Llego tarde a casa, re cansada después de un día largo y con frío otoñal.
Mientras abro la puerta miro hacia abajo y veo la punta de un papel. En seguida adivino que no es un aviso publicitario ni una cuenta por pagar. Sí, debe ser una postal!!
En cuanto logro abrir lo confirmo: una postal de una bella amiga alemana, Hanna!! Guau!! Qué lindo!! Adoro las postales, mandarlas y recibirlas. Tengo algunas en una mesa enviadas desde Argentina, Tíbet, Bolivia, Ecuador, España… Me emociona la llegada de esta. Dejo las bolsas tiradas y la leo. Es de su ciudad, Aachen.
Con Hanna, Jan (también de Alemania), Marie (de Francia), Cat (de Rumania), Francisco (de Portugal), Alex y Cía (de México), Ángela (de Estados Unidos), Analía, Yvonne, Malena, Judy, Stefan (de Uruguay) y tantos otros, nos conocimos en Uruguay. Varios nos encontramos en Ciudad Vieja, en esas reuniones nocturnas regadas y saboreadas de CouchSurfing (comunidad mundial de viajeros y anfitriones, donde estos últimos ofrecen su sofá o su tiempo para recibir y compartir con los primeros) que cada jueves se daban cita en el centro de Montevideo.
Viste cuando desde el principio tienes buena onda con alguien? Eso pasó con ellos y ahora de los extranjeros sólo Cat está en Montevideo, Malena cambió Uruguay por España y los demás andamos por nuestras tierras de origen, pero seguimos de alguna forma conectados, incluso con postales.
Hanna quiere volver en julio o agosto a Uruguay y Argentina. Quizá yo también regrese, aunque aún no vislumbro la fecha. Con ella somos un par de tantos encantados con el pequeño país y su gente.
Pero no sólo con este rincón de Sudamércia. También somos unas apasionadas de la amistad, de compartir sin importar el idioma o las diferencias culturales, de reírnos a carcajadas de cosas pequeñas y absurdas, de fluir con la complicidad, de caminar sin destino por calles nuevas contándonos la vida y parando por una cerveza, un café, un bizcocho, una empanada o un chivito donde nos pille el camino, de ayudarnos por el sólo hecho de caernos bien y sentir cariño desde el principio; de hablar de amores y desamores, de decir con toda propiedad «es que los uruguayos…»…De compartir la magia de la vida. Esa misma magia que sin pensarlo nos lleva a encontrar en cualquier lugar a alguien con quien nos sentimos cómodos y acompañados…
Qué regalo es la amistad! Aunque esté lejos y ni siquiera sepamos tanto del otro… Parece que el viaje por la vida puede hacerse prescindiendo de muchas cosas, pero nunca de los amigos, sobre todo de esos que aparecen de repente y con quienes podemos sonreír desde el principio.
Abrazos y gracias desde el Sur, Hanna!!!
Son muy hermosos los comentarios y reflexiones que haces de la vida, yo estoy de acuerdo contigo es aprovechar los pequeños momentos que te da la vida , con personas especiales cómo amigas lo que hace la diferencia en cómo pasar por ella . Ojalá algún día , muy pronto puedas volver a Uruguay vivir lindas experiencias y ojalá las puedas compartir con nosotros.
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Gracias, Eloisa!
siiii, ya volveré por ahí a disfrutar de las cosas simples!
Un abrazo!
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Hermoso relato de una época y de un grupo eterogeneo que se trasunta como excepcional.
El viajar, conocer lugares (todos tienen algo que mostrar y enseñar), pero fundamentalmente conocer gente con quien se logre «onda», debe ser lo más reconfortante y lo más positivo que perdura, al igual que las imágenes que se nos van grabando de los distintos países, de los que seguimos disfrutando en el recuerdo no importa el tiempo pasado.
Gracias por el envío.
Ernesto Martínez
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Hola!!!!
Que bueno es este articulo!
Mandame tu direccion por mail…a mi tmb me encanta mandar y recibir postales!
Te mando un abrazo desde Francia!!!
Chi-chi-chi…le-le-le!!!!jaja
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Marieee!!! Francia!!!
Ya te mando mi dirección! Y a quién apoyarás el viernes en el partido Francia/Uruguay??
Otro abrazo desde Chileeee!
PS: Te dejo esta nota que publicó una revista de viajes acá sobre los secretos de Paris: AQUÍ
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