2018: Año de gran aterrizaje!

«Si usted cree que el ‘señor’ Universo anda benévolo y nos regalará un 2018 liviano lleno de flores, rica comida y buena onda; lo siento, pero usted debiera pensar pronto en cambiarse de planeta porque…» 

Así comienzan las Predicciones Astrológicas que escribí desde nuestro bello sur chileno y que ya están publicadas en Emol.com.

Sin más preámbulos, las puede leer aquí:  http://www.emol.com/especiales/2018/tendencias/predicciones/index.asp  

Primero va la descripción de cómo será este terrenal 2018. Luego van los pronósticos para cada signo, que se componen de una Presentación + Amores + Trabajo y Talentos + Cuerpo y Alma + Mensaje del Universo!

Que las disfruten. No vienen con garantía, pero sí con amor y humor para sortear un año que será un giro energético para que aterricemos en esta vida, la disfrutemos de otra forma y realicemos propósitos ❤ desde una perspectiva más consciente.

Gracias por leer y compartir. Aguante con 2018 y muchas sonrisas para el camino de cada uno! 😉 … Ah! Y este jueves 28 a las 11 am estuvimos conversando con el equipo de EmolTV y el martes 2 de enero por la mañana haremos predicciones en radio Cooperativa, por si quieren curiosear un poco más! 😉

La vida es perfecta: continúan las sincronías 2013

(Esta viene a ser la segunda parte del post: Pide y se te dará: Cadena de sincronías 2013, publicada en enero)

Calles y cielo de Mercedes

Calles y cielo de Mercedes

Es mi último día completo en Mercedes. Casi a las 12, después de una agradable lectura de carta astral para un pequeñito de siete años, en realidad para su madre, quien la pidió para tener más herramientas para entenderlo y conectarse con su energía; arreglo mi mochila con la compu y otras cosas, ayudo a Su con unas fotocopias del Gayatri Mantra que cantaremos en la meditación de la tarde y salgo rauda hasta un café del centro para instalarme a escribir. Mientras camino, recuerdo que Armando dijo que pasaría a casa para que conversáramos de mi ida al aeropuerto porque él -hombre de bello corazón, gran asador y amante del vino como otras turistas chilenas que conozco por ahí- se ofreció para llevarme en auto junto a su hijo José -quien deja la tranquilidad y naturaleza de la quinta en la que viven, en las afueras de Mercedes, pues ya comienzan las clases en la universidad-, y por supuesto vamos también en compañía de mi amiga-hermana-anfitriona Su… Entonces, al salir de casa me voy por otro camino, pues pienso que podría encontrarme en la calle con Armando, ya que su madre vive en el centro y él va mucho a verla… Y al cambiar de cuadra, precisamente veo en la esquina a Armando subiendo a su auto y le grito, me queda mirando. -Justo iba para allá -me dice moviendo la cabeza. -Sí, pero yo terminé hace poco una lectura y Su comenzó recién un ‘kiwi’ (dícese de reiki en jerga armandil, quien se ríe de varias cosas y, por ejemplo, al Buda le dice «el gordito ese»). Yo voy a Bonafide a tomar un café, te invito- le digo a ver si acepta porque para Mercedes es casi hora de almuerzo. –Dale, vamos a tomar café- y cierra el auto y caminamos conversando de todo un poco.

Pero una vez en el café hablamos más profundo. También nos reímos de cosas de Mercedes, hacemos bromas de nuestra amiga Su, quien no es tan amante de  la cocina (aunque tiene buena mano, debo decirlo) y yo le digo al pedir mi tostado con café: este es mi aperitivo porque viste que en la mansión Su nunca se sabe ni a qué hora será el menú ni en qué consistirá, así que con esto me aseguro pa’ no desmayarme, jajaja -nos reímos juntos. –Ah, por eso vas tanto a los cafés, si no estarías a pura fruta y ensaladas -responde con ojos divertidos-. Con Su, Florencia y otros, son amigos de infancia y es bello ver cómo continúa la amistad, el cariño, la lealtad y la confianza de toda una vida… Recordamos también pasajes de mi viaje, como el par de asados en su casa (creo que me salió ‘vale otro’ y cobraré un tercero), el ritual, tardes de mate,  y yo le cuento otras andanzas. En medio conversamos de la vida y advierto que al final mis planes cambiaron: nada de escribir, sólo de compartir y parte de lo que hablamos me sirve y me da algunas pistas para asuntos míos. Luego vamos  hasta el super y sigue la conversa de temas como la frustración o el no realizar los sueños. Nos despedimos en la esquina entre bromas y quedamos de vernos a la noche para afinar los detalles con «la jefa», Su.

Nuestros océanos agitados interiores se calman al meditar

Nuestros agitadas aguas interiores se calman al meditar (Foto tomada este verano 2013 en el Estrecho de Magallanes, Punta Arenas, Chile)

Al llegar a casa, escribo un rato y luego me trago todas mis palabras, pues cerca de las 14.30 hrs. comemos exquisitas milanesas de berenjena y ensalada, pero igual le cuento a Su las bromas compartidas. Después sigo escribiendo, aunque siento un poco de cansancio en la vista. Han sido vacaciones, pero con trabajo también y siempre durmiéndonos tarde por una cosa u otra, donde nos pilla la 1 am o más conversando de la vida y al otro día nos levantamos temprano igual… Luego del almuerzo nos tendemos un rato, quizá dormiré un poco, pienso; pero Fran, el hijo de Su, se pone a tocar guitarra eléctrica algo fuerte y la verdad no me molesta especialmente, digo: parece que no tengo que dormir… Ella le dice que queremos descansar y que baje el volumen…  Y ya que sé que no dormiré, aprovecho, entonces, para meditar tendida en la cama, con un poco de brisa y de guitarra de fondo… Siento cómo se calma mi energía y la tensión de los ojos, respiro y siento también cierta electricidad propia de cuando estoy en cierre o frente a viajes, mi mente se pone a mil con los detalles… Y así logro soltar un poco… Me alegro y me doy cuenta también del segundo cambio del destino del día.

Al terminar la meditación, finalmente sí publico la nota de Lakshmi y pienso que me quedará tiempo para ir hasta la librería por un libro relativamente nuevo de Eckart Tolle  que me gustó, aunque últimamente leo tan poco, pero me sirve de oráculo cuando ando perdida (porque sepa usted, estimado lector, que quien escribe no se auto-ve ni la carta astral ni el tarot, entonces tiene sus «artesanales» métodos orientadores). Cuando estoy casi lista para ir llega Flory a preparar con nosotras la meditación grupal de la tarde. De nuevo: cambio de planes, y me quedo en casa sintiendo, observando, recibiendo, dando  y resolviendo las últimas cosas para el encuentro, que ese día congrega a más gente y la sala se llena de linda energía, con baile, abrazos, sonrisas y buenos deseos. Hasta regalos me traen y me da emoción…

La noche termina más tarde con una mirada al Festival de Viña y el show de «31 minutos»  (programa infantil-musical chileno de títeres, muy creativo, irónico y crítico de la TV y de la sociedad actual), del cual Fran, Su y yo somos fans; luego la visita de Armando con champagne en mano, quien me cuenta que nuestra conversación cafetera le sirvió para algunos temas y le digo que a mí también; después hacemos brindis de despedida, saboreamos empanadas de todo un poco y un postre improvisado con queso y mermelada casera de frambuesa (amo esa combinación), todo con buena conversación de la vida e historias memorables… De nuevo, son casi las 2 am y nos vamos a dormir.

La mañana siguiente comienza temprano, con música y comentarios desde Chile vía radio Cooperativa online en mi habitación y me alegra oír además la voz de Cecilia Rovaretti y los comentarios del festival, mientras empaco mis cosas. Esto es una tradición, la de poner música que te guste o alegre cuando haces maletas o una mudanza; es un consejo -lo comparto porque sirve- de la maestra budista Khadro, a quien antes he mencionado en este blog; y siempre lo hago porque igual empacar revuelve tus emociones, entonces la música te levanta el ánimo y el ego con sus rollos baja un poco su volumen. En medio, voy por un té de menta y frutas, luego conversamos y nos seguimos riendo cuando Su se integra. Pero tenemos algo pendiente: un trueque. Ella tiene quiere hacer una única pregunta al tarot y yo no me iré sin mi reiki canalizado por sus especiales manos que dan mensajes. El trueque resulta poderoso y emocionante. Se presentan distintos seres de luz en ambas sesiones y tenemos los ojos vidriosos. Cerramos con un abrazo y -todo es perfecto- llega Armando. Partimos rumbo a Retiro, Buenos Aires. Por suerte el viaje, además del cariño, la risa y la conversación, incluye mate y galletas: esto está mejor que el menú del avión -le digo a José. Una vez en Baires, pa’ variar, hay manifestación de algo y el tránsito está desviado, pasamos un poco de stress, pero estoy segura que esta vez habrá menos obstáculos que en mi partida desde Santiago hace ya tres semanas. En silencio, mirando el cielo y las calles desde el auto recorro un poco de lo vivido.

Pide y se te dará

Desde la noche anterior no he parado de agradecer la gran cantidad de regalos y sorpresas de esta primera gran aventura en Mercedes. Son muchos e inesperados, lo cual los vuelve aún más valiosos. Ha sido un viaje de sanación en muchos sentidos… E igual estoy inquieta.

Desde principios de febrero y hasta ahora tengo decenas de llamadas y correos -muchos cargados de ansiedad, la puedo olfatear a kilómetros a esa chica– pidiendo lecturas de tarot, muchos sin ni siquiera preguntar si acaso estoy de vacaciones, como la gran mayoría de los chilenos, ¿no?  Y eso, la ansiedad y la supuesta urgencia, es lo que ya he dicho que no va más, es a lo cual no puedo ni quiero seguir conectada porque aunque siento que, como otros sanadores, puedo aportar mostrándole a mucha gente en la lectura lo dañinas que son estas emociones, muchas veces el ego ansioso se cierra y no escucha y, al mismo tiempo, estoy cansada del tema… Si quiere saber más razones están publicadas dos notas: una y dos.

Desde esa percepción, mezcla de hastío y replanteamiento, decidí hace unos días y lo puse en la sección de Astrología y Tarot de este blog, que al menos en Santiago durante marzo sólo haré cartas astrales, porque necesito «hacer dieta» del Tarot. Necesito parar, dejarlo, para ver-sentir cómo sigo, pues por mucho que mi lectura esté orientada al hacerse cargo del destino y a tener más herramientas para vivir mejor antes que a lo predictivo en exclusiva, vibración -la mera predicción- que ya no corresponde a este tiempo de mayor conciencia; el ego santiaguino -que vaya que lo conozco bien- tiene obsesión con el futuro, porque vive en éste (como si existiera) y en el miedo a lo que viene, en vez de disfrutar el presente y dejarse sorprender e ir caminando con las señales de la vida, lo cual es todo un arte y requiere de trabajo personal, pero se puede, tampoco hay que volverse zen, pero teniendo la voluntad podemos cambiar esto que nos daña tanto; entonces mucha gente va al tarot con el afán de controlar todo. Ja. Como si pudiéramos controlar algo. Ja.

Igual creo que esto del control y la ansiedad, que todo el rato tiene que ver con nuestra incapacidad de aceptar el presente, sucede más en las capitales, en las ciudades grandes. Una vibración parecida, aunque con más caos sentí en 2009 en Buenos Aires y ahora, lo mismo hace años en Lima y en un olfateo por Panamá hace poco, es como una energía acelerada-plástica-ansiosa-desconectada… Puede ser interesante y hasta buena onda, pero la neurosis se siente. El tema es que hace rato que le doy la vuelta al asunto, hasta puse mi tienda de ropa y accesorios para cambiar de rubro, jajajaja, como muchos supieron 😀 Estoy -como tantos otros- en fase de “reformateo” con mi trabajo, de cómo seguir llevando las lecturas de tarot para profundizar, orientar y aportar, sin sentirme cómplice de la ansiedad de cierta gente que viene y no quiere hacer su pega (trabajo) interna para que su vida tenga otro color….

Cuando mi maleta está casi lista, me llama Mabel para despedirse. Con ella es imposible no reírse, posee un humor exquisito y profundidad también y de hecho se lo digo al teléfono. Su llamada me da aún más material para mi replanteamiento.cl, me dice: yo sé que vos querés dejar el tarot, pero tenés que seguir… y me dice algunas bellas cosas que me emocionan de mi lectura y le agradezco: me sirve mucho lo que me dices, porque siento que es un cambio, pero no dejarlo completamente -le cuento con la garganta apretada-… Y colgamos con un ‘hasta pronto’; además me debe un buen tiramisú que no olvidaré cobrar y con intereses!

release… Y, bueno, todo resulta bien en mi vuelo de regreso. Cenamos con la familia en casa, nos ponemos un poco al día, nos reímos con varias cosas y conversamos del viaje. Cerca de la 1 am abro la compu para contarle a Su que llegué bien y ella ya me tiene un mensaje por chat: «Jime, son las 10.10, recién acabo de entrar a mi casa y a mi lugar de reiki…. Y si pensabas descansar del Tarot, Jime….. ¡¡¡¡Aquí quedaron todas tus cartas…no lo puedo creer!! tu inconsciente las dejo aquí!!! …. Imagino que tendrás otras.  -Leo el mensaje entre perpleja, tranquila, divertida; con la mano en la boca… Me sale de inmediato la palabra: desapego…. Ella está en línea y le digo: Oooohh!!!, qué impresionante!! -mientras observo mi reacción y me da risa la vida y sus juegos, comprobar una vez más la perfección de ésta y sus sincronías infinitas…

-Qué loco, Jime!!! viajaste bien? -sigue Su.

-Sííí, dormí, miré la cordillera…. Qué loco! no puedo leer tarot! jajajaja. Favores del destino: pide y se te dará!

-Es loquísimo, te das cuenta? Ni bien entré vi las cartas…

-Sabes que me vine parte del vuelo pensando cómo explicar que no haré tarot este mes, que incluso ya lo puse en el blog, en la sección de astrología.

-Será que tenés que leerlo en Mercedes…? jajajjaja

-Lo único que «siento» son las cartas de ángeles, pero tengo otras…

-Dales descanso a estas y listo.

-Me da risa la Divinidad y la vida, son perfectas! jajaja. Ya veré qué hago, pero ahora tengo el argumento dado por el Universo: no tengo mis cartas, no puedo hacer lecturas… Es que encima tengo cero ganas de comenzar a trabajar, parece que el Universo me está dando vacaciones de tarot… Y me están empujando al cambio… Qué tal la serpiente y su nueva piel? ah? jajaja.

-Descansa unos días y vendrán más respuestas.

-Gracias! Sí. Y si quieres te pones a leer tarot! Te dejé el paño y todo, jajaja… -Y terminamos la conversación con buenos deseos y agradecimientos.

… Así es. Esta vez no es una broma como mi tiendita Lo de Jime, sino que es una sincronía, una prueba, una señal… Desapego obligado, cambio del destino, poder de creación, regalos del Universo, oportunidad, mandato de la vida, favores del inconsciente, desafío a la confianza, empujón del alma… Todo junto. Mientras estos días en Santiago, mi celular no para de sonar y ya acumulo una decena de correos pidiendo tarot, aunque también crecen poco a poco los pedidos de carta astral, disciplina que hasta ahora era secundaria en mi agenda, ya que la gente en  Santiago me busca mucho más por tarot; pero que ahora con agrado y sentido veo crecer, tal como está siendo mi intención… Podría ir y hasta comprar los mismos mazos que quedaron en Mercedes, pero siento claramente que ese no es para nada el camino que la Divinidad me está mostrando y que mi alma quiere… No es fácil decir que no a un oficio en que eres «exitoso» y que se presenta abundante y «seguro», pero por algo y para algo pasó este «olvido» sincronizado con mi proceso interno… De nuevo compruebo en carne propia la perfección de la vida con lo que nos gusta, lo que no, lo que nos da miedo o dolor, lo que nos sorprende… Todo está bien. Todo es perfecto… Respiro, acepto, me inquieto y confío… Seguimos viajando por este serpentino 2013. 😉

Momento Portal: retroceder o confiar

Hace unos meses escuché la última conferencia de Inelia Benz, chilena que vive en Estados Unidos, a quien sigo hace un par de años, cuyas meditaciones me han ayudado y las he compartido en el horóscopo de Emol más de una vez… Era un evento especial en Barcelona, al cual fue gente de varios países, creo que en noviembre 2012… En una parte, ella pregunta «¿quiénes tuvieron dificultades para llegar hasta acá hoy?» Y hace pasar al escenario a más de una decena de personas que cuentan distintas historias: que les cambiaron el vuelo, que perdieron el vuelo, que se enfermaron, que se vieron sin dinero al intentar tomar el autobús, que se perdieron, que la persona que venía a buscarlos no llegó, que alguien de la familia se accidentó, etc., etc.,

Mientras escuchaba a esas personas recordé la primera vez en que fui a un retiro budista tibetano, en el cual yo colaboraba también con la difusión de las charlas previas que daría la lama (maestra) y del retiro mismo… Unos cuatro días antes mi computadora se quemó sin más ni más… Era mi primera notebook y en ese tiempo eran mucho más caras que ahora. Dije: guau! aquí está el desapego!… El día en que ella llegó caí en cama con fiebre y resfrío muy fuerte y apenas pude ir sólo a una segunda charla en la tarde, con los pañuelos desechables y el óleo 31 al lado. Dormí muy mal, con fiebre y otros malestares. Finalmente llegué al retiro al día siguiente, milagrosamente casi sana… Desde el principio entendí que estaba frente a algo importante en mi vida y que esas manifestaciones físicas, además eran una purificación,  y también me mostraban ciertas resistencias del ego para no ir… Pero siempre supe que se trataba de algo bueno y potente y nunca desistí… Hoy sé que le debo muchísimo al budismo tibetano en mi formación espiritual, en mi vivencia de la compasión y el desapego, y a esa maestra, Chagdud Khadro, en mi crecimiento y validación personal…

El día antes de viajar hasta Mercedes, provincia de Buenos Aires, conversábamos -vía chat- con Su los detalles para encontrarnos. Ella andaría sólo con su celular sin internet y nos encontraríamos cerca de la estación de trenes de Retiro. Pasa que Su vive a dos horas en bus de Baires y no es fácil llegar si no conoces la ciudad. Porque aunque este es mi quinto viaje a Baires siempre llegué directo a lugares céntricos y me quedaba ahí, no tenía que partir a otro lado, y Su desde que se volvió en 2011 -luego de 15 años en Chile- no iba a la capital más que a las votaciones y tampoco tenía mucha idea de cómo llegar. Pero por nuestra amistad haría el esfuerzo… Cuando miraba la pantalla pasó frente a mi un correo de algo de Inelia Benz y recordé esta charla. Mientras terminaba de ordenar mis cosas, puse el video y escuché lo que decía con más atención que la primera vez. Lo hice porque ya mi viaje presentaba ciertos contratiempos que, aunque menores, me daban qué pensar… Pese a que Su había conseguido alguien con auto para ir a buscarme al aeropuerto, al final a una chica se le estropeó el auto, otro amigo no podía, etc. Por tanto quedamos en encontrarnos en Retiro. Yo tuve que cambiar el pasaje el día antes porque el vuelo estaba sobre vendido -qué lindo es el mercado, ¿no?- y eso significaba levantarme a las 4 am, cosa que desde el principio había evitado por lo cansada que me sentía los días previos y este enero 2013 en general… Por otro lado, un amigo pidió al Universo que alguien viajara a Baires para mandar un encargo muy importante para él que no había podido enviar por correo. Al día siguiente se enteró que yo lo hacía y me dijo: tú lo dijiste «pide y se te dará«, jajaja; entonces me pidió que le llevara un cuchillo, sí, un machete, a un amigo argentino que al igual que él los colecciona….  «Cria cuervos y te sacarán los ojos» -le dije en la terraza de un café mientras veía el encarguito del perla: Pero esto es kármico, tu afinidad con los cuchillos y las espadas (…) ya si igual yo puedo, lo que pasa es que yo sé que también es karma mío, que de otras vidas tengo tema con las armas y con la violencia, lo he visto en sueños y lo he vivido (la violencia)… Bueno, pediré que tu cuchillo se transforme en luz  y en amor y que sea la espada del arcángel Miguel que me proteja- le dije, igual sintiendo que algo pasaba con este viaje porque con esto me sumaba el stress de si me ponían problema para pasarlo, aunque averiguamos bien y siempre dijeron que no… Igual él, bello, cuando me trajo los papeles de compra de mi nueva espada protectora, me trajo también unas banderas tibetanas de oración que yo buscaba y que encontró camino a mi casa… más sincronías otra vez…

Al día siguiente, Silvia, otra amiga argentina-chilena, me trae un regalito para Su y un mate pequeñito para mí. «Aah, justo yo quería uno peque, me lo llevaré como amuleto», le digo y comentamos la energía del viaje. Nos despedimos y entre bromas le pido la bendición… Intuyo que algo potente viene…

Después de todo esto. Volví a escuchar a Inelia con la gente que tuvo muchos obstáculos para llegar a la charla: «Este es otro portal que todas estas personas nos han abierto. Es muy interesante. Es el portal de cambiar líneas de vida. Las líneas del tiempo o líneas de nuestras vidas, tienen momentos claves, donde si hacemos una cosa, nos lleva en una dirección, y si hacemos otra, nos vamos a algo completamente distinto… Este portal que habéis pasado, es un cruce de caminos. Lo que vamos hacer ahora es llegar al momento de todas las personas presentes en el escenario en el que dijeron, «es que no voy a ir, no puedo, no voy a llegar» y en el próximo instante dijeron: «sí voy a llegar». Y lo lograron. En ese momento clave  vamos a juntarnos con ellos energéticamente y vamos a atravesar el tiempo al momento en que decidieron que sí iban a llegar. Ahora vamos a hacer crecer nuestra conciencia a toda la Tierra, a los seres humanos; muchos de esos seres humanos están en este momento de cruce de caminos, y vamos a mirar la vibración de las personas cuando decidieron sí, voy a llegar. Y les vamos a mostrar esa vibración a la Tierra, vamos a hacer esa vibración muy grande. Es un portal y se lo mostramos a todos los seres de la Tierra. Estamos llegando. Estamos aquí. Esta es nuestra intención… El nuevo paradigma se trata de esto, de que nosotros como individuos y unidos a otros podemos tomar decisiones, mostrar energía y aprender juntos…»

Al escucharla de nuevo sentí eso. Estoy ante mi propio cruce de caminos parece. A la mañana siguiente, el portal creció.

A las 5.15 am en el aeropuerto me chequearon y todo bien. Como a las 7 entré a policía y luego hasta la puerta para subir al avión. Antes de llamar a todos los pasajeros, llamaron a una chica y a… Jimena Zúñiga, favor presentarse en puerta 18. Voy y la información fue: el avión tiene problemas de peso así que como ustedes tienen pasajes liberados (mi hermana trabaja en línea aérea y eso te permite descuentos) sujetos a cancelación, tienen que esperar hasta el final del embarque por si alguien falta y entonces se pueden subir, si no, tendrán que esperar al siguiente vuelo…. Se me hizo un nudo en la panza y en la garganta. Mi «compañera excluida» y yo entramos en angustia. Le dijimos al chico de un vuelo de las 8.05, pero no hizo demasiado caso. Cuando el vuelo se completó dijo: lo siento, no pueden ir en este avión. $%&/@#$%… pensé y después de intentar algo con él y de preguntarle que qué pasaba con mi maleta que sí iba en el vuelo en el cual yo no (snif), a lo cual me dijo que ya se había ido y que me la guardaban en Baires (amén!), nos dijo que teníamos tres minutos para correr al vuelo que estaba en la puerta 26, el de las 8.05. Corrimos ambas, yo más que mi compañera, que por viaje de trabajo iba con tacos y  una maleta con ruedas, y el encargado del vuelo, nos dice: no, este vuelo ya está cerrado… Me vino depresión-desesperada con lágrimas incluidas. Y en medio de todo pedía ayuda a la Divinidad y sentía-pensaba: «Qué está pasando, qué onda este portal… Respira, todo está bien, todo es parte de algo, confía….» E igual sentía angustia. Este último chico (bastante más amable y empático) nos dijo que esperáramos el vuelo de las 10…. Y le dije que yo me cambié porque estaba sobre vendido. Revisó y me dijo que habían puesto un avión más grande y que si no se podía tendríamos que esperar el de las 2 de la tarde… Me paralicé. No sabía si llorar, meditar, gritar, devolverme, no ir, pelear, agradecer… Nada. De pronto dije: ¿y si me voy mañana, y si no voy y ya está? Y al segundo me salió como sentencia: Confío, todo saldrá bien, llegaré, esto tiene un sentido, confío, voy a poder… Estaba en mi momento portal, en mi cruce de caminos… Mi compañera (que trabaja en otra línea aérea) me dijo que iba y regresaba y se perdió por los pasillos. Mi mayor preocupación era Su, a quien no tendría cómo ubicar para decirle que iba dos horas más tarde… Mi hermana finalmente la ubicó al celular. Mi padre me llamó pa darme ánimo y se me cayeron las lágrimas de emoción-angustiada-agradecida…

Después de mucho, logramos entrar en el vuelo de las 10. Qué alivio. Una vez arriba dicen que, por mantenimiento «señores pasajeros, les informamos que saldremos 15 minutos más tarde», los cuales se transformaron en una hora más… Ya iba entregada a esa altura, viendo todo lo que pasaba: mis resistencias, mi ego, los obstáculos, la ayuda, mi confianza, mis miedos, mi mente, mi cuerpo, mis emociones, las sincronías,la protección, el amor, la divinidad orquestada… Al final, nos sentamos juntas con mi nueva amiga-colega de exclusión, y conversamos de la vida todo el vuelo. Ella, ecuatoriana, con más de una década en Chile, resultó ser vecina no sólo de la casa de mis padres, sino además de mi hermana, pues trabaja en el mismo edificio, un piso más abajo. Cuando se lo conté a mi hermana -durante la espera de una hora ya sentadas en el avión-, quien también estaba desesperada con todo el lío, me dijo: entonces, de todas maneras se iban a conocer por algún lado! jajaja…. Y sí, mi amiga de Guayaquil me dijo -como yo lo sentía- que no existen las casualidades y «yo necesitaba escuchar tu mirada y contarte todo esto». Hablamos mucho de aceptar en vez de perdonar, de la neurosis consumista-acelerada de Santiago que no deja aflorar el disfrute y al alma… Fue un gran regalo en medio de una mañana enredada, desafiante, mágica, aleccionadora, desesperante, incierta…

Por su lado, Su, paseó, pero perdió su agenda (donde tiene anotadas las horas de sus pacientes) en un kiosco, se quedó sin batería en el celular y estaba angustiada porque si pasaba algo más estaría incomunicada. Ella en mi espera también se hizo amiga de una argentina que venía viajando desde Tenerife y esperaba para ir a Mar del Plata, le hizo reiki porque a la viajera le dolía mucho la espalda, y hablaron de la vida y coincidieron en la no casualidad de conocerse…

Cuando casi a las 3 pm llegué al encuentro con Su, nos dimos un graaan abrazo fraterno-emocionado; de alivio, alegría, risa, nervios, respiro… Por fin. Tuvimos un viaje de dos horas en bus a Mercedes donde compartimos todo lo que nos pasó. Cuando le conté lo del portal e Inelia, se le erizó la piel y sus manos, que canalizan energía espontáneamente, comenzaron a moverse solas hacia el corazón…

Exhaustas llegamos a comer, tomar té, compartir, conversar con los vecinos y amigos que vienen al ritual que aparecieron por la calle y en casa, con la onda típica de ciudad pequeña con aroma a pueblo que tanto me gusta. Leímos un mail de mi padre que mandaba energía y hablaba de la fuerza de mi mamá,  y ambas lloramos de emoción. Más tarde lo obligado fue tomar cerveza y comer empanadas caseras de ricota espinaca con Armando (vecino-amigo de toda la vida de Su), reírnos y mirar la noche estrellada con grillos de fondo, en una casa que es también sala de meditación y de yoga, consulta de reiki y hogar; llena de ángeles, Budas, plantas, imágenes de Kwan Yin y otras deidades.

DSCN3625…Y ahora, al día siguiente, escribo desde la casa quinta de Fernanda, amiga de Su y profesora de yoga; acá haremos el Ritual la noche de este sábado… Estoy bajo la sombra de un roble (faltaba más),  cerca de la piscina, con el canto de los pájaros y la brisa… Aún me siento cansada y remecida por tantas emociones juntas. Me siento todavía atravesando el portal… Despidiendo el Dragón con sus coletazos, sus lecciones y su magia… Y sintiendo el sonido de la serpiente de agua que se asoma poderosamente… Quizá qué sentiré en unos meses respecto a este momento y su huella en mí… Veremos qué trae este ritual y este mes inquietante para muchos, poderoso y benéfico para todos. Gracias.