Mágico equinoccio de otoño 2014

AriesCLos días ya son más cortos, se asoma la luz distinta del otoño, pero igual el calor de la última semana en Santiago se elevó por sobre los 30º, como si la llegada del Sol al fuego inquieto de Aries fuera literal… No sé, pero desde enero siento que algo fuerte viene para Chile o por estos lados sureños; capaz que es pura idea, pero siento que viene una oportunidad grande de crecer, de conectar con lo real y vivir más desde la consciencia, como si nos fueran a dar un remezón energético para atinar con lo verdadero; puede ser telúrico, volcánico, oceánico, económico, humano… Lo decía en una nota a comienzos de año: estamos en pleno Apocalypso… Que es personal y colectivo a la vez… Como dice Kevin Johansen en esa canción, «no trates de ser tan cool (genial, ondero) porque no lo vas a ser»… Síp, este tiempo es para la autenticidad del alma, es para bajar barreras, caretas, mecanismos, miedos, rabias, juicios, defensas, quejas, hábitos pegados; lograr detenernos y que nuestra esencia pura aflore cada día más

En esto de aterrizar y darle espacio al alma para que llegue del todo, se ajuste a lo nuevo y disfrute el proceso, me ha venido fuerte esta sensación de que algo viene, especialmente al mirar desde el balcón y los parques el cielo de marzo…También al «respirar» la ciudad y sentir la energía a ratos muy silenciosa y a ratos electrizante… Nuestro ego está enredado y se revuelca en dramas, lamentaciones, impaciencias, obsesiones, agresividad, apuros, expectativas, críticas, envidias; como si supiera -obvio que sabe- que el cambio de consciencia es cada vez más poderoso, que ya no puede caer en los berrinches de siempre y que está perdiendo, lenta pero efectivamente, supremacía, y por lo mismo patalea intentando engancharnos con nimiedades y empantanándonos para que no giremos hacia la luz… Pero es tremenda oportunidad también: ahora es un gran momento para mirarlo (al ego), para ver esa energía opaca nuestra, abrazarla y calmarla,  para poder hacer la alquimia transformadora que cada uno necesita en torno a sus propósitos de vida…

Por lo mismo, para muchos este tiempo está siendo re desafiante, duro… pero igualmente liberador y estimulante. Sucede que, a mi parecer, comenzó el centrifugado 2014 (si no entiende, busque notas anteriores, acá hay una), y puede ser divertido, vertiginoso, asfixiante, excitante, doloroso, aterrador… Liberador. Se me repite esta palabra que todo el rato me suena con los galopes del caballo 2014. Es uno de los ejes del año: liberarnos de las trampas y pantanos de nuestro ego que no quiere perder el control y puede aferrarse a antiguas creencias y roles que ya no nos corresponde representar… En vez de dejarle espacio al alma para que nos muestre con sabiduría el camino…

…El día antes del equinoccio me voy a uno de los cafés del barrio a escribir sobre esto y nos saludamos con los chicos que atienden y que me dicen que «andaba perdida», que hace rato que no me ven. Uno de ellos, que está feliz porque la Presidenta Bachelet acaba de asumir, sólo me guiña un ojo pues más de una vez hemos hablado de política y también echado bromas sobre el escenario actual… «Estás feliz» -le digo-. Ahora sí que síp, señorita. Qué quiere que le diga! -me responde con complicidad y nos reímos-. La energía femenina vuelve a instalarse en Chile y tiene la oportunidad de mostrarnos otros ritmos y formas, veremos qué pasa, e igualmente es -y será- un reflejo de nosotros, nada sucede afuera casualmente… Y además, como dice Patricia May en una nota de estos días: «(…) hay un trabajo personal que hacer, no podemos pedirle al mundo que sea lo que nosotros no somos».  Todo el ratop.

Una vez que me instalo y saboreo unas tostadas con palta, se sienta en la mesa del lado un tipo mayor que está un tanto loco -o capaz que no y sólo está en la suya- y que a veces lo echan de los cafés porque no siempre tiene plata, pero no es agresivo. Nos saludamos, yo figuro con audífonos porque estoy escuchando una entrevista, y él llama al mozo y entiendo que pide menú de almuerzo. Insiste en que quiere pollo con puré, pero hoy hay sólo carne y pescado, le dice el mozo con mucha paciencia. Y también quiere vino. —Mish, andamos con plata -le comento en broma al mozo, que se acerca a decirme que la otra vez almorzó y hasta le dejó propina-. Qué te parece! Le voy a decir si me invita -bromeo-. Entonces, cuando el mozo se va, mi vecino de mesa me mira y me dice algo que no entiendo. Sólo sé que me habla porque me insiste: chica, chica -me llama. —Perdona, es que estaba escuchando algo, dime -y lo miro temiendo que quiera hablar demasiado y me dé la lata, aunque obvio que le cortaré la inspiración si lo hace porque quiero dedicarme a lo mío (esta nota y decenas de correos pendientes)-. Entonces, él me sorprende y me lanza una sola tremenda frase: «Es mágica la vida» -y me mira subiendo la cabeza y las cejas como agregando la expresión implícita: ¿cierto?, mientras yo me quedo perpleja, agradecida y riéndome de mi ego que ya estaba subiendo sus barreras a punto de restarse de este regalo por puros prejuicios-. Le digo: sí, mucho, más de lo que creemos -y él asiente con la cabeza-.  Luego agarra el diario y cuando llega su orden la devora con deleite. Al poco rato se va y nos despedimos… Me quedo observando su caminar pausado y algo encorvado. Digo: gracias por la señal, gracias por la confirmación…

Por si lo estaba dudando, la energía divina de la Vida y los guías que nos acompañan nos mandan señales a cada rato, sólo que si vamos apurados o distraídos en la mente-emoción no las vemos… Claro, porque justo yo estaba un tanto agobiada con temas personales y laborales, disfrutando igual, pero sintiéndome entre a la deriva e inmóvil,  y viene este maestro y se lanza tamaña afirmación. Maravilloso. Tremendo empujón pa’ salir de mis lamentaciones y seguir con más fe. Me río sola camino a casa, respirando el aire cálido. Recorro instantes del fin de 2013 y los galopes 2014… Iba a escribir más, pero no. Nada más que decir por ahora: es mágica la Vida. Gracias.

 

 

 

 

El alma tarda en llegar

-¿Cómo está el desarme de la maleta? Toma energía eso también, ah? -me dice por chat Judi, que sabe de ir y volver, armar y desarmar tanto equipaje como casas…

-Sii, la maleta no se quiere mover!! -le digo y pienso en que está ahí de lo más instalada sin querer ni hablar y sacar los trapos sucios, aunque los recuerdos ya comenzaron a salir…

-Yo opino que desarmar la maleta de a poco, es parte del volver. «El alma se tarda en llegar», me dijo una amiga esposa de embajador. Ella sabe! jajaja -agrega.

-Siii, eso sientoooo: mi alma no ha llega’o… anda en Turquía. 😀

-En una semana vuelve 🙂 Si la dejas volver, claro; jajaja.

-La esperaré entonces 😉

… Estoy en pleno aterrizaje después de poco más de un mes de viaje por España, Portugal, Turquía y Grecia… Una bellísima aventura que, como dije en el post anterior, surgió de repente: giros/regalos del destino, y que Sole-Sol  la noche del viernes pasado, sentada en la terraza de un restobar del barrio me recuerda con risa que a mediados de diciembre cuando me preguntaban por las vacaciones, onda ¿qué vas a hacer?, yo decía: no sé, no alcanzo ni a mirar pa’llá, no tengo nada planeado, nunca planeo mucho tampoco, supongo que algo saldrá y si no, realmente no me importa mucho, ya con «no hacer» me basta… Esa respuesta le di a varios que me preguntaban… Venía tan exhausta del año de la serpiente y en pleno levante del Ritual de cierre del 2013 y entrega de las Predicciones 2014 para Emol, que no veía nada ni me daba pa’ mirar. E igualmente me da curiosidad la gente que planifica con varios meses de antelación las vacaciones, por un lado lo admiro y en lo práctico (tiempos, dinero) sirve mucho, y por otro lado siento que eso a mí -hasta ahora- no me va, que siento que todo puede cambiar tanto del invierno al verano, por ejemplo, que prefiero hacer lo que vaya sintiendo… En fin.

Los primeros días de febrero, antes de irme, Deborah con su videncia me dice que es un viaje de sanación y reencuentro con lugares y sensaciones de vidas pasadas… Recordé y viví esto en varios pasajes del viaje, como en Barcelona cuando más allá de su belleza y aires sofisticados, me sentía en algo ya conocido… Lo mismo en partes de Porto, Lisboa, Toledo y Madrid… Pero donde más sentí esa energía fue en Turquía: tierra intensa y sonriente, llena de colores, sabores, aromas, culturas, nacionalidades, devoción, arte, antigüedad y presente pujante… Me habría quedado feliz allá en esa vibración intensa y armónica a la vez, de respeto y alegría, de tradición y modernidad; no tenía ninguna gana de empacar hacia Grecia… Pero, como siempre digo, los ciclos se terminan, así que puse música alegre para hacer la maleta y partir hacia tierras parecidas a las turcas por su pasado, pero con otra energía actualmente…

Desde el puente Galata, Estambul, Turquía

Desde el puente Galata, Estambul, Turquía

… En mi segundo día en tierras turcas, al entrar a la Hagia Sofia, la mezquita Santa Sofía, en Estambul, en una tarde gris, avanzo lento sintiendo el aire, dejándome sorprender por los pasillos y escaleras hasta ingresar a la galería principal del segundo piso con cúpulas, mandalas, vitrales. En medio de decenas de turistas inquietos y maravillados me asomo en cámara lenta a uno de los balcones que dan al espacio principal, miro todo y se me caen las lágrimas… No es pena, es emoción pura, es recuerdo del alma…  Después, en medio del gentío, mi mirada se cruza con la de un guardia que me saluda con la vista, cerrando los ojos e inclinando la cabeza en silencio, como si supiera de la emoción que siento…

Hagia Sofia, mezquita y museo, Estambul

Hagia Sofia, mezquita y museo, Estambul

En eso, mi hermana Consuelo, internacionalmente conocida como Cocó, me toca el hombro con ternura, mientras contemplamos y al rato me dice con su picardía característica: «¿estai emocioná porque ya anduviste por acá con los habibis?, si querís te quedai no más, está bien bonito» -y nos reímos al unísono, mientras juntamos las cabezas abrazadas y continuamos mirando todo, sorprendiéndonos, tomando fotos, sintiendo la energía; riéndonos de algunos turistas orientales adictos a la fotografía, y de un par de gatos siempre presentes en Turquía -y en Grecia también- y que parecen perros porque no se arrancan y te piden cariño o comida… Para referirnos a los turcos les pusimos habibis (amados, queridos), pero luego le dije a Cocó que nos podían escuchar y mal interpretar. -Les podríamos decir: cúrcuma… Curcu, más corto -se me ocurrió-. Pero nos duró un día porque igual se me salía el habibi y a Cocó le pareció que habibi se parecía a Javier y les podíamos decir Javieros. Así que quedaron con ese nombre para nosotras: el Javier me dijo esto, qué lindo el vestido de la Javiera, qué guapo ese Javier, mira las javieras chicas, qué tierno el Javier, etc… Sí porque los portugueses eran los «portu»; los españoles los «peta» (de peta-zeta, los dulces que saltaban en la lengua); los griegos, «grecios» y/o «Gregorios»; los asiáticos «orien» o «chainos», los chilenos, chili… Como muchos saben, adoro el humor y para viajar -tanto afuera como en la vida misma- a mi juicio hay que tenerlo, si no, lo pasas peor y tu mirada se estrecha, por tanto se estrecha tu realidad…

Plaza de la Mezquita Azul, Estambul

Plaza de la Mezquita Azul, Estambul

Es mucho lo que podría decir de Turquía, de la intensa y apasionante Estambul, de la dulzura de Goreme y la sorprendente Capadocia… Iré contando de a poco algunas aventuras, ahora estoy reencontrándome con mi alma que llega de a poco, muy agradecida, emocionada, sensible, contenta, sin ganas de trabajar, contemplando muchas cosas cotidianas, sintiendo que se avecinan más cambios, en bienvenidas y despedidas…

Parece que el inicio del año laboral-escolar provoca lo mismo, ¿no? Tenemos que ingresar al sistema frío que hemos creado pero el alma llega después porque tiene otra vibración, otra frecuencia, ritmo y energía; parece estar en la playa o donde sea que haya paseado, o en los días de relajo, en el sol de los atardeceres, en el compartir de otra forma… Y de pronto suena la campana y hay que hacer fila para ingresar a otra vibración no tan sana pero que depende de nosotros humanizar cada vez más, y el alma tiene que hacer su proceso para ingresar… Por estos lados, parece que el alma chilena -y la de otras latitudes también- se está acomodando con más de un temblor que empuja la tierra y nos hace despertar y recordar no sólo lo frágiles que somos, sino que además vivimos en permanente cambio…

Muchos estamos en eso. Acomodándonos, alistándonos, sacudiéndonos la energía anterior para seguir cabalgando con nuevas ganas en este año del caballo y dejando que el alma se asiente en el nuevo tiempo-espacio. Por eso, ahora no logro ver ni sentir la energía para hacer el Ritual de Otoño, simplemente no me da. Decidí no hacerlo y quizá hacer algo en abril, ya veremos. Lo siento por todos quienes lo esperan y participan, por el equipo y hasta por mí que lo disfruto, pero decido respetar mi energía y no forzar(me).  Le estoy haciendo espacio a mi alma para que llegue, aterrice bien y comience el nuevo ciclo con tranquilidad. E igualmente por acá -en el blog- podremos unirnos a celebrar el ingreso del Sol a Aries con el equinoccio del 20 de marzo. Por ahora, al menos yo, intento respirar más e ir paso a paso con la agenda que ya la veo bastante llena. Gracias y que tengamos un buen cierre del verano/invierno 2014!