Pura Sanación

Colonia Valdense, Uruguay

Hablando de temas de la salud y las emociones (que obvio que tienen todo que ver una con la otra), Yvonne me nombra al curandero del pueblo. Como que me propone ir. Y ni alcanza a terminar la frase y yo digo/siento que sí, que todo el rato me interesa visitarlo. Y no sólo para que me sane. Ya sólo el hecho de conocerlo me parece una aventura  y una conexión con la sabiduría.

Encima, Yvonne me cuenta que hasta los médicos le mandan pacientes cuando la medicina alópata no da  con la respuesta a ciertas enfermedades.

Y, bueno, vamos. Cruzamos el campo entre pequeñas lomas y caminos de ripio, pues el «chamán del pueblo», vive en una pequeña casa en medio de la nada. De hecho, por el camino lo único que nos cruzamos fue una casa con autos de los años 50 y 60 (supongo) en el frontis, y más allá un rebaño de vacas con su pastora.

Colonia Quevedo, camino a lo del Curandero

En ese momento Yvonne avanza el auto hasta las chicas rumiantes, mientras yo intento sacar la cámara pero se atasca. Y mi amiga, sabiamente, me dice que deje la cámara y vivamos esto. Entonces, apaga el motor y nos vemos inundadas de la energía imponente y cadenciosa de ellas. En silencio, se acercan, miran, mugen… Se me humedecen los ojos… me emociona su energía, siento sabiduría, su nobleza; veo sus ojos enormes, profundos y algunas miradas algo curiosas y medio sarcásticas, como diciendo: «cuidado que aquí vamos nosotras primero»…. Una de las últimas vacas en pasar roza el auto y nos reímos. Al final la mujer que las cuida, nos saluda. Y yo me quedo con el corazón latiendo de alegría…

Con ese preámbulo llegamos a lo del curandero. Es un señor canoso, de ojos verdes, que podría tener 70, como 80. Tiene chispa y eso no es común por estas tierras, donde a veces la energía suele ser más de tierra y aire, más seca. Nos saluda e Yvonne le cuenta que «te traigo a esta amiga chilena»… Y él exclama: «¡De Chile! …El país de los terremotos, viste qué terrible eso de la tierra allá?», me dice mirándome a los ojos con complicidad.

Yo, que ya venía emocionada, lo veo y me conmuevo. Y luego cuando ya comienza la sesión sanadora se me cae una lágrima y suspiro. No hay motivos lógicos, pero del alma sí hay razones, claramente.

Una vez sentada en mi lugar le pregunto su nombre: Miguel Ángel, responde. ¡Guauu!, exclamo por dentro, como el arcángel.

-Qué bello nombre -le digo.

-A vos te parece? -me dice, mientras se voltea con su chispa en los ojos. -Y si- agrega.

En la sesión me pide mi nombre completo, hace distintos ritos simples, sin parafernalia, lo cual es un agrado -miren que en mi vida he ido a decenas de sanaciones, algunas hermosas y otras no muy creíbles-, mientras me pregunta cosas en el típico modo uruguayo y agrega: «¿Te gusta el Uruguay, verdad? Esto es un paraíso, nosotros no sabemos lo que tenemos, los uruguayos no nos damos cuenta del paraíso que tenemos». Yyo asiento, de hecho lo dije en el post anterior.

La sesión avanza con algunos rituales, mediciones y especie de digitopuntura,  y luego ciertos rezos en susurro (la parte que más me gusta), mientras su mano repite un símbolo en mi frente que supongo es la señal de la cruz, pero que como va rápido la siento como si estuviera dibujándome el signo del infinito… El mismo signo que no casualmente canaliza una amiga dedicada al reiki, el mismo pez del tiempo del maestro Jesús… Guau! Qué potente todo!  Adoro los símbolos ancestrales que se presentan a cada rato en nuestras vidas.

Mi querido curandero me da algunas indicaciones, le doy su dinero «a voluntad, si no tenés vos venís igual, que yo te atiendo»,  y nos despedimos con mucha alegría, en un gran abrazo. Lo vuelvo a mirar y siento la energía de los lamas tibetanos… Me dice que me seguirá santiguando a distancia…

Yo me voy silenciosa. Agradecida. Conmovida. Feliz. A la tarde y al día siguiente siento un poco de molestia en mis oídos y la garganta, la zona que tengo delicada y recuerdo: Ah! El curandero está haciendo su trabajo! Qué bellooo! GRACIAS!

8 comentarios en “Pura Sanación

  1. Realmente Jimena eres privilegiada por poder tener éstos hermosos momentos en contacto con la maturaleza, con las personas sabias que ven lo importante de nosotros el interior, me emocioné mucho con lo que viviste, pienso que éstos viajes nos sirven a través de tí para conocer lo hermoso de la vida en el contacto sabio con ella.

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  2. Me emccioné también! Qué belleza y magia Ji! Qué lindas las vacas, qué lindo Miguel Angel, qué lindo el infinito!
    Gracias por compartir esto TAN lindo!
    Un abrazo amiga. Nos vemos pronto!

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  3. hola hijita: si eres privilegiada y muy sabia, has buscado el equilibrio y allí lo tienes. a través de tus comentarios podemos imaginarnos la quietud de la vida que estás disfrutando, éxito, salud, amor y un gran abrazo para ti, estamos en contacto

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  4. En mi comentario anterior se me olvidó agregar que me encanta saber de tí, me encantó conocerte, Ji eres una persona muy especial, de las pocas que quedan descubriendo lo bello de la vida en las cosas sanas. Cúidate mucho

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    • Bella Eloisa, muchas gracias…. Muchos andamos redescubriendo lo bello de la vida, no sólo porque es una maraviilla, también para contagiar a quienes no tienen la oportunidad o aún no sienten el llamado… Vamos todos juntos, poco a poco…
      Gracias, me honra que me leas!

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  5. Gracias Jimena.
    Gracias por estar siempre conectada.Conectada a la tierra y conectada a los seres.
    Siempre es bueno leer cosas tuyas.Las complicadas y las simples que se vuelven idem pero cruzadas !
    Deberias ir juntando para el libro … o librito.Pero creo que hay libro.
    No hay duda que lo tuyo es la comunicación.
    En estos dias, como dicen algunos…. es bueno estar despierto y con la piel sensible.
    Beso Stefan

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