Pequeños grandes pasos

Cómo cambian las cosas… Un tiempo dejé de ir a un café argentino que está bueno y sabroso, pero se podía fumar y es demasiado pequeño como para aguantar el humo. Cuando por fin se aprobó en Chile la ley que prohíbe el cigarrilo en espacios públicos (gesto que tiene todo que ver con el despertar de consciencia colectivo) volví a ir y lo disfruté un par de veces. Pero en invierno suelo buscar más sol y ahí no llega porque está mirando al sur, así que dejé de ir….

Hasta que un día nublado de casi primavera paso a media tarde, redescubro la pantalla de TV que tienen sobre la barra y le digo al dueño -que ya sabe que me instalo en la mesa de la esquina con el compu y la agenda luego de la hora de almuerzo, cuando hay menos gente- que si puede poner el canal donde pasan… Avenida Brasil! (si quiere entender de qué se trata, pinche aquí) y me dice: Claro, decime cuál es y lo ponemos-… Entonces me siento extasiada en mi mesa grande, con sopa, té blanco y sandwich, mientras respondo decenas de correos, miro una carta astral y oigo-veo mi nuevo fanatismo televisivo. Casi me siento infiel con mi café francés de siempre, que es tanto más bonito que éste, pero obvio que no tiene pantalla, este accesorio es gringo… Ayer fui otra vez (al café argentino) y una de las socias también la sigue y me preguntaba detalles de la historia brasileña, mientras las garzonas (meseras) opinaban que deberían pasarla a la noche porque no la pueden ver y «todo el mundo la ve»….

Y una tarde triste-alegre de fines de septiembre, después de un viaje express -pero bello- por Baires y luego de acompañar a una amiga en su duelo por la muerte de su compañero, con Juan Pablo y Cocó nos vamos a las fondas por la celebración del cumpleaños de Chile, a pasear, comer y bailar para pasar la pena… Siento que necesito moverme y botar dolor, cansancio, frustraciones… Cómo cambia la energía el baile y la música alegre: cueca, cumbia, chachachá, salsa; alegran la noche despejada y aún sensible… Pero antes del baile, a Juan Pablo se le ocurre decir que él ya sabe el final de mi adictiva Avenida Brasil, y como uno de sus dones es conversar, le digo (tapando mis oídos): noooo, no me lo cuentes! Cocó, distráelo pa’ que se le olvide que alguna vez mencionó esto -les digo y le insisto en que no diga ni media palabra porque encima yo  soy curiosa y se me puede ocurrir preguntarle. Y él puro se ríe con cara amenazante. Por suerte después bailamos mucho al ritmo de Los Rumberos del 900 y todos nos olvidamos del tema… Por suerte. También olvidamos por un rato las sacudidas emocionales de esos días…

Igual yo quiero que se me pase el fanatismo novelero porque me viene síndrome de abstinencia cuando no la veo… No sufro, pero me inquieto y me da envidia la gente que sí puede verla, como Isabel que estaba con sus meses de postnatal y que cuando la fui a ver estaba terminando de verla mientras el bello Domingo con sus cinco meses de vida disfrutaba el calor de hogar… En fin… Como dice uno de mis proverbios budistas preferidos: Todo es impermanente, esto también va a pasar…

desapegoComo va a pasar esta agitación de fines de septiembre y principios de octubre, ¿verdad? Varios me escriben y con otros tantos conversamos en la consulta de carta astral, en la radio, en el chat, en casa y en el restaurant favorito del  barrio, sobre estos días en que estamos tan obligados a mirar en qué estamos, dónde, cómo y hacia dónde.  Pero no es la misma de la invierno. La agitación, digo. Como he compartido en este blog y en el Ritual reciente: estamos en plena metamorfosis, y tantos lavados y enjuagues del ego este 2013, ya comienzan a ver la luz. Se siente en el aire. Se palpa en el día a día…

Muchos ya entramos -poco a poco- en la aceptación y el agradecimiento del camino recorrido, por frustrante -e impopular- que sea ante los ojos del ego. Muchos comenzamos a hacer cambios concretos por pequeños que sean: a no darle espacio a la queja, a soltar el dolor de mirarnos (a nosotros y nuestra vida) profundamente -tarea sólo para valientes- para pasar a la acción. Como Germán, quien una vez que se vio solo en casa luego que su mujer dijo «me voy»; después de patalear por semanas, miró la maleza del pasto de su casa y se levantó para sacarla comprendiendo que comenzaba su nueva vida, sacando parte de lo que sobra e impide su flujo vital en armonía porque le corresponde aprender a estar consigo mismo, cosa que no ha hecho nunca en sus más de 40 años. Como Sandra, que después de comer azúcar y grasa hasta más allá de la saciedad, comenzó a ir a bailar al gimnasio, lo disfruta, y ya no toma las intoxicantes gaseosas. Como Pedro, que entendió que su hermana no es su enemiga ni una arpía, sino que está ahí (vino con ella en esta encarnación) para recordarle cosas, para reflejarle otras y hacerla reconectar con su luz, con su alma. Como Alejandra que entendió que si sólo tiene 100 dólares para gastar con sus hijos en un pequeño viaje de fin de semana tiene que aceptarlo y no pedir dinero prestado porque eso se transformará en una cadena de stress que luego la ahogará, y con consciencia me dice: «sí, esto es lo que tengo y hay gente que tiene menos, me las arreglaré, si igual yo cuando chica no tenía nada». Como Gabriela, que decidió renunciar a su beca de doctorado en España y se vino a Chile sin terminarla porque la economía ya no le hace sentido y la siente fría, en cambio se dio cuenta que lo suyo es la sanación aunque sus cercanos se resistan y critiquen su opción. Como Mariana que decidió habitar su casa y se compró cama nueva, despejó su habitación y ahora duerme más feliz porque además cada noche comenzó por fin a hablar con sus guías y maestros, diciéndoles que la ayuden a ordenar su mente para solucionar ciertos problemas, «y la verdad estoy más tranqui; llegan las personas que necesito para que me den una manito!!». Como Clau, que desde Uruguay me cuenta que se salió del trabajo, cosa que no sobra ni se mueve en esas tierras, porque está seguro que puede encontrar algo que lo llene realmente. Como yo misma que decidí parar en la radio por un rato porque el resfrío -que un día me dejó sin voz y otros me trajo fiebre liberadora- ya es una gran señal de detención después de muchas emociones movidas-vividas y prefiero optar por el auto-cuidado antes de exponerme y exigirme como tantas otras veces…

pasosarenaSon gestos, son pasos pequeños y significativos que pueden cambiar nuestro presente y darnos un nuevo impulso no pretencioso ni fantasioso, sino simple y concreto para avanzar en este viaje que está algo enredado para muchos. De hecho en estas semanas me han llamado más que otros meses para pedirme lecturas de tarot y cuando eso sucede, mi experiencia es que la agitación de los tiempos (de la energía) se pone más intensa y necesitamos respuestas. Pero resulta que desde marzo dejé de leer este oráculo y varios quedan sorprendidos cuando les digo que ya no, que ya fue y que no lo veo más porque siento el ciclo se terminó. Al menos por ahora. Y que quiero respetar eso porque no quiero trabajar en algo que ya no me guste ni me haga sentido. Al menos en esta vida decidí -y se me permite- elegir a qué dedicarme y yo escojo mi tranquilidad, felicidad y coherencia: escribir, comunicar, guiar, cartas astrales, rituales, talleres, charlas. Eso por ahora me va bien y elijo respetar esa voz interior que te dice Sí o No con tanta claridad cuando queremos escucharla. Ahora, igual mi mente, ante las insistencias duda y dice «será que lo retomo para unas cuantas lecturas»… Pero como la vida es entera sabia y sincrónica, justo cuando le estoy dando la vuelta al tema, voy a la manicurista y no está la chica de siempre y me dan cita con otra que se llama Paz. Conversamos de todo un poco y cuando le pregunto que cuánto lleva en esto y si le gusta, me dice: «como tres años, lo estudié porque me gusta lo estético, antes hacía masajes de relajación, y estoy todavía acá porque aún sigo aprendiendo, cuando no tenga nada más que aprender me voy, yo soy así, no trabajo en algo que no me motive, no soy capaz de levantarme por algo que no me aporta, yo dejo las pegas (trabajos) cuando ya no estoy contenta ni aprendiendo»…. ¿Qué tal?! GRACIAS! digo yo en silencio y le comento que yo soy igual y que es tremenda bendición poder hacerlo porque hay mucha gente que no puede por tantos motivos… Mi mente dubitativa se queda tranquila y mi corazón, feliz.

¿Y ahora qué? Ufff, dicen que octubre es tiempo de «resetearnos«, de detenernos, comenzar de nuevo, sacarnos antiguos moldes y creencias para reconectarnos. Dicen que trae una energía extrema -¿todavía más? -digo yo.  Dicen que se abrirán distintos caminos para seguir dando estos pasos que ya comenzamos y soltar mucho más el pasado… Se dice mucho y se confirma el poderoso crecimiento colectivo y personal en el que estamos… Y en medio de este bombardeo de información sobre octubre,  la gran antropóloga chilena Patricia May -que últimamente cada vez que la escucho en vivo o por podcast, nada más oírla se me llenan de lágrimas los ojos- comparte un texto breve y poderoso, que como siempre nos ayuda a aterrizar y a conectar con lo real en tiempos de caos. Se los dejo acá, con un abrazo entusiasta para vivir lo que sea que tengamos que experimentar en este mes donde comenzamos a renacer. Seguimos!

TIEMPOS DE CAOS Y DESTRUCCIÓN
Cuando las fuerzas destructivas entran en la vida, ya sea enfermando al cuerpo, rompiendo una relación, generando crisis personal y social, todo entra en caos.
Y el caos es una gran oportunidad de renovación, de nuevos órdenes, de vida nueva; pero suele ser también tiempo de gran incertidumbre y dolor.
Tiempos de confusión, de nubes emocionales que no permitan “ver claro”, tiempos también de despedidas, de término de relaciones, situaciones, etapas. El yo se duele y no queda más que aceptarlo, rendirse ante ese dolor, pero al mismo tiempo es vital para el caminante no abandonar el contacto con su núcleo interior, con el jardín interno, con ese espacio de luz y quietud donde la fuente de la confianza radical, el soltar, la paz, ecuanimidad y sabiduría reinan.
Sabiduría de los ciclos de la vida, de dejar ir, de aceptar el dolor, de profunda esperanza que siempre, siempre después de una muerte hay renacimiento.
El caos es necesario en la evolución y es un tiempo crítico, riesgoso puesto que nos puede conducir a identificarnos con dimensiones oscuras, con miedos enquistados, con rencor, con desconfianza y control.
Uno de los grandes errores del caminante en tiempos críticos es rendirse a las mareas colectivas perdiendo todo contacto con su centro, dejar el tiempo de silencio diario, revolcarse en la confusión; porque una cosa es aceptar en conciencia, observar la confusión, el dolor, y otra revolcarse y alimentarlas hasta transformar el dolor en sufrimiento constante y darse permiso para acciones inconscientes y dañinas.
Las épocas de caos y destrucción son de caminar en una cuerda floja, donde solo nuestra claridad interior puede sostenernos, pues no hay nada exterior de que afirmarse y se hace más evidente que nunca la necesidad de presencia de nuestra Alma con su claridad, y paz para iluminar cada paso.

Patricia May.

11 comentarios en “Pequeños grandes pasos

  1. Jija!!!
    ayer recién pude revisar lo que dijiste el lunes en la radio y más allá de las pistas iluminadoras que diste para entender a cada signo, me fijé en lo que dijiste al final, que parabas por un tiempo porque tenías que descansar, detenerte y cuidarte…y eso que sonó tan simple pero que están difícil concretarlo, fue un pequeño gran paso pero sobre todo y como siempre, inspirador…entonces y una vez más, sólo agradecerte y dejarte un abrazo serpentino
    Poli

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    • Poli belllaaa, sí, tenemos que permitirnos parar… Siento la radio es para eso también: para hablar de la vida y los cambios que podemos hacer pero que el sistema no promueve ni permite, e igualmente se puede.
      Un gran abrazo casi con nueva piel! 😉

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  2. Hace un tiempo me dijiste parate lentamente y parte, ya que la pelicula termino. Creo que estoy en el marco de la entrada del cine y dar el primer paso hacia afuera me causa literalmente un ardor. He leido incansables horoscopos, tips, filosofias y hay dias que se ven que al fin logro recuperar mi vida solo, pero otros dias solo se me derrumba todo. Hay una sola cosa que me ha llamado profundamente la atencion, cuando estaba en pareja llegue a resfriarme hasta 4 veces en el año, tuve alergia, cosa que nunca en mi vida presente, pero al momento de alejarme de ella y dedicarme a ser papa de fin de semana y a rendirme a la transformacion, a pesar de adelgazar pasar por estado depresivos y alimentarme pesimo, no me he vuelto a enfermar, con suerte a lo mas un poquito de congestion un dia y no mas. Espero que eso sea el mensaje del universo en donde me alienta a seguir.

    Fin de la lata , Gracias como siempre…

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    • Nada de lata…. Muy bueno y honesto tu compartir… Viste cuánto sabe el cuerpo?… Si, a veces la película termina y hay que respetar ese tiempo porque tenemos que vivir otras experiencias y aprendizajes… Mira el sol que hay fuera de la sala y pasa el umbral!
      Abrazo de primavera!

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  3. Gracias Jimena!
    Fueron meses duros, dolorosos. Me acordé varias veces que dijiste que en el año de la serpiente esa energia nos llevará a hacer la muda. Y que para acabar de liberarse lo que sobra, las serpientes se acercan a las espinas.. Pues sí, así fue, como si me arrancaran «la piel», a lo que más apegada estaba, a tiras… Dolió, fue duro. Pero ahora se que es necesario. Sirvió para entenderme mejor, ayudarme a reconocerme. También sirvió para aprender a navegar en la incertidumbre, que la vida es presente y no se puede controlar.
    Seguimos aprendiendo, con la sensación de que todavía no se acabó. Pero sí, se empieza a ver la luz.
    Y agradezco todo lo que nos transmites (por radio, blog,..).
    Un fuerte abrazo.

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    • Maider, ya te extrañaba, aunque me encuentro con tantos españoles en Chile, que tu acento es imposible olvidarlo, jaja… Sí, esto no para, pero ahora tenemos una fortaleza interior tan bella y luminosa, que es muy emocionante sentir-ver cuántos estamos caminando juntos y creciendo aunque duela y dé miedo…
      Abrazo de otoño para tii, que venga todo el despojo para conectar con la esencia!

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