Mirando el cielo para actuar en la Tierra

-¿Está escuchando Cooperativa, vecino? -le pregunto al cajero de uno de los almacenes del barrio, donde compro quesos cada tanto, con quien siempre conversamos y bromeamos sobre la actualidad, las marchas de protestas en Chile (que comenzaron con fuerza en 2011) tanto de los estudiantes, como otras a favor del medioambiente, y también de cosas de su trabajo.

-Sí, vecina, ¿por qué? -me responde con cara cómplice-. Porque es buena esa radio, poh, vecino… Tiene que escucharla mañana a las 10:30, eso síp -le digo, a ver qué me responde.

-¿Por qué, va hablar usted? -me dice con ojos chispeantes.

-¡Vecino, se pasó, es muy intuitivo! Sí, escúcheme y después conversamos, ¿le parece?- le digo entusiasmada.

-Ya, vecina, a las 11 vamos a estar aquí todos escuchando- agrega mientras mira a los otros chicos que atienden, nos despedimos entre bromas y yo con el corazón enternecido.

Esa conversación fue a fines del otoño. Cuando me disponía a hacer el Ritual de Invierno 2012 y conversaríamos del tema junto a la periodista Cecilia Rovaretti en radio Cooperativa. Al día siguiente la entrevista giró en torno a por qué celebrar la llegada del invierno si es un tiempo al que muchos rechazan o temen. Hablamos de la importancia de detenernos y volcarnos hacia dentro, cosas que al sistema y al ego no le gustan.

Semanas después cuando fui por otros trozos de queso, le pregunto al vecino si me escuchó. Me dice… «¿Pero usted habló algo así como de la vida sana? -mientras me mira  con cara rara-. Jajajajaja, me río a carcajas: Sí, del invierno y de astrología, jajajaja. ¿Por qué, qué creía que iba a hablar? -le digo entre más carcajadas, su mirada de pregunta y su sonrisa un poco incómoda-. «Es que yo creí que iba a hablar de las protestas, del medioambiente, de esas cosas, poh»  -me confiesa, mientras yo sigo riendo y le digo en broma: «¿usted cree que yo ando puro protestando, vecino?»-. Nooo, es que como ustedes han ido a algunas marchas y no usan bolsas plásticas, traen sus bolsas de género, yo pensé que era de eso y cuando la escuchamos pensamos que nos equivocamos -me dice rascando su frente y ajustando sus lentes. Yo sigo riendo, después le respondo sus preguntas, pues ahora sabe a qué me dedico y quiere entender de qué se tratan la astrología y el tarot porque le llaman la atención…

Y, bueno, como la astrología tiene mucho qué decir y aportar a la mirada de la realidad, dándonos respuestas, guía y sentido, el 10 de septiembre volví a radio Cooperativa (si quiere escuchar haga click aquí)  en un ciclo de astrología mundial, esta vez para conversar de la identidad colectiva de los chilenos de acuerdo a la carta natal. Junto a la periodista Daniela Montoya conversamos -aunque nos faltó tiempo, pero a veces los medios de comunicación son así- de cómo somos los chilenos: marcados por una geografía de agua profunda y montañas macizas, con el Sol en Virgo, Ascendente Sagitario y Quirón en el Fondo del  Cielo, todo lo cual nos lleva a ser -entre muchas otras cosas- reservados, ordenados, inseguros, trabajadores, responsables, curiosos, sin padre. Esto último es re potente en el caso de Chile. Se nota en las calles, en las conversaciones, en los restaurantes, en las fiestas… En mi consulta. Muchos hombres se borran. A veces pueden ser parte de la familia, estar siempre ahí, pero desde la debilidad, desde una energía baja, desde poca presencia e ínfimas palabras o escasa opinión. También algunos están, pero desde una energía de niños donde la esposa y las hijas lo tratan -y él se deja-como tal. Otras veces el padre deja de existir, se va o se pelean, y tanto él como sus hijos pierden todo contacto. Otras está «casado» con el trabajo. Otras muere. Pocas veces en Chile los hombres -el padre- son una energía fuerte dentro del clan. Los hay, pero son más excepción que regla.

Y no es porque sean los malos de la película (aunque muchas mujeres los pintan así) o porque sólo sean completamente desconectados emocionalmente, poco empáticos, niños, inseguros, inmaduros. Hay una gran cuota de esto, sí, y es lo que nos toca trabajar a ambos géneros -pues claramente es responsabilidad de todas y todos- pero también están un tanto opacados y acorralados con el matriarcado chileno. De esto hablamos en un segundo programa en la radio (acá) con Cecilia Rovaretti.

Carta Natal de Chile

Mientras el Sol (lo masculino y paternal) de Chile está en Virgo (tierra; orden) y esto pone una energía reservada, tímida, prudente, criticona, racional, amable, ordenada, trabajadora, maniática, lógica, eficiente; la Luna (lo femenino y materno) está en Géminis (aire; comunicación) en conjunción con Júpiter (planeta que amplifica aquello que toca), lo cual tiñe a las mujeres de una energía curiosa, parlanchina, divertida, racional, sociable, adaptable, simpática, exagerada, intelectual, expansiva, chismosa. Por tanto, lo femenino tiende a notarse mucho más en Chile. Basta con ir a un bar, restaurante, evento, discoteca. Las mujeres conversan, se ríen, hacen ruido, tienen gracia, chispa (no el sabor del caribe, sino chispa), van bonitas; llenan el espacio -a veces demasiado. Los hombres no. Les cuesta atreverse, no hacen mucho ruido (a no ser que haya fútbol de por medio), no se sienten ni se muestran poderosos, muchos tienen voz de pito (snif), hablan en diminutivo, muestran inseguridad, no llevan la energía conquistadora y no me refiero sólo a ir tras las chicas, sino a conquistar terreno, el mundo, su vida. Pero esto, tiene un origen… Y una oportunidad.

La semilla de esto es, sin duda, la madre. El matriarcado chileno es de temer. Las mujeres y la madre chilena con esa Luna jupiteriana somos muy omnipotentes. La maternidad chilena -estoy generalizando, obvio- asfixia, sofoca, abriga, controla, alimenta, habla, piensa, se estresa, sobreprotege… No confía. No le da poder al hijo, sino que se lo adjudica y tampoco lo reparte con el hombre. ¿Por qué es una mala y neurótica? Mmm, no; por  miedo, que está dado por ese Saturno, el planeta de Capricornio, junto a Neptuno, regente de Piscis, ambos están en tensión con esta Luna exagerada. La madre chilena vibra desde el miedo y desde la mente, escucha poco al corazón y no confía en la sabiduría del hijo tenga la edad que tenga; ella misma fue criada por una madre fuerte y temerosa a la vez,  que además está en tensión a Marte en Leo, otro aspecto masculino en una carta natal, pero del hombre en sí, ya no como padre, que revela que los chilenos están impregnados también de egocentrismo, prepotencia, violencia, desdén, inseguridad, chispa, talentos, empuje. Pero la Luna chilena, desde su vibración mira a los hombres con cierta rabia, temor y resistencia, al tiempo que busca admirarlo (Leo), por tanto contagia ese campo vibratorio a su descendencia y al ambiente.

La tarea de Chile hoy, entonces, es volver a confiar en lo masculino. Lo femenino – a mi juicio-ya demostró, ya hizo, ya se validó; hasta Presidenta tuvimos e hicimos noticia en el mundo. Genial… Pero ahora tenemos la enorme oportunidad de enaltecer lo bello de los hombres y del chileno: hay que aceptar que sea tímido, prudente, inseguro, prepotente, etc. Lo importante es no irse al extremo de estos aspectos, que esta energía no le impida cosas ni sea la base para moverse. Es decir, no quedarme «pegado» en que como soy tímido y miedoso no hago tal cosa; o que exijo, conduzco (es un revelador ejercicio observar cómo manejamos los automóviles), trabajo desde la prepotencia y la inseguridad, por ejemplo.

¿Y cómo se hace? La tarea empieza desde el nacimiento. Que las madres usemos el humor, el cariño y la confianza en la vida para criar. Júpiter unido a la Luna también nos invita a confiar en nuestros sentimientos, ritmos e intuiciones… Por ejemplo, la fiebre es una liberación de energía necesaria, a veces pasamos rabias y luego viene fiebre. El té de menta la baja, también el agua fría en las muñecas (por dentro) y podemos probar con esto más la contención emocional antes de entrar en la desesperación, el medicamento y la urgencia médica como únicas soluciones. Los niños tienen que caerse para aprender y sentir que crecen, el mundo es un lugar bello donde ellos tienen que explorar, correr ciertos riesgos. Los niños quieren saber, entonces podemos conversar, profundizar, escuchar, compartir, sentir. Siempre me llama la atención que los niños chilenos pese a los fuertes cambios culturales que vivimos, si les hablas en la calle, se quedan callados, agachan la cabeza y se esconden tras las piernas de los padres. Yo misma lo hice cuando pequeña, pero pensaba -ilusamente- que los niños cambiarían. En otros países los niños te responden. Acá no y en eso hay un origen familiar teñido de vergüenza, miedo, baja autoestima, desconfianza.

Podemos pedirle al ser superior, interno o a la divinidad que está en nuestro hijo que lo guíe, que lo proteja y que nos muestre cómo tratarlo en vez de actuar sólo desde el control, el miedo, la mente. Es necesario ahora recurrir a la sabiduría y la intuición que viaja por vidas y generaciones y que está dentro nuestro.

Es primordial también poner límites (dejarle claro los sí y los no, e incluso exigirle un poco) porque eso le da seguridad a un niño, se siente tomado en cuenta y evita el egocentrismo, pero no desde la prepotencia o dictadura (nuestro Marte en Leo), sino desde los argumentos. Y -una de las tareas actuales- es urgente devolverle el poder al padre. Darle su lugar: que decida, opine, ordene; aunque se equivoque. Y ojalá los niños (hombres) desde los ocho años (luego del primer paso de Saturno) pasen más tiempo con su padre y conozcan la energía masculina: competir, jugar, defenderse, conquistar, explorar, esforzarse, atreverse, tomar iniciativas. Más aún desde el segundo paso de este planeta: a los 14 años.

¿Y la tarea masculina? Involucrarse en la crianza pese a la neurosis femenina, insistir. También conversar de cómo estamos, de lo interno; criticar menos (Virgo) y aceptar más. Además, atreverse, arriesgarse y tener en cuenta que sí pueden ser rechazados -en cualquier iniciativa: afectiva, laboral, sexual, económica, social, etc.-, pero que esto es parte del juego de la vida y de crecer, pues siempre corremos riesgos; conectar con sus talentos, sacar ese Marte que es vital, divertido, creativo, líder, generoso. Los deportes intensos ayudan a esto, también las artes….

Gran y digna tarea tenemos por delante para darle un nuevo tono a la identidad chilena. Para que la Carta Natal haga su trabajo evolutivo pues una de las bellezas de lo humano es que siempre -no importa la crianza, cultura, edad ni nada- podemos cambiar, crecer y despertar.

Así que sin importar la nacionalidad, y más aún si somos chilenos, bienvenidos al nuevo tiempo y a la tarea de conocernos profundamente desde distintas miradas para mejorar por dentro. Es más que posible.

Qué bello es celebrar

¿Qué es un ritual, Jimenita? -me dice con cara seria uno de los encargados del salón donde hicimos el ritual de Primavera.

Me encanta la pregunta y me detengo a explicarle un poco el sentido ancestral, la tradición de nuestros antepasados en distintas culturas del mundo donde se celebraban -y hasta ahora- tanto los cambios de la naturaleza como los movimientos de las estrellas; celebraciones en las cuales se honraba a la tierra, el sol, el aire, el agua, el fuego; también los pasos y logros de cada clan, tribu, grupo, etnia… Ese es el origen. Pero mi idea de celebrar las estaciones y el año nuevo chino, es también cerrar y abrir ciclos, entrar con una energía nueva a cada etapa, que sintonice con nuestra olvidada naturaleza externa e interna y preparar así nuestra mente, corazón, cuerpo y espíritu para lo que nos toque vivir en los diferentes momentos del año. Tiene que ver con hacer un alto, tomar conciencia y celebrar, pues -al menos por estos lados- mucha falta nos hace también la música, el baile, la fiesta, el compartir.

Nos hace falta también agradecer y aprender a fluir. Dar gracias por lo que tenemos, por las lecciones y por tanto más, junto con aceptar que todo cambia y que nos toca adaptarnos a ciclos con más sol o con más frío, tiempos más alegres y otros de conexión con la tristeza… Y que todo tiene que estar.  La vida no es una constante ni una línea recta; es una espiral de cambios, una esfera quizá no perfecta (a nuestros ojos, claro), pero armónica y completa, con todos los colores, sabores y ritmos… Como la naturaleza que habitamos, partiendo por nuestro propio cuerpo que todo el rato es natural, aunque lo olvidemos o le hayamos puesto silicona o tapado con quizá qué más.

Y la tarde del sábado 22 de septiembre nos reunimos muchos a celebrar la llegada de la Primavera, una de mis estaciones favoritas junto con el invierno. Llegaron unas 80 personas. Para mi sorpresa muchos de ellos venían por primera vez. Qué lindo y qué honor, sentí.

Y vivimos de todo: nerviosismo, fragilidad, tristeza, alegría, risas, baile, humor, dolor, limpieza… sanación, paz. Nunca sé bien lo que va a pasar en cada ritual ni tampoco sé exactamente qué haré, las «ideas» llegan los días previos, «bajan» de acuerdo a la energía que empieza a manifestarse y poco a poco todo comienza a tomar forma, con la ayuda de muchos y la presencia de gente curiosa, abierta, valiente, amorosa, chispeante, alegre, tímida, profunda, generosa, cálida… Diversa. Como somos todos.

Con mi querido Fer, directamente desde Uruguay; Lorena, seguidora de este blog que se atrevió a venir al ritual de otoño y desde ahí forma parte del equipo organizador de charlas y rituales; María Dolores, amiga y canalizadora; Cocó, hermana fiel y buena pa’l baile; Juan Pablo con su calidez; Silvia, con su sonrisa argentina ya casi chilena; armamos el ritual, el mandala, la energía, los detalles; ellos y otros cuantos dan su bella ayuda. También llegan los ancestros con su sabiduría y lealtad: mis padres. Hasta un pequeño representante de lo nuevo, el dulce Vicente de la mano de su madre, formó parte del bello grupo que honró la fuerza de la Primavera e hizo espacio desde el alma para la sanación de lo femenino y masculino que realizamos entre todos y que aún nos mueve el corazón, como me lo dicen por mail y al teléfono, y como yo misma lo siento en el aire, en mi energía y en la que quedó flotando todos estos días luego del ritual.

Después de un invierno muy aleccionador que nos puso a prueba, la Primavera se asoma con más esperanza y luz, aunque -lo siento- tampoco podemos «cantar victoria», pues la vida es lo que es: real y mágica a la vez, con sorpresas de las que nos gustan y de aquellas que quisiéramos obviar, también con mucha ayuda (enhorabuena). Este ciclo trae cambios, algunos drásticos, también mucha sanación y más amor, una gran cuota de compromiso en nuestro crecimiento y momentos de mucha tensión colectiva. Nada nuevo, sólo que ahora tenemos más conciencia, entonces ya no puedes evadir lo que sucede/ves/sientes. Ya no podemos postergar ni dar la vuelta. Esta Primavera es para limpiar, renovarnos, profundizar y asumir. También para recuperar nuestro poder interno y realmente cambiar patrones (formas) pegadas que no nos han dado resultado nunca, de modo de dar pasos reales en nuestro crecimiento. Y el cambio es cotidiano, sin fanfarrias ni fuegos artificiales. Es día a día, con la comida, con los pensamientos y sentimientos, con las actitudes, con los hábitos, con el cuerpo, con la mirada de las cosas, con la palabra, con la acción concreta y pura. No hay que vestirse de ningún color ni irse a meditar a tal parte, ni alejarse, ni hacer el taller caro de turno. La cosa -el poderoso cambio interno y colectivo- es aquí, ahora y poco a poco. De lo contrario es mucho ruido y pocas nueces. Y obvio que todos queremos nuestra nuez, ¿o alguien osa quedarse sólo con la cáscara crujiente? Bueno, capaz que sí, existe el libre albedrío, en todo caso.

Y acá estoy, con aroma a flores en la mesa del comedor, un sol que se esconde en un día que parece más invierno que primavera, bella compañía, sorbos de mate, noticias del extranjero, la llamada de una amiga pendiente de la salud de mi padre, y el profundo agradecimiento de estar más en paz que hace unas semanas… Bueno, a respirar, fluir, sanar, agradecer y sonreír con luces de primavera. Bienvenidas las flores, los verdes intensos, el sol, la brisa y las lluvias inesperadas. Todo está bien y todo pasará… A ver cómo nos va en esta nueva aventura.

Gracias, Invierno. Bienvenida, Primavera

Esta canción ronda en mí hace unos días, a propósito del cierre de este poderoso invierno 2012..

Chile celebra su aniversario patrio (¿se dice así?) y son nada menos que cinco días libres entre fin de semana y feriados, espacio que se agradece pero que si estás frágil puede ser el mejor caldo de cultivo de una depre, como lo conversamos con algunos…

Por lo mismo, yo los paso en la playa, en la costa central de Chile, con amigos, familia, conocidos; entre comida casera, humor, amor, música, baile, caminatas, sueños logrados, viento, sol, nubes, y aguas de distintos azules…

Los días antes de cerrar la consulta de tarot pasan varios -y otros tantos al teléfono- consultantes obsesivos y/o ansiosos. Nada nuevo, pero ahora (últimamente) me dan más pena, me dan angustia ajena; no me cansan como antes, sólo me provocan un tanto de desolación… Y al mismo tiempo me pregunto por qué y para qué los atraigo, pues obvio que hay una parte mía en esto, no hay casualidades en lo que nos toca cotidianamente y a mí estos me acosan casi todos los días y no me molesta, hasta los quiero… Pero igual  me da tristeza. Es doloroso ver a gente muy joven corriendo y queriendo lograr «todo» (dinero, pareja, casa, trabajo, hijos, mascota, etc.) sin entender no sólo que la vida es tantísimo más que estos logros externos, sino que además si todo está basado en «tener» sufres todo el rato pues nunca será suficiente; a otros que se boicotean la felicidad por perseguir el capricho obsesivo de turno que la vida no les está dando (incluido el conseguir una cita al tarot conmigo cuando la agenda está llena) y que no entienden que esta negación tiene un sentido; a muchos queriendo controlarlo todo cuando la cruda realidad es que no controlamos nada, con suerte -y mucha- algunas de nuestras actitudes o reacciones internas frente a lo que nos sucede…

No controlamos los finales, por ejemplo. Y este invierno estuvo lleno de éstos y no son malos, sólo que nadie nos prepara para vivirlos. Finales de relaciones, de trabajos, de estados de salud, de proyectos, de vida, de procesos, de roles… Una chica llega con su panza de cinco meses de embarazo y está muy frágil, no hay relación ya con el padre de su hija que llegará en el verano… Estás en duelos, se acabó tu ser individual y tu relación, mínimo que te sientas vulnerable, ¿no? Tienes más que derecho a llorar, enojarte, sentirte «estafada» por la vida misma -le digo y caen sus lágrimas, pero no desde la víctima, sino desde la conciencia pues lleva bastante trabajo personal en el cuerpo y eso marca tamaña diferencia en los momentos de dolor… Un amigo me llama para conversar de lo que le está pasando. Qué honor -le digo; por escogerme y por abrirse, vaya regalo. Nos encontramos en un café y  me confiesa sus miedos. También está en duelo, se terminó su trabajo y ahora se asoma el fin de su relación… Un gran amigo parte a Europa y me pone feliz pero triste a la vez pues sé que lo extrañaré cantidad, aunque ambos presentimos que este cambio es sólo el inicio de algo aún más grande… La bella e inquieta hija de una amiga parte a trabajar a la mágica isla Chiloé, en el sur del país, y ya se asoma su ausencia… Una mujer quiere dejar de ser la madre perfecta y liberarse aunque sea un poco pero no puede pues su hijo menor tiene una discapacidad y conversamos en la consulta sobre comenzar a cambiar su rol y «mandarlos a la mierda» no literal ni directamente, sino internamente, de darse el permiso de admitir, pensar y sentir que está harta y que no quiere más, que le encantaría estar echada en cualquier lugar sin tener que ser responsable de todos los detalles; se trata de empezar a cambiar por dentro. Se asoma su crisis de los 42, con la oposición de Urano, el planeta de la conciencia y el afán de libertad… Una llamada el último jueves de invierno nos avisa que un primo murió en un  accidente. Silencio. Tristeza. Perplejidad. A diferencia de otras veces, todos los días en la playa no me despegaba del celular pues sentía que podía pasar algo -le digo a mi hermana. Quizá era esto, quizá sólo aprehensión. Pero aquí andan los cierres, los duelos, rondándonos, provocando cambios, haciendo dolorosa limpieza de situaciones…

Antes, en agosto, la antropóloga Patricia May dice una frase sobre la opción de la felicidad y se me caen las lágrimas… Estoy en una clase con ella, Sergio Sagüez y otros, en un curso en la Universidad de Chile este segundo semestre… Está hablando también del ego, de la conciencia, del dolor… Y yo estoy -como muchos- un tanto remecida por las vueltas de este año, tanto que mi cuerpo optó por el vértigo y dos resfríos seguidos para mostrar su/mi cansancio, stress, tristeza, frustración…

Días antes una amiga argentina a quien conozco hace un año, en una buena conversación de café con lluvia de fondo, me dice: «desde que te conozco, de todas las veces en que nos hemos encontrado, es la primera vez que te veo insegura» …Y sí -le digo con los ojos vidriosos. Puede ser inseguridad, yo lo siento como fragilidad… Pero también siento que es necesario, que está bien, tenía que caerme -agrego. Hasta mi cuerpo está lento, aletargado, sin energía -constato. «Por supuesto, amiga, tienes todo el derecho», me dice tomando mis manos y mi hombro en gesto de cariño materno.

Obvio que esos días de agosto llegó mucha gente frágil a mi consulta (la realidad es un reflejo de nosotros, insisto) y obvio que luego de eso -del proceso- me enfermé y tuve que parar, pedir ayuda, escucharme… La vida, como siempre. Compleja, sabia, misteriosa, aleccionadora, desafiante, poderosa, frágil,  generosa, bella, apasionante… La vidap, aquí de nuevo en cierres y en inicios, ahora con mi sala perfumada por las flores que formarán el mandala del Ritual de Primavera de este 22 de septiembre, en el cual habrá más baile que otras veces precisamente para sacudir las penas del invierno y reconectar con la sabiduría del cuerpo…

Chau, invierno. Gracias por las lecciones -algunas aún en proceso-  y por la ayuda de tantos seres. Gracias por las sincronías y los regalos. Gracias por el silencio, la pausa y la reflexión. Gracias por la protección. Gracias por el crecimiento y el dolor, que tiene la noble e incómoda misión de movilizarnos para sanar y evolucionar… Y ahora, adelante, señorita Primavera, que su luz, aromas, brisas y colores entibien a tantos corazones abatidos, nos inspiren en un nuevo ciclo de crecimiento, goce, creatividad, expresión, amor, alegría, aprendizaje, entrega, sanación, caminos nuevos y despertares. Que así sea.

Ritual de Primavera 2012

No ha sido fácil sobrevivir a este invierno 2012, demasiadas cosas, el tiempo acelerado, muchos frentes abiertos, nuestra conciencia cada vez más despierta con lo cual no podemos evadir responsabilidades ni cerrar los ojos ante nuestro presente… Pero aquí estamos, creciendo.com y, como elegimos estar aquí y en este tiempo, tenemos que asumir, agradecer, celebrar y comenzar una nueva etapa en el sabio camino de la vida que nunca se equivoca; la vida, porque nosotros a veces hacemos cada cosa… ni el camino vemos, en ocasiones..

Bueno, cuando todo florece y el Sol se asoma por Libra, la Luna se encumbra en Capricornio y Venus pasea por Leo, dentro nuestro también comienza a iluminarse nuestra energía dándonos la oportunidad de salir de la introspección del invierno que nos regaló la bendita oportunidad de irnos hacia dentro. Si quisimos vivirla, claro. Y no digamos que estos meses de junio a septiembre 2012 han sido fáciles. Una energía de mucha purificación nos puso a prueba con enfermedades, decepciones, conflictos, incertidumbres, tristezas, depresiones, escasez, decisiones o hechos tajantes… Pero también nos dio la oportunidad de sanar, crecer, recibir o pedir ayuda, ver lo que no nos gusta para cambiarlo, comenzar a agradecer y valorar lo que tenemos… Este invierno 2012 nos permitió mirar -para quienes quisieron ver, obvio- nuestro ego e identificar nuestras trampas, mecanismos pegados y actitudes o pensamientos dañinos…

Si vivimos un invierno en conciencia seguro nuestra primavera será un espacio para florecer. Si no, las asignaturas pendientes volverán hasta que las enfrentemos e integremos como parte de nuestro crecimiento…

De todos modos, la mañana del sábado 22 de septiembre comienza oficialmente la primavera a este lado del planeta con el equinoccio. Un despertar, un renacer. Un tiempo-espacio para ponernos más creativos, abiertos, dispuestos, imaginativos… Son meses para hacer más cosas, comenzar proyectos, estar más sociables, trabajar en nuestras relaciones personales, disfrutar las bondades de la naturaleza, conectar con el goce de los sentidos y expresar el amor.

Pero, como siempre lo digo, Hollywood no existe, menos ahora en estos tiempos de mayor  de luz, por tanto la vida es un mandala: tiene de todo, con un centro y una periferia, así que no es blanco o negro y, probablemente, la primavera también nos traerá desafíos, la diferencia será el clima colectivo y las herramientas que tendremos para vivirlos.

Y para darle la bienvenida a esta nueva etapa, ese día por la tarde haremos un Ritual de primavera al cual están todos invitados…. Acá van los datos:

RITUAL DE PRIMAVERA

DÓNDE: En el salón de eventos de Carlos Antúnez # 1960, Providencia. Metro Pedro de Valdivia.

CUÁNDO: La tarde del sábado 22 de septiembre a las 18 hrs (puntual, de lo contrario el invierno puede devolverse)

CÓMO: Venga con su mejor sonrisa y mejor disposición. Con el atuendo que le siente cómodo aunque a la señorita primavera no le gusta que vayamos por la vida vestidos enteros de color negro, digo, por si acaso.

CUÁNTO: Celebrar es gratis, así que no se cobra entrada.

Pero sí hay que traer algo para compartir comestible y/o bebestible (por fa, nada de coca-cola ni galletas ni chocolates. Recuerde que la naturaleza es generosa, tiene frutas frescas y secas, y cosas exóticas como apio, zanahorias y aceitunas, ¿sabía? O usted puede preparar algo en casa y lucir su talento!) También hay que traer COJÍN porque sillas hay pero no para todos y la gente con más primaveras en el cuerpo tiene prioridad. Y, como no queremos contaminar más de lo que ya lo hacemos diariamente, traiga su propio VASO porque no habrá de los desechables por acá.

El ritual durará unas dos horas y luego compartimos y… bailamos! sí, porque hay que purificar las penas del invierno y moverse eleva nuestra energía, libera rabias y miedos. Si le da vergüenza o no le gusta, puede aplaudir o cantar y contagiarse de la energía primaveral! Pero no se vaya inmediatamente, pues esta primavera trae buenas sorpresas y está en nosotros abrirles la puerta en vez de bloquear la energía.

Confirme su asistencia y si viene a última hora sin confirmación, no tenga pena (no se aprobleme) y llegue sonriente! Puede venir consigo mismo, acompañado y hasta aclanado.

¿Alguna pregunta? Deje un comentario y la responderemos!

Abrazos de fines de invierno!

 

Aprobando el 2012, Test

He aquí un test para evaluar cómo vamos con el 2012 y si aprobamos o no sus especiales materias. Respire profundo y proceda a contestar:

1. ¿Se ha enfermado -usted o alguien muy cercano- más de una vez este año?

2. ¿Ha entendido por qué y para qué se enfermó?

3. ¿Sabe que las enfermedades no son una casualidad ni sólo un hecho físico?

4. ¿Siente que el tiempo pasa demasiado rápido; más que hace un par de años?

5. ¿Se le están repitiendo temas / situaciones / hechos del pasado?

6. ¿Observa que ha crecido internamente y que ante estos hechos pasados usted ahora es capaz de responder de otra forma?

7. ¿Se ha dado cuenta empíricamente de que la ansiedad no le sirve de nada y sólo le quita energía?

8. ¿Usted no es ansioso? Ah, entonces, usted no mira la hora a cada rato, no vive pendiente de su celular y los mensajes, no mueve el pie con un temblor descontrolado, no come ni bebe ni fuma por antojo, no compra por aburrimiento, no ve tele -o computadora- por llenar el espacio, no trabaja aceleradamente, no piensa que cuando consiga tal cosa entonces su vida será perfecta, no se desespera por una espera. Ah, qué bien.

9. ¿Se ha dado cuenta que la obsesión (con cualquier tema) lo descentra, le crea enemigos, malos ratos, desgaste a usted y a su ambiente; lo vuelve impopular y oscurece su energía además de su vida?

10. ¿Usted no es obsesivo? Ah, entonces no ha estado girando en torno a un solo tema en lo que va del 2012 ni su mente está pegada en un tema repetitivamente. ¡Qué bien por usted!

11. ¿Sabía que la obsesión y la ansiedad están muy castigadas este 2012?

12. ¿Se siente en un período de incertidumbre?

13. ¿Se siente irritable, raro, eléctrico, desconcentrado y/o con depre (sión)?

14. ¿No sabe mucho de su vida, de qué hará con ella o cómo se solucionarán sus problemas, pero intuye sutil o profundamente que está todo bien, que todo es perfecto como está hoy y que todo se dará?

15. ¿Se le repiten en conversaciones, publicaciones, visiones, andanzas; las palabras meditación, sanación, despertar, desapego, terapias, ego, esencia?

16. ¿De repente le dieron ganas de hacer otras cosas en vez de ir de compras o al cine los fines de semana?, ¿Cosas exóticas como descansar, apreciar la naturaleza, dormir, observar, ordenar, caminar, quedarse quieto o en silencio, o consigo mismo?

17. ¿Perdió la cuenta de las sincronías que ha vivido en lo que va del año?

18. ¿Sabe lo que es una sincronía?

19. ¿Ha sido tentado por el miedo en distintas situaciones este año?

20. ¿Qué ha hecho con él, con el miedo?

21. ¿Ha tenido uno o más momentos de desesperación este año?

22. Frente a alguna dificultad, ¿se ha pillado echándole la culpa al empedrado (entiéndase su familia, pareja, amigos, socios, trabajo, estudios, jefe, compañeros, profesor, ciudad, país, políticos, mercado, sistema)  para luego -aunque sea secretamente- darse cuenta que la responsabilidad es totalmente suya?

23. Frente a alguna dificultad, ¿ha contado con increíble apoyo, ayuda «caída del cielo» y/o la presencia de bellos seres a su alrededor?

24. ¿Ha recibido regalos, oportunidades, bendiciones este año?

25. ¿Ha vivido grandes cambios este 2012?

26. ¿Siente que tiene que hacer un cambio importante en su vida si quiere vivir más feliz cotidianamente?

27. ¿Sabe que ese cambio es interno, que es respecto a su actitud, mirada y acción sobre su vida?, ¿sabe que si no lo hace se quedará estancado y reprobará este año?

28. ¿Sabe que el mundo no se acaba este año pero que sí se asoman grandes cambios que todos presenciaremos y que nos obligarán a seguir creciendo?

…… Si ha respondido a menos de siete respuestas con un Sí, preocúpese. Si ha respondido positivamente entre 8 y 15 respuestas, le damos la bienvenida a 2012. Si respondió afirmativamente a más de 20, ¡Felicitaciones! Usted está en plena travesía 2012 y seguro está navegando por aguas turbulentas, pero no está solo, somos muuuuchos; confíe en su sabiduría, recurra a ella y avance sin prisa pero con perseverancia, siempre con la bandera de la conciencia, una gran cuota de humor, mucha flexibilidad y con el afán de despertar más y más cada día. Ah, y recuerde el amor propio (eso incluye el cuidarse a sí mismo) y a todos los seres…