Eclipse total de Sol: Poderoso Cierre

Hola… Acá les dejo un audio sobre el eclipse total de Sol que viviremos este lunes 14 de diciembre. Quedó un poco extenso, sagitariano, pero así salió. La semana que abre este eclipse es muy importante, ahí lo explico.

Un gran abrazo, mucha tranquilidad y conexión interior para vivirlo. Es tremenda oportunidad y puerta de cierre. ¡Feliz eclipse! ¡Feliz cierre de Era! ¡Feliz amanecer galáctico! ❤

PREDICCIONES 2019: A madurar con alegría

«¡Atención! Se comunica a los terrícolas sobrevivientes de 2018 que respiren profundo y recuperen -además de fuerzas- optimismo para comenzar un 2019 que es para valientes y perseverantes; un año que no tendrá nada de liviano…«

… Así comienzan las Predicciones Astrológicas 2019, recién publicadas en Emol.com. Pueden leerlas acá: https://www.emol.com/especiales/2019/tendencias/predicciones/index.asp

Como siempre, va una presentación que describe algunas situaciones y energías que promete este nuevo año a nivel mundial. Luego pueden entrar a su signo astrológico (los más conocedores pueden leer además de su signo solar,  su signo ascendente), que contempla: Presentación + Vida afectiva + Trabajo y Talentos + Cuerpo y Alma + Mensaje del Universo.

Si el 2019 así lo quiere, estaremos en EmolTV conversando de lo que se asoma en distintos ámbitos locales e internacionales, este martes 2 de enero por la mañana, por si quieren mirar la entrevista. Y el lunes 7 de enero haremos lo mismo en radio Cooperativa a las 11 am.  También les contamos que tenemos Taller de Interpretación de Carta Astral para los que ya saben un poco o mucho de astrología, en enero: Acá

Un gran abrazo! ¡Buen cierre de este 2018 que tanta limpieza y aterrizaje nos trajo, por árido y doloroso que resultara, pero vaya que nos puso frente a verdades necesarias que ahora son Certezas!… ¡Y que el inicio eclipsado de 2019 nos permita sentir qué queremos desde el alma para seguir esos caminos más allá de los miedos, exigencias y distracciones que solemos ponernos..! Que así sea. Gracias por Todo  ❤ 

LAS CARTAS ASTRALES DE GUILLIER Y PIÑERA

Una mirada al mapa astrológico de los candidatos presidenciales chilenos

LAS CARTAS ASTRALES DE GUILLIER Y PIÑERA:
DOS DESAFÍOS DISTINTOS ANTE UN DESTINO COMÚN

Gracias al porcentaje “sorpresivo” de la candidata capricorniana/escorpiona Beatriz Sánchez, la incertidumbre quedó en el aire y ahora se miden el Piscis/Aries Alejandro Guillier con el Sagitario/Acuario Sebastián Piñera en una segunda vuelta muy transformadora para Chile. Acá revisamos cómo son estos dos candidatos desde la astrología y qué momento atraviesan.

Estimadísimo pasajero habitual de este blog, las señales de la vida quisieron que yo publicara esto aquí y no en otro sitio. Si no le gusta el tema, pase de largo. Si es nuevo por acá y no cree para nada en la astrología u odia cualquier cosa que se le parezca, no sé si sea necesario que continúe. Pero si es curioso, siga. Y si usted conoce de esta disciplina y además le interesa la política, avance no más. Aquí vamos.

Me imagino a Sebastián Piñera de niño como alguien muy inquieto, deportista, valiente, comunicativo, brusco, inagotable. Con Luna en Aries (ímpetu constante), el Sol en el ascendente y mucho Sagitario, lo suyo nunca fue el bajo perfil ni la calma; sin embargo, cultivar un poco de esto le daría la gloria. Igual, mucho de su carácter viene de su madre (esta Luna), una energía emocional nada contenedora sino vehemente, que lo “entrenó” para dar más y no decaer, que –al igual que él- no valoró la posibilidad de fragilizarse ni la autocrítica como partes necesarias de la vida. Y, mientras muchos reprochan o envidian su riqueza, su carta muestra que la abundancia era de destino en su vida desde joven: Venus está unida a su Júpiter, ambos rigen el dinero y las comodidades, por tanto ,‘la trae’, ‘se le da’ sin articularlo demasiado.

Alejandro Guillier, por su parte, de pequeño se ve más introspectivo, intelectual, curioso, impulsivo, con gran fortaleza emocional ante las crisis, pero con poca voluntad para persistir (Saturno, la estructura, se le “disuelve” junto a Neptuno: confusiones), lo cual podría haberle traído una cuota de desconfianza, como también de depresión o melancolía para mirar la vida, en parte vinculada a una madre tajante (Luna en Escorpión) y a un padre algo ausente pero muy inspirador. Con el Sol en Piscis en casa doce (introversión) y varios planetas en casa ocho (situaciones desafiantes), no es su tarea primordial dirigir, sino que la vida lo ha puesto en ese rol y él ha desarrollado habilidades que no le son tan naturales o cómodas, pero que su Plutón (poder) en Leo (liderazgo) disfrutan, además de varios planetas en Aries que lo instan a vivir desafíos cada tanto.

Obvio que si ambos hubieran compartido de chicos, Piñera habría ideado y comandado los juegos, mientras que Guillier lo habría seguido con entusiasmo, le habría ayudado a que les devolvieran la pelota si se les iba al patio vecino y se habría sentido incómodo o solo porque probablemente el pequeño Sebastián al rato o sería el ganador o se habría ido a otro juego más riesgoso o entretenido, pues se aburre rápido de todo, su energía suele estar en el futuro y en los retos. Él no conoce el miedo.

Pero ahora están grandes y, aunque claramente superaron distintas condiciones iniciales, cada uno tiene sus desafíos y virtudes que hoy –a propósito de una singular segunda vuelta que rompe con los patrones electorales chilenos de las últimas décadas- resulta interesante mirar con ojos astrológicos.

Pasión versus prudencia

Si Alejandro Guillier (del 5 de marzo del ’53; tiene Sol y ascendente en Piscis, con Mercurio muy presente) viniera a mi consulta le diría que efectivamente es una de sus tareas y destinos la comunicación, que se realizaría bastante en la escritura –incluidos los guiones de suspenso-, en editoriales, en psicología, en los análisis de masas, en la asesoría a personajes públicos o en la diplomacia; que el rol de senador lo identifica mucho dado su Medio Cielo en Sagitario (interés y vocación ligadas a filosofías, política, legislación). Que es necesario que viaje y ojalá a solas un rato, pues requiere –cada tanto- encontrarse y retomar la inspiración a través de estar consigo mismo. Le hablaría del desapego que ya conoce de pequeño a través de experiencias drásticas y que le corresponde practicar como tarea del alma: más flexibilidad, soltar lo que no se da, aceptar y empezar de nuevo. También me detendría en cómo maneja la rabia (Marte incómodo y varios planetas en Aries), pues se le arranca, se vuelve hiriente y defendido pese a ser –secretamente- muy sensible y empático. Y no sólo eso, este candidato –con varios planetas en casas de agua- es muy intuitivo, pero tiene que aprender a creer más en este don, porque cuando le hace caso sólo a su mente se pierde y atrae a socios o situaciones muy demandantes. Además, su Júpiter (profesor) en tensión a Plutón (control) pueden volverlo dogmático. Por lo mismo le diría: ¿Haces deporte? Porque te hace bien drenar intensidad: botar rabia, miedos, hastío. Eso te revitaliza y te da más claridad en tus decisiones-. Para complementar esto agregaría que una de sus paradojas -todos las tenemos, ¿no?- es que él tiene bastante fuego (chispa, ímpetu) en su carta pero dada su Vesta unida a Quirón (el fuego interno está “herido”, dolido) puede no sentirlo tanto o los demás no verlo; él tiene un pendiente con la pasión; buscarla y encontrarla en alguna actividad e interés –no necesariamente profesional- le otorga poder personal y más sentido de vida, aunque puede que la crianza de los hijos ocupara -en su momento- mucho este espacio. Es que a Alejandro Guillier le gusta la intimidad, se ve muy reservado en torno a sus emociones, en especial a sus temores y dolores; resguarda a los suyos, podría volverse algo celoso y valora mucho a sus cercanos; pero quienes logran acceder a lo que de verdad siente no son muchos.

Si continúo con el ‘juego’, al tener a Sebastián Piñera (del 1 de diciembre del ’49) en lectura, no me detendría mucho en los deportes porque obviamente debe hacerlos y además los necesita, son parte de él; tampoco en la pasión porque la tiene en exceso con Júpiter, Venus y Vesta en conjunción, por tanto algunas de ellas son los viajes, aprender, enseñar, prosperar, ganar; necesita sentirse vivo. Le diría que habría sido un gran aviador y que, de haber conocido a la ‘señora’ Paciencia, podría haber sido el Steve Jobs chileno -podría, dije-. Con él profundizaría en dos temas muy evidentes en su carta: cómo se presenta ante los demás y en su sistema nervioso. Sobre esto último, seguro él ya sabe que tiene un síndrome de Tourette o algo similar (en varios años de astróloga, he tenido a unos tres consultantes con esta afección y todos poseen dos rasgos marcados dados por la energía acuariana: son muy inteligentes y obsesivos a la vez). Con un Urano (planeta de Acuario, electrizante, que vibra en originalidad, vanguardia, libertad) muy protagónico, la mente del ex Presidente es rapidísima, brillante, futurista y muy creativa; pero la conexión emocional falla y el cuerpo acusa este vacío mediante tics, lapsus y el descontrol de algunos movimientos. Por lo mismo, le diría que incorpore más música –uno de sus talentos no usados- tranquila, baños de tina o natación, junto con ir más lento, aunque probablemente esto sería mucho pedirle; pues no es para nada su naturaleza. ¿Sobre el primer tema? Con Sol (brillar), Mercurio (mente y habla) y Quirón (rechazos y carisma) en el ascendente, él se nota, llena el espacio, lidera innatamente, viene a entusiasmar al resto; pero no mide ni su fuerza ni el impacto que causa. Es demasiada energía que llega de forma ‘pesada’ a los demás; por tanto invade y presiona. Tiene que aprender a regularse, a observar y sentir el ambiente antes de actuar y de hablar; las palabras prudencia & mesura debiera tenerlas de protector de pantalla en su celular. Ahora, él no tiene esta intención, no se da cuenta de su efecto; seguro se hizo más consciente de esto con su paso por la Moneda porque lo de él no es el trabajo en equipo sino el ejercicio de la autoridad de forma individual (Plutón en Leo en el Medio Cielo provoca gran afán de poder, don de mando, con una cuota de humor, excesivo control y también eficiencia; obvio que le cuesta delegar) con algunos colaboradores que lo admiran y temen a la vez. Este ascendente tan habitado causa cierta antipatía también, ante la cuál él es muy ‘resistente’ pues –al igual que el padre; el Sol y Saturno en astrología- no conecta mucho con el dolor ni con la vergüenza; lo cual puede ser positivo para algunas cosas –de hecho él no es rencoroso y siempre puede volver a pararse- pero no muy sano, además de mal visto en un país como Chile (con bastante Virgo y Saturno –orden, desconfianza, forma- en nuestra carta) que se fija en los detalles, tiende a la timidez y resiente a quienes tienen mucha personalidad como Piñera, a quien le sobra desparpajo y –con tanto Sagitario- le falta tino.

Desafíos muy distintos

Mientras Piñera es un eterno adolescente, Guillier fue siempre un viejo chico. Ambas formas tienen sus cualidades y, si no estuvieran en estas lides, serían buenos compañeros o amigos porque gozan discutir ideas y plantearse un mundo mejor; siempre les interesó lo colectivo; hasta podrían formar una gran fundación en torno a educación, cultura o temas internacionales. Pero ahora están en momentos muy distintos: el primero ha madurado y el segundo ya practica más flexibilidad.

Los últimos dos años Saturno, planeta exigente y sabio, le puso severas pruebas a Sebastián Piñera, gracias a las cuales aprendió –en su estilo- a ir más lento y ser algo más paciente. Guillier también vive temas saturninos con su trabajo (esto lo llevó a ser candidato), pues este planeta tan concreto siempre trae bajo su brazo las palabras responsabilidad y desafíos; e igualmente Quirón y Neptuno lo mueven mucho ahora (desde mediados de 2016 y hasta 2019): su salud física-emocional y su seguridad personal están bajo la lupa. Antiguos complejos, incomodidades, poca vitalidad, dolencias y muchas dudas pueden embargarlo hace un rato, donde el ser candidato parece no ser un traje a la medida. Al contrario, ahora él está obligado a trabajar en su autenticidad, en escuchar qué quiere su alma, en expresar sus verdades, en sopesar cuánto arriesga lo que ya construyó en lo personal y público: ¿vale la pena esta mega empresa de ser candidato y Presidente? Probablemente esta pregunta le aparezca en el silencio de la noche, en sueños, frente a críticas, a rechazos y a cúpulas políticas antiguas que le muestran la oscuridad del ego (Júpiter en su casa ocho le revela manipulaciones).

Desde todo su fuego, Sebastián Piñera no tiene tema con la autenticidad, al contrario. Ahora él trabaja el discernimiento. Neptuno (energía difusa, engañosa) le pide que vea bajo el agua, que no crea todo lo que le dicen o prometen (ya le pasó con las encuestas), que no confíe demasiado en sus socios, que se detenga a seguir más su instinto, que afirme a su Sagitario (exceso de optimismo) y que con los pies en la tierra construya, porque Plutón le dará la capacidad, aunque desde abril lo cuestionará emocionalmente, con limpieza de relaciones y pruebas en la familia, con las cuales podrá profundizar en su forma de vincularse.

Y el ganador es…

Si hablamos de alcanzar el triunfo este 17 de diciembre, Piñera tiene buenas opciones de convertirse en Presidente pero en un escenario muy distinto al de 2010: Saturno no quiere que sea popular sino Sabio -con mayúscula-, en especial en lo económico. Ahora que “Don Satur” entrará a las tierras de Capricornio (estructuras financieras), él tiene la posibilidad de ordenar, de lidiar con la restricción que vivirá Chile –sí, más allá de quién gobierne, la palabra crisis rondará por acá y otros rincones– de forma bastante ordenada y eficaz. Por lo tanto, tiene que dejar de buscar aplausos –gran tema en su carácter dado su intenso ascendente de fuego- para centrarse en instalar cambios productivos y sólidos; ni ‘ofertones’, ni medidas parche ni bonos varios; y él con su propio Saturno unido a Marte (no rehúye el trabajo duro y tiene gran capacidad de ejecutar) en casa once (espacio colectivo y de los grupos) puede lograrlo. Entonces, este eventual segundo gobierno no es para que él se luzca, sino para que ejerza un rol serio donde Chile diseñe una nueva organización. La pregunta es si entenderá esto último.

¿Y las opciones de Guillier? También las tiene. Eso es lo especial de esta elección: efectivamente cualquiera podría llegar a La Moneda; no hay nada tan marcado en sus cartas. En el caso de este periodista y senador, Urano conjunción Venus hace meses le exige que haga cosas osadas, que renueve su vida, su imagen; que se atreva. Y así lo hizo al presentarse de candidato, ¿no? Ahora, Saturno despidiéndose de Sagitario en su casa de metas y carrera lo tiene a prueba en su vida pública; no quiere que se distraiga sino que persevere, también le pone sus miedos y debilidades en frente para que los trabaje y los trascienda. Y algo importante: quiere que revise qué sembró los últimos siete a ocho años porque ahora cosechará; si sus bases fueron sólidas y coherentes, la Presidencia puede ser un gran reconocimiento, pero si no ha hecho las cosas bien, ‘Don Satur’ con su bastón lo corregirá y puede hacerlo vivir un gran freno, como también trabajar seriamente en su liderazgo pues –de ser Presidente- tendrá que ordenar el gallinero con altura, sin soberbia y ésta es un tema en su carácter público (no en el íntimo). Aquí está la sorpresa del pisciano Alejandro: él no tiene gran afán de poder, pero sí de respeto a sus ideas y, de ser Presidente, puede dejar callados a sus colaboradores y golpearles la mesa. Mientras muchos ven “peligro” en quienes lo acompañan, su carta muestra que sus socios debieran prepararse pues pueden ser ellos los más afectados.

Como vemos, en ambos el destino de ser Presidente puede concretarse, pero desde retos muy distintos e igual les corresponde crecer interiormente –amén- antes que sólo querer el triunfo; como también cuidar su salud física y emocional. A los dos les faltan habilidades personales y públicas que pueden desarrollar; claro, si conectan con más humildad, con sus talentos y con el bien superior de Chile -¿será mucho pedir?-. Porque más allá de quien gane, al mirar la carta del 17 de diciembre en sí, lo que se asoma es una gran transformación (Plutón, energía drástica, en el ascendente) para nosotros, en la cual dignificar el uso del poder en cada uno en el día a día (en especial en nuestros trabajos y el trato a los demás) y en las autoridades en vez de rebajarlo o apoderárselo es una de las tareas que nos corresponde asumir como país, pues pagaremos caro los gestos de egoísmo en tiempos donde todas las verdades salen a la luz (Júpiter en Escorpión seguirá destapando oscuridades) y Saturno en Capricornio –hasta 2020- nos obligará a limpiar y reorganizar todo lo económico aquí y en el mundo con nuevas estrategias. Por tanto, la tarea para el nuevo Presidente es más que desafiante: habrá que conjugar calma, astucia, responsabilidad, nada de improvisación y una buena cuota de solidez personal que le permitan construir un país más armónico en un planeta convulsionado… Que el cielo los guíe y ellos escuchen!

Mafalda elecciones chile

Agosto 2016: moverse con cadencia

En este ciclo (en el que decidí hacer menos, lo cual ha sido un bello y revelador desafío, pues pasan muchas cosas cuando bajas un poco la cortina; quizá hasta te suceden más o lo mismo, compruebo yo, aunque a ratos mi ego patalea y pregunta: ¿hasta cuándo vamos a estar detenidos? Ante lo que respondo: tranquilo; no lo sé, pero ya viste que no tenemos la misma energía, estamos en un paso necesario aunque no sepamos mucho el para qué y ya sabes que no podemos forzar las cosas, no es el tiempo de eso…) una de las acciones que sí hago es caminar. Siempre lo hago realmente, pero ahora me alejo un poco más de la ciudad cada tanto, necesito otro aire y más naturaleza… Hace unos días fuimos a Sewell. ¿¡A dónde!?  -me dice Elena, mi amiga/hermana/peluquera (a esta altura la peluquera de varias amigas y conocidas), cuando me pregunta si salí  la semana pasada. Me río porque ese nombre tan gringo no suena a algo cerca o tan conocido. Pero sí lo es. Nos fuimos con un bello grupo a la montaña central de Chile, a visitar este antiguo enclave minero, una ciudad casi, hoy declarado Patrimonio de La Humanidad por la Unesco; Sewell.

Sewell. Cordillera central de Chile.

Sewell. Cordillera central de Chile.

DSCN0036La sinuosa carretera del cobre que sube por los cerros -ruta que conocí en un viaje de verano hace unos años donde detuvimos el auto sólo para estar ahí tomando el sol y la brisa mirando el valle por horas- da paso a las rutas que se internan en tierras mineras. Hay mucha nieve después de que cayera una tormenta y voy disfrutando el paisaje con agradecimiento. Una vez en Sewell el frío no es tanto como esperábamos y la altura da vistas muy impresionantes de esta montaña sagrada que tenemos el privilegio de habitar, que nos sostiene con tanta solidez. Este pueblo minero tiene muchos encantos y sofisticación para ser de 1905, he ahí parte de su riqueza cultural, pero para mí no es su atractiva arquitectura y patrimonio lo más importante…

DSCN9968A ratos me alejo del grupo para sentir la energía de la montaña, para tomar la vibración de la nieve (símbolo de pureza, también considerada un bendición en algunas culturas) y de la tierra, para detenerme frente a un par de lugares de baja vibración a los cuales no hago el intento de entrar, para admirar el cielo, tomar aire y divertirme con los niños que están felices haciendo muñecos de nieve… Compartimos también con el grupo entre risas, bromas sobre ciertas costumbres muy chilenas y admiramos el espacio tan silencioso e imponente, a la vez que se llena de colores con estos edificios hoy antiguos y muy modernos hace un siglo en un sector tan alejado de la ciudad…

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De vuelta, luego de pasear, tomar fotos, comer, reírnos y mirar un par de museos, las cumbres de Los Andes se dejan ver muy azules y blancas, como dibujadas entre cerros más montaña chile sewell‘pequeños’… Esas cumbres protectoras no se inmutan; seguro deben reírse de toda la negatividad que a los humanos nos gusta acumular vía conversaciones, tv, radio, redes, pensamientos, cortinas de humo, etc… Ellas están ahí, con todo su poder sosteniendo el parto en el que estamos con absoluta incondicionalidad porque saben que los humanos hemos decidido esta evolución en la que estamos

Nuestra bella y generosa Tierra está pariendo una Nueva Tierra. Es tanto su poder y bondad que es capaz de reciclarse a sí misma. Ella -tan noble- todo lo recibe, hasta lo más feo es capaz de transformarlo en una flor… Y en eso estamos todos, generando dentro nuestro una versión renovada de nosotros mismos. Y los partos duelen, dan miedo, alegran, pujan, sorprenden; nos hacen sudar, gritar, llorar, reposar, estar expectantes, nerviosos, esperanzados, disponiendo los detalles, como también pueden pillarnos de improviso… Y sin duda nos hacen comenzar una vida distinta…

Por eso, al menos yo -junto a algunos que conozco-, estoy feliz, tranquila con lo que está pasando afuera; que es tan similar a lo que nos está pasando dentro, ¿no? Digo, es lo que es; ni bueno ni malo y ahora hasta podríamos decir que es «algo mejor» que en otras épocas terráqueas porque por estos años efectivamente hay más luz colectiva aunque algunos quieran ver o reproducir sólo lo opaco u oscuro; eso hacen los ojos -mentes- antiguos (también los temerosos de perder su poderío)… Por estos días -quién sabe después-, no me mueven  -ni me creo las versiones oficiales- supuestos hechos terroristas, quiebres de grupos de poder, intentos de golpes de estado, etc. No me movieron los del año pasado tampoco. Hace un tiempo me vino una neutralidad espontánea. Observo, compruebo, sigo. No es frialdad. Supongo que es aceptación y certeza interna en el camino, en el paso necesario y bello que como humanidad estamos dando: abrimos -con intensidad- una fase evolutiva distinta y, por lo mismo, hace un buen rato ya, que lo nuevo puja por nacer y lo antiguo se resiste. Normal.  Como nos sucede a todos cuando algo que llega o comienza a asomarse en nuestras vidas no nos gusta o nos atemoriza, queremos que esto se vaya o deseamos quedarnos donde estamos. Pero, como lo escribo hace rato, estamos en tiempos de gran desapego (Desapego: Dícese de la práctica de consciencia cotidiana que consiste en disfrutar y/o agradecer lo que uno tiene ahora, porque eso que es objeto de satisfacción, de seguridad, o de incomodidad; en cualquier momento puede cambiar o terminarse y tendremos que soltar aquello o el estado emocional/mental que nos daba). En una frase budista: Esto también va a pasar… Lo bueno y lo malo, pasan. Como las estaciones. Como los problemas. Como las alegrías. Como las olas de agitación en el mundo. Como las erupciones volcánicas y/o los terremotos que se asoman por estos lados y que seguirán acompañándonos por un rato y después pasarán.

En esto que estoy escribiendo -después de ir a caminar y sentarme a sentir el invierno en un parque- en el café de siempre, sobre el desapego, pienso en que realmente nos estamos muriendo. Estamos soltando todo lo que éramos y creíamos cada día un poco más; cada hecho que sucede afuera nos ayuda… Entonces, en la mesa del lado, una hija de unos 60 y algo, que desayuna con su madre, que seguro tiene 80 y varios, si es que no más, le dice con voz fuerte a esta última -que está algo sorda- que se quedó pensando en el sueño que le contó la semana pasada. -Estuve pensando que tu sueño este donde veías un escenario con gente y que tú querías subirte; son tus ganas de irte, que ya te quieres morir y quieres estar con esa gente que veías porque habían algunos que tú conoces- le dice en tono neutral-. La madre la mira por sobre la revista que está hojeando -ambas comparten el diario- y responde: puede ser, pero ese sueño yo ya lo había tenido antes y no me he muerto -ante eso yo río con ganas en la mesa del lado y las disfruto a ambas, que se juntan cada tanto (no es la primera vez que me las encuentro) en el café de la esquina a desayunar con las noticias y revistas sobre la mesa. La madre parece no temerle a la muerte y en medio de otra conversación le dice a la hija que quiere que ella reparta «las cosas bonitas que tengo» -adoré su conversación, en especial cuando hablan sobre Obama, de algunos temas actuales y de decoración; creo que lo del sueño fue su única conversación íntima. En un momento en que yo estoy mirando a la madre, ésta me dice: te queda muy bien ese color de tu bufanda, te ves muy buena moza-. Yo casi lloro al escucharla con mi ‘cuello’ de lana fucsia, le agradezco y le digo que yo estaba mirando también su suéter (que lleva en un tono rosa claro, en cachemira; bello). Ella no me escucha pero sabe que le respondí; la hija sonríe.  Continúan absortas en sus lecturas y yo regreso a mi chocolate caliente sin leche saboreando el compartir, las sincronías y la energía del desapego. Al poco rato, la madre se va porque llega otro hijo -o alguien que la cuida- que le dice que va a buscar el auto y viene. Yo sé a lo que se refiere. Luego aparece con la silla de ruedas  y mi vecina de mesa se pone un sombrero, lentes ahumados y su abrigo con mucho estilo, camina con pasos muy cortos y lentos con su bastón y se sienta en su auto-silla, mientras se despide sin efusividad de su hija, quien sigue con sus lecturas y también se despide de mí y me vuelve a decir una frase parecida, frente a lo cual le agradezco de nuevo y  nos deseamos buena tarde.

Mis vecinas de mesa me recuerdan que cada etapa es como es. Y así como muchos tuvimos varios meses de 2016 de hacer menos y/o de ir más lento, ahora que Marte despertó y reingresa al fuego de Sagitario, mientras la Luna  se renueva en en Leo (junto a otros movimientos planetarios), el cielo nos empujan a un mes para poner al goce, la creatividad, el romance, la expresión, la exploración, el juego y un toque de lujo como protagonistas para decidirnos a brillar con propiedad y sin egocentrismo (se puede). Iniciamos una etapa distinta.  Las cosas comienzan a moverse a otro ritmo en este agosto. Tampoco es para salir corriendo o creer que tendremos la mega energía. Las idealizaciones ya no van. Ahora podemos reactivar proyectos poco a poco, tomar iniciativas, volver a creer en nuestra fuerza interior y conectar aún más con ésta, integrar los obstáculos vividos…

Se trata de un mes en que -para quienes han practicado este año paciencia y flexibilidad especialmente, lo cual redunda en  mayor sabiduría, por si alguien no se dio cuenta o no lo sabe- comienza a darse mayor movimiento y la Vida sabia nos mostrará los frutos del trabajo interior, como también nos dará más energía para comenzar a hacer. También, para los valerosos que dieron saltos y/o los vivieron obligadamente -este año del Mono está bromista e inquieto-, ahora hay más vigor para sembrar, podrán comprender el sentido de esta nueva etapa y sentir más solidez en los pasos que dieron y darán. Lentamente, todos comenzamos a cosechar un poco más y a ver el horizonte con caminos más marcados…

Como sea, este 2016 que nos llama tanto a la humildad, a lo creativo, al disfrute, al cuidado de nuestra energía, a la me-su-ra, al optimismo con realismo y a descubrir nuestras verdades y propósitos más profundos, ahora nos pide actuar con calma y alegría; con cadencia, en una mezcla armónica de nuestra energía masculina y femenina, reconociendo nuestros avances personales por pequeños que sean y sintiéndonos muy acompañados, porque la Tierra bella que nos cobija sostiene plenamente cada paso de nuestra valiente evolución, del poderoso renacer que atravesamos…

Marte retro: Recuperamos visión y voluntad

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Costanera entre Coquimbo y La Serena, norte de Chile

Disfruto mucho los colores, temperaturas y aromas de este otoño. Me doy una vuelta por La Serena, Coquimbo y Vicuña (norte de Chile) por unos días y contemplo los atardeceres, las montañas, las expresiones, los ritmos… Camino mucho con el aire templado, a ratos nublado, en otros con sol y con unas cuantas gotas que se dejan caer… Como lo dije en el post anterior fui a drenar, a detenerme, a estar conmigo y con nuevos amigos también…

Realmente necesito refugio. Y la casa de Mery, bautizada como Meryland, cumple muy bien con ese propósito… Cuando estuvimos con las amigas en su casa en el verano y también en el Valle del Elqui en unas vacaciones muy disfrutadas, al despedirnos ella me dijo que sabía que volveríamos y que seguramente la primera sería yo, que tenía la certeza… Y así fue pero yo lo había olvidado.

Sentí necesidad de alejarme (para encontrarme) unos días, para tener más calma y claridad.  Y pensé en el sur, en un par de mis lugares preciados del sanador sur chileno, pero horas después sentí… playa. Y me acordé de Mery y su cálido hogar playero. No la llamé ni le escribí. Sólo dije antes de dormirme: ok, si es La Serena el lugar al que tengo que ir, que mañana Mery se comunique conmigo (cosa que no sucedía hace semanas) o que aparezca ese nombre de alguna forma. Al día siguiente lo olvidé. Hasta que por la tarde ella -en vivo y en directo- envía un mensaje preguntando que cómo estábamos…. Y le mandé de respuesta entre risas: lo siento, Mery, pero dado que apareciste, te cuento que eres la señal que pedí anoche y te iré a ver porque necesito parar y caminar por la orilla de la playa… Con carcajadas me dijo que por supuesto y llegué por allá una tarde tibia para estar unos días con el sonido y aroma del mar de fondo, tomando uno y otro colectivo para recorrer la ciudad y paseando por la acogedora Vicuña entre nubes amenazantes. A ratos en bello y necesario silencio, a ratos en conversaciones muy chistosas y profundas con Mery y compañía…. Fue bueno ver con ella cómo varios estamos en momentos parecidos: en duelos, haciendo limpieza de algunos vínculos, soltando patrones y conectando más con la rabia y los límites… Y siempre riéndonos en medio de la tormenta… Una vez refugiada y con aire de mar en los pulmones, regreso a Santiago, retomo las sesiones de pilates y recibo mucho amor en distintos gestos antes de retomar el trabajo unos días después, en que vuelvo a la lectura de cartas astrales y aunque la agenda vuelve a llenarse, cambio algunos horarios y miro unos días en que volveré a salir…

Atardecer de un viernes de otoño en La Serena

Atardecer de un viernes de otoño en La Serena

Cada tanto recuerdo a una canalizadora del sur de Chile que hace años me dijo que mi alma no soportaba rutinas… Y así es. Me da angustia cuando veo la agenda tan llena por meses y entonces empiezo a dejar días libres para no hacer, para detenerme y estar en otras cosas. Encima ahora tuve mis propios desafíos y revelaciones con las inundaciones de abril, además de un poco de vértigo (malestar que ahora parece muy popular y tiene mucho que ver con estos tiempos hiperconectados, eléctricos y agitados; además con la tarea de algunos de armonizarnos, especialmente quienes traemos la matriz energética del equilibrio) y sentí no sólo la necesidad de salir, también de drenar, de entregar lo vivido, y de retomar nueva energía de la Tierra…

Otoño 2016 en Santiago

Otoño 2016 en Santiago

Ahora en Santiago sigo gozando mucho el otoño frío, a ratos oscuro y en otros bien soleado, más lluvioso que en otros años y brillante en los árboles anaranjados después de la lluvia… Estoy -hace unas semanas y por un rato- un poco antisocial; me saturé de la gente estos días, del bullicio, de la imprudencia, el desatino y de la demanda de algunos también… Marte retrógrado no favorece precisamente el sentido común (el menos común de los sentidos, muchas veces!) y nos vuelve más impulsivos, ansiosos, viscerales.

Por otro lado, hay más nerviosismo en el aire y las frustraciones se elevan para que las integremos de otra forma mientras estamos en modo «espera», «reserva», «observador»… Esto último es muy importante… Este tiempo entre abril y fines de junio nos propone detenernos a mirar cómo estamos, cómo manejamos los impulsos, cuán pacientes somos, cuán pasivos o activos, cuán capaces somos de estar con nosotros mismos… Hace dos años, por estos mismos meses, Marte en Libra nos hizo revisar si nos atrevíamos a decir que sí o no con convicción (límites) y cómo manejamos la rabia, los acuerdos, los roles sexuales, la iniciativa y el trabajo en pareja; también en equipos y con socios. Se supone que aprendimos… Y ahora Marte nos hace revisar asuntos más personales.

Marte está retro en Sagitario y pronto se sumergirá en Escorpio. Por tanto, desde abril y hasta fin de mayo nos tiene observando si realmente decidiremos crecer y profundizar o seguiremos en moldes antiguos, da lo mismo cuáles, si infantiles, dramáticos, agresivos, invasivos, pasivos, controladores, perfeccionistas, dejados, etc., etc., Y da igual la decisión. Lo importante es VER. Y ambos caminos  -el de crecer y el de no hacerlo- aportan, tienen sentido e importancia en la existencia personal y colectiva. Todo sirve, nada sobra y no todos venimos al mismo proceso ni propósito. Y ninguno es mejor o peor que el otro… 

Marte en Sagitario nos hace ver verdades y mentiras nuestras. Nos muestra nuestras exageraciones, dogmatismos, ansiedades. También dónde podemos poner más sentido de vida, en qué áreas sí queremos apasionarnos y aventurarnos para que nuestra existencia tenga nuevos colores y propósitos… Nos hace pelear un poco más y ambas partes veremos nuestros lados fantasiosos, nuestro afán de ganar, las verdades que emergen y que no tienen vuelta atrás…

Durante junio 2016, Marte irá a bucear a Escorpión y nos traerá de vuelta temas del primer trimestre 2016 y algunos de 2015 también… Nos permitirá ver nuestras obsesiones, los aspectos controladores que tenemos u ocultamos, quizá salten un par de secretos sanadores y nos permitirá mirar descarnadamente, envidias, rencores, apegos nuestros y cercanos… Al mismo tiempo, si le damos la bienvenida y le hacemos espacio, nos permitirá reconectar con nuestros dones psíquicos, estaremos más intuitivos y sagaces, podremos trabajar mejor nuestra voluntad, hacer buenas modificaciones a nuestra administración del dinero y del tiempo…

Estos meses, además nos ayudan a trabajar mejor. No ahora necesariamente, sino a ver por dónde podemos mejorar, qué gestos tenemos que hacer en torno a dirigir o delegar, qué prioridades podemos cambiar, cómo nos manejamos con la autoridad, con los compañeros y subalternos….

Y por si alguien no le basta (al estilo sagitariano) hay más ingredientes para un asunto muy importante que ya está bajo la lupa y seguirá así hasta fines de 2017: cómo estamos con nuestras vocaciones, con los llamados del alma para poner nuestros talentos en el mundo… Así que si no te gusta tu trabajo o estudio, ¡maravilloso! Ya saberlo es genial y un gran paso. Tendremos tiempo en calidad y cantidad para revisar, cuestionarnos, trascender miedos y atrevernos a hacer un cambio. No importa si es rápido o demoramos, se trata de reconocerlo y comenzar -de forma concreta- a abrir espacios de mayor disfrute que nos representen, a generar la expresión de nuestros talentos en un pasatiempo, emprendimiento, trabajo, estudio, actividad… No podremos obviar la incomodidad y/o frustración de estar en algo que nos asfixia o aburre, estos tiempos son un llamado a la autenticidad y a la creatividad sabia que nos permite generar nuevas experiencias de crecimiento interno y externo (trabajo). 

Con este cielo retro la tele personal está prendida para que veamos todo. Sin juicio. Pero si nos duele el cuerpo (especialmente la panza, espalda baja o garganta) frente a algo, es señal de que hay que modificar nuestra forma, hay algo que resolver y estos meses nos darán más material tanto del problema como de las soluciones…. Ahí vamos, con entusiasmo y sin cambiar de canal.

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2016: Ver lo real… Y sonreír

Apenas el coro Gospel Santiago empieza a cantar, se me caen lágrimas sintiendo todo: la energía de ellos muy emocionada y lo mismo la nuestra,  la pureza, la valentía, el placer, la alegría, la belleza, el corazón, la música, el amor, el nerviosismo, la pasión… Hay mucha emoción en quienes repletamos la iglesia Luterana de Providencia, donde una tarde de domingo muchos nos juntamos a cantar, bailar, sentir, dar, recibir…

Muchas veces me pasa. Encima estuve muy sensible, en un gran ajuste y punto de inflexión en el camino. Estuve/estoy frágil realmente. Y no le temo a la fragilidad -aunque algunos no quieran o no acepten verme así-, simplemente le doy espacio, la siento y la escucho, y parece que ella se sentó al lado mío por un rato; lo hizo especialmente en diciembre y enero en la consulta de carta astral donde, por esas semanas, varios -hombres y mujeres- de todas las edades y colores dejaron caer sus lágrimas durante la lectura mientras hablamos tanto de lo que son como de aquello que están viviendo…

Este cierre e inicio de año parece animarnos a ver. Ver lo que es. No lo que nos gustaría. Sino lo que hay. Y a veces hay muy poco a ojos de nuestro ego o lo que vemos está muy estropeado, o simplemente no es lo que esperábamos, o capaz que estamos tan acostumbrados a que en las películas hay cosas más bonitas que lo que pasa en nuestro cotidiano es muy contrastante… En ocasiones también hay demasiado y nos saturamos… Nuestra expectativa derrumbada frente a la verdad muchas veces duele… Y cuando tienes trabajo interior en el cuerpo pareciera ser peor porque no puedes evadir lo que tienes en frente por más que trates -tú o los demás- de adornarlo o justificarlo. Cuando hay trabajo de consciencia hasta la moral se diluye, no hay «deber ser» y no hay bueno o malo, simplemente hay experiencias que a ratos puedes mirar con neutralidad y en otros te sobrepasan… Como sea, ahora nos toca mirar y resolver. Y febrero renueva la energía para hacerlo con más ganas y claridad.

En medio de esto voy -con la intención de renovar energía y darle otro inicio al 2016– a la montaña (gran símbolo de Saturno; también de protección y solidez que bendice y ancla a este bello sur del mundo); a la Laguna del Inca (símbolo de Escorpión, agua fija; signo de donde Don Satur recién salió después de casi tres años y que nos hizo limpiar mucha oscuridad y soltar apegos, como también desarrollar más auto-confianza). Vamos con un grupo de varias nacionalidades (símbolo sagitariano, el extranjero; signo donde ahora Don Satur se sentó para que construyamos nuevos sentidos de vida durante todo 2016 y 17)… En el camino voy sintiendo la energía poderosa del lugar y saludo a la montaña, nuestra cordillera sagrada y me emocionan sus ríos y cascadas por fin más caudalosos después de una primavera más húmeda que lo usual. También las flores amarillas y rosadas en medio de la roca y la tierra seca… Una vez  llegados antes de emprender la caminata (casi escalada en varias partes) nos reunimos en círculo todos los viajeros (alrededor de treinta y cinco), con el sol  y la brisa de altura agradables. Con unas mínimas instrucciones comenzamos la aventura bastante silenciosa… Sí, porque a ratos es muy extrema y no puedes distraerte… Recuerdo una subida al Volcán de Agua en Guatemala donde todos los gringos caminaban tipo militares y yo pensaba ¿nadie quiere disfrutar el paisaje?, ¿nadie se cansa?, ¿o sólo yo estoy en mal estado físico y además me ‘distraigo’ con la belleza del lugar?… Mientras pasaban los guate de la zona ofreciendo «taxi», que eran caballos -ja, ja- para los turistas más flojos o menos preparados y yo fantaseaba con subirme a uno… Pero en eso me hice amiga de Layla y su madre, dos latinas que vivían en Estados Unidos y supe que no era la única cansada ni la que quería ir a otro ritmo para sentir ese espacio puro…

Pero en este trekking en las afueras de Santiago y casi en el paso fronterizo con mis queridos vecinos argentinos, no puedes detenerte porque apenas hay sendero marcado y si te quedas atrás te pierdes del grupo… E igual puro me dedico a hablar con la montaña y a sentirla; y aunque me detengo poco, cada tanto miro el todo: el cielo, el agua, la roca, la montaña, la nieve, el sol, el cielo brillante… Antes de partir le dije a Paola, una amiga nueva, también retirada del periodismo y renacida como profesora de yoga infantil, que tomemos una piedra que represente el pasado y que la carguemos durante todo el camino para dejarla cuando lleguemos al final. Ese gesto lo aprendí en una activación que hicimos en una montaña sagrada del norte de Chile, cuando Oli, una experimentada mexicana nos lo enseñó antes de iniciar el recorrido por los centros de poder de ese volcán. Y con Pao, una vez llegadas al otro lado de la laguna, con los pies doloridos y luego de almorzar, llevamos la piedra al corazón y la dejamos allá en medio de risas mientras compartimos con el grupo…

(Foto: Trekking Explora Chile)

Laguna del Inca tiene una fuerza tajante, nada dulce ni sublime, tiene un poder que te arrebata y no es para todos. Ella -la laguna- es muy guardiana, llena de minerales y no acepta cualquier visita o energía… Me hace gracia, la siento bruja, algo sarcástica, fuerte, femenina, secreta. Es un gran espacio energético más que para meditar, para purificar, ver, entregar y recargar energía en silencio, sin más estímulo que ella y las nobles montañas; si te detienes te da mensajes y te juega bromas… Sin saberlo, a eso fuimos. A transformar el presente, a tomar una nueva energía nada suave, sino muy activa. Resolutiva, como nos pide este año. En medio de conversaciones con algunos del grupo y de nuevos amigos que aparecen, siento que cada uno forjará sus cambios; por lo pronto vaya que activamos la energía, el cuerpo y la musculatura; también los miedos y el poder para que ambos se hagan amigos…

Laguna del Inca. Portillo. Chile

Laguna del Inca. Portillo. Chile

También siento que tengo que volver y sé que lo haré. Lo necesito. Mientras caminamos de vuelta con Juan, Caro, Mauro, Pao y otros, voy concentrada pero con risa también porque siento que no llegamos nunca, mientras todos soñamos con sentarnos en el restaurant del hotel Portillo (desde donde partió la caminata), algunos quieren una cerveza, otros un pisco sour; la Laguna nos vigila y parece no dejar que el camino termine… Más allá, bajo el sol, comienzo a tararear «September», canción con que finalizó el concierto de gospel la semana anterior y me sorprendo… Vuelvo a sentir la emoción de ese día y la energía más liviana y luminosa… Al llegar al hotel, sólo quiero estar  y elongar el cuerpo que está muy cansado pero sólido también… Y aunque al día siguiente apenas nos movemos porque nos duele hasta el pelo, es como si la montaña nos hubiese regalado un poco de su poder, su alta vibración y su altura para ver lo real y sonreír pese a lo que cada uno esté viviendo.