las más ancestrales hasta las más innovadoras- que nos ayuden a abrazar a nuestro ego para que nos acompañe en la tarea y podamos soltar hábitos (auto)destructivos… En tiempos de crecimiento uno de los gestos más sagrados, que hace la diferencia y cambia nuestra vibración es: PEDIR AYUDA. Ojalá lo recordemos constantemente en este ciclo tan bello y desafiante…
Los Andes con su majestuosidad y sus volcanes, nos recuerdan lo jóvenes que somos a este lado de la Tierra donde todo está tan vivo y bullente, listo para ser entregado a este nuevo ciclo que nos pide más creatividad, autencididad, poder interior, verdad, intuición, madurez, risa, amor por nosotros mismos, por todos y el Todo que somos…
Mientras, Chile -nuestro sur americano y nosotros- seguimos purificando tanto valles como volcanes, política, economía y, sin duda, el poder y cómo lo manejamos… Muchas señales de limpieza tenemos por aquí, pero la más importante es la interior. Este mayo nos propone bastante introspección y nos anima a despejar desde espacios hasta relaciones. Mediados de 2015 nos quiere más livianos y claros frente a nuestras vidas…
Y cuando termino de escribir esta nota me cuentan otra señal: después del terremoto en Nepal el Everest se elevó. Como si nos recordara desde la altura que las experiencias de quiebre y de dolor nos hacen crecer y elevan nuestro poder aunque nos cueste ser capaces de verlas y sentirlas de esta forma… Desde este sur poderoso y remecido, seguiremos creciendo, aportando y reconociendo cada pista del camino. Gracias Nepal ❤

SI QUIERES COMPARTE EN TUS REDES:
Me gusta esto:
Me gusta Cargando...