Nota dedicada a las bellas almas de Valdense, Colonia, Juan Lacaze, Montevideo y Santiago, que asistieron a los últimos Talleres de Meditación.
Santiago arde de calor y en medio de la agitación citadina, después de un mediodía de compras y almuerzo en una barra con suculentos sandwichs, en Providencia, me voy donde Angélica -gran nombre para una sanadora-, mi terapeuta (además de amiga «histórica») de Flores de Bach.
Conversamos, recapitulamos este tiempo intenso, vemos los avances, los temas aún recurrentes; compartimos un espacio sagrado en su sala y me voy colmada de amor y conciencia a casa. El sol arrecia y sólo pienso en la piscina -bendito agregado de muchos edificios nuevos en Chile- que me espera. En el camino se suma Su, Susana, argentina; amiga/hermana/mamá, sanadora y canalizadora.
Charlamos largo, en el borde de la pisci, con los pies en el agua, tomando mate acompañado de unas dulces galletas, manjar que compartimos con unas inquietas y afortunadas hormigas. El Sol cae, pero el calor sigue. Cuando ya son casi las 8 nos disponemos a una meditación, pues ya se ha ido la gente. Decidimos hacerla al lado del agua, y yo recuerdo las palabras de la bella Rigoberta Menchú, quien contó que los mayas para sanarse iban a un río a escuchar el sonido del agua.
Entonces nos sentamos con piernas cruzadas, ojos cerrados y comenzamos por llamar al Agua, al elemento purificador, nutritivo, fluido, emocional, mágico; convocamos su energía para que se haga aún más presente y nos enseñe a ser como ella: adaptable, musical, pura, llena de vida…
A diferencia de otras veces, siento ganas de contactar con Jesús, el gran maestro de esta era que despedimos, la Era de Piscis. Le pedimos que nos acompañe en la meditación. Su, que canaliza con sus manos, comienza a elevar sus brazos y luego bajan en forma de bendición, mientras sus dedos apuntan hacia mi frente y luego a la de ella. Yo algo veo pues en ese momento entreabro los ojos, pero los detalles me los cuenta ella al final.
Seguimos conectadas con esa energía sabia y amorosa… Ambas pensábamos que la meditación sería más larga, como otras veces que hemos estado hasta más de una hora pasando por distintas fases de la meditación… Pero en eso que estamos agradeciendo y pidiendo a Jesús desde el corazón, sentimos ruido en la piscina, son niños que se acercan y obvio que quieren bañarse. Susurran alrededor y se cuidan de no interrumpir demasiado, mientras entran al agua con poco ruido. Qué dulzura! -pienso y me los imagino con cara de pregunta de ver a estas dos locas «rezando» en la piscina, nada qué ver!
Nosotras seguimos con ojos cerrados. Y como todo es un motivo y vehículo del despertar, pido -para finalizar la meditación, pues no podremos seguir y está bueno dejarles el lugar a los peques- que nos contagiemos e inspiremos con la energía de los niños, con su risa, su ingenuidad, su juego, su ilusión, su creatividad… Que la energía pura de la niñez nos acompañe en la semana. Cerramos agradeciendo con las manos en uno de los mudras del amor (las palmas unidas a la altura del pecho) y me da un poco de risa por dentro.
Lentamente abrimos los ojos e instantáneamente ambas sonreímos. En eso, uno de los niños (son dos) por fin se sumerge con ganas y patea salpicándonos agua, la madre mira de lejos y nosotras nos reímos. Pero el hermano mayor del pequeño nadador se preocupa y le dice a éste: «¡Jesús, cuidado que estai mojando a la gente!»…………. Guauuu!!! Sí, Jesús definitivamente estuvo ahí, está en el corazón de todos y en todas partes! GRACIAS!
Es verdad Jesus y su obra està en todas partes, el aire, el agua, la calle, la gente, las mascotas, etc, y lo mejor que sus mensajes estàn en todo momento, solo hay que saber escuchar y sentir.
Saludos, EF
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Así es… la energía sagrada de la vida está en TODO… Besos, Enrique.
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Jime, estoy tan emocionada con éste artículo , que no sé qué decir ni que agregar, sólo hay que leerlo y trasladarse a ese lugar e imaginarse el hermoso momento que vivieron. Y sí, Jesús estuvo ahí cómo en todos lados aunque a veces no lo sintamos, él hace pequeños milagros todos los días , cómo el que acaba de hacerme a mí. CARIÑOS jime.
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Qué bello es tu corazón! Ya nos encontraremos, si? Por ahora, al menos virtualmente! Abrazos!!!!
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Jimena: Siempre en el momento preciso llega tu post.
Quise ir al taller de meditación , pero justo los tiempos agitados 😦 no me dejaron
abrazo
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Sí, pensé que vendrías, estuvo bello, con mucha sanación… Ya lo repetiré en abril. Cómo está tu nena? Besos!
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Jime :
Que maravilloso tu relato !! Me emocionan tanto las «sincronías «» !!Estoy convencida de que son el lenguaje que Dios usa para hacernos mas cercano su mensaje !! Ojala nos contagiemos todos de las cualidades de los niños, para que aparezca Jesus y nos salpique de risa y alegria y asi podamos adoptar una actitud mas liviana y positiva frente a la vida !! Un abrazo, Silvia P.
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