
Costanera entre Coquimbo y La Serena, norte de Chile
Disfruto mucho los colores, temperaturas y aromas de este otoño. Me doy una vuelta por La Serena, Coquimbo y Vicuña (norte de Chile) por unos días y contemplo los atardeceres, las montañas, las expresiones, los ritmos… Camino mucho con el aire templado, a ratos nublado, en otros con sol y con unas cuantas gotas que se dejan caer… Como lo dije en el post anterior fui a drenar, a detenerme, a estar conmigo y con nuevos amigos también…
Realmente necesito refugio. Y la casa de Mery, bautizada como Meryland, cumple muy bien con ese propósito… Cuando estuvimos con las amigas en su casa en el verano y también en el Valle del Elqui en unas vacaciones muy disfrutadas, al despedirnos ella me dijo que sabía que volveríamos y que seguramente la primera sería yo, que tenía la certeza… Y así fue pero yo lo había olvidado.
Sentí necesidad de alejarme (para encontrarme) unos días, para tener más calma y claridad. Y pensé en el sur, en un par de mis lugares preciados del sanador sur chileno, pero horas después sentí… playa. Y me acordé de Mery y su cálido hogar playero. No la llamé ni le escribí. Sólo dije antes de dormirme: ok, si es La Serena el lugar al que tengo que ir, que mañana Mery se comunique conmigo (cosa que no sucedía hace semanas) o que aparezca ese nombre de alguna forma. Al día siguiente lo olvidé. Hasta que por la tarde ella -en vivo y en directo- envía un mensaje preguntando que cómo estábamos…. Y le mandé de respuesta entre risas: lo siento, Mery, pero dado que apareciste, te cuento que eres la señal que pedí anoche y te iré a ver porque necesito parar y caminar por la orilla de la playa… Con carcajadas me dijo que por supuesto y llegué por allá una tarde tibia para estar unos días con el sonido y aroma del mar de fondo, tomando uno y otro colectivo para recorrer la ciudad y paseando por la acogedora Vicuña entre nubes amenazantes. A ratos en bello y necesario silencio, a ratos en conversaciones muy chistosas y profundas con Mery y compañía…. Fue bueno ver con ella cómo varios estamos en momentos parecidos: en duelos, haciendo limpieza de algunos vínculos, soltando patrones y conectando más con la rabia y los límites… Y siempre riéndonos en medio de la tormenta… Una vez refugiada y con aire de mar en los pulmones, regreso a Santiago, retomo las sesiones de pilates y recibo mucho amor en distintos gestos antes de retomar el trabajo unos días después, en que vuelvo a la lectura de cartas astrales y aunque la agenda vuelve a llenarse, cambio algunos horarios y miro unos días en que volveré a salir…

Atardecer de un viernes de otoño en La Serena
Cada tanto recuerdo a una canalizadora del sur de Chile que hace años me dijo que mi alma no soportaba rutinas… Y así es. Me da angustia cuando veo la agenda tan llena por meses y entonces empiezo a dejar días libres para no hacer, para detenerme y estar en otras cosas. Encima ahora tuve mis propios desafíos y revelaciones con las inundaciones de abril, además de un poco de vértigo (malestar que ahora parece muy popular y tiene mucho que ver con estos tiempos hiperconectados, eléctricos y agitados; además con la tarea de algunos de armonizarnos, especialmente quienes traemos la matriz energética del equilibrio) y sentí no sólo la necesidad de salir, también de drenar, de entregar lo vivido, y de retomar nueva energía de la Tierra…

Otoño 2016 en Santiago
Ahora en Santiago sigo gozando mucho el otoño frío, a ratos oscuro y en otros bien soleado, más lluvioso que en otros años y brillante en los árboles anaranjados después de la lluvia… Estoy -hace unas semanas y por un rato- un poco antisocial; me saturé de la gente estos días, del bullicio, de la imprudencia, el desatino y de la demanda de algunos también… Marte retrógrado no favorece precisamente el sentido común (el menos común de los sentidos, muchas veces!) y nos vuelve más impulsivos, ansiosos, viscerales.
Por otro lado, hay más nerviosismo en el aire y las frustraciones se elevan para que las integremos de otra forma mientras estamos en modo «espera», «reserva», «observador»… Esto último es muy importante… Este tiempo entre abril y fines de junio nos propone detenernos a mirar cómo estamos, cómo manejamos los impulsos, cuán pacientes somos, cuán pasivos o activos, cuán capaces somos de estar con nosotros mismos… Hace dos años, por estos mismos meses, Marte en Libra nos hizo revisar si nos atrevíamos a decir que sí o no con convicción (límites) y cómo manejamos la rabia, los acuerdos, los roles sexuales, la iniciativa y el trabajo en pareja; también en equipos y con socios. Se supone que aprendimos… Y ahora Marte nos hace revisar asuntos más personales.
Marte está retro en Sagitario y pronto se sumergirá en Escorpio. Por tanto, desde abril y hasta fin de mayo nos tiene observando si realmente decidiremos crecer y profundizar o seguiremos en moldes antiguos, da lo mismo cuáles, si infantiles, dramáticos, agresivos, invasivos, pasivos, controladores, perfeccionistas, dejados, etc., etc., Y da igual la decisión. Lo importante es VER. Y ambos caminos -el de crecer y el de no hacerlo- aportan, tienen sentido e importancia en la existencia personal y colectiva. Todo sirve, nada sobra y no todos venimos al mismo proceso ni propósito. Y ninguno es mejor o peor que el otro…
Marte en Sagitario nos hace ver verdades y mentiras nuestras. Nos muestra nuestras exageraciones, dogmatismos, ansiedades. También dónde podemos poner más sentido de vida, en qué áreas sí queremos apasionarnos y aventurarnos para que nuestra existencia tenga nuevos colores y propósitos… Nos hace pelear un poco más y ambas partes veremos nuestros lados fantasiosos, nuestro afán de ganar, las verdades que emergen y que no tienen vuelta atrás…
Durante junio 2016, Marte irá a bucear a Escorpión y nos traerá de vuelta temas del primer trimestre 2016 y algunos de 2015 también… Nos permitirá ver nuestras obsesiones, los aspectos controladores que tenemos u ocultamos, quizá salten un par de secretos sanadores y nos permitirá mirar descarnadamente, envidias, rencores, apegos nuestros y cercanos… Al mismo tiempo, si le damos la bienvenida y le hacemos espacio, nos permitirá reconectar con nuestros dones psíquicos, estaremos más intuitivos y sagaces, podremos trabajar mejor nuestra voluntad, hacer buenas modificaciones a nuestra administración del dinero y del tiempo…
Estos meses, además nos ayudan a trabajar mejor. No ahora necesariamente, sino a ver por dónde podemos mejorar, qué gestos tenemos que hacer en torno a dirigir o delegar, qué prioridades podemos cambiar, cómo nos manejamos con la autoridad, con los compañeros y subalternos….
Y por si alguien no le basta (al estilo sagitariano) hay más ingredientes para un asunto muy importante que ya está bajo la lupa y seguirá así hasta fines de 2017: cómo estamos con nuestras vocaciones, con los llamados del alma para poner nuestros talentos en el mundo… Así que si no te gusta tu trabajo o estudio, ¡maravilloso! Ya saberlo es genial y un gran paso. Tendremos tiempo en calidad y cantidad para revisar, cuestionarnos, trascender miedos y atrevernos a hacer un cambio. No importa si es rápido o demoramos, se trata de reconocerlo y comenzar -de forma concreta- a abrir espacios de mayor disfrute que nos representen, a generar la expresión de nuestros talentos en un pasatiempo, emprendimiento, trabajo, estudio, actividad… No podremos obviar la incomodidad y/o frustración de estar en algo que nos asfixia o aburre, estos tiempos son un llamado a la autenticidad y a la creatividad sabia que nos permite generar nuevas experiencias de crecimiento interno y externo (trabajo).
Con este cielo retro la tele personal está prendida para que veamos todo. Sin juicio. Pero si nos duele el cuerpo (especialmente la panza, espalda baja o garganta) frente a algo, es señal de que hay que modificar nuestra forma, hay algo que resolver y estos meses nos darán más material tanto del problema como de las soluciones…. Ahí vamos, con entusiasmo y sin cambiar de canal.
Como siempre Jimena, eres super asertiva. Me encanta como escribes y me identifico plenamente con tus palabras. Un abrazo desde Australia 🙂
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Abrazos y gracias por compartir
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Como siempre, me hace sentido todo lo que escribes… gracias por facilitar «el mirarme» y comprender
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Jime, este otoño ha sido particularmente nuboso por la zona centro norte, lo cual regala atardeceres maravillosos y una luminosidad especial. Muchas gracias por compartir, todo lo luminoso y oscuro desde lo cotidiano tiene sentido cuando leo lo que escribes. Abrazos 🙂
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Cuánto sentido todo, Jime. Primera vez que te escribo y todo, todo me hizo sentido esta vez. abrazo de otoño.
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