Mirando el cielo para actuar en la Tierra

-¿Está escuchando Cooperativa, vecino? -le pregunto al cajero de uno de los almacenes del barrio, donde compro quesos cada tanto, con quien siempre conversamos y bromeamos sobre la actualidad, las marchas de protestas en Chile (que comenzaron con fuerza en 2011) tanto de los estudiantes, como otras a favor del medioambiente, y también de cosas de su trabajo.

-Sí, vecina, ¿por qué? -me responde con cara cómplice-. Porque es buena esa radio, poh, vecino… Tiene que escucharla mañana a las 10:30, eso síp -le digo, a ver qué me responde.

-¿Por qué, va hablar usted? -me dice con ojos chispeantes.

-¡Vecino, se pasó, es muy intuitivo! Sí, escúcheme y después conversamos, ¿le parece?- le digo entusiasmada.

-Ya, vecina, a las 11 vamos a estar aquí todos escuchando- agrega mientras mira a los otros chicos que atienden, nos despedimos entre bromas y yo con el corazón enternecido.

Esa conversación fue a fines del otoño. Cuando me disponía a hacer el Ritual de Invierno 2012 y conversaríamos del tema junto a la periodista Cecilia Rovaretti en radio Cooperativa. Al día siguiente la entrevista giró en torno a por qué celebrar la llegada del invierno si es un tiempo al que muchos rechazan o temen. Hablamos de la importancia de detenernos y volcarnos hacia dentro, cosas que al sistema y al ego no le gustan.

Semanas después cuando fui por otros trozos de queso, le pregunto al vecino si me escuchó. Me dice… «¿Pero usted habló algo así como de la vida sana? -mientras me mira  con cara rara-. Jajajajaja, me río a carcajas: Sí, del invierno y de astrología, jajajaja. ¿Por qué, qué creía que iba a hablar? -le digo entre más carcajadas, su mirada de pregunta y su sonrisa un poco incómoda-. «Es que yo creí que iba a hablar de las protestas, del medioambiente, de esas cosas, poh»  -me confiesa, mientras yo sigo riendo y le digo en broma: «¿usted cree que yo ando puro protestando, vecino?»-. Nooo, es que como ustedes han ido a algunas marchas y no usan bolsas plásticas, traen sus bolsas de género, yo pensé que era de eso y cuando la escuchamos pensamos que nos equivocamos -me dice rascando su frente y ajustando sus lentes. Yo sigo riendo, después le respondo sus preguntas, pues ahora sabe a qué me dedico y quiere entender de qué se tratan la astrología y el tarot porque le llaman la atención…

Y, bueno, como la astrología tiene mucho qué decir y aportar a la mirada de la realidad, dándonos respuestas, guía y sentido, el 10 de septiembre volví a radio Cooperativa (si quiere escuchar haga click aquí)  en un ciclo de astrología mundial, esta vez para conversar de la identidad colectiva de los chilenos de acuerdo a la carta natal. Junto a la periodista Daniela Montoya conversamos -aunque nos faltó tiempo, pero a veces los medios de comunicación son así- de cómo somos los chilenos: marcados por una geografía de agua profunda y montañas macizas, con el Sol en Virgo, Ascendente Sagitario y Quirón en el Fondo del  Cielo, todo lo cual nos lleva a ser -entre muchas otras cosas- reservados, ordenados, inseguros, trabajadores, responsables, curiosos, sin padre. Esto último es re potente en el caso de Chile. Se nota en las calles, en las conversaciones, en los restaurantes, en las fiestas… En mi consulta. Muchos hombres se borran. A veces pueden ser parte de la familia, estar siempre ahí, pero desde la debilidad, desde una energía baja, desde poca presencia e ínfimas palabras o escasa opinión. También algunos están, pero desde una energía de niños donde la esposa y las hijas lo tratan -y él se deja-como tal. Otras veces el padre deja de existir, se va o se pelean, y tanto él como sus hijos pierden todo contacto. Otras está «casado» con el trabajo. Otras muere. Pocas veces en Chile los hombres -el padre- son una energía fuerte dentro del clan. Los hay, pero son más excepción que regla.

Y no es porque sean los malos de la película (aunque muchas mujeres los pintan así) o porque sólo sean completamente desconectados emocionalmente, poco empáticos, niños, inseguros, inmaduros. Hay una gran cuota de esto, sí, y es lo que nos toca trabajar a ambos géneros -pues claramente es responsabilidad de todas y todos- pero también están un tanto opacados y acorralados con el matriarcado chileno. De esto hablamos en un segundo programa en la radio (acá) con Cecilia Rovaretti.

Carta Natal de Chile

Mientras el Sol (lo masculino y paternal) de Chile está en Virgo (tierra; orden) y esto pone una energía reservada, tímida, prudente, criticona, racional, amable, ordenada, trabajadora, maniática, lógica, eficiente; la Luna (lo femenino y materno) está en Géminis (aire; comunicación) en conjunción con Júpiter (planeta que amplifica aquello que toca), lo cual tiñe a las mujeres de una energía curiosa, parlanchina, divertida, racional, sociable, adaptable, simpática, exagerada, intelectual, expansiva, chismosa. Por tanto, lo femenino tiende a notarse mucho más en Chile. Basta con ir a un bar, restaurante, evento, discoteca. Las mujeres conversan, se ríen, hacen ruido, tienen gracia, chispa (no el sabor del caribe, sino chispa), van bonitas; llenan el espacio -a veces demasiado. Los hombres no. Les cuesta atreverse, no hacen mucho ruido (a no ser que haya fútbol de por medio), no se sienten ni se muestran poderosos, muchos tienen voz de pito (snif), hablan en diminutivo, muestran inseguridad, no llevan la energía conquistadora y no me refiero sólo a ir tras las chicas, sino a conquistar terreno, el mundo, su vida. Pero esto, tiene un origen… Y una oportunidad.

La semilla de esto es, sin duda, la madre. El matriarcado chileno es de temer. Las mujeres y la madre chilena con esa Luna jupiteriana somos muy omnipotentes. La maternidad chilena -estoy generalizando, obvio- asfixia, sofoca, abriga, controla, alimenta, habla, piensa, se estresa, sobreprotege… No confía. No le da poder al hijo, sino que se lo adjudica y tampoco lo reparte con el hombre. ¿Por qué es una mala y neurótica? Mmm, no; por  miedo, que está dado por ese Saturno, el planeta de Capricornio, junto a Neptuno, regente de Piscis, ambos están en tensión con esta Luna exagerada. La madre chilena vibra desde el miedo y desde la mente, escucha poco al corazón y no confía en la sabiduría del hijo tenga la edad que tenga; ella misma fue criada por una madre fuerte y temerosa a la vez,  que además está en tensión a Marte en Leo, otro aspecto masculino en una carta natal, pero del hombre en sí, ya no como padre, que revela que los chilenos están impregnados también de egocentrismo, prepotencia, violencia, desdén, inseguridad, chispa, talentos, empuje. Pero la Luna chilena, desde su vibración mira a los hombres con cierta rabia, temor y resistencia, al tiempo que busca admirarlo (Leo), por tanto contagia ese campo vibratorio a su descendencia y al ambiente.

La tarea de Chile hoy, entonces, es volver a confiar en lo masculino. Lo femenino – a mi juicio-ya demostró, ya hizo, ya se validó; hasta Presidenta tuvimos e hicimos noticia en el mundo. Genial… Pero ahora tenemos la enorme oportunidad de enaltecer lo bello de los hombres y del chileno: hay que aceptar que sea tímido, prudente, inseguro, prepotente, etc. Lo importante es no irse al extremo de estos aspectos, que esta energía no le impida cosas ni sea la base para moverse. Es decir, no quedarme «pegado» en que como soy tímido y miedoso no hago tal cosa; o que exijo, conduzco (es un revelador ejercicio observar cómo manejamos los automóviles), trabajo desde la prepotencia y la inseguridad, por ejemplo.

¿Y cómo se hace? La tarea empieza desde el nacimiento. Que las madres usemos el humor, el cariño y la confianza en la vida para criar. Júpiter unido a la Luna también nos invita a confiar en nuestros sentimientos, ritmos e intuiciones… Por ejemplo, la fiebre es una liberación de energía necesaria, a veces pasamos rabias y luego viene fiebre. El té de menta la baja, también el agua fría en las muñecas (por dentro) y podemos probar con esto más la contención emocional antes de entrar en la desesperación, el medicamento y la urgencia médica como únicas soluciones. Los niños tienen que caerse para aprender y sentir que crecen, el mundo es un lugar bello donde ellos tienen que explorar, correr ciertos riesgos. Los niños quieren saber, entonces podemos conversar, profundizar, escuchar, compartir, sentir. Siempre me llama la atención que los niños chilenos pese a los fuertes cambios culturales que vivimos, si les hablas en la calle, se quedan callados, agachan la cabeza y se esconden tras las piernas de los padres. Yo misma lo hice cuando pequeña, pero pensaba -ilusamente- que los niños cambiarían. En otros países los niños te responden. Acá no y en eso hay un origen familiar teñido de vergüenza, miedo, baja autoestima, desconfianza.

Podemos pedirle al ser superior, interno o a la divinidad que está en nuestro hijo que lo guíe, que lo proteja y que nos muestre cómo tratarlo en vez de actuar sólo desde el control, el miedo, la mente. Es necesario ahora recurrir a la sabiduría y la intuición que viaja por vidas y generaciones y que está dentro nuestro.

Es primordial también poner límites (dejarle claro los sí y los no, e incluso exigirle un poco) porque eso le da seguridad a un niño, se siente tomado en cuenta y evita el egocentrismo, pero no desde la prepotencia o dictadura (nuestro Marte en Leo), sino desde los argumentos. Y -una de las tareas actuales- es urgente devolverle el poder al padre. Darle su lugar: que decida, opine, ordene; aunque se equivoque. Y ojalá los niños (hombres) desde los ocho años (luego del primer paso de Saturno) pasen más tiempo con su padre y conozcan la energía masculina: competir, jugar, defenderse, conquistar, explorar, esforzarse, atreverse, tomar iniciativas. Más aún desde el segundo paso de este planeta: a los 14 años.

¿Y la tarea masculina? Involucrarse en la crianza pese a la neurosis femenina, insistir. También conversar de cómo estamos, de lo interno; criticar menos (Virgo) y aceptar más. Además, atreverse, arriesgarse y tener en cuenta que sí pueden ser rechazados -en cualquier iniciativa: afectiva, laboral, sexual, económica, social, etc.-, pero que esto es parte del juego de la vida y de crecer, pues siempre corremos riesgos; conectar con sus talentos, sacar ese Marte que es vital, divertido, creativo, líder, generoso. Los deportes intensos ayudan a esto, también las artes….

Gran y digna tarea tenemos por delante para darle un nuevo tono a la identidad chilena. Para que la Carta Natal haga su trabajo evolutivo pues una de las bellezas de lo humano es que siempre -no importa la crianza, cultura, edad ni nada- podemos cambiar, crecer y despertar.

Así que sin importar la nacionalidad, y más aún si somos chilenos, bienvenidos al nuevo tiempo y a la tarea de conocernos profundamente desde distintas miradas para mejorar por dentro. Es más que posible.

Ritual de Primavera 2012

No ha sido fácil sobrevivir a este invierno 2012, demasiadas cosas, el tiempo acelerado, muchos frentes abiertos, nuestra conciencia cada vez más despierta con lo cual no podemos evadir responsabilidades ni cerrar los ojos ante nuestro presente… Pero aquí estamos, creciendo.com y, como elegimos estar aquí y en este tiempo, tenemos que asumir, agradecer, celebrar y comenzar una nueva etapa en el sabio camino de la vida que nunca se equivoca; la vida, porque nosotros a veces hacemos cada cosa… ni el camino vemos, en ocasiones..

Bueno, cuando todo florece y el Sol se asoma por Libra, la Luna se encumbra en Capricornio y Venus pasea por Leo, dentro nuestro también comienza a iluminarse nuestra energía dándonos la oportunidad de salir de la introspección del invierno que nos regaló la bendita oportunidad de irnos hacia dentro. Si quisimos vivirla, claro. Y no digamos que estos meses de junio a septiembre 2012 han sido fáciles. Una energía de mucha purificación nos puso a prueba con enfermedades, decepciones, conflictos, incertidumbres, tristezas, depresiones, escasez, decisiones o hechos tajantes… Pero también nos dio la oportunidad de sanar, crecer, recibir o pedir ayuda, ver lo que no nos gusta para cambiarlo, comenzar a agradecer y valorar lo que tenemos… Este invierno 2012 nos permitió mirar -para quienes quisieron ver, obvio- nuestro ego e identificar nuestras trampas, mecanismos pegados y actitudes o pensamientos dañinos…

Si vivimos un invierno en conciencia seguro nuestra primavera será un espacio para florecer. Si no, las asignaturas pendientes volverán hasta que las enfrentemos e integremos como parte de nuestro crecimiento…

De todos modos, la mañana del sábado 22 de septiembre comienza oficialmente la primavera a este lado del planeta con el equinoccio. Un despertar, un renacer. Un tiempo-espacio para ponernos más creativos, abiertos, dispuestos, imaginativos… Son meses para hacer más cosas, comenzar proyectos, estar más sociables, trabajar en nuestras relaciones personales, disfrutar las bondades de la naturaleza, conectar con el goce de los sentidos y expresar el amor.

Pero, como siempre lo digo, Hollywood no existe, menos ahora en estos tiempos de mayor  de luz, por tanto la vida es un mandala: tiene de todo, con un centro y una periferia, así que no es blanco o negro y, probablemente, la primavera también nos traerá desafíos, la diferencia será el clima colectivo y las herramientas que tendremos para vivirlos.

Y para darle la bienvenida a esta nueva etapa, ese día por la tarde haremos un Ritual de primavera al cual están todos invitados…. Acá van los datos:

RITUAL DE PRIMAVERA

DÓNDE: En el salón de eventos de Carlos Antúnez # 1960, Providencia. Metro Pedro de Valdivia.

CUÁNDO: La tarde del sábado 22 de septiembre a las 18 hrs (puntual, de lo contrario el invierno puede devolverse)

CÓMO: Venga con su mejor sonrisa y mejor disposición. Con el atuendo que le siente cómodo aunque a la señorita primavera no le gusta que vayamos por la vida vestidos enteros de color negro, digo, por si acaso.

CUÁNTO: Celebrar es gratis, así que no se cobra entrada.

Pero sí hay que traer algo para compartir comestible y/o bebestible (por fa, nada de coca-cola ni galletas ni chocolates. Recuerde que la naturaleza es generosa, tiene frutas frescas y secas, y cosas exóticas como apio, zanahorias y aceitunas, ¿sabía? O usted puede preparar algo en casa y lucir su talento!) También hay que traer COJÍN porque sillas hay pero no para todos y la gente con más primaveras en el cuerpo tiene prioridad. Y, como no queremos contaminar más de lo que ya lo hacemos diariamente, traiga su propio VASO porque no habrá de los desechables por acá.

El ritual durará unas dos horas y luego compartimos y… bailamos! sí, porque hay que purificar las penas del invierno y moverse eleva nuestra energía, libera rabias y miedos. Si le da vergüenza o no le gusta, puede aplaudir o cantar y contagiarse de la energía primaveral! Pero no se vaya inmediatamente, pues esta primavera trae buenas sorpresas y está en nosotros abrirles la puerta en vez de bloquear la energía.

Confirme su asistencia y si viene a última hora sin confirmación, no tenga pena (no se aprobleme) y llegue sonriente! Puede venir consigo mismo, acompañado y hasta aclanado.

¿Alguna pregunta? Deje un comentario y la responderemos!

Abrazos de fines de invierno!

 

2012: Luz u oscuridad, esa es la cuestión

Entre otras cosas, en julio 2012 estuve seis días en una simple pero poderosa dieta para purificar el cuerpo y cambiar la energía. Obvio que mi cuerpo no fue lo único que se limpió. También la mente (impresionante), las emociones, la vibración; potente proceso de voluntad y auto-observación del ego. Cuando hace unos días volví a comer poco a poco lo habitual -lo socialmente aceptado- (entiéndase azúcares, carnes y alimentos refinados; todo lo que nos enferma, en todo caso) me vinieron fuertes dolores de cabeza que por supuesto no los podía bajar vía medicamentos pues se trataba de purificar, entonces apliqué un par de técnicas energéticas y los malestares cedieron, junto con volver a comer sólo cosas naturales por unos días para mantener el equilibrio ganado… Pero, como cada vez que te involucras en algo importante, eso comienza a manifestarse antes, la purificación de situaciones comenzó a mediados de julio, cuando decidí que haría la dieta…

Por ejemplo, alguien me agredió por mensaje de texto al celular, minutos después de salir -no casualmente- de una sanación cuántica. Nada nuevo en mi historia. A la agresión me refiero; la conozco desde mis primeros meses de vida sutilmente y en mis primeros años -hasta ahora- muy directamente desde lo físico hasta lo emocional y psicológico. Y está bien. Es parte de lo que elegí vivenciar-trabajar-sanar en esta encarnación, con lo cual la vida -siempre sabia- se encarga cada tanto de recordármelo y hacerme avanzar en el tema. No es fácil, pero se puede.

La rueda de la vida, imagen del budismo tibetano.

Todos tenemos uno o más temas de vida, esos que te acompañan y se te aparecen cada cierto rato, si es que los quieres mirar, ¿no? Porque igual existe la opción de evadirte -aunque por estos tiempos de conciencia colectiva es cada vez más difícil-, echarle la culpa a algo o alguien, no ver nada ni asumir ni reconocer la repetición de situaciones y así jugar a una vida sin mayor sentido ni conexión. Pero, bueno, si elegiste ver y trabajarte internamente vía terapias y disciplinas físicas, espirituales y energéticas (sin ayuda no se puede, ojo, pues parte del trabajo personal es la humildad de reconocer que no podemos solos ni sabemos todo), puedes conectarte con el dolor -que siempre está, no como en Hollywood, donde se acaba al final de la peli. Ja-  de otra forma. Es que nosotros elegimos cómo sufrir, porque -como plantea tan sabiamente el budismo tibetano desde hace miles de años- el sufrimiento es parte de nuestra condición humana. Y yo -desde hace rato- elegí que sufro con conciencia, sentido y desapego. Entonces, esta vez, no respondo a la agresión. Y, raro pero cierto, no me cuesta mucho, pues a diferencia de otros tiempos ahora está en mí la convicción. Encima se trata de alguien que claramente descarga su frustración y rabia en mí y, esta vez, decido aceptarlo plenamente, tanto porque es parte de mi, como porque si apareció es para algo, además de que claramente hay un ingrediente kármico, donde lo que yo he hecho en esta vida y en otras me llega de vuelta como aprendizaje, no como castigo. Entonces, lo llamo, lo escucho sin interrumpir ni comentar, accedo a su «particular» exigiencia: muy enojado, después de descalificarme y enjuicarme en monólogo, me solicita que le devuelva el dinero de una lectura de tarot donde yo le habría dicho algo que no sucedió. «Ningún problema. Mañana puedes pasar por mi consulta y te dejo el dinero» -le digo, sin rabia, pero internamente con un dejo de tristeza. Por él, por mi, por la situación. Durante los minutos de la llamada advierto el ego de ambos en juego, el mío que se siente incómodo, con la energía baja y dolido, y que a su vez igual quiere reaccionar con alguna ironía o frase inteligente; el de él que está airado, defendido, vengativo e inseguro. Mientras lo escucho mentalmente digo «protección» y «gracias» repetidas veces.

… Al día siguiente él pasa por mi consulta, recibe su sobre de manos de la secretaria, saca el dinero y le tira el mismo sobre en las manos con rabia… Todo el día le agradezco. Él no sabe lo bien que me hizo su reclamo. Le digo mentalmente gracias porque me despertaste, porque la incomodidad que me traes es una oportunidad, porque me haces trabajar mi herida… Porque me recuerdas que nunca me he sentido completamente cómoda en el rol de tarotista pues, inevitablemente, la dinámica muchas veces se instala en «resuélveme la vida»; es decir, mucha gente va en una actitud muy pasiva a que le digas qué hacer, otros a escuchar lo que quieren oír sin mirarse a sí mismos en la responsabilidad de lo que están viviendo y en aquello que quieren lograr, y otros tantos van a que le digas que sí se va cumplir su deseo… Y es válido, es normal, todos lo hemos hecho; los oráculos no tienen porqué ser una herramienta para el despertar y la conciencia… Pero mi postura de vida sí está en esta vibración, la de la conciencia; entonces, en este punto, el mágico y ancestral mazo de 78 arcanos y yo discutimos. A veces llegamos a acuerdos, a veces nos deleitamos con gente que sí quiere hacer su trabajo personal y otras nos sorprendemos maravillosamente con seres que venían ansiosos o perdidos y luego de la lectura se calman y encuentran luces para su camino.

Pero cuando sólo está el control, la mente, el ego, el esquema mental y por más que les digas que la realidad la creas tú y que aquello que has vivido es obra tuya, pero que si haces cambios en tu dinámica interna, en tu personalidad y en cómo te vinculas contigo mismo, para lo cual son vitales la meditación, el silencio, la observación de sí y el auto-acompañarnos constantemente de modo de aceptarnos cada vez más y mejorar;  tu vida efectivamente va a cambiar, sin embargo si la otra parte (el consultante) no escucha y no quiere crecer ni hacerse cargo, el trabajo de tarotista cansa. Agota, da pena y siempre te sorprende cuán presos nos puede tener nuestro ego. Como la señora que me habla desde la víctima y recuerda cada uno de sus dolores de niña, como el tipo que odia al jefe y no es capaz de reconocerse en los defectos que le atribuye a éste, como la chica que se queja de lo ausente que es su novio pero ella se tiene «botada» a sí misma, como el chico que sólo pregunta por el éxito y la «estabilidad» cuando la vida lo está obligando a parar con un par de «fracasos», como la señora que sólo pregunta cuándo se irá su marido de casa para poder ser feliz pero ella no está dispuesta a cambiar en nada y puede morirse esperando que él se mueva y viviendo un infierno cotidiano, como la enorme cantidad de gente que está sin pareja y quiere tenerla pero no enriquece su vida con otras cosas para desarrollarse y entonces se sienten vacíos… Sí, todos hemos pasado por ahí, por la actitud de quejarnos y sentirnos oprimidos o en situaciones injustas y es normal, es humano; e igualmente llega nuestro tiempo -precioso- para despertar, dejar de victimizarnos, asumir que nosotros -lo he comprobado en años de consulta y en mi propia experiencia- elegimos la familia en la cual encarnamos y gran parte de las situaciones que venimos a trabajar para sanar y alcanzar la felicidad verdadera.

¿La felicidad qué? Verdadera, la que no se va, la que no depende de lo que tengo afuera, la que no huele a telenovela ni comedia romántica. La que es un estado interno, constante, puro, sutil y profundo a la vez. Esa chica, la felicidad, está esperándonos. ¿Dónde? Dentro nuestro.

… Jaja, estoy terminando esta frase, sentada en la mesa de un café francés, uno de mis favoritos del barrio, y el mozo me pide permiso para sacar la basura desde el bar y me pregunta si no me molesta. Me sonrío y le digo: claro que no, si en la vida hay que sacar la basura, imagínate si no-. El también ríe y pasa con el bote un par de veces.

Síp, para encontrar la felicidad y conectar con la luz, hay que atreverse a mirar nuestra oscuridad, nuestra basura: el ego, esos mecanismos pegados que tenemos para movernos, sobrevivir, llamar la atención, manipular, estar cómodos, quedarnos en víctimas o victimarios. Y para eso tenemos que bucear en nosotros. Al hacerlo podemos comenzar uno de los más poderosos cambios de nuestra existencia: transformarnos, crecer, volvernos más autónomos, conectar con la esencia y vivir más desde ahí que desde el ego que siempre está defendiéndose. No se trata de aniquilar a don Ego, sino de verlo, de pillarlo, de observar cómo nos boicotea de múltiples formas: pasividad, ansiedad, impulsividad, miedo, agresión, victimismo, idealización, racionalización, rigidez, evasión, apego, adecuación, rupturismo, ensimismamiento, fantasía, infantilismo, prepotencia, perfeccionismo, hipocondría, autosuficiencia, etcccccc. Una vez que vemos nuestra basura interna podemos aceptarla y comenzar su reciclaje: nuestro cambio hacia actitudes más luminosas…

La flor de Loto y su bello simbolismo: desde el fango, desde nuestra oscuridad, podemos crecer, purificarnos y salir a la luz con la versión más hermosa de nosotros…

Y este 2012 y 2013 siento que la cuestión central es optar por la luz o por la oscuridad, por despertar o dormir. Pero no a medias como antes, sino sólidamente…. Pues este ciclo está limpiándonos profundamente y esto, que suena lindo, no es fácil ni cómodo.

Muchos estamos viviendo enormes tentaciones -trampas- del ego con distintos eventos como enfermedades, líos laborales, frustración, depresiones, estafas, escasez económica, rupturas, traiciones, agresiones… La tentación es quedarnos en la oscuridad y recurrir a nuestros patrones antiguos de reacción egótica y seguir en la rueda kármica de miedo, abandono, soledad, traición, pobreza, abuso, pérdida, indiferencia, envidia, enfermedad, rabia… Pero ya nop. Estamos más grandes, por eso mi invitación es a reaccionar -actuar- desde la luz, deteniéndonos un poco más frente a lo que nos pasa, viendo la oportunidad de cada evento, permanecer al acecho de nuestro ego que nos seduce y empuja a actuar defensivamente, y elegir actuar desde lo luminoso que habita en nosotros: el corazón, el alma, la conciencia, el espíritu… En ellos sólo hay aceptación y sabiduría; del miedo, ni rastros.

Y al mismo tiempo, también invito a mis ilustres lectores a asumir. En mi caso, asumo que yo elegí, entre otras cosas, dedicarme a la lectura del Tarot -aunque a ratos retrocedo y creo que el Tarot me escogió a mí, pues, como lo cuento en mi biografía de Guioteca.com, nunca pensé convertirlo en mi oficio- y que esto tiene grandes costos emocionales, mentales y físicos, los mismos de cualquier terapeuta, garzón, vendedor, médico y todos los oficios que atienden individualmente a gente. Por supuesto que también tiene enormes gratificaciones y es verdaderamente un maravilloso honor -y sanación mutua- acompañar a mucha gente en sus dolores y alegrías; un poderoso regalo kármico que jamás imaginé en mis años de universidad del cual estoy constantemente agradecida… Por tanto, ya que nuevamente la vida me movió, haré más caso que otras veces y además de aceptar mi responsabilidad -ancestral y actual- en la agresión del chico, que se suma a otra de una colega en el primer semestre 2012, por tanto el tema es mío todo el rato (la parte del otro es su rollo y otro asunto); esta vez no me voy de viaje para descansar y desconectarme de la dinámica de las lecturas de Tarot. Ahora -en principio; porque este año está impredecible y no se puede planear demasiado, ojo- me quedaré (con un poco de descanso, eso si) también porque intuyo que agosto y septiembre son muy potentes.

Así, gracias a estas últimas pruebas a mi ego, decidí verlas como un empujón para hacer otras cosas… Por estos días, entonces, ya me dispongo a realizar charlas en empresas y talleres en mi consulta sobre el mismo tema: iluminar nuestros patrones de miedo, escasez, soledad para salirnos de la rueda kármica de dolor y saltar hacia un espacio de mayor aceptación y alegría por todo lo mucho que tenemos en esta vida que elegimos… Otra vez y sin dudas: Gracias.

¡¿Adiós, mundo cruel?!

Así se titulará mi primera parte de las charlas sobre el 2012 que daremos los martes 8 y 15 de mayo. Y ahora en plenos preparativos –cansadores y entretenidos a la vez- de producción del evento, me alegro observando cómo cuando te propones algo, la vida te empieza a llenar de sincronías a modo de señales que, si estás atento, puedes verlas…

Mientras escribo este post en un café nuevo en Providencia, el señor de la mesa del lado llama por teléfono y le dice a alguien que está todo listo para sus charlas de interpretación de sueños en Viña del Mar. Obvio que paro la oreja y me sonrío pensando en que somos colegas y que andamos en lo mismo…. Antes, las vecinas de la peluquería me preguntaron por los terremotos y si acaso sé si viene otro: “tienen que ir a mi charla y lo sabrán” –les digo riendo y alzando una ceja. Ellas se ríen también y me piden una “sinopsis”. -Ya, pero de cuáles terremotos hablamos, ¿de los naturales o de los provocados? –les lanzo en tono capcioso. -Nooo, Jimenita, ¿tú crees que pueden hacer eso?, ¿cómo hay gente tan mala? –se preguntan y comentan entre ellas. –Mmm, no es maldad necesariamente, es ego, es afán de poder. Ya, eso no más les digo; tienen que ir a la charla y entenderán todo –les señalo y parto entre sus risas y peticiones de que sigamos conversando del tema… Seguro en un par de días comentaremos de nuevo en medio de la telenovela brasileña de turno que una de ellas sigue y sufre…

Y hace un par de días, en la tienda de aromaterapia donde he dado algunas charlas, en Universo Garden Angels, conversamos con una de las encargadas, y me cuenta que irá a un taller de ángeles “con una terapeuta que la entrevistaron en ese programa sobre el 2012 que dan los domingos”… Mmm, le digo y le pido que me reenvíe el mail a ver qué tal el taller.

El sábado por la mañana, al prender la tele aparece un señor banquero en un foro sobre liderazgo empresarial para jóvenes universitarios, que enuncia que para él hay cinco prioridades en la vida; con su mano y orgullo enumera: 1. Dios –y hace un gesto con su índice y mirada hacia el cielo. 2. La familia. 3. El trabajo. 4. Los demás, porque el prójimo es importante –agrega. Menos mal poh, chiquillo– añado yo en voz alta y pienso: como si la familia fuera diferente al prójimo. 5. Uno mismo…. Para cuando termina su recuento mi expresión facial se ha arrugado más de cinco veces y mis ojos casi se salen del asombro y le digo como si me oyera: “¡Pero, hombre, qué patrón (pauta) más antiguo! No cachando nada del 2012, amigo…”. Me quedo atenta escuchando otras cosas pasadas de moda que continúa afirmado como máximas y me entretiene observar cómo caen paradigmas y cómo algunos se resisten a ver la realidad y a adaptarse al nuevo tiempo. Como diría mi profe de interpretación de sueños (y más) Deborah: él es parte de los conservadores que tienen como misión resistirse a los cambios para que lo nuevo puje y no sea tan alocado. Es decir, cada uno juega su rol: innovadores y conservadores dan vida al cambio, a la nueva era. Mientras, yo le agradezco a este señor encorbatado y solemne por darme más material para mi charla, pues su enumeración a mi juicio está más que obsoleta y errada en este ciclo de nueva conciencia y que él lo diga me lo reafirma. En otro post –y en la segunda charla, la del 15- retomaré este punto sobre las prioridades o pilares de la vida en el nuevo tiempo desde el 2012 en adelante.

Luego me paso a la TV española y río a carcajadas con una mujer que afirma con total desparpajo que ella lo único que quiere es ser famosa y que para eso está dispuesta a seguir –ya lo ha hecho varias veces- sólo acostándose con futbolistas o famosos. Y en el estudio le llevan –al estilo morbo-español- al ex novio –calificado como “nadie” por ella- y la chica le dice: ¡Niño, que tú eres muy lindo pero te he dicho que no me sirves, que yo quiero estar con famosos porque yo quiero que todo el mundo me conozca, ¿vale? –jajaja, ¡Genial! … Estos son los nuevos tiempos, observo. No tiempos en que haya que imitar a esta chica con rasgos algo patológicos, sino un ciclo de verdades, donde ya nada se esconde, donde no se puede –ni es necesario- disimular (si no, pregúntenle al rey de España); en los cuales la realidad –clara y oscura- tanto personal como colectiva salen con fuerza a la luz y el asumir nuestra propia verdad o identidad –por más incómoda que sea frente al sistema social, político, religioso, económico, cultural, familiar- se hace casi una obligación; de lo contrario todo se entrampa y se vuelve muy duro.

El 2012 es un tiempo para sincerarnos con nosotros mismos: quién soy, qué quiero, qué siento, me gusta la vida que he construido, sobre qué bases la he levantado: sobre lo que se espera(ba) de mi (la familia, las creencias sociales, el sistema económico, etc.), sobre el ego en exclusiva, sobre el miedo o la confianza, el compartir o el acumular, la alegría o el pesimismo; tengo calidad de vida; estoy aportando al mundo y cuál es mi rol en éste: autómata, resignado, creador, transformador, guía, pasivo, etc.; qué conexión tengo con mi espíritu, con el medio, con la naturaleza… Son gran parte de las preguntas que este año de despertar nos toma como examen y no aceptará ninguna evasiva ni justificación en nuestras respuestas.

Entonces, una vez sincerados y mirándonos completamente desde la aceptación el 2012 abre nuestro poder co-creador y nos invita a diseñar y vivir la vida que realmente queremos, con sistemas nuevos de creencias e intercambios en la dimensión terrenal que hemos elegido habitar, pues somos completamente privilegiados de estar en este espacio-tiempo donde los cambios son y serán intensos para decirle adiós al mundo cruel que hemos creado y darle paso a una existencia más pura, más conectada (interna y espiritualmente antes que sólo a la tecnología), menos neurótica y, sin duda, más despierta.

Y, como este post también tiene como objetivo invitar a las charlas de astrología para entender este año, les cuento que los detalles del por qué, cómo, cuándo y hacia dónde sigue el ciclo 2012-2017 (si es que el mundo continúa existiendo, claro) se darán en esos encuentros, donde hablaremos en base a Plutón en Capricornio, que el del 8 de mayo se titula «¿El fin del mundo que conocíamos?” y el del 15 es: “Plutón y el nacimiento de una nueva conciencia para vivir”; que los datos completos están acá y que, si usted lee esto desde lejos o no puede asistir, este blog igual se los compartirá poco a poco a lo largo del ciclo.

Como ejercicios, eso sí, le recomiendo para este año: no creer todo lo que las voces “oficiales” digan o anuncien, escucharse más a sí mismo, abrir la mente para ver más allá, practicar la empatía, desapegarse, disfrutar, liberarse de viejos moldes y crecer desde dentro. ¡A seguir despertando en un año mágico y poderoso!

Guiños del alma

Mi ojo derecho late descontroladamente. No porque le guiñe a nadie, sino de cansancio. Me está gritando que pare y hago lo que puedo por complacerlo: manzanilla, melisa, menos tele, respiración consciente y tratamiento de sanación zen. Le digo que me perdone, que estoy tratando, que cada cierto rato me pasa lo mismo: lleno mi agenda con distintas cosas, trabajo mucho, me siento sobrepasada e incapaz de bajar el ritmo pues  me cuesta poner límites –una de mis tareas desde que nací y por largo rato-, pero que “estamos trabajando para usted”.

También le digo que me entienda, que el 2012 es así, intenso y aceleradísimo; encima estos días Urano se junta de nuevo con Mercurio y agitan todo lo mental y eléctrico de la vida, del cuerpo y de las energías colectivas… quizá por eso mi ojo late raro, no como otras veces, más rítmico… Pero a él no le importan nada mis excusas ni el contexto, ni que esté preparando dos charlas de astrología para entender el 2012 (más detalles en el post anterior y en otro que viene). Él está cansado y me está dando una gran señal antes de que siga ciega a mi ego apurado y me estrelle por ahí…

Es que el cuerpo además de noble, sabio y sagrado es uno de los portavoces del alma. Y el alma tiene la película más que clara. Pero el ego nos hace creer que es él quien comanda todo… Y nop, el ego es un niño mimado, inseguro, débil, miedoso, orgulloso, apegado, voraz; inteligente en lo racional; que juega a bueno, malo, payaso, raro, perfecto, fuerte o ausente;  socialmente posible: puede ser héroe, víctima o victimario; metido en el sistema o anárquico, lógico, rápido, astuto, flojo, esforzado…

El ego, nuestra máscara de sobrevivencia e intercambio en este mundo,  puro patalea frente a los llamados del alma. Ella dice detente y el ego dice: muévete, estás perdiendo el tiempo. El alma te sopla al oído: necesitas descansar; mientras el ego te muestra la cantidad de obligaciones que tienes, lo importantes que son, lo que opinarán los otros si no las haces y que eres un flojo, que deberías agradecer que tienes actividad, etc., etc. O el alma te indica con una sincronía o un llamado que te muevas hacia un punto y que trabajes por algo, pero el ego lo boicotea con horas en el computador o la tele, evasiones varias, supuestas obligaciones familiares u obstáculos tan “reales” como que no tengo tiempo o no tengo el dinero o la salud… Ja.

Y entonces el alma se entristece, pero sigue confiando en nosotros, en nuestra esencia. Y es benévola, compasiva; nos espera. Pero cuando no aguanta más –y de acuerdo a lo acordado por nosotros mismos en esta encarnación- el alma llega a su límite y grita: nos manda un “evento” que nos despierte para que hagamos lo que de verdad vinimos a hacer a esta vida que elegimos… Lo malo es que el manual para entender las señales y poder interpretar el sentido de estos eventos, a veces está perdido en algún cajón de nuestro inconsciente o lleno de tierra y no lo entendemos del todo. No comprendemos el para qué de una enfermedad, de una frustración, de un desencuentro, de la cesantía o crisis económica, de una ruptura de una relación, de un “fracaso”, de un duelo… Nop, el ego se acelera y busca un mecanismo para que no entendamos y sigamos insistiendo con la acción, o nos victimicemos, o entremos en rabia o en miedo, emoción favorita de Don Ego.

Pero el alma sabia y pura –que también cacha que es 2012 y que todo está rápido- nos da otra oportunidad… Y probablemente de nuevo nos tropecemos. Entonces, algunos entendemos y otros seguimos repitiendo la materia…

Así, la semana pasada en mi consulta, Rosa, una mujer grande, auto-exigente y de corazón bondadoso, llora desconsolada porque se mudará a una casa que no le gusta; se siente impotente y sabe que todo es culpa de su ego apurado, de su no pedir ayuda y de su desconexión de la intuición que le decía que no era el lugar; pero ya firmó la promesa de compra y no es capaz de decir: “me arrepiento” y arriesgarse a perder unos 5 millones de pesos (10 mil dólares), decisión que la dejaría tranquila…  Carlos mira el peor escenario para su examen de titulación en vez de confiar en sus capacidades -y en la divinidad que lo habita- y al mismo tiempo asumir que en caso de no aprobar, eso siempre lo llevará a algo que la vida le tiene preparado desde el amor, no desde el castigo…  Flavia sólo hace preguntas negativas: que si el hijo será papá joven, que si la hija se enfermará, que si el marido la dejará “en la calle”… Y le digo: ¿viste como sólo preguntas desde el fatalismo? Y ella asiente, pero su ego pesimista-víctima vuelve y sigue preguntando: ¿me ves con alguna enfermedad a futuro?… Y yo me entristezco por dentro y me dan ganas de abrazarla… Y Claudia pregunta si logrará irse con su marido al sur de Chile, a vivir en el campo, mientras el tarot la muestra pasiva frente a su sueño y ella misma reconoce que no está haciendo nada por lo que más quiere, mientras su alma suelta una risa cómplice pues ya entendió que se está boicoteando con la flojera (evasiva común del ego) y viviendo en el futuro en vez de enriquecer su vida hoy (nada más abominable para el ego que el presente)…

Y  el jueves llego –mi ojo arrítmico y yo- a casa y mi querido Fer (vecino-compañero de camino importado de Uruguay) figura pálido echado en mi sillón. Está descompuesto. Ni mate toma, lo cual es un gesto grave para cualquier uruguayo. Entonces, tomamos té de manzanilla con melisa y conversamos. Su cuerpo está somatizando su actual semi-cesantía, su reciente cambio de casa, su trámite de residencia frustrado, el miedo a no tener ni lograr… “Fer, tu panza –y mi ojo, pienso- quiere que pares, que vivas la pena, son muchos duelos juntos…”, le digo a sus ojos decaídos y vidriosos. “Sí”, me dice con su energía baja y decide ir a casa a acostarse. Seguro su alma aplaude ese momento…

Entonces, el viernes de tarde después de trabajar en detalles de las charlas de mayo, rechazo unas invitaciones y me quedo conmigo, en mi tina caliente y el silencio de la noche, respirando, vuelvo a mi por un rato y agradezco, masajeo mi lado derecho de la cara mientras me comprometo a parar aunque sea un poco… Supongo que mi ojo y mi alma estarán confiados en mi decisión, al menos él ya no late y ella debe estar feliz pues el sábado de mañana fui -sin correr- a un bello taller de conexión con la esencia, de tarde caminé a otro ritmo con Marcela, compañera de distintas etapas de la vida y buena conversadora,  en medio del paseo nos encontramos “casualmente” con otra de las vecinas favoritas: Cocó, quien va con sus amigos al super para luego ver pelis en casa y en el encuentro nos ponemos al día con las noticias de los terremotos y los chicos brasileros que los alertan (otro signo de los cambios de 2012), mientras reímos a carcajadas con la farandulización (ego) de la TV chilena de este tema que seguirá dando material… Y el domingo me levanto tarde, sólo como fruta e infusiones para empezar mi día, escribo y después del almuerzo camino lento por tres parques del barrio disfrutando el otoño con otra compañera de camino y gran sanadora María Dolores, con buena conversación sobre este tiempo de cambios, verdades y revelaciones, acompañadas de sorbos de mate con hierbas y el sol tibio sobre los hombros…

Aquí vamos, día a día intentando escuchar más al alma y bajándole el volumen al ego que a cada instante patalea y quiere dominar la escena como está acostumbrado, pero el alma se asoma cada vez más -en muchos- y yo me río con esta danza interna que nos hace despertar. Enhorabuena.

Para vivir abril 2012

El calendario dice que el 2012 empezó hace poco más de tres meses… pero el calendario interno y energético es otro. El astrológico también. Podríamos decir que el año realmente comienza con el equinoccio de otoño en el sur y el de primavera en el norte. Antes estamos en la previa, en la preparación… Y en la confusión…

Se fue el agitado y «clausurante» marzo, un mes que fue más de cierres que de inicios en los distintos planos…

Desde el 20 de marzo, día del equinoccio, el Sol comenzó su viaje por Aries y nos da una inyección de energía para que tomemos la iniciativa en nuestras vidas. El guerrero Aries que ahora y por varios años recibe la electrizante chispa de Urano nos empuja a actuar con confianza, con atrevimiento.

Y aquí vamos, poco a poco, con inusuales dolores de cabeza, cambios físicos y energéticos que nos recuerdan que todo -incluido nuestro cuerpo- está atravesando una transformación. Después de los cierres de marzo abrimos un inicio mucho más marcado en abril: ahora sí comienza el 2012 y usted puede leer los detalles aquí.

¡Feliz otoño, feliz primavera y felices iniciativas de abril 2012!

PD: Anote en su agenda el 8 de mayo próximo, a las 19:30 hrs, en Santiago de Chile… se asoma una charla de astrología made in Ji & Company  para entender el ciclo 2012 – 2017… #esonomásledigo!