Gracias, Invierno. Bienvenida, Primavera

Esta canción ronda en mí hace unos días, a propósito del cierre de este poderoso invierno 2012..

Chile celebra su aniversario patrio (¿se dice así?) y son nada menos que cinco días libres entre fin de semana y feriados, espacio que se agradece pero que si estás frágil puede ser el mejor caldo de cultivo de una depre, como lo conversamos con algunos…

Por lo mismo, yo los paso en la playa, en la costa central de Chile, con amigos, familia, conocidos; entre comida casera, humor, amor, música, baile, caminatas, sueños logrados, viento, sol, nubes, y aguas de distintos azules…

Los días antes de cerrar la consulta de tarot pasan varios -y otros tantos al teléfono- consultantes obsesivos y/o ansiosos. Nada nuevo, pero ahora (últimamente) me dan más pena, me dan angustia ajena; no me cansan como antes, sólo me provocan un tanto de desolación… Y al mismo tiempo me pregunto por qué y para qué los atraigo, pues obvio que hay una parte mía en esto, no hay casualidades en lo que nos toca cotidianamente y a mí estos me acosan casi todos los días y no me molesta, hasta los quiero… Pero igual  me da tristeza. Es doloroso ver a gente muy joven corriendo y queriendo lograr «todo» (dinero, pareja, casa, trabajo, hijos, mascota, etc.) sin entender no sólo que la vida es tantísimo más que estos logros externos, sino que además si todo está basado en «tener» sufres todo el rato pues nunca será suficiente; a otros que se boicotean la felicidad por perseguir el capricho obsesivo de turno que la vida no les está dando (incluido el conseguir una cita al tarot conmigo cuando la agenda está llena) y que no entienden que esta negación tiene un sentido; a muchos queriendo controlarlo todo cuando la cruda realidad es que no controlamos nada, con suerte -y mucha- algunas de nuestras actitudes o reacciones internas frente a lo que nos sucede…

No controlamos los finales, por ejemplo. Y este invierno estuvo lleno de éstos y no son malos, sólo que nadie nos prepara para vivirlos. Finales de relaciones, de trabajos, de estados de salud, de proyectos, de vida, de procesos, de roles… Una chica llega con su panza de cinco meses de embarazo y está muy frágil, no hay relación ya con el padre de su hija que llegará en el verano… Estás en duelos, se acabó tu ser individual y tu relación, mínimo que te sientas vulnerable, ¿no? Tienes más que derecho a llorar, enojarte, sentirte «estafada» por la vida misma -le digo y caen sus lágrimas, pero no desde la víctima, sino desde la conciencia pues lleva bastante trabajo personal en el cuerpo y eso marca tamaña diferencia en los momentos de dolor… Un amigo me llama para conversar de lo que le está pasando. Qué honor -le digo; por escogerme y por abrirse, vaya regalo. Nos encontramos en un café y  me confiesa sus miedos. También está en duelo, se terminó su trabajo y ahora se asoma el fin de su relación… Un gran amigo parte a Europa y me pone feliz pero triste a la vez pues sé que lo extrañaré cantidad, aunque ambos presentimos que este cambio es sólo el inicio de algo aún más grande… La bella e inquieta hija de una amiga parte a trabajar a la mágica isla Chiloé, en el sur del país, y ya se asoma su ausencia… Una mujer quiere dejar de ser la madre perfecta y liberarse aunque sea un poco pero no puede pues su hijo menor tiene una discapacidad y conversamos en la consulta sobre comenzar a cambiar su rol y «mandarlos a la mierda» no literal ni directamente, sino internamente, de darse el permiso de admitir, pensar y sentir que está harta y que no quiere más, que le encantaría estar echada en cualquier lugar sin tener que ser responsable de todos los detalles; se trata de empezar a cambiar por dentro. Se asoma su crisis de los 42, con la oposición de Urano, el planeta de la conciencia y el afán de libertad… Una llamada el último jueves de invierno nos avisa que un primo murió en un  accidente. Silencio. Tristeza. Perplejidad. A diferencia de otras veces, todos los días en la playa no me despegaba del celular pues sentía que podía pasar algo -le digo a mi hermana. Quizá era esto, quizá sólo aprehensión. Pero aquí andan los cierres, los duelos, rondándonos, provocando cambios, haciendo dolorosa limpieza de situaciones…

Antes, en agosto, la antropóloga Patricia May dice una frase sobre la opción de la felicidad y se me caen las lágrimas… Estoy en una clase con ella, Sergio Sagüez y otros, en un curso en la Universidad de Chile este segundo semestre… Está hablando también del ego, de la conciencia, del dolor… Y yo estoy -como muchos- un tanto remecida por las vueltas de este año, tanto que mi cuerpo optó por el vértigo y dos resfríos seguidos para mostrar su/mi cansancio, stress, tristeza, frustración…

Días antes una amiga argentina a quien conozco hace un año, en una buena conversación de café con lluvia de fondo, me dice: «desde que te conozco, de todas las veces en que nos hemos encontrado, es la primera vez que te veo insegura» …Y sí -le digo con los ojos vidriosos. Puede ser inseguridad, yo lo siento como fragilidad… Pero también siento que es necesario, que está bien, tenía que caerme -agrego. Hasta mi cuerpo está lento, aletargado, sin energía -constato. «Por supuesto, amiga, tienes todo el derecho», me dice tomando mis manos y mi hombro en gesto de cariño materno.

Obvio que esos días de agosto llegó mucha gente frágil a mi consulta (la realidad es un reflejo de nosotros, insisto) y obvio que luego de eso -del proceso- me enfermé y tuve que parar, pedir ayuda, escucharme… La vida, como siempre. Compleja, sabia, misteriosa, aleccionadora, desafiante, poderosa, frágil,  generosa, bella, apasionante… La vidap, aquí de nuevo en cierres y en inicios, ahora con mi sala perfumada por las flores que formarán el mandala del Ritual de Primavera de este 22 de septiembre, en el cual habrá más baile que otras veces precisamente para sacudir las penas del invierno y reconectar con la sabiduría del cuerpo…

Chau, invierno. Gracias por las lecciones -algunas aún en proceso-  y por la ayuda de tantos seres. Gracias por las sincronías y los regalos. Gracias por el silencio, la pausa y la reflexión. Gracias por la protección. Gracias por el crecimiento y el dolor, que tiene la noble e incómoda misión de movilizarnos para sanar y evolucionar… Y ahora, adelante, señorita Primavera, que su luz, aromas, brisas y colores entibien a tantos corazones abatidos, nos inspiren en un nuevo ciclo de crecimiento, goce, creatividad, expresión, amor, alegría, aprendizaje, entrega, sanación, caminos nuevos y despertares. Que así sea.

13 comentarios en “Gracias, Invierno. Bienvenida, Primavera

  1. Que así sea, querida Jimena!! Un saludo desde Argentina (algún día cruzaré la Cordillera y entre las muchas cosas que quiero conocer de tu país, ojalá crucemos nuestros caminos). Te sigo desde hace un tiempo y me sirven muchísimo tus palabras. Abrazo fuerte y que tengamos una maravillosa, sanadora y luminosa -en todo sentido- PRIMAVERA!!!

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  2. Ji:
    – me imagino que estás en pleno ritual…
    – por lo tanto, sólo agradecerte tus palabras que una vez más, me hacen mucho sentido al mismo tiempo, que son pura luz…
    – un abrazo desde Tesislandia, un lugar que dejará de existir pronto y permitirá que surja algo nuevo…
    Poli.

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  3. Jimena, siento no haber llegdo al ritual pero hoy fue un dia intenso, que grato y que neceasario es hablar con la honestidad de lo que realmente nos pasa, sin caretas, en la medida que aceptemos que hay caos interno, confusión, para que se manifieste aquello que está debajo de las capas de estructuras y de mandatos, y rescatemos al niño interno en estado original, bello, espontaneo, comprendamos el amor sin sentimentalismo, sino desde la colaboración, entender que en este camino tu eres otro yo en algun peldaño de ésta escalera sin fin, gracias por la honestidad porque a traves de tu experiencia interna abierta al mundo otros pueden ver que el caos, la vulnerabilidad y el volcán emocional es colectivo, y no hay nada de que avergonzarse, buscar o permitir que llegue lo afin, pedir ayuda y permitirse la vulnerabilidad para asumir en forma consciente tu fuerza. Un gran abrazo para ti, que elegiste mostrar verdades dificiles y ser luz para muchos.

    Valeria.

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    • Gracias… Así es… el «volcán» es colectivo, poderoso y purificador… Y estamos (esa es mi mirada) para mostrar nuestro mundo interno y externo con honestidad, aunque cueste, sea incómodo o avergonzante… No de una, de a poco… Gracias y ojalá puedas venir el 21 de diciembre.
      Abrazo grande y luminoso, Valeria!

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  4. Jime:
    Maravillosa experiencia !!! Muchas gracias por la invitación al Ritual de Primavera. Estoy con la mejor disposición a la espera de los regalos que me puede traer este período, sanando, renovándome…
    Un abrazo primaveral para ti!!!

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  5. Jime, ¡que poderosa y sanadora energía colectiva vivimos el sábado!!!, como te dije al final del ritual, la palabra gracias queda corta, pero nuevamente gracias por el acto psicomágico que nos regalaste, de verdad para mí fue ir cerrando un proceso y una herida.FUERTE EXPERIENCIA… Espero de corazón que toda esa energía reunida allí, pura, desgarrada y brutal, pero a la vez delicada y sanadora, te sirva a tí también para ir amigandote con tus propios dolores y cansancios…ten la seguridad que todos los que asistimos te enviamos esa energía…
    !!!BIENVENIDA UNA VEZ MÁS, BENDITA PRIMAVERA!!!!!
    un abrazo
    Pau

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    • Muchísimas gracias, Pau, me da emoción… Sí, aún ronda entre todos los que asistimos al ritual la energía de sanación y de amor puro…
      Somos muy afortunados.
      Gracias por la energía, abrazos de primavera con amor, flores y colores!

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