Nos juntamos una tarde soleada de otoño con un artista a conversar de la carta astral de Chile. Él necesita más material para una nueva obra en gestación y es muy apasionante compartir su mirada, la de otros chilenos de distintas disciplinas con quienes ya investigó y la mía respecto a quiénes somos, cómo somos, dónde estamos y de dónde venimos, cuáles son nuestros caminos de sanación (felicidad), nuestros aspectos luminosos, oscuros y opacos… Como nada pasan más de dos horas y aún siento que quedan capas y capas de este Chile tan bello, profundo, doloroso, precario, sanador, poderoso, tímido, rígido, creativo… Como en la lectura de carta astral, la gente viene a lo mismo (lo sepa o no de antemano): a conectar con sus verdades, a tener respuestas interiores, a reconectar con su sentido de vida, a encontrar más herramientas para caminar… Disfruto cada lectura aunque hay algunas más fluidas que otras, por lo general todas son muy profundas y algunas sorprenden… Y muchas veces es muy emocionante la transformación que se produce… Estos días han caído varias lágrimas en las lecturas, tanto por los procesos de cada uno en estos años intensos y verdaderos, como también porque el corazón se deja ver en este espacio de interpretación de nuestra matriz astrológica…
¿Por qué? Creo que muchas veces el detenerte a mirarte a ti mismo con más amor, por tanto con aceptación, es un acto sublime, de vibración muy elevada. Entonces a la mente egótica nuestra no le queda más que ceder el espacio al alma-corazón y ambos pueden suspirar y recuperar su protagonismo, pueden tomar el mando… Pero, lo hemos compartido acá muchas veces, el sistema no promueve la pausa, la detención. No le conviene que despertemos, que dejemos de creer en que hay que hacer y tener cosas, que conectemos con lo verdadero, que produzcamos menos… A nuestro querido ego tampoco le conviene que paremos con consciencia (muy diferente al detenerse desde el evadir, desde el ser pasivo o cómodo, ojo); al contrario a él le va mucho mejor que mantengamos nuestros hábitos de desconexión diarios, los que sean: trabajar, hablar, comer, rabiar, temer, sufrir, ver noticias (ja,ja) hacer, ocultar, someterse, rebelarse, quejarnos, criticar, comprar, pensar-sentir, defenderse, etc., etc., Todo aquello que hacemos en automático o con amplificador…
Y este mes que comenzamos ahora el 18 de mayo nos propone el acto sagrado de detenernos. Para mí misma no es fácil con la agenda llena hasta mediados de junio de cartas astrales, viaje, preparación del próximo ritual de invierno (sábado 20 de junio), despedidas, bienvenidas, festejos, reuniones, talleres… Pero ayer me tomé un espacio antes de las clases de baile en el gimnasio al terminar el día y también por la mañana en mi sesión de acupuntura. Una vez que el doctor se fue y me dejó con las agujas, pese a que en la camilla del lado una señora hablaba en chino mandarín y me causaba gracia, respiré varias veces y entré en mí, en mi corazón, en mis certezas, en ese momento… Cuando al rato el doc vino a sacarme las agujas encontré que fue muy luego, pero estuvo bien. Fue preciso. Por la tarde, algo cansada, me detuve unos minutos en casa mirando la noche y sintiendo la energía de la tarde; una hora después salí al gimnasio a una clase bien exigente donde puro improviso los pasos y me río porque no me da pa’ ser prolija con la coreo pero sigo el ritmo y la disfruto, es bello sentir la energía de varios bailando y cómo ciertos movimientos parecen elevarnos, se siente la cadencia personal y grupal, el cuerpo y el corazón elevándose…
Esta semana se unen la Luna nueva en Tauro con el inicio del viaje retrógrado de Mercurio (planeta de los intercambios y la comunicación), juntos nos proponen una pausa sagrada. La tierra estable y sólida de Tauro nos da la posibilidad de encontrar centro, estabilidad interior, no afuera: en un trabajo, un monto de dinero, una relación, un estado de salud… Sino dentro nuestro. Estamos en tiempos muy agitados y es absurdo seguir buscando afuera algo que podemos tener dentro para que gracias a cultivarlo luego podamos encontrarlo con más facilidad en situaciones externas, aunque por estos días parece no haber nada sólido; sólo el caos, el desorden o la incertidumbre suelen reinar. Y está bien, es una maravilla, es un terreno de práctica de adaptación, flexibilidad y sabiduría; un espacio de crecimiento, y una tremenda oportunidad de ser estables internamente, de estar centrados, agradecidos y vitales en medio de huracanes, terremotos, volcanes e inundaciones literales o simbólicos. Estos fenómenos están pasando afuera y dentro nuestro.
Este mes con la Luna taurina nos propone valorar otras cosas y tomar iniciativas con más templanza, sin impulsividad, con más cuidado por nuestro cuerpo y energía. Además, podremos vincularnos con el dinero de otra forma, tenemos la posibilidad de mirar cuánto apego, rigideces y creencias antiguas tenemos respecto a una energía que nosotros creamos. El dinero es nuestra creación, ¿por qué despreciarlo? –Ahí te la dejo.
Y mi querido dios Mercurio, compañero fiel y chistoso de esta encarnación, aquieta sus alas y se suspende en el aire geminiano siempre activo… Desde el cielo dice: basta, stop! Hay que depurar la mente. Y más aún cuando Marte anda cerca y tiene a muchos discutiendo, alborotándose y reaccionando con impulsividad y/defensa, gestos absolutamente pasados de moda. Ahora este dios parlanchín, jovial, informado, inteligente, conector y versátil, suspende su accionar y puede ponerse sarcástico con ciertos baches que vivamos en torno a documentos, mensajes, encuentros, traslados, firmas. Pero también se etretendrá dándonos espacios para madurar ideas, masticar proyectos, repensar situaciones. Y puede aplaudirnos si decidimos parar unas veces a la semana -o diariamente- para mirar nuestra vida y poder comprender en más profundidad qué decisiones tenemos que tomar aunque aún no sea el momento… Estas semanas nos reconectan con nuestras verdades -como si ya no estuviésemos en eso todo este 2015- pero desde una mayor madurez que nos lleve a actuar con consistencia…
Y hay otro regalo más. Es un muy buen tiempo para buscar inspiración en acciones más sutiles como pintar, cocinar, cantar, oír música, bailar, jardinear, mirar el amanecer y el atardecer, sentir el viento, pasear sin afán… Desde acciones con una vibración más suave y conectada, en gestos aparentemente simples pero profundos podemos encontrar poderosas respuestas a temas pendientes o que nos agobian y, de paso, activar la magia en nuestra vida…
Nadie dijo que este año fuera fácil, pero este ciclo 2015-16 nos trae de vuelta nuestro poder y éste no se activa sólo desde la acción, a veces el gesto más poderoso y significativo es Detenernos. Y ahora, el cielo apoya y bendice esta detención consciente… Buena pausa para todos!

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