Otoño 2018: El placer de lograr

A cosas como  lo sucedido recientemente en Perú y  la dimisión  de su Presidente -aunque ahora amenaza con arrepentirse; nuestro ego siempre puede seguir dando material; a no si no- o al escándalo que involucra al gran ícono millennial Mark Zuckerberg, fundador de Facebook (uno de los distractores y paraísos del ego, creados ex profeso junto a Twitter y WhatsApp para que millones no despierten y vaya que lo han logrado en muchísimos casos), o al gallito entre USA y China me refería en la nota anterior cuando señalaba que habrá «muchas novedades en torno a las figuras de poder»  en este otoño. Lo mismo en este test previo al 2018. Y esto recién empieza. Con Neptuno en Piscis, Quirón en esas aguas también y el Sol en Aries encumbrados en la carta del equinoccio, sabremos de varios personajes ligados a cosas turbias (por si nos faltaran), otros que pueden enfermar, admitir fragilidades, pasar vergüenzas y también sanar bastante egoísmo; comenzar a trascenderlo… Esto llegará a ámbitos artísticos y deportivos también. Pero los «poderosos» -las figuras- no son lo central, sino nosotros; claro está. Todo esto nos puede pasar a nosotros también. Estamos llamados a aterrizar en nuestro desbordado narcisismo de las últimas décadas para, en cambio, cultivar mayor espacio para escucharnos de verdad, para sentir qué nos quiere decir la Vida sabia que pulsamos, para sintonizar con la naturaleza y sus cambios, para practicar más humildad y austeridad, en especial en torno a la forma que tenemos de lograr, de llevar eso que el sistema define como ¿éxito?

En este punto, el ciclo que iniciamos ahora hasta el próximo solsticio de junio 2018 nos abre también a disfrutar más de la planificación y de algo que a ratos desvalorizamos en la actualidad: la disciplina. Este año es muy concreto, nos quiere con agenda, con la mirada en el paso a paso, con la satisfacción en cada avance. Da igual si es bajar de peso, cambiar de trabajo, realizar un viaje, mejorar una relación, ser más próspero, sanar un síntoma, comprar algo… Se nos regala el goce de sentir que avanzamos, que estamos más prácticos y menos enrollados o culposos, que conquistamos en base a disciplinarnos con alegría, sin drama, sin victimizarnos… (¡Aplausos!) Y obvio que lo primero que hay que domesticar es nuestra mirada y actitud hacia lo que emprendamos…pexels-photo-449609.jpeg

Hace unos días entro a una tienda india en busca de unas cosas para el feng shui casero y con su dueño, un señor mayor,  conversamos un poco de la reciente Expo India en Santiago y de las telas y de -me encanta desde niña y de otras vidas, creo yo- Lakshmi.  En eso estamos cuando entra un cliente que le dice -mientras yo me quedo viendo mis productos- con entusiasmo: ¡Quiero algún aroma para mejorar el ambiente en una oficina, en un equipo de trabajo, ¿qué me puede servir?!

Y yo le digo casi como un acto reflejo: Cambiar de actitud -y lo miro con  mi mejor sonrisa, mientras el  dueño (ya casi mi mejor amigo) procede a buscar un incienso que saca con certeza plena del fondo del aparador-. El colega cliente se ríe y me dice: Sí, es verdad; pero además de eso, jajaja. Algo en específico que ayude-. En eso el dueño interrumpe porque quiere saber qué le dije y yo le repito el diálogo. Entonces, él agrega en su castellano con acento indio, que no hay que darle poder a los que son pesados o humilladores; que no hay que bajar la cabeza ni llevarse esa rabia adentro del corazón. Y entre los tres comenzamos una buena conversación muy divertida y profunda a la vez. Terminamos todos contentos, cada uno con sus ganancias y lecciones nuevas.  Yo enternecida y feliz con ese momento.

Sí, sin duda un incienso, una planta, un espacio bello, el feng shui, las terapias de cualquier tipo, un libro, un taller, un viaje, una conversación… Todo puede ayudarnos. E igualmente la despedida de Urano después de siete años en el fuego de Aries y la próxima entrada de Quirón a este mismo signo, nos muestran -y seguirán haciéndolo- el poder de nuestras actitudes frente a lo que sucede… El poder de la rabia, de competir o siempre querer ganar, también el de no mostrarnos y esconder nuestra propia luz e identidad, el de tirarle la ira encima al resto; el poder -tan poco valorado- de detenernos en consciencia de estar haciéndolo; el poder de lo que vibramos, desde dónde nos paramos para movernos… Ahora el otoño/primavera nos tomará lecciones, nos mostrará lo peor de nosotros para que lo soltemos y nos guiñará un ojo cuando seamos honestos (en especial con nosotros mismos), cuando soltemos ansiedad y nos atrevamos a estar -aceptar- más en cada momento y menos en la expectativa, en la anticipación … Nos toca acompañarnos y gozar tanto de poder hacerlo como de cada episodio sanador que atravesemos… 

Por mi parte comenzaré un Taller de segundo nivel de astrología para conocedores del tema, acá la info para inscribirse.  Y se asoma en mayo una charla para que todos comprendamos mejor de qué se trata este tiempo. Ahora, como regalo, les dejo este revelador video que hace un rato descubrí (capaz que ya lo subí, pero no me acuerdo e igual vale la pena verlo de nuevo) y que representa no sólo a una  generación, sino a gran parte del planeta actual que, enhorabuena, está a punto de realizar un gran giro donde el narcisismo nuestro de cada día irá quedando atrás… Que así sea…

LAS CARTAS ASTRALES DE GUILLIER Y PIÑERA

Una mirada al mapa astrológico de los candidatos presidenciales chilenos

LAS CARTAS ASTRALES DE GUILLIER Y PIÑERA:
DOS DESAFÍOS DISTINTOS ANTE UN DESTINO COMÚN

Gracias al porcentaje “sorpresivo” de la candidata capricorniana/escorpiona Beatriz Sánchez, la incertidumbre quedó en el aire y ahora se miden el Piscis/Aries Alejandro Guillier con el Sagitario/Acuario Sebastián Piñera en una segunda vuelta muy transformadora para Chile. Acá revisamos cómo son estos dos candidatos desde la astrología y qué momento atraviesan.

Estimadísimo pasajero habitual de este blog, las señales de la vida quisieron que yo publicara esto aquí y no en otro sitio. Si no le gusta el tema, pase de largo. Si es nuevo por acá y no cree para nada en la astrología u odia cualquier cosa que se le parezca, no sé si sea necesario que continúe. Pero si es curioso, siga. Y si usted conoce de esta disciplina y además le interesa la política, avance no más. Aquí vamos.

Me imagino a Sebastián Piñera de niño como alguien muy inquieto, deportista, valiente, comunicativo, brusco, inagotable. Con Luna en Aries (ímpetu constante), el Sol en el ascendente y mucho Sagitario, lo suyo nunca fue el bajo perfil ni la calma; sin embargo, cultivar un poco de esto le daría la gloria. Igual, mucho de su carácter viene de su madre (esta Luna), una energía emocional nada contenedora sino vehemente, que lo “entrenó” para dar más y no decaer, que –al igual que él- no valoró la posibilidad de fragilizarse ni la autocrítica como partes necesarias de la vida. Y, mientras muchos reprochan o envidian su riqueza, su carta muestra que la abundancia era de destino en su vida desde joven: Venus está unida a su Júpiter, ambos rigen el dinero y las comodidades, por tanto ,‘la trae’, ‘se le da’ sin articularlo demasiado.

Alejandro Guillier, por su parte, de pequeño se ve más introspectivo, intelectual, curioso, impulsivo, con gran fortaleza emocional ante las crisis, pero con poca voluntad para persistir (Saturno, la estructura, se le “disuelve” junto a Neptuno: confusiones), lo cual podría haberle traído una cuota de desconfianza, como también de depresión o melancolía para mirar la vida, en parte vinculada a una madre tajante (Luna en Escorpión) y a un padre algo ausente pero muy inspirador. Con el Sol en Piscis en casa doce (introversión) y varios planetas en casa ocho (situaciones desafiantes), no es su tarea primordial dirigir, sino que la vida lo ha puesto en ese rol y él ha desarrollado habilidades que no le son tan naturales o cómodas, pero que su Plutón (poder) en Leo (liderazgo) disfrutan, además de varios planetas en Aries que lo instan a vivir desafíos cada tanto.

Obvio que si ambos hubieran compartido de chicos, Piñera habría ideado y comandado los juegos, mientras que Guillier lo habría seguido con entusiasmo, le habría ayudado a que les devolvieran la pelota si se les iba al patio vecino y se habría sentido incómodo o solo porque probablemente el pequeño Sebastián al rato o sería el ganador o se habría ido a otro juego más riesgoso o entretenido, pues se aburre rápido de todo, su energía suele estar en el futuro y en los retos. Él no conoce el miedo.

Pero ahora están grandes y, aunque claramente superaron distintas condiciones iniciales, cada uno tiene sus desafíos y virtudes que hoy –a propósito de una singular segunda vuelta que rompe con los patrones electorales chilenos de las últimas décadas- resulta interesante mirar con ojos astrológicos.

Pasión versus prudencia

Si Alejandro Guillier (del 5 de marzo del ’53; tiene Sol y ascendente en Piscis, con Mercurio muy presente) viniera a mi consulta le diría que efectivamente es una de sus tareas y destinos la comunicación, que se realizaría bastante en la escritura –incluidos los guiones de suspenso-, en editoriales, en psicología, en los análisis de masas, en la asesoría a personajes públicos o en la diplomacia; que el rol de senador lo identifica mucho dado su Medio Cielo en Sagitario (interés y vocación ligadas a filosofías, política, legislación). Que es necesario que viaje y ojalá a solas un rato, pues requiere –cada tanto- encontrarse y retomar la inspiración a través de estar consigo mismo. Le hablaría del desapego que ya conoce de pequeño a través de experiencias drásticas y que le corresponde practicar como tarea del alma: más flexibilidad, soltar lo que no se da, aceptar y empezar de nuevo. También me detendría en cómo maneja la rabia (Marte incómodo y varios planetas en Aries), pues se le arranca, se vuelve hiriente y defendido pese a ser –secretamente- muy sensible y empático. Y no sólo eso, este candidato –con varios planetas en casas de agua- es muy intuitivo, pero tiene que aprender a creer más en este don, porque cuando le hace caso sólo a su mente se pierde y atrae a socios o situaciones muy demandantes. Además, su Júpiter (profesor) en tensión a Plutón (control) pueden volverlo dogmático. Por lo mismo le diría: ¿Haces deporte? Porque te hace bien drenar intensidad: botar rabia, miedos, hastío. Eso te revitaliza y te da más claridad en tus decisiones-. Para complementar esto agregaría que una de sus paradojas -todos las tenemos, ¿no?- es que él tiene bastante fuego (chispa, ímpetu) en su carta pero dada su Vesta unida a Quirón (el fuego interno está “herido”, dolido) puede no sentirlo tanto o los demás no verlo; él tiene un pendiente con la pasión; buscarla y encontrarla en alguna actividad e interés –no necesariamente profesional- le otorga poder personal y más sentido de vida, aunque puede que la crianza de los hijos ocupara -en su momento- mucho este espacio. Es que a Alejandro Guillier le gusta la intimidad, se ve muy reservado en torno a sus emociones, en especial a sus temores y dolores; resguarda a los suyos, podría volverse algo celoso y valora mucho a sus cercanos; pero quienes logran acceder a lo que de verdad siente no son muchos.

Si continúo con el ‘juego’, al tener a Sebastián Piñera (del 1 de diciembre del ’49) en lectura, no me detendría mucho en los deportes porque obviamente debe hacerlos y además los necesita, son parte de él; tampoco en la pasión porque la tiene en exceso con Júpiter, Venus y Vesta en conjunción, por tanto algunas de ellas son los viajes, aprender, enseñar, prosperar, ganar; necesita sentirse vivo. Le diría que habría sido un gran aviador y que, de haber conocido a la ‘señora’ Paciencia, podría haber sido el Steve Jobs chileno -podría, dije-. Con él profundizaría en dos temas muy evidentes en su carta: cómo se presenta ante los demás y en su sistema nervioso. Sobre esto último, seguro él ya sabe que tiene un síndrome de Tourette o algo similar (en varios años de astróloga, he tenido a unos tres consultantes con esta afección y todos poseen dos rasgos marcados dados por la energía acuariana: son muy inteligentes y obsesivos a la vez). Con un Urano (planeta de Acuario, electrizante, que vibra en originalidad, vanguardia, libertad) muy protagónico, la mente del ex Presidente es rapidísima, brillante, futurista y muy creativa; pero la conexión emocional falla y el cuerpo acusa este vacío mediante tics, lapsus y el descontrol de algunos movimientos. Por lo mismo, le diría que incorpore más música –uno de sus talentos no usados- tranquila, baños de tina o natación, junto con ir más lento, aunque probablemente esto sería mucho pedirle; pues no es para nada su naturaleza. ¿Sobre el primer tema? Con Sol (brillar), Mercurio (mente y habla) y Quirón (rechazos y carisma) en el ascendente, él se nota, llena el espacio, lidera innatamente, viene a entusiasmar al resto; pero no mide ni su fuerza ni el impacto que causa. Es demasiada energía que llega de forma ‘pesada’ a los demás; por tanto invade y presiona. Tiene que aprender a regularse, a observar y sentir el ambiente antes de actuar y de hablar; las palabras prudencia & mesura debiera tenerlas de protector de pantalla en su celular. Ahora, él no tiene esta intención, no se da cuenta de su efecto; seguro se hizo más consciente de esto con su paso por la Moneda porque lo de él no es el trabajo en equipo sino el ejercicio de la autoridad de forma individual (Plutón en Leo en el Medio Cielo provoca gran afán de poder, don de mando, con una cuota de humor, excesivo control y también eficiencia; obvio que le cuesta delegar) con algunos colaboradores que lo admiran y temen a la vez. Este ascendente tan habitado causa cierta antipatía también, ante la cuál él es muy ‘resistente’ pues –al igual que el padre; el Sol y Saturno en astrología- no conecta mucho con el dolor ni con la vergüenza; lo cual puede ser positivo para algunas cosas –de hecho él no es rencoroso y siempre puede volver a pararse- pero no muy sano, además de mal visto en un país como Chile (con bastante Virgo y Saturno –orden, desconfianza, forma- en nuestra carta) que se fija en los detalles, tiende a la timidez y resiente a quienes tienen mucha personalidad como Piñera, a quien le sobra desparpajo y –con tanto Sagitario- le falta tino.

Desafíos muy distintos

Mientras Piñera es un eterno adolescente, Guillier fue siempre un viejo chico. Ambas formas tienen sus cualidades y, si no estuvieran en estas lides, serían buenos compañeros o amigos porque gozan discutir ideas y plantearse un mundo mejor; siempre les interesó lo colectivo; hasta podrían formar una gran fundación en torno a educación, cultura o temas internacionales. Pero ahora están en momentos muy distintos: el primero ha madurado y el segundo ya practica más flexibilidad.

Los últimos dos años Saturno, planeta exigente y sabio, le puso severas pruebas a Sebastián Piñera, gracias a las cuales aprendió –en su estilo- a ir más lento y ser algo más paciente. Guillier también vive temas saturninos con su trabajo (esto lo llevó a ser candidato), pues este planeta tan concreto siempre trae bajo su brazo las palabras responsabilidad y desafíos; e igualmente Quirón y Neptuno lo mueven mucho ahora (desde mediados de 2016 y hasta 2019): su salud física-emocional y su seguridad personal están bajo la lupa. Antiguos complejos, incomodidades, poca vitalidad, dolencias y muchas dudas pueden embargarlo hace un rato, donde el ser candidato parece no ser un traje a la medida. Al contrario, ahora él está obligado a trabajar en su autenticidad, en escuchar qué quiere su alma, en expresar sus verdades, en sopesar cuánto arriesga lo que ya construyó en lo personal y público: ¿vale la pena esta mega empresa de ser candidato y Presidente? Probablemente esta pregunta le aparezca en el silencio de la noche, en sueños, frente a críticas, a rechazos y a cúpulas políticas antiguas que le muestran la oscuridad del ego (Júpiter en su casa ocho le revela manipulaciones).

Desde todo su fuego, Sebastián Piñera no tiene tema con la autenticidad, al contrario. Ahora él trabaja el discernimiento. Neptuno (energía difusa, engañosa) le pide que vea bajo el agua, que no crea todo lo que le dicen o prometen (ya le pasó con las encuestas), que no confíe demasiado en sus socios, que se detenga a seguir más su instinto, que afirme a su Sagitario (exceso de optimismo) y que con los pies en la tierra construya, porque Plutón le dará la capacidad, aunque desde abril lo cuestionará emocionalmente, con limpieza de relaciones y pruebas en la familia, con las cuales podrá profundizar en su forma de vincularse.

Y el ganador es…

Si hablamos de alcanzar el triunfo este 17 de diciembre, Piñera tiene buenas opciones de convertirse en Presidente pero en un escenario muy distinto al de 2010: Saturno no quiere que sea popular sino Sabio -con mayúscula-, en especial en lo económico. Ahora que “Don Satur” entrará a las tierras de Capricornio (estructuras financieras), él tiene la posibilidad de ordenar, de lidiar con la restricción que vivirá Chile –sí, más allá de quién gobierne, la palabra crisis rondará por acá y otros rincones– de forma bastante ordenada y eficaz. Por lo tanto, tiene que dejar de buscar aplausos –gran tema en su carácter dado su intenso ascendente de fuego- para centrarse en instalar cambios productivos y sólidos; ni ‘ofertones’, ni medidas parche ni bonos varios; y él con su propio Saturno unido a Marte (no rehúye el trabajo duro y tiene gran capacidad de ejecutar) en casa once (espacio colectivo y de los grupos) puede lograrlo. Entonces, este eventual segundo gobierno no es para que él se luzca, sino para que ejerza un rol serio donde Chile diseñe una nueva organización. La pregunta es si entenderá esto último.

¿Y las opciones de Guillier? También las tiene. Eso es lo especial de esta elección: efectivamente cualquiera podría llegar a La Moneda; no hay nada tan marcado en sus cartas. En el caso de este periodista y senador, Urano conjunción Venus hace meses le exige que haga cosas osadas, que renueve su vida, su imagen; que se atreva. Y así lo hizo al presentarse de candidato, ¿no? Ahora, Saturno despidiéndose de Sagitario en su casa de metas y carrera lo tiene a prueba en su vida pública; no quiere que se distraiga sino que persevere, también le pone sus miedos y debilidades en frente para que los trabaje y los trascienda. Y algo importante: quiere que revise qué sembró los últimos siete a ocho años porque ahora cosechará; si sus bases fueron sólidas y coherentes, la Presidencia puede ser un gran reconocimiento, pero si no ha hecho las cosas bien, ‘Don Satur’ con su bastón lo corregirá y puede hacerlo vivir un gran freno, como también trabajar seriamente en su liderazgo pues –de ser Presidente- tendrá que ordenar el gallinero con altura, sin soberbia y ésta es un tema en su carácter público (no en el íntimo). Aquí está la sorpresa del pisciano Alejandro: él no tiene gran afán de poder, pero sí de respeto a sus ideas y, de ser Presidente, puede dejar callados a sus colaboradores y golpearles la mesa. Mientras muchos ven “peligro” en quienes lo acompañan, su carta muestra que sus socios debieran prepararse pues pueden ser ellos los más afectados.

Como vemos, en ambos el destino de ser Presidente puede concretarse, pero desde retos muy distintos e igual les corresponde crecer interiormente –amén- antes que sólo querer el triunfo; como también cuidar su salud física y emocional. A los dos les faltan habilidades personales y públicas que pueden desarrollar; claro, si conectan con más humildad, con sus talentos y con el bien superior de Chile -¿será mucho pedir?-. Porque más allá de quien gane, al mirar la carta del 17 de diciembre en sí, lo que se asoma es una gran transformación (Plutón, energía drástica, en el ascendente) para nosotros, en la cual dignificar el uso del poder en cada uno en el día a día (en especial en nuestros trabajos y el trato a los demás) y en las autoridades en vez de rebajarlo o apoderárselo es una de las tareas que nos corresponde asumir como país, pues pagaremos caro los gestos de egoísmo en tiempos donde todas las verdades salen a la luz (Júpiter en Escorpión seguirá destapando oscuridades) y Saturno en Capricornio –hasta 2020- nos obligará a limpiar y reorganizar todo lo económico aquí y en el mundo con nuevas estrategias. Por tanto, la tarea para el nuevo Presidente es más que desafiante: habrá que conjugar calma, astucia, responsabilidad, nada de improvisación y una buena cuota de solidez personal que le permitan construir un país más armónico en un planeta convulsionado… Que el cielo los guíe y ellos escuchen!

Mafalda elecciones chile