¡FELIZ 2021… Con todo lo que implica!

Desde antes que terminara 2020 (no sé cómo logramos terminarlo, jajaja) me preguntaban por las Predicciones 2021. Y yo pensaba: Tranqui, que ya voy… Después decidí hacer un audio para todos (quizá haga un pasada signo por signo después), pero no me llegaba la energía. Al igual que muchos, el cansancio pudo más por bastante rato y no fue solo hasta que la Vida me dio una alegre e improvisada invitación a la playa, a Los Molles, en el centro-norte de Chile, por unos días, en que logré reconectarme, descansar y tomar la energía activadora del mar, de su sanadora brisa y del poderoso Sol.

Así que ahora sí, acá va un audio algo extenso, pero así no más salió. ¡Feliz 2021… Con todo lo que implica! Celebro nuestra osadía de estar aquí, en tiempos tan especiales, que nos desafían a crecer de verdad y a generar la Vida que sí queremos desde nuestro bello corazón.

PD: Un gran abrazo y en Instagram, en @astroalmica, además de memes (amo nuestro humor sobre el presente) estaré publicando más cosas y los talleres de astrología que vienen en abril.

ACÁ EL AUDIO:

21 diciembre: Portal a una Nueva Tierra

Este 21 de diciembre, además del solsticio, nos regala la esperada conjunción entre Saturno y Júpiter en Acuario. Podría ser un evento astrológico más. Pero para muchos es un gran símbolo del Nuevo Tiempo y la Nueva Tierra que estamos pariendo.

Aquí les comparto un audio para sintonizar un poco más con su energía y caminos.

Un gran abrazo, mucha flexibilidad y consciencia, desde la Nueva Humanidad que estamos dando a luz. ❤

 

¿Qué te hace feliz?

Últimamente (hace varios meses, la verdad) me despierto con una mezcla de risa y curiosidad: «¿Seguimos aquí?,  ¿aún estamos vivos?, ¿se habrá acabado todo ya?, ¿esto habrá reventado?». Después de abrir los ojos, respirar profundo, agradecer y sentir, me hago estas preguntas. Luego me río y digo «ok, aquí vamos de nuevo, planeta Tierra, jajaja», mientras me dispongo a levantarme y comenzar el día…

Y como -al igual que muchos- me paro desde otra realidad, lejos de discursos mediáticos que aturden, distorsionan, dividen, generan miedo y masa de población que deja de discernir y cree todo lo que se publica o se dice oficialmente; lo cual no me hace mejor ni peor que nadie, simplemente es una práctica instintiva de mucho tiempo, capaz de siempre; dejé de enterarme de todo lo relativo al famoso bicho y demás oscuridades que tanto nos han servido –entre otras cosas– para potenciar procesos de despertar y para reconectar con lo verdadero e importante para cada uno. Bueno, esto último igual es una decisión. Además de ser algo con lo cual no contaban los creadores de todo este tinglado disfrazado de bicho. No hay mal que por bien no venga, dice la sabiduría popular.  Muchas veces las peores condiciones, el dolor y la opresión, son el mejor terreno para abrirnos al lenguaje del alma, bajar el ego y comenzar a vivir de otra forma. Aunque, por supuesto, no tiene que ser el único factor para comenzar una Vida más conectada. La alegría y el agradecimiento también pueden serlo.

Y en medio de todo este plan para infundir miedo a los humanos, cuyo afán es el control y otras cosas, al cual confío, dado los tránsitos astrológicos (donde la potencia en Capricornio, signo de tierra, material, que rige la ambición, los temores a que vean nuestras fragilidades, la exigencia, el logro, las grandes corporaciones políticas, sociales y económicas, el patriarcado, el afán de hacer cosas importantes), le queda poco, pues este signo dejará de ser el protagonista hegemónico para abrirnos paso a energía más creativa poco a poco, con Acuario, Géminis y Tauro como vibraciones más presentes en 2021 (si es que llegamos allá, ja); se abre ante nosotros lo simple y lo circular. La base.

Tuve unas cuantas lecturas de carta astral las últimas semanas donde recordamos esto. Volver al origen, al goce de SER HUMANO. A la VIDA con su infinita generosidad y belleza puesta en cada detalle que, dados múltiples factores dejamos de apreciar. Parte intrínseca de este viaje de ser humanos es el goce de los sentidos, de la Vida en sí. Y si bien el practicar consciencia (lo que llaman camino espiritual) lo activa, no pocos se quedan en lo que defino como «vitrineo espiritual», es decir, quedarse en la mente, en la idea, en «qué lindo», pero sin practicar, sin hacerlo propio, hacerlo carne.

Ahora, en meses de mucho absurdo dando vueltas, de cambios planetarios notables, en un tiempo único para toda la humanidad para el cual nos preparamos por mucho tiempo y encarnaciones; en momentos donde la oscuridad de nuestro ego personal y colectivo tironea para que permanezcamos en el mundo antiguo… La nueva humanidad, como lo dije en estas Predicciones del 2020 puja por nacer y nos devuelve la conexión con la belleza que somos, presente en toda esta experiencia humana.

Por eso, mi pregunta ahora es: ¿Qué nos hace felices? Porque eso es una gran clave en este momento. Esa es la semilla para el nuevo tiempo. Eso es lo que ayudará a que, pese los dolores de parto en los que estamos, podamos sentir y saber que la Vida con todo su poder, amor infinito y belleza inconmensurable nos habita, nos atraviesa y nos acompaña incondicionalmente para ser lo que vinimos a ser: Seres poderosos en una Tierra prodigiosa.

Imagen de Beth Thomas en Pixabay

En estos momentos me hace feliz sentir y contemplar los árboles de verde vibrante, las nubes y el sol, la brisa, la lluvia, los arcoiris, el aroma del café, la risas de los niños jugando libres, la energía pura de la señora que me vende una mata de orégano y otra de hierba buena en la feria, caminar sin tiempo, sentir el silencio, ver la telenovela turca que tiene muy buen guión, reírme a carcajadas con el chat familiar, conversar con la chica de la tienda que igual que yo no cree nada de la ‘actualidad’ mundial, compartir con don Arístides que vende quesos de campo y que sí cree todo lo de la TV, cortar cilantro fresco para el almuerzo y la cena, el color turquesa en todas sus manifestaciones, la música,  escribir, iniciativas valientes como las de Virginia desde el sur de Chile y que se replican en todo el mundo, leer un libro de canalizaciones que está muy bueno, conversar de otros temas y reírnos de este presente con varios a quienes quiero, sentir el sol en la piel, un trozo de kuchen en el jardín, la risa de un chico en la tienda a quien asusto porque está con audífonos y no me vio entrar, el desayuno con café turco a media mañana, los colores y el aroma de la fruta de primavera, los abrazos, los gestos de amor, el éxito y la sanación de algunos cercanos, el atardecer, el guardia del supermercado a quien no le resulta tomarme la temperatura y le digo: es que soy extraterrestre, no marco nada –mientras me mira con ojos extrañados cuando sigue no resultándole la medición y ambos nos reímos mientras él mueve la cabeza y me deja pasar en medio de bromas…

Muchas veces respiro, cierro los ojos ante estos tesoros y me siento más que feliz. Porque esto somos: Amor, naturaleza, risa, sabores, aromas, colores, gestos, ingenio, conversaciones, instantes, dulzura, miedos, preguntas, vibración, juego, sencillez, compartir, creatividad, poder… Luz. Apreciarlo nos ayudará a sembrar y cosechar el Nuevo Tiempo en vez de perpetuar el antiguo que –enhorabuena– despedimos, con todo lo que nos regaló y enseñó… Y a ti, ¿Qué te hace feliz?

 

Eclipse julio 2018: Activar nuestro Sol

Hicimos una meditación con la fuerza de los ancestros al cerrar la Charla de Urano en Tauro que realizamos en Curicó, centro-sur de Chile, hace unas semanas (el altar de la Charla, en la foto).  El Sol nos acompañó después de un par de días de copiosa lluvia.  Hablamos de cómo nos movimos de 2011 hasta acá y cómo lo haremos desde este presente hasta que el irreverente Urano se vaya de Tauro en 2026. El grupo curicano es muy cálido y de todas las edades, varios son terapeutas, algunos con gran conexión para compartir herramientas con sus pacientes y cercanos. Los días antes que comience la Charla, conversamos del tema en dos programas de radio locales y no sólo comentamos de este movimiento planetario, sino también de las posibilidades para los signos; y uno de los locutores me pregunta qué decirle a la gente que no cree en la astrología… ¿Qué les decimos? …¡Que está muy bien! Que nadie tiene que perder su poder, que no es necesario convencer a nadie (por algo las religiones van en retirada; por fin!) y que si necesitan saber en qué se basa la astrología; pues en lo que constantemente sucede: el cielo -el Universo que habitamos y del que somos parte- se refleja en la Tierra y viceversa; lo que está afuera de nosotros y que encontramos en el camino (nuestros ambientes, vínculos, hechos) tiene mucho que ver con nuestro estado interior y éste último con lo que somos capaces de ver y conectar en nuestro exterior… Todo está conectado y baila una danza perfecta…

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Y cuando esa danza incluye un eclipse importante como el de este viernes 27 de julio por la tarde (acá en los sures del planeta, en Chile a las 16:20 específicamente),  que durará una hora y 43 minutos, aunque el evento completo alcanzará casi las cuatro horas; las cosas en la Tierra colectiva y en la personal se agitan pues se produce gran limpieza, hallazgos, cierres de ciclo en varios ámbitos y reconexión con los propósitos originales que vinimos a realizar.  Claro, el alma sabe cuáles son esos caminos. Nuestra mente no. Nuestro cuerpo los sostiene. Nuestra intuición los avisa. Nuestro ego al principio los distorsiona, pero si se domestica, poco a poco comienza a ayudar a este plan llamado Vida de tanta belleza y desafío. ¿Y nuestra consciencia? Ella está siempre dispuesta a hacerse presente -si la despertamos y la llamamos- para unir a todos los demás en un solo batido y dice: ¡Ahí vamos! Pues encuentra sentido en cada paso.

Este eclipse total de Luna llena en en el grado 4 de Acuario, que nos mueve a todos y con más fuerza a los signos fijos: Tauro, Leo, Escorpión y Acuario, en especial a quienes están de cumpleaños en los primeros diez días de cada signo (del 21 al 1 respectivamente) no sólo tiene gran duración, sino además mucha sensibilidad en el ambiente; explosiones, como los crudos incendios de Grecia (acá los temas 2018, por si quiere repasarlos y acá las Predicciones del año); también trae pruebas importantes a nuestro ego, a la impulsividad personal y colectiva, a la agresividad, a cómo manejamos los obstáculos y frustraciones, a la seguridad interior, a la soberbia de creerse diferente y especial, a la desconexión por estar sólo en la mente, o en la imagen y en la prisa… Por eso es preciso mantenernos más tranquilos, con el cuerpo más presente y liviano, atentos a nuestros movimientos y reacciones… En el horóscopo de esta semana dejé algunas breves pistas/guías para cada sigo, acá.

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Pero este viernes (y durante un mes, en especial) tenemos tremendo regalo. Este eclipse XL destapa aquello que esté impidiéndonos escuchar y seguir al corazón. No al romántico ni al emocional ni al del marketing, sino a nuestro centro vital donde residen nuestras certezas personales y colectivas, porque es un fractal del TodoEl corazón verdadero… Nuestro Sol interior, que es ‘mejor amigo’ del alma.  Esa chispa que está tranquila y vibrante a la vez, que quiere experimentar esta Vida en vez de pensarla o sufrirla. Que se atreve a jugar, a sentir, parar, intuir, avanzar, reconocer para que evolucionemos. Ese centro luminoso donde reside nuestra autenticidad y que nos impulsa a vivirlo todo, no sólo eso que nuestra mente considera «bueno», «seguro», «lógico» o «necesario» porque todo -desde una enfermedad o una dolorosa caída hasta el logro más anhelado y cada momento de alegría- tiene que estar… Este eclipse nos mostrará con cierta crudeza qué situaciones, relaciones, hábitos, pensamientos o dinámicas ya se saturaron en nuestras vidas y nos impiden seguir porque opacan esta luz interna, por tanto ya no sirven… A no ser que quieras seguir mintiéndote a ti mismo, lo cual es válido igual; cada uno con su ritmo y decisiones, ¿no?… Y mientras más ausentes de nosotros mismos estemos más tajantes pueden ser las lecciones para que nos detengamos a ver, limpiar y enmendar  nuestro andar… ¿Para qué? Esta vez el cielo hace especial énfasis en que seamos más genuinos, nos liberemos de máscaras, de pesos y de apegos; en que ocupemos nuestros dones y nos atrevamos a descubrir algunos nuevos  para contribuir a la evolución propia y a la planetaria, que cada vez está más vital y no cesará, pese a que el sistema (creado por nosotros) se resista,  pues  estamos más grandes y vivimos un maravilloso tiempo!  Feliz eclipse de Luna llena en Acuario, tiempo de gran autenticidad! 

 

Eclipse de Luna en Leo: ¿qué vamos a elegir?

La intensidad de enero ha sido tanta que -además de tener poco espacio- no sé ni de qué escribir.  Si del dolor que muchos atravesamos para poder abrir otra etapa y soltar pesos. Si de las verdades, la agitación y la evidencia de la oscuridad de Marte con Júpiter buceando por Escorpio. Si de las conquistas que varios celebramos agarrados del aleccionador bastón de «Don Satur».  Si de los desengaños que Neptuno nos pone para que aprendamos a usar más la intuición y menos la lógica desgastada. Si de la sarcástica despedida que ya hace Urano en sus últimos meses en Aries, que agita nuestro cuerpo y sistema nervioso, que nos pone desafíos, nos llama a ser más audaces y creativos; mientras exacerba el individualismo -aunque algunos valientes ahora se atreven a mirar el propio, ¡tremendo salto cuántico! Si de la necesidad de estar más tranquilos más allá de lo que afuera esté pasando. Si de este eclipse de Luna en Leo que será una evidencia y un ajuste.

En el cierre del taller de interpretación astrológica del  sábado pasado, una alumna me pregunta por esto. Por el eclipse  en Leo de este 31 de enero y alcanzo a comentar que es más emocional que el que vivimos el 21 de agosto pasado, que sirvió para remecer nuestras estructuras externas (temas mundiales en lo político y climático, principalmente) como las internas, pues fue un ajuste de indentidad: qué quiero, qué me representa, qué ya no y qué hago con esto.

Pero más allá del eclipse en sí, el movimiento previo de éste me tiene muy conmovida y contenta a la vez. ¿Se puede estar dolorida y feliz al mismo tiempo? Sí. Somos un Todo. Y mientras me toca acompañar las lágrimas, el dolor físico y emocional de varios cercanos, junto al mío propio que otros acompañan también; un hilo de tranquilidad (en medio de la angustia, igual) y alegría cruza mis experiencias. El dolor y la sanación se presentan al mismo tiempo y es muy emocionante experimentarlo: asistir a la transformación profunda de varios cercanos que botan antiguas capas para quedar a flor de piel por un rato antes de levantarse… Cada uno está soltando sus armaduras. Vaya gesto para honrar y para vivirlo en cada fase, sin apurar ninguna…

Es que ahora, en este inicio de 2018 se termina de «rayar la cancha». Y gente que optó antes por la oscuridad o la opacidad pero que no le corresponde, está siendo «jalada» hacia lo luminoso… Quienes «como que quisieron despertar» y lo dejaron a medias, ahora tienen que definir el camino; hay quienes están obligados a dar pasos hacia la consciencia y no al contrario… Y esto duele. Es un despojo hasta físico. De hecho nuestros cuerpos se están ajustando a lo nuevo, a los universos paralelos que hace unos meses habitamos más que antes…

En medio de esto, lo que más me llega de este eclipse es el contraste que desde ahora se dará con más fuerza que en otros tiempos; también el sanador cierre que viviremos para reconfirmar nuestros caminos en torno a los afectos y a los talentos que vinimos a despertar; y la nueva energía femenina que emergerá para comenzar a despedir poco a poco el patriarcado de los siglos de los siglos…

¿El contraste? Sí. La Luz y la Oscuridad que somos saldrá a pasear mucho este 2018. Y dependiendo de dónde te pares es con qué y con quiénes te encontrarás. Así que «dime cómo estás por dentro (en qué está tu mente, emociones y acciones) y te diré qué situaciones atraerás, de qué formarás parte y con quiénes compartirás»…  Por lo mismo, habrá muchos con quienes ya no se nos permitirá -aunque lo intentemos o manipulemos- estar o compartir. El contraste será cada vez más fuerte;  no nos dejará maquillar nuestras relaciones ni ambientes. Lo que antes aguantábamos o manteníamos por la forma o por «pobrecito» o por no puedo, etc., etc., ahora será revelado y remecido para que caiga por su propio peso y cada quien tome sus destinos.

Cierres. Sí, esto trae en sí mismo este eclipse y durará todo febrero. Hay algunas fichas -o ladrillos- que nos cayeron en el eclipse de agosto 2017 y hay muchos que se resistieron a hacer un cambio real pese a tener todas las razones enfrente, varios que sí entendieron que había que soltar y lo hicieron -angustia mediante- pero aún no cierran por dentro, y otros tantos que quedaron con un signo de interrogación de neón en la cabeza porque encuentran que la vida es entera injusta y aún no saben qué hacer.  Ahora llegan las comprensiones y las decisiones que cada uno tiene que tomar para sonreír más antes que dramatizar o seguir muriendo por dentro.  Ojo que estos tiempos nos quieren revitalizados!

Tute, una vez más.

Y sobre la nueva energía femenina. Obvio que no es feminismo;  eso es antiguo -igual que decenas de cosas que ya no van y que tengo pendiente hace rato escribir acá algún día. El patriarcado por supuesto que también lo es; ambas palabras me sacan bostezos. ¿Qué viene, entonces? En este mes de eclipses (el 15 de febrero viene el segundo) harán noticias las mujeres. Y junto a esto también comienza una elevación de lo femenino en nosotros: creatividad, intuición, contención, nutrición, emociones, esperar, cadencia, poder interior. Y encima es la enigmática Lilith una de la grandes protagonistas de este eclipse, así que podemos esperar noticias en torno a la oscuridad femenina, como también a poderosos liderazgos que no teman aplicar su fuerza.

Y aunque los eclipses no son para tomar decisiones importantes, pues se mueve mucha energía emocional y es mejor esperar a que decante y se nos muestre todo el puzzle, sí nos tocará definir de qué lado estamos y sobre qué energía nos pararemos este 2018 para avanzar. ¿Negatividad, positivismo, realismo, profundidad, frivolidad, consciencia, pragmatismo, alegría, agradecimiento, rabia, resentimiento, orgullo, humildad, empatía, verdad, mentiras, tristeza, confianza, rechazo, aceptación…? Podríamos seguir varias líneas más. Pero básicamente es si caminaremos en base al Amor (certeza en la Vida y entrega a ésta) o desde el Miedo. ¿Y de qué lado? En este par de eclipses hay dos opciones: del lado de escucharnos con más detención para hacernos caso (no a nuestro ego que quiere ganar, claro está) o del de seguir las pautas del sistema, de las culpas, de la imagen, del deber ser… Como lo he dicho antes, da lo mismo lo que elijas, lo importante es saberlo para ser consistentes. Cuando de verdad tomas un camino, se abren puertas y la Vida empieza a fluir. 

Estas semanas eclipsadas, entonces, nos llaman a decidir interiormente para poner en práctica todo 2018 una energía más pura, más conectada con lo que de verdad nos saca sonrisas y nos deja en tranquilidad…

Feliz eclipse. Sin estridencias. Con más escucha y gran sanación…

Júpiter escorpiónico, octubre 2017 a noviembre 2018

Júpiter & la Tierra

Júpiter es panzón, de espalda ancha y bien erguido. Llena mucho el espacio; lo invade a ratos. A mí me cae bien, me divierte mucho; ha sido buen compañero en ésta y otras vidas; pero no me creo todos sus cuentos, ni menos su buena fama. De hecho a veces lo hago callar porque vaya que habla y se dispersa. Muchos lo ensalzan. Él feliz. Algunos creen que cuando los visita (cuando pasa por su signo) les caerán luces de colores, flores y monedas de abundancia durante un año. Ja. No precisamente, aunque igual un poco. A veces él, que es entero bromista, trae mucho ruido y pocas nueces, o poco ruido y un nogal -o mazazo- nada cómodo al principio.  Porque él no es delicado. Es algo burdo en sus formas, pero es bonachón y con gran carisma. De esto último saca mucho partido porque él no cree demasiado en el esfuerzo sino en abrirse puertas; arte muy fructífero que Saturno, su padre, mira con desdén.

Ahora él se despide de Libra, desde donde nos mostró por un año muchas cosas que no estaban bien en nuestras relaciones, nos sacó máscaras en torno al aguantar y/o conciliar, nos mostró lo mal que nos hace quedarnos sólo en las dudas -en la mente-, nos trajo relaciones más armónicas, como también nos puso enfrente el compromiso real, y nos invitó a valorar más el fondo que la imagen.

Es que Júpiter esconde en su morral -él no es moderno- una gran lupa. Y cuando se pone enfrente nuestro saca también un extenso pliego de papel -con algunas manchas de comida- que tiene un mapa dibujado, donde están nuestros caminos de Vida: las decisiones que hemos tomado, la gente que encontramos, la vocación, los planes cumplidos e incumplidos, nuestras creencias, las experiencias que hasta ahora nos hicieron crecer, los lugares que exploramos, lo que descubrimos de nosotros mismos, las alegrías, las decepciones, las pasiones, y un buen etcétera. Ahora, varios planetas guardan -en su propio formato- este mismo mapa con algunos énfasis distintos. Obvio que éste viene dibujado en 3D y que, al mirarlo de lejos, es la Flor de la Vida. Y obvio que va en espiral ascendente (para que podamos entenderlo mejor) y que no es llegar y analizarlo desde la mente racional porque, como lo he dicho mucho: la Vida es perfecta… Y no es cómoda. Tampoco ideal. Simplemente Es. Y vaya que contiene y pulsa belleza (Amor) a cada instante.

Bueno, el chispeante Júpiter parece muy simpático. Pero de repente agarra sus lentes y su pipa con seriedad y comienza a mostrarte cosas -con su lupa y sus relatos- que no entendiste ni integraste y que, de haberlo hecho,  habrías entrado en la profundidad de la Vida. Por tanto, en el poderoso lenguaje del alma.  Ahí no más, nos sentimos algo asfixiados por su presencia porque a él le encanta preguntar y no conoce la palabra ‘tino’. En medio hace algunas bromas con nuestras ingenuidades, gulas y rigideces para que veamos nuestra responsabilidad en el camino recorrido. Pero a él no le interesa hacernos sentir culpables ni tampoco provocarnos miedo. Él apunta a otra cosa.

Después de hablar bastante y de darnos un par de lecciones claves. Nos muestra en qué aspectos nuestros no vemos los detalles; pasamos por alto las condiciones, a nosotros mismos y la sensibilidad de otros; en qué exageramos, estamos fanfarrones, no sabemos callar, nos entusiasmamos pero no concretamos, perdemos el tiempo; dónde están nuestros excesos… Y cuando ya tenemos ganas de huir, nos agarra fuerte del brazo para hacer énfasis en algo fundamental: ¿Cuál es el sentido de tu Vida? -pregunta con una carcajada. Y, como es generoso, continúa: ¿qué sentido tiene tu trabajo, tus relaciones, tus anhelos, tus movimientos? Ante nuestro balbuceo, él agrega pistas: Veamos, ¿cuáles son tus verdades?, ¿en qué crees profundamente como para que eso guíe tu Vida?… Y ante nuestra cara de pregunta o carraspeo, nos da una última ayuda clave: ¿Cuáles son tus propósitos de Vida?, ¿Para qué haces lo que haces?, ¿qué buscas?, ¿buscas algo o vives en automático?… Entonces comienza una bella conversación con él donde podemos profundizar en nosotros, en lo que nos pasa, en nuestras intenciones, en por qué ciertas cosas no se han dado y en cómo comenzar a trabajar con nuestra alma&mente para que sí puedan abrirse situaciones.

Justo cuando creemos que la charla termina, él agrega comiendo un buen trozo de pan crujiente: ¿Crees en la abundancia?, ¿o te paras desde la escasez? Porque yo -Júpiter, más conocido como Zeus en otras tierras y tiempos- sí creo en ella; es una de mis verdades. Es más, la conozco, sé cómo se mueve y puedo enseñártelo -señala con entusiasmo. Y por si fuera poco, nos dice: ¿Te gusta aprender, viajar, conocer culturas y gente? -mientras a muchos nos brillan los ojos con un sí. Entonces comienza a tomar sus cosas  y anuncia: Ok. Estaré por un año en las aguas de Escorpión como ya todos saben (acá la nota). Y además de mover mucho a este signo y al resto de los fijos: Tauro, Acuario y Leo (también a Cáncer y a Piscis les daré algo) para que encuentren mayor sentido, profundicen, exploren nuevas formas y lugares, y vean qué excesos -de cualquier tipo- los limitan en su devenir; también haré que todos los signos vean su lado obsesivo para que deje de ser un obstáculo, junto con regalarles más intuición y, sin duda, prosperidad en base al trato con otros. Además, revelaré abusos de poder en lo internacional -como si faltaran-, despertaré volcanes y sacaré a la luz escándalos sexuales; jaja…  Ahora, si tú quieres mis bondades en este ciclo, suelta miedos a mirar tus oscuridades (lo que no te gusta o no es «lindo en ti»), libérate de apegos, abre más tu mente, usa tu psiquis, comparte y suelta control. Ve todo como una oportunidad (hasta el «no» más doloroso), porque cuando lo haces, ahí está la fuerza jupiteriana abriéndote caminos, enviándote regalos y confianza, tendiéndote manos y puentes para que todo resulte más allá de tus expectativas y así esta Vida bella adquiera sentido… He dicho! Nos vemos desde hoy y hasta noviembre 2018 en las aguas pantanosas de Escorpión! Que reciban las experiencias con apertura y que nos riamos con ganas de nosotros mismos!

Septiembre, aterrizamos y comprendemos

Muchos estamos algo aturdidos -física y emocionalmente- después de los eclipses de agosto. Varios están remecidos. Y todos estamos renovados aunque no lo sepamos ni lo veamos del todo. Los eclipses en Leo, y en especial el último, el del 21 de agosto que, como dijimos, fue total de Sol fueron -«están siendo»- un poderoso «reseteo» energético que nos reconecta definitivamente con tres cosas cruciales. Primero, con lo que cada uno vino a realizar acá interior y exteriormente; nuestros propósitos del alma. Los eclipses se producen en relación a los nodos lunares (son de las primeras cosas que revisamos en el taller de astrología que llevo estos meses, porque tienen gran relevancia y profundidad en mi experiencia y mirada de esta Vida). Los nodos son puntos energéticos y matemáticos que tienen información álmica, nos dicen (en palabras muy simples para no alargarme tanto) qué dejar atrás porque en otras vidas ya se completó como experiencia o forma de hacer las cosas, o estuvo mal elaborado, y ahora, en esta vida, nos indican qué tomar, qué y cómo construir porque antes no estuvo resuelto o porque hoy nos corresponde ir a experimentar desde ahí la vida como desafío álmico. Los nodos son un eje que nos ayuda muchísimo a evolucionar y a encontrar una satisfacción potente, muy conmovedora, que no la dan otros temas de la vida y de la carta natal de cada uno. Cuando los comprendes y te entregas a ellos, a vivirlos, muchas cosas se transforman en tu día a día y en cómo sientes la vida.

Por eso los eclipses le mueven más el piso a quienes están más distantes o desconectados de lo que su alma pide y vino a vivir, lo cual muchas veces puede estar alejado de lo que el sistema dice o de todos nuestros «debería», o de todas las comodidades que lo conocido tenga. Encima los eclipses tienen un factor sorpresa que el ego no ve venir pero que seguro el alma hace rato reclamaba y para eso nos envió antes poderosas señales. Traen, por tanto, muchas verdades que se destapan por incómodas que sean. Pero si estás en mayor conexión con tus propósitos del alma y con quién eres realmente, los eclipses traen buenos cierres y oportunidades que puedes ver. Aunque igual todo es una oportunidad, incluso el dolor. ¿Verdad?

Ahora mismo, los nodos -que además mueven energía colectiva, nos dicen hacia dónde evolucionar como humanidad- en Leo y Acuario, desde mayo 2017 y hasta noviembre 2018 nos proponen soltar teorías para experimentar la Vida en sí misma, dejar tanta mente lógica o intelectualoide para jugar más, mirar en qué nos creemos importantes y a qué creencias estamos fijados para reírnos más de nosotros y atrevernos a lo nuevo, dejar de posar de cualquier cosa para ir a la autenticidad, mirar nuestro lado frío o distante (hacia nosotros mismos, hacia otros o al mundo)  para probar ser más acogedores, soltar lo opaco en nuestras vidas y formas para realmente brillar. Y esto último se consigue cuando estamos conectados -interiormente, obvio- y disfrutando simplemente…

Segundo, este eclipse fue un gran portal energético que nos llama a experimentar ya la Era de Acuario y a dejar de teorizarla. Esto, que es más largo de explicar, significa que como planeta abandonemos -con agradecimiento- viejas creencias y formas esquematizadas o estandarizadas para realmente vivir con más creatividad, que desarrollemos independencia de los sistemas que creamos durante siglos (incluidas las religiones y divisiones ideológicas de todo tipo), que practiquemos más comunidad y menos individualismo pero con autonomía pues ya no hay que pertenecer a nada, que dejemos fanatismos y evasiones, que recuperemos nuestros dones y talentos para sustentarnos (trabajar) en vez de insistir en sacrificar lo que nos gusta hacer en pro de la ‘estabilidad’ económica, que nos conectemos con la mente cuántica antes de sólo usar la desgastada mente lógica-literal, que la ciencia -y nosotros con ella- vea lo completo y no únicamente el detalle (lo cual incluye a la medicina, por cierto),  que comprendamos y vivamos este Todo que somos, donde nada es casualidad, nada sobra, todo está conectado y por tanto mi (nuestra) actitud y energía no dan lo mismo y este Todo nos habla constantemente; nos guía. 

Tercero porque estos eclipses recientes son un gran cierre que se completará a inicios de 2018.  Y estos primeros meses concluyentes de septiembre a noviembre  nos mostrarán -ya lo hacen- parte de sus efectos, como la potencia del huracán Harvey en Estados Unidos una semana después que el Sol se eclipsara por todo su territorio, al igual que en México, donde también fue visible y el agua hace su trabajo de limpieza. Pero este cierre tiene que ver con quiénes éramos personal y colectivamente en 2010/11 y quiénes somos ahora. Cuánto hemos crecido. Cuánto soltamos, cuánto nos atrevimos, cuánto comprendemos de esta nueva vida que nos exige -ya no es una invitación- salir de lo literal para entrar en una comprensión más profunda de cómo se mueven las cosas, del gran poder interior/vibracional que tenemos, de cómo se manifiesta la energía, de la perfección que contiene nuestra experiencia humana (por más injusta que a ratos nos parezca), de lo interconectado que está todo lo que vivimos, de cuán guiados estamos… Estos meses traen pruebas y comprobaciones en torno a cuánto dimensionamos -y aceptamos- el Amor que hay en todo lo que vivimos.  De esto último, en gran medida, se trata crecer. Y -obvio- no es el amor romántico o sufrido de la Era pasada de Piscis, tan arraigado en las últimas ocho décadas… Es algo mucho más grande, luminoso, sabio, impermanente, simple, profundo, perfecto, que todo lo impregna y que está detrás de todo lo que vivimos y de los hilos que tejen nuestros caminos.

Septiembre, es un mes de  aterrizaje en torno a percibir y recibir este Amor sutil y profundo presente en todo lo que vivimos. Nos caerán varias fichas sobre lo errado de nuestro pensamiento en otros tiempos y de lo que ahora podemos modificar para seguir el camino de forma más fluida, conectada y tranquila.

Es preciso descansar más en este inicio de mes, pues aún nuestros cuerpos están en ajuste y depuración (de hecho, muchos nos enfermamos y/o sentimos mucho cansancio en las semanas eclipsadas). Para esto la Luna llena del 6 de septiembre nos ayudará bastante, necesitaremos dormir más y mejor (amén!), atender más los mensajes de nuestros sueños, como también llevar una alimentación con más fibra. Es necesario aceptar una cuota de confusión estos primeros días para que llegue la claridad en la segunda quincena. Acá les dejo más detalles en el Audioróscopo de septiembre.

Este mes nos mostrará los frutos de temas que se gestaron al inicio de 2017 y también nos ayudará a reponer energía, adoptar un ritmo más cadencioso y sano para movernos y reinterpretar el presente en el que estamos. ¡Feliz septiembre, mes de aterrizaje, cosecha y conclusiones!

21 agosto: Eclipse para liberar, renovar… y sembrar!

Los cerezos ya están en flor por acá y me conmueven… Cada año me pasa lo mismo, siento que saludan y alegran el corazón a fines del invierno. Camino unas cuadras disfrutándolos, rumbo a trabajar en la preparación del curso de astrología que dicto estos meses. A lo lejos veo una señora mayor que camina lento, encorvada, con un buen bastón. Pienso: Ella me va a hablar -mientras la observo con gracia. Cuando nos acercamos efectivamente me dice: ¡No anda un alma hoy! -con una voz alegre. Le respondo que sí y le digo: ¿Y tú para dónde vas? -me cuenta que viene de misa, a unas seis cuadras, que todos los días camina más de veinte minutos y que tiene 96 años. Le digo: ¡Le pusiste color! ¡Tienes montón de años! -ambas reímos y nos quedamos conversando unos diez minutos en la vereda, me dice que la vaya a ver porque somos casi vecinas y que le encanta leer, que ella también escribe, que le gusta la música y conversar. Terminamos abrazándonos y luego continúo camino con mi nueva amiga en el corazón, feliz, hasta llegar al café de la plaza donde otros como yo trabajan en sus cosas.

Agradezco mucho este espacio de encontrarnos, de trabajar con placer, en medio de tiempos desafiantes, de gran limpieza como son las semanas de eclipses. Yo también tuve la mía, pero leve, hasta ahora: mi celular decidió nadar en una poza en la última lluvia, quedó mudo y pronto tendré que comprar otro seguramente, pero prefiero esperar a que termine Mercurio retrógrado (el 5 de septiembre) para que sea más eficiente la renovación. Los eclipses nos hacen soltar obligadamente desde cosas superfluas y prácticas como ésta hasta relaciones, actitudes, situaciones. La luz y la oscuridad hacen su alquimia para que podamos renacer y comenzar de nuevo.

Antes señalé que estos eclipses de agosto (acá los audioróscopos del mes por energía colectiva y luego por signo)  limpian el ego antiguo, esa forma de ser más densa que ya no va y que tanto daño nos hace a todos. Y si bien éste patalea en varios escenarios internacionales y locales por estos días (también en nuestras familias y ambientes laborales), igual es bello constatar cómo muchos elevan su vibración y se despegan de estos moldes para comenzar a moverse de otra forma, más amable consigo mismos, más armónica con el Todo que conformamos.

Pero los eclipses también sacan a relucir temas ocultos o pendientes. Hacen un giro energético. Ahora, el que viene, el del 21 -que no casualmente «atravesará» Estados Unidos, una de las fuentes actuales del ego más denso/antiguo en varios sentidos, como también de la vanguardia; semilla del despertar y la creatividad- traerá remezones en las cúpulas de poder de distintos niveles, como también tremenda oportunidad.

Repetí varias veces que este año es para jugar, para soltar rigideces, aventurarnos más, valorar el goce de la vida y usar nuestros talentos. También para sacarnos cuotas de «deber ser» y entrar en mayor autenticidad. Todo esto porque el eje que estamos soltando e incorporando es entre Leo y Acuario. El eclipse total de Sol del 21 es en Leo, casi llegando a Virgo. ¿Debemos asustarnos? Ja. No poh! Eso hace el ego antiguo: vibra en miedo, desconfía, se defiende, se separa, se blinda. El ego 2.0, nuestra energía mental/emocional de estos nuevos tiempos,  -entre otras cosas- se permite observar(se), acepta poco a poco, asume su miedo/rabia/pena y con ellos avanza; sin esconderlos ni posando de nada aunque le cueste…

Este eclipse nos da la oportunidad de soltar temas nuestros y también de vivir lo que sea que nos corresponda, de otra forma. Ese es el gran salto cuántico que puede transformar todo: Vivir situaciones incómodas o desafiantes, detenerse y elegir actuar de otra forma; avanzar desde otra mirada/actitud que a nosotros mismos nos sorprenda en vez de volver a apretar las teclas de siempre, llamadas: drama, victimizarse, amenazar, agredir, encerrarse, ofenderse, castigar, anestesiarse, echar la culpa a alguien, querer controlar, quejarse, etc.. Esto tiempos nos piden jugar a ser otros, ser creativos, divertirnos más con el proceso de cada uno porque podemos aprender mucho y salir renovados; compartir experiencias; también ampliar nuestros círculos para nutrirnos de nueva energía…

Por otro lado, este eclipse nos mostrará mucho de nuestra sombra: aquello que no reconocemos de nosotros ni nos gusta pero sí lo vemos en otros; ja, ja. Los humanos somos muy divertidos; como la mamá que viene a mi consulta porque su hijo no se interesa en nada ni hace caso y ella misma no escuchó el audio que le mandé, igual que a todos los que vienen a la lectura de carta astral para que sepan de qué se tratará y así ganemos claridad y tiempo. Como todos los que despotrican en contra de los políticos y a la menor oportunidad se aprovechan, son abusivos, egoístas, etc. La sombra sale a pasear estos días, por tanto tenemos gran posibilidad de mirarnos y soltar enganches con los demás y asumir cosas nuestras…

Esta segunda quincena de agosto sembrará energía por seis meses, así que es recomendable estar aún más conscientes de qué energía vibramos y provocamos porque nuestra cosecha dependerá de esto. Si siembras odio no esperes cosechar flores, ¿no? Jaja. Igual lo aclaro, por las dudas y por si algún ego fantasioso está leyendo esto, jajaja. Como sea, en especial del 17 al 24 de agosto, es bueno detenernos más, agradecer todo lo que tengamos y hacer el gesto energético de llevar el Sol a nuestro corazón para que ilumine lo que sea que tengamos que ver y nos dé la claridad para abordarlo.

Estamos en tiempos nacientes, donde cada día más comprendemos y vivenciamos lo que siempre fue una realidad: todo está conectado, no hay casualidades y conformamos un Todo bellísimo que cada día está brillando más para que cada uno se exprese y abra su propio camino… Mucha entrega con este eclipse, gracias por leerme, ¡Feliz eclipse!, y les dejo una simbólica peli, El planeta libre, que vi hace años y que nos sirve para mirar lo que estamos dejando colectiva y personalmente…

Agosto, mes eclipsado y delicado para el ego antiguo

Desde principios de este 2017, cuando en un par de entrevistas me preguntaron por el clima electoral en Chile, donde este año elegimos Presidente y parlamento, yo dije que lo veía triste. Que, desde la carta astral, no se veía nada entretenido ni sabroso, como a veces son los dimes y diretes propios de la carrera presidencial. Agregué que veía fragilidad.

Cuando hace algunos meses –para decepción de un sector- salió de escena una de las cartas fuertes, un ex Presidente; y tiempo después a él mismo se le enferma un hijo, mientras otro candidato –también ex Presidente- vive el fallecimiento de su hermana mayor; dije: ah, esto era la fragilidad que yo veía-. Pero sentí que faltaba algo más…. Y creo que agosto e inicios de septiembre puede traer sorpresas y dolores en la esfera política… No sólo porque los eclipses –y encima suceden en Leo/Acuario, fieles representantes de nuestro ego personal y colectivo cuando no están ‘trabajados’- movilizan a quienes detentan poder (atención jefes, profesores, figuras públicas, padres, guardias, líderes), sino porque lo que va de este 2017 (en especial en junio) trajo una activación planetaria ya definitiva de mayor consciencia… Por eso decía hace poco que hay más luz. El cambio de Era ya se instaló y también el paso de muchos lugares y de personas que ya elevaron vibración y comienzan a vivir de otra forma aunque aparentemente nada está sucediendo. Pero está pasando mucho.

Estos tiempos nacientes, además de inciertos y agitados, nos llenan de estímulo, de terreno donde practicar lo que hemos aprendido los últimos años. También nos regalan tremenda fluidez; intuición certera; conexiones precisas con gente, con información, con proyectos que se abren y –cada vez más evidente- con nuestros guías; nexos que no vuelven aunque presionemos, porque estamos en vibraciones muy distintas y ya no nos corresponden; espacios que tenemos que soltar…

En esto último, agosto nos da una gran ayuda. Por eso también puede ser un tiempo incómodo que nos haga practicar vulnerabilidad y limpieza para esa parte antigua de nuestro ego. Porque esta energía, el ego, es parte de la condición humana y -cuando está domesticado, por tanto lo conocemos con mayor profundidad y se nos arranca menos- es un gran aliado en nuestra evolución, que nos permite ablandarlo para que nos acompañe en nuestro camino, en vez de permitir que se opaque, se oscurezca o se densifique porque creemos que él tiene la verdad de nosotros y de cómo es el mundo. Y las clases dirigentes en distintas esferas de la vida pública –incluida la política, obvio- representan –a veces garrafalmente- ese tipo de ego antiguo: más rígido, controlador, defendido, manipulador, miedoso, agresivo, autoengañado, pendiente de la imagen, de batalla pequeña, víctima/victimario, que no quiere perder nada, que ve al otro como enemigo, desconectado de la realidad –y de su corazón verdadero-, que quiere tener la razón y que lo aplaudan, etc., etc.

Y no porque ellos sean ‘malos’ o ‘peores’ (esa mirada también es antigua!) sino porque –supongo que ya lo he dicho acá- siempre la estructura -el sistema- y sus representantes van atrás (más bien, en otra frecuencia paralela). Como la medicina –junto a sus organismos y profesionales- que aún prescribe sólo remedios para una parte del cuerpo en vez de ver al ser humano completo que somos y recetar cambios emocionales/mentales; de hábitos, y hacer tratamientos más integrales junto a otras disciplinas porque obvio que no basta ya con la pastilla ‘X’, y mucha gente -hace rato-está haciéndose cargo de su salud física/emocional/mental/energética de otra forma que ellos aún no integran ni practican… Entonces, como van ‘atrás’, son excelentes modelos de todo lo que ya no hay que hacer. Por eso, me encanta –sí- tener a Donald Trump en el poder. Es de lo mejor que nos pasó (para qué vamos a agregar a Maduro -vaya sarcasmo del destino su apellido-, Kim Jong-un, y un largo etc.). Todos los días nos enseña un montón de cosas que ya no van. Igual que decenas de personajes locales que ocupan espacios de poder y en los medios de comunicación: Gracias por dejarnos claro todo lo antiguo, todo lo que ya hay que dejar atrás para habitar este bellísimo mundo actual; gracias por mostrarnos partes nuestras a las que les falta crecer; gracias por recordarnos que estamos muy distintos y que sí podemos construir una Vida más autónoma desde la armonía y la conexión con el Todo, donde disfrutar desde la consciencia, no desde el apego… Gracias por recordarnos –con su presencia en distintos poderes- cómo se movían las cosas antes y que ahora ya podemos hacerlas de forma mucho más luminosa aunque no sea noticia

Lo que sea que esté antiguo en nosotros, estos eclipses lo sacudirá y podremos alivianar nuestros pasos. Por eso es bueno incluso hacer un listado personal de lo que ya no va en nosotros (formas de pensar, ser y movernos que nos dificultan el camino además de las relaciones; todos las tenemos, ¿no?) y todo este mes realizar meditaciones cortas donde nos despidamos con amor de todo esto, sintiendo que dejamos un espacio en nuestra energía para lo nuevo… En Chile creo que, además de la política, el propio periodismo puede hacer noticia (profesionales, columnistas), además de los uniformados, deportistas, mundo del espectáculo y de la sanación (desde terapeutas, autores, hasta médicos).

Los efectos de este par de eclipses se sentirán por los tres meses que vienen. El primero será el 7 de agosto, es eclipse parcial de Luna llena en Acuario, en el grado 15 de este signo, (por si quieren mirar en su carta natal en qué área ocurre) y el segundo, es total de Sol, será visible en parte de América y Europa, sucederá en el grado 28 de Leo el día 21 de agosto (atención los que cumplen años al final de Leo e inicios de Virgo, aprovechen la purificación), con la segunda Luna nueva en este signo, que –como dije en el post anterior– nos anima a brillar a cada uno en sus dones… En este tiempo nuevo se hace patente que cada uno brilla, hay luz para todos (nosotros somos eso, Luz, por si se nos había olvidado; ja), sin la necesidad de opacar a nadie ni de mirar al lado porque todos somos iguales y a todos nos corresponden distintos pasos, porque –lo notemos o no- todos estamos en gran crecimiento, porque somos protagonistas de un ciclo humano poderoso donde la magia personal y colectiva se hacen cada día más evidentes para que recordemos sonreír más y resistirnos menos… ¡Gracias a la Luz y a la sombra, y a atesorar este mes, que nos dará lecciones y renovaciones!